Los candidatos mediáticos de Chávez Después de 10 años de repartir insultos Chávez todavía desconcierta a los venezolanos, sus enemigos suponen que caerá un rayo del cielo para callarlo. La amenaza de que le aplicasen la Carta Democrática de la OEA ha sido reemplazada por la esperanza de que declaren a Venezuela Estado forajido, o los colombianos invadan la Guajira. Tonterías. Todo lo que suceda en Venezuela según el sabio Perogrullo dependerá de los venezolanos y de la elección de noviembre.
El informe de Interpol engrosará el expediente de Chávez en Estados Unidos. Raudales de tinta se derramarán para satisfacción del presidente que continuará al volante de un camión cisterna de petróleo, realizando sus sueños infantiles de esparcir caca al voleo. ¿Insultará Chávez al piloto de su avión, al maletero del aeropuerto de Lima, al santo patrón de la ciudad, a Chavela Vargas, a Raúl Haya de la Torre y al Espíritu Santo? Chávez insulta a los poderes de este mundo, pero Estados Unidos no quiere que el petróleo suba a 200 dólares. Mañana, si bajan los precios, o Chávez pierde poder, tratarán de volverlo otro Manuel Noriega: por ahora, en cambio, nadie se sorprenda si un candidato populista gana alguna elección en Centroamérica, o si a Alan García lo derrotan electoralmente: ciertos planes económicos sólo los aplica tranquilamente un Pinochet.
Chávez está volviendo a la democracia latinoamericana el medio para acabar con la democracia. En el tiempo libre entre cataratas de insultos Chávez inventó las primarias perfectas: ganarán sus candidatos mediáticos, aquellos que no necesitan darse a conocer.
Jorge Rodríguez, Aristóbulo o un gobernador como el Gato Briceño se impondrán con facilidad, mientras que sus competidores no tendrán tiempo para darse a conocer. Todos son iguales en el PSUV; pero los favoritos de Chávez son más iguales que los otros. Como un mago, Chávez enmascara el dedo. Aun así, en algún estado, como Guárico, quizá el gobernador Manuitt apoye a Luis Albornoz, por ejemplo. Chávez quiere librarse de verdaderos bacalaos y postular a funcionarios con fama de eficaces. Copei realizó consultas electorales. En una, Osvaldo Álvarez Paz derrotó Eduardo Fernández. Recientemente así renovaron la dirigencia. Las elecciones internas dividieron a Primero Justicia. Los partidos necesitan el trago amargo de las primarias, so pena de convertirse en cascarones vacíos, simples maquinarias, lo cual no ocurre de la noche a la mañana. Celebrarlas implica arriesgarse a una división.
Con ventaja abrumadora arrancan los candidatos mediáticos de Chávez, los dirigentes locales carecen de maquinaria. El mismo Chávez fue un líder mediático que empleó con talento cinco minutos en televisión. Ahora intenta engañar a sus seguidores con unas seudo primarias. Cuidado va y el país toma en serio la oferta y le exige primarias de verdad; por ejemplo, darle a la dirigencia local tiempo en el canal 8, recursos para hacer la campaña. Chávez es un vivo criollo; pero, como dijera Cabrujas, nada peor que un vivo criollo. Mientras tanto llueve caca del cielo.
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