Imperator totius Hispaniae

POR:ARCANGEL VULCANO.

Wikipedia:El título de Imperator (totius) Hispaniae (del latín, Emperador de (toda) Hispania nació como término de la mano de los monarcas de León, al menos, en el siglo X. Fue usado esporádicamente en los dos siguientes siglos, según los reyes de la Iberia Cristiana luchaban por la supremacía y por el imperiale culmen. Durante la Edad Media, el topónimo latino "Hispania" se usaba, en cualquiera de los idiomas romances íberos, en singular o en plural, para referirse al total de la península Ibérica.

Durante la edad moderna algunos autores asimilaron como sinónimos los terminos "Hispania" y "España".[1]

Wikipedia dice: La palabra latina imperator fue un título que originalmente equivalía a comandante en jefe (con imperium) durante el período de la República romana. Posteriormente se convirtió en parte de un título de los gobernantes romanos y al entrar en el vocabulario europeo político se convirtió en lo que se conoce como emperador. Los textos romanos republicanos emplean el término imperator para referirse a los gobernadores provinciales que, al mismo tiempo, eran los máximos dirigentes del ejército en la provincia. Es decir, a quienes ostentaban el imperium fuera de los límites estrictos de la ciudad de Roma. El imperium les confería una carga religiosa significativa tan importante que no era posible que volvieran a entrar en la ciudad de Roma con sus tropas sin unas ceremonias de purificación.

Fue el título que ostentaban los antiguos gobernadores de Roma, durante la época imperial. El término hace mención al poder unipersonal sobre el ejército. Por lo general, este poder, llamado Imperium Pro-Consulare, era compartido entre el emperador y su sucesor, con el fin de mantener el equilibrio de poderes y asegurar la sucesión de aquel.

En la era actual existe como es notorio, un peculiar personaje en Hispanoamérica que reúne increíblemente tales características, y que nos exhibe a diario por intermedio de todas las formas posibles, sus inocultables ínfulas y pretensiones de convertirse en una suerte de Jefe Supremo continental, el líder indiscutido de Hispanoamérica, el intervencionista mayor de la comarca, al actuar reiteradamente sin medidas, cual un Imperator en Hispanoamérica. Más recientemente quedó en evidencia, cuando les expresó bufonamente a sus adversarios políticos de la región –“rancia oligarquía”-: “Busquen un ejercito yo tengo el mío”, como si le perteneciera el ejercito que desgraciadamente en mala hora para su país, comanda.

Ya nadie parece ignorarlo, cada día sus insultantes e indignantes actitudes autoritarias y despóticas, son más recurrentes por su desesperación en virtud del rechazo que está generando crecientemente en su país y toda la región, causando la repulsa del mundo civilizado. Son aún más repugnantes sus recientes gestos de guerra amenazantes y violentos contra sus vecinos, por ser contrarios al espíritu libertario y democrático latente en la gran mayoría de los seres humanos que aspiramos vivir en paz en el mundo.

Los ya insoportables excesos del nuevo delirante aspirante a Imperator de Hispanoamérica, sus groseras extravagancias, atropellos e insultos a la dignidad de las personas que no piensan igual que él, nos lo muestran cada vez más como un enfermizo inescrupuloso arrogante, petulante y pendenciero, que vive mostrando sus bajezas y exteriorizando sus egocéntricos y decadentes proyectos políticos, como si fueran la panacea para la humanidad.

El pretendiente a Imperator de Hispanoamérica, manipulando hábilmente los medios de comunicación que controla y de los cuales dispone delictivamente, desnaturalizando y deformando a su conveniencia la historia patria y continental, se ha apropiado ilegítimamente del legado de los libertadores, usurpando sin vergüenza sus gestas gloriosas y filosofías libertarias; pero vive haciendo alardes de una riqueza súbita que no es suya, y que le pertenece sólo a sus compatriotas, y que malbarata a manos llenas a discreción, sin escrúpulos, ni rubor, ni control, para usarlo abusivamente en su provecho político y el de sus partidarios, expandiendo calculadamente su nefasta e incendiaria, divisionista y clasista influencia política en todo el continente, sembrando el germen de la discordia en su provecho; empleando tácticas de propaganda comunistas; auspiciando y promoviendo convenientemente el suicida odio entre las clases sociales, la confrontación entre ricos y pobres; fomentando un peligroso y desfasado neo racismo; esgrimiendo un pretendido poder militar que viene convenientemente articulando sin disimulos, alardeando de un supuesto inigualable valor y coraje, que jamás ha sabido mostrar en ocasiones difíciles que le ha tocado vivir; amenazando al resto de sus congéneres con explosionar la región con guerras semejantes a hecatombes sufridas en otras latitudes, con oscuras e inconfesables intenciones promoviendo el miedo y la incertidumbre para intentar eternizarse en el poder por la conveniente inacción de los ciudadanos pacíficos que promueve sin escatimar en maniobras, y que lo desnudan como un falso redentor de pueblos hambrientos y desposeídos, dejándolo al descubierto como lo que realmente es, un demagogo populista enfermizo de ambición de poder, que debería terminar como el resto de los tiranos universales, en el más hondo y oscuro hueco de la historia, el del olvido.

Algún día el irresponsable gendarme, seguramente deberá irse por la puerta de atrás, sin pena ni gloria, posiblemente quedará únicamente como un oscuro pretendiente a Imperator de Hispanoamérica –como tantos otros grises personajes que han destruido a sus pueblos por culpa de sus atrocidades, por su malsana ambición de poder, ceguera, sordera y su pobreza de espíritu- jamás lo duden.