domingo, mayo 25, 2008

"Obsesión mediática" ("Globovisión los vuelve locos...")


POR: CARLOS BLANCO // TIEMPO DE PALABRA

"El único lugar en el que el Gobierno existe es en los medios y en las cadenas presidenciales"

Obsesión mediática

La palabra "mediática" se ha hecho odiosilla, la muy sinvergüenza. Desde los lados del Gobierno -aunque no exclusivamente- todo es "mediático", lo cual alude a la capacidad de los medios de comunicación de crear situaciones. El vocablo, lejos de denominar lo relacionado con los medios de comunicación ha devenido en metáfora de lo falso, de lo urdido, de lo carente de base real. Los dueños del país han llegado a creer tanto en esta visión, que todos, sin excepción, atribuyen sus fracasos, fallas, pérdidas de apoyo, rabietas ciudadanas, a construcciones artificiales de los medios que quieren desbancar a las hermanitas de la caridad que pastan en Miraflores, Carmelitas y otros lugares de ceba. En su afán de volverse un intelectual del proceso, quien puede haber abusado más de la expresión es el defenestrado Willian Lara, pero no se queda atrás este joven lleno de odio que es Izarra, ni algunos ministros que están aprendiendo a hablar en público y se estrenan con la famosa palabreja, apenas mascullan los primeros versos de su agnóstica fe.

EL CONTROL DE LOS MEDIOS. La creencia en el poder autónomo de los medios de comunicación ha llevado al Gobierno a controlarlos, pero su más importante política es la de tener un vasto espectro de instrumentos, capaz de contrarrestar lo que -a su manera de ver- es el poder de los independientes del sector privado.

Los cercos judiciales contra Globovisión, el cierre totalitario de RCTV, la quiebra programada de medios ajenos, forman parte del intento de control, junto a los juicios, amenazas y despidos de periodistas. Sin embargo, el énfasis está puesto en la neutralización de Venevisión y Televén -objetivo ya logrado por el régimen- y la creación de un campo comunicacional controlado, sea en la forma de directa propiedad gubernamental o en la más fantasiosa de medios alternativos, intervenidos por los comisarios designados al efecto. Sin dejar de contar con la presencia del Presidente en las cadenas infinitas que el país padece.

A pesar de toda esta artillería comunicacional no están satisfechos. Cosa curiosa. Globovisión los vuelve locos; un editorial de El Nacional los desquicia; la información cotidiana y la investigación acuciosa de El Universal les producen incontrolables convulsiones; lo mismo ocurre con otros periódicos nacionales o regionales. Hasta un diario orientado por el chavismo como Últimas Noticias, produce hinchazón cuando sus periodistas investigan y sus trabajos logran alcanzar la primera página. Todo es inexplicable si se toma en cuenta que la penetración de aquel canal, por su diseño, es limitada, y que la lectoría de los periódicos por masiva que sea en los raseros venezolanos, como en los mencionados, sólo alcanza a un pequeño sector de la población.

La insatisfacción oficial trata de ser resuelta a través de mayor exposición pública del Presidente y su grupo, para "competir" con los medios privados después que probaron que cerrar RCTV fue muy costoso y no les resolvía el asunto, si quedaba vivo aunque fuese uno solo.

NO ENTIENDEN. No es verdad que los medios, aviesamente, hayan sustituido a la política y los políticos.

Lo que parece estar ocurriendo en Venezuela es que muchos políticos son los agentes de la antipolítica y en lugar de la política han colocado a los medios. No es la antipolítica la que hace estragos en la política; son los políticos los que han hecho estragos en la política. Sí, exactamente esos que claman por el valor de la política y que se quejan de la influencia de los medios, son los principales agentes de la mediatización (en todos los sentidos) de la actividad a la que dedican -o creen dedicar- su tiempo.

Por los lados del régimen, cabe decir que el Gobierno como sistema organizado, burocrático, de administración y prestación de servicios, ha sido casi completamente destruido. Baste ver lo que ocurre en salud y educación, en viviendas e infraestructura, en crimen y corrupción, para entender que lo que se llama gobierno (bueno, regular o malo), carece de existencia material.

EL GOBIERNO EXISTE EN LOS MEDIOS.El único lugar en el que el Gobierno existe es en los medios de comunicación, en las cadenas presidenciales, y en la multitud de programas, emisoras e impresos de los que dispone. El Gobierno como gobierno sólo existe allí y, principalmente, en la voz e imagen del Presidente: desde ese espacio formula políticas y construye su poder, sobre todo en la exhibida sumisión de sus funcionarios ("Sí, Presidente", "lo que usted ordene, mi comandante en jefe"). Chávez ejerce el poder en -y desde- la televisión; allí es donde se constituye a plenitud; porque del resto se sabe que sus órdenes no se cumplen, carece de capacidad de seguimiento, sólo aparece como informado cuando a través de los audífonos el grupo asesor le va "soplando" datos, cifras, de las cuales no tiene ni la más peregrina idea, y cuando no le soplan adecuadamente, confunde millas con millardos, y obstáculos con currículos.

Si el Gobierno sólo está constituido en y por medio de la televisión y sus mecanismos impresos de propaganda, nada más natural que le tema desproporcionadamente a Globovisión y a un grupo de diarios privados independientes. La "amenaza" que representa este canal es porque el Gobierno sólo ejerce un gobierno "real" desde sus medios o de los que se apropia en el tiempo de las cadenas; lo demás es reparto de plata (especialmente desde Pdvsa) y represión (desde las policías y la GN).

El Gobierno es tal cuando Chávez habla; los funcionarios no hablan sino bajo sus órdenes o cuando repiten el discurso presidencial; cero espontaneidad; cero creatividad; todos son clones del jefe y el jefe sólo existe para el país y para ellos en TV.

VIROSIS: La enfermedad "mediática" no es sólo del oficialismo. En los partidos de oposición se padece por igual. De tanto asimilar la idea de que lo que no es transmitido no existe, muchos dirigentes han renunciado a su existencia para lograr ser transmitidos. Peor aún, sólo tienen existencia cuando son transmitidos. Es cierto que la política se ha transformado con la presencia de medios de comunicación, pero hay dimensiones no "mediáticas" de la política que tienen que ver con el desarrollo programático, ideológico, organizativo y financiero. Estos son niveles despreciados a la hora de poder disponer un instante televisado, especialmente cuando -como ahora- se acercan eventos electorales.

No son los medios de comunicación los creadores de la antipolítica, no es creado por los medios el cansancio con los partidos, sino por el pescueceo en la pantalla, por la gracia de un minuto comunicacional.

Por supuesto que hay otros factores, pero la idea de que se hace política emitiendo "declaraciones" es una manera de matar la política sin sentir culpabilidad.

Los medios, al final, se han convertido en la excusa perfecta de la renuncia a la política por parte de unos cuantos políticos.



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