lunes, octubre 15, 2007

"VENEZUELA ACTOR CLAVE".// "ES UNA PREMISA ERRADA JUGAR A LA GEOPOLÍTICA CON LOS RECURSOS DE LOS HIDROCARBUROS"


Por: DIEGO J. GONZÁLEZ CRUZ.

El Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales (ILDIS) realizó en Caracas el seminario: Venezuela y Mercosur: Implicaciones Políticas y Estratégicas. Resultó curioso que en el proceso de discusión entre los ponentes y los participantes se señalara repetidamente como premisa que Venezuela es un actor clave, ya que la gigante República Federativa de Brasil está allí por simple pragmatismo e intereses económicos y la República Argentina está para servir de contrapeso al gigante suramericano. La República de Paraguay y la República Oriental de Uruguay quedaron atrapadas y sin salida desde el 26 de marzo de 1991, cuando se creó el Mercado Común del Sur.

De la Web de Mercosur extraemos lo que son sus valores: "los cuatro Estados Partes que conforman el Mercosur comparten una comunión de valores que encuentra expresión en sus sociedades democráticas, pluralistas, defensoras de las libertades fundamentales, de los derechos humanos, de la protección del medio ambiente y del desarrollo sustentable, así como su compromiso con la consolidación de la democracia, la seguridad jurídica, el combate a la pobreza y el desarrollo económico y social en equidad...". Si estos son los valores de esa asociación de Estados, ¿puede alguien imaginar que Venezuela va a ingresar en ella, inclusive si no se aprueba la propuesta de Reforma Constitucional? ¡Y mucho menos si se sanciona esa reforma!


LOS RECURSOS

Al considerar a Venezuela un actor clave, surge la pregunta ¿por qué un actor clave? La respuesta obvia parece ser que es por sus recursos de petróleo y gas. Aquí se podría pensar que será por el petróleo porque reservas de gas para exportar no hay. De las cifras oficiales de reservas (151,5 billones de pies cúbicos), 90% de ellas son de gas asociado al petróleo; es decir, son reservas con las que no se pueden hacer negocios de exportación, por el simple hecho de estar atadas a los vaivenes de la producción de petróleo, y más en el caso de Venezuela que continúa aferrada a la OPEP. Además, ese gas se requiere en por lo menos 73% para las operaciones petroleras y el resto para el mercado interno. Con solo 10% de reservas de gas libre no pueden firmarse contratos a largo plazo, y menos si no están debidamente validadas y certificadas.

Venezuela tiene excelentes condiciones para desarrollar volúmenes importantes de gas libre, en especial costa afuera, pero para lograrlo la política petrolera actual tendría que dar un giro de 180 grados. La condición de Estado Empresario (Improper State de acuerdo con Adam Smith) vigente exige que el sector público debe poseer al menos 51% de las empresas mixtas que explotan el petróleo, margen que el Gobierno ha extendido a 60%. Esta condición impide que lleguen al país las empresas internacionales con el suficiente músculo técnico y financiero que se requiere para desarrollar tales recursos. Por lo demás, Venezuela antes de abocarse a exportar el gas libre, tiene que satisfacer su mercado interno, hoy en alto déficit reconocido por las autoridades, a tal punto que se va a importar gas por tubería desde Colombia para palear el déficit en los sectores eléctrico, petroquímico y de las refinerías de Falcón.


CALIDAD DE RESERVAS.

En el caso del petróleo, la situación no es más holgada. Se trata de la calidad de las reservas de ese hidrocarburo. De los 80,6 millardos de barriles de reservas remanentes que reporta el informe oficial del Ministerio de Energía y Petróleo, 70% corresponde a petróleos pesados y extrapesados (cada vez más de la Faja del Orinoco), ácidos, de alto contenido de azufre y metales, que deben ser mejorados y refinados en refinerías especiales, que no existen en los países del Sur. Queda, entonces, 30% de las reservas de crudos convencionales y más comerciales para garantizar la alimentación de las refinerías nacionales y abastecer primeramente el creciente mercado interno, el cual, con la caída de la producción en el país, se ha visto en la necesidad de importar elevados volúmenes de derivados del petróleo para completar la carga de algunas de las refinerías y así garantizar los requerimientos internos, entre ellos el parque automotor que está creciendo desmesuradamente, así como el contrabando de extracción y los compromisos de exportación. De continuar está situación Venezuela perderá su capacidad exportadora.

Es una premisa errada jugar a la geopolítica con los recursos de los hidrocarburos, si la política energética va en la dirección de no desarrollarlos.

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