viernes, octubre 26, 2007

"VENEZUELA:EL RUGIDO DEL RATÓN"


POR:PHILIP DIMITROV. (Ex primer ministro de Bulgaria 1991-1992)

En la película “El Rugido del Ratón” (1959), con Peter Sellers, el Presidente de un pequeño país le declara la guerra a los Estados Unidos, con el fin de que cuando fueran derrotados ellos pudieran disfrutar del Plan Marshall y así lograr la reconstrucción del país por parte del magnánimo Tío Sam.

Observando al caudillo venezolano, Hugo Chávez, agitar su sable contra los Estados Unidos, financiar terroristas y a Estados forajidos con sus “inesperados” petrodólares, declarar que él ha heredado el manto de la Unión Soviética para propagar la revolución mundial y el socialismo, uno no puede hacer otra cosa que preguntarse si él ha visto la película de Peter Sellers y si realmente tiene en mente los mejores intereses para su país.

¿Por qué hoy día alguien quiere revivir un sistema que obviamente fracasó, que causó el derrumbe de economías, desechos, genocidio ecológico y más de 100 millones de personas muertas?

Después de la caída del comunismo en 1989-1991, aún los líderes incondicionales manifestaron su desdén hacia un sistema que habían defendido como loros durante décadas.

Todor Zhivkov, quien fue un dictador comunista búlgaro durante 35 años, al año siguiente de haberse derrumbado la ideología comunista, la tildó de “tonterías, afirmando que “desde su punto de vista la idea del socialismo había fracasado”.

Podemos encontrar afirmaciones similares de muchos ex comunistas en esta región.

Al igual que aquellos en 1989-1991, es difícil tomar en serio al bufonesco Chávez, especialmente en su insistencia de que él habla regularmente con el ex déspota de Uganda, Idi Amin, (hace tiempo muerto), que la humanidad sólo tiene 20 siglos de existencia y que todos los problemas del mundo son consecuencia de una compleja conspiración de la CIA y el Judaísmo. De alguna manera cómica, Chávez se las ha arreglado para dividir a la izquierda anti-americana en la región. Después de comparar a Chávez con Hitler, el izquierdista escritor mexicano Carlos Fuentes fue llamado un “viejo gringo” y “senil” por el Embajador de Venezuela en su país.

Aún más preocupante, Chávez está contagiando una abierta retórica anti-semita, algo que raramente, su padre ideológico y político, Fidel Castro, hizo en su casi medio siglo en el poder.

Este hecho está siendo aplaudido por los ex comunistas en muchos países de Europa Central, lo cual demuestra verdaderamente la verdadera naturaleza de ellos.

Chávez no sólo esta dividiendo la izquierda, sino a América Latina también. Sus aliados más fuertes incluye a Cuba, Bolivia, Nicaragua y Ecuador, con aliados más moderados como Argentina (cuya deuda ha sido asegurada contra riesgos por Venezuela), Brasil y Uruguay. Sus principales antagonistas potenciales son México (el cual de casualidad no cayó en la órbita venezolana el año pasado), Chile, Colombia, El Salvador, Perú y un puñado de otros, a pesar que los tres últimos desafían abiertamente al hombre fuerte, mientras que otros solo se alejan asustados de su intervencionismo e insultos abiertos.

Como si esta región fuera demasiado pequeña para él, Chávez está financiando el resurgimiento comunista en todo nuestro vecindario más cercano. Cuando Rusia forzó a Belarrusia a pagar más por el gas, Chávez vino en su ayuda con 500 millones de dólares. Su alma gemela, Alyaksandr Lukashenka se lo agradeció y admitió que su dictadura habría podido enfrentar problemas financieros fatales si no hubiese sido por su ayuda. Mucha de la oposición “popular” contra la instalación de los misiles y radares estadounidenses en Polonia y la República Checa probablemente ha sido financiada por el dinero venezolano, siguiendo el ejemplo del financiamiento soviético (que no tuvo éxito) de las protestas anti Pershing en Alemania Occidental en los años 80. Se tiene la sospecha que Chávez dio decenas de millones de dólares al candidato izquierdista mexicano que de casualidad no ganó el año pasado, temores que casi fueron confirmados cuando la aduana argentina interceptó una maleta llena de dinero que fue llevada a Buenos Aires por agentes de Chávez en un jet privado (Argentina se encuentra en medio de una elección presidencial). Los abrazos de Chávez con el Presidente iraní son demasiados numerosos como para contarlos.

Las cosas terminarán bastante mal para Venezuela, eso está demasiado claro. Pero cuándo y a qué costo? En el mejor de los escenarios, todo el experimento perverso colapsa por si mismo, Chávez pierde el poder y América Latina comienza a recuperarse poco a poco.

En el peor de los casos, Chávez se consolida en el poder como dictador por toda la vida (como su nueva reforma constitucional establece), continúa esparciendo los petrodólares para socavar los regímenes democráticos, alentar la guerrilla en Colombia, financiar la victoria del candidato izquierdista mexicano en 2012, instalar bases militares en Bolivia, comprar aún más armas a Rusia, de esa manera crear una carrera armamentista en la región y continuar interviniendo para revertir los logros democráticos y de seguridad aquí en Europa Central.

¿Quién es el mejor amigo de Chávez? Podríamos pensar de los habituales sospechosos: la izquierda latinoamericana, Castro, China, los Islámicos, Irán, Lukashenka, el Partido Comunista de Bohemia y Moravia, el extravagante alcalde de Londres, Moscú.

Pero piensen de nuevo.

El mejor amigo de Chávez son los Estados Unidos. El crudo pesado venezolano no puede ser refinado en cualquier parte del mundo, excepto en las refinerías de los Estados Unidos. Washington podría causar serios daños a la altísima dependencia petrolera del régimen de Chávez si boicoteara el crudo venezolano, privándolo (al menos en el corto plazo) de los miles de millones de petrodólares fáciles, los cuales son para financiar a los enemigos de América. Quizá deberíamos releer el famoso ensayo, de 1979, de Jeane Kirpatrick “Las Dictaduras y la Doble Moral”, en el cual ella hace un llamado a los Estados Unidos para que “traten a sus enemigos como enemigos”. Este ensayo animó la revolución de Reagan, la cual terminó con el Imperio Soviético.

No estamos enfrentando a Chávez seriamente, como tampoco tomamos en serio el resurgimiento de los comunistas y, más tarde, el entrometimiento de la Rusia imperial, en 1989-1991.

En la película de Peter Sellers, al final, el pequeño país inesperadamente ganó en contra de los Estados Unidos.

Fuente:Noticiero digital.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente articulo. Devela una verdad que no queremos ver. Los Estados Unidos apoya con sus dolares la pesadilla que estamos viviendo. Yo me atrevo incluso a decir, que los de la oposicion debieramos marchar pero por las calles de Washington, instando al pueblo norteamericano a que escriba a sus representantes para que "traten a su enemigo como un enemigo".

Su amigo,

El Margaro de Ocasion