domingo, diciembre 16, 2007

"Ideas...nuevas ideas.Mimetismos.Tampoco Chávez es diferente.Desafíos Nuevos.Pensar en Venezuela..."


POR:CARLOS BLANCO. // Tiempo de Palabra

"El país requiere ser repensado. Se trata de entender las nuevas relaciones sociales"

Ideas... nuevas ideas

Con Chávez triunfaron unas ideas. A Chávez lo sacaran otras ideas. Con éstas no basta para restablecer la democracia. Pero, sin ideas no se va ninguna parte. Sobre todo nuevas. De no hacerse un esfuerzo en esta dirección se corre el riesgo de que a Chávez lo sustituya otro Chávez. Tal vez mejor hablado; seguramente menos ignorante y más comedido, pero es inevitable que sea parecido si porta el mismo equipaje intelectual que caracteriza al Bonaparte barinés.
Este terreno suele ser movedizo, dada la alergia que en algunos ambientes existe hacia la actividad intelectual. No falta quien, para descalificar una opinión, reprocha a sus autores la terrible acusación de "intelectual", como sólida evidencia de la carencia de sentido práctico del incriminado.
En Venezuela se necesita, como nunca, un centro independiente productor de pensamiento, capaz de generar planteamientos, sin ser capturados por la burocracia.
MIMETISMOS. Un sector de la oposición, con méritos de calle, a veces suele ser chavista sin saberlo. Ocurre también lo contrario en esta Babel intelectual: a veces Chávez es neoliberal sin admitirlo. Es posible que en estos tiempos lo único que se haya democratizado sea la confusión.
La idea de que Chávez descubrió a los pobres, suele ser moneda de circulación fácil en ambientes nacionales e internacionales. Los gobiernos del antiguo sistema se habrían cebado, gozosos, en provocar hambrunas en cámara lenta. La falsedad de esta visión no requiere demasiadas elaboraciones, basta sacar cuentas para saber que la democracia se ocupó ampliamente, con estilo petrolero, de los pobres; el mejor testimonio es el imparable ascenso social que Venezuela experimentó hasta comienzos de los 80, cuando la crisis se abalanzó sobre América Latina.
Sin embargo, unos cuantos, para hacerse los equidistantes, los "neutrales", le dan a Chávez unos méritos de los cuales carece. El hombre no descubrió a los pobres, sino que los usa, y los reproduce, porque es así como los necesita. Las bonificaciones no los arrancan de la miseria; las "misiones" han funcionado como coartadas para destruir lo que venía mal, sin construir nada duradero a cambio.
TAMPOCO CHÁVEZ ES DIFERENTE. Lo diferente del régimen es su carácter militarista y autocrático. Sin embargo, lo que ha hecho en el plano económico-social es llevar a su exasperación el viejo modelo populista, desarrollado, con más parsimonia, por los gobiernos de la democracia. El Estado masivo, estridente, centralizado y concentrador de poder no es inédito; lo novedoso es el intento de incluir sólo a los poseedores de credencial bolivariana. Chávez no dice "El Estado soy yo", como Luis XIV, sino "El Estado es mío", que es forma más simple, emparentada con el gomecismo. Dueño del Estado se lanza a esquilmar a los enemigos, favorecer a la familia y chantajear a los débiles.

Cuando no hay nuevas ideas las viejas entran de contrabando por todos los lados; se esconden bajo las alfombras y se acurrucan en las gavetas olvidadas, para saltar apenas tengan oportunidad y agarrar por el cuello a los que quieren o pretenden ser nuevos actores.

DESAFÍOS NUEVOS. En la década de los 80 se abatió la crisis sobre toda la región latinoamericana. El viejo modelo económico y social no siguió siendo posible entonces. La crisis de la deuda que estalló en México en 1982, bien pronto se esparció por todo el continente. Fue la década perdida. Bajo la inspiración de Ronald Reagan y de Margaret Thatcher, con el apoyo de los organismos internacionales de financiamiento, se dio el paso a las políticas de "apertura", llamadas -a veces impropiamente- neoliberales. Se abrieron los mercados, las economías crecieron, el flujo de capitales atestó los países, se vendieron empresas, se privatizó; hubo crecimiento económico. Carlos Andrés Pérez lo intentó con un notable éxito económico y un notable fracaso político; luego el neoliberalismo fue llevado hasta su exacerbación, ¡quién lo hubiera dicho!, en el gobierno de Caldera.

Las políticas de "apertura" incrementaron en el corto plazo el desempleo y la pobreza, para obtener luego una cierta estabilización de los indicadores sociales, aunque con un incremento de la desigualdad. Muchos países de América Latina no encontraron sosiego en las políticas de apertura y en las políticas sociales "focalizadas", dirigidas a los sectores más vulnerables. El descontento se hizo presente y es lo que explica el giro hacia la izquierda del continente. Esta demanda no puede ser reducida al episodio grotesco de Chávez, sino que expresa un proceso más profundo y complejo en América Latina.

En el período de CAP se dieron pasos hacia la reforma del Estado; sin embargo, la conspiración de los "notables", la falta de apoyo de AD, la arrogancia del gobierno, y otros factores, abrieron el paso a la caída de esa administración, para desplomarse en el paréntesis, primero populista y después despanzurradamente neoliberal, de Caldera, abrebocas de Chávez. Con éste retorna en forma calamitosa, exagerada, autoritaria y militarista, impulsada por los altos precios petroleros, la Venezuela del Estado desbordado e ineficiente; el país del centralismo agobiante; el gendarme innecesario vestido de teniente coronel.

La mayoría que se le opone es vasta y tupida; dentro de esa oposición variopinta hay sectores que les encanta ofrecer fórmulas demagógicas, más "bravas" que las de Chávez, con la tesis del "a que no te atreves" (como ahora con la reducción de la jornada laboral en la forma en la que la nueva Constitución ofrecía); y hay otros que lo único que prometen es el retorno a las tesis neoliberales más o menos experimentadas -y fracasadas.

PENSAR EN VENEZUELA. El país requiere ser repensado. Se trata de entender las nuevas relaciones sociales que existen; cómo el estatismo rampante de esta hora ha impregnado a la sociedad; qué nuevo papel puede tener el petróleo. Se requiere insistir en nuevos caminos para la descentralización, en las nacientes formas de organización y participación popular, en las posibilidades de un régimen semiparlamentario y los nuevos roles que podría tener la FAN; en un mayor impulso al desarrollo cultural, educativo, científico y tecnológico; en los caminos para incorporar a los pobres en la superación de su propia pobreza y la nueva ética social; entre muchos otros temas.

Un centro de pensamiento moderno, capaz de tener diferentes aproximaciones conceptuales pero, en todo caso, creativas. Es una tarea que espera por promotores y realizadores.

PALABRA FINAL. Navidad sin presos políticos. Solidaridad con Enrique Mendoza. Si a Mendoza le ponen la mano o se entrega, lo más probable es que sólo salga de prisión cuando Chávez salga de Miraflores.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Marta Colomina // 2007 horribilis y 2008 peor

El próximo año estará signado por las protestas y la escasez
Del pueblo han surgido axiomas tan comprobados como el de que "no hay peor sordo que quien no quiere oír". Así vemos que a Chávez y a sus también enloquecidos lugartenientes les "han entrado por un oído y salido por otro" las razones dadas por analistas de diferente signo ideológico sobre las causas de la derrota de su reforma constitucional (RC).

Son análisis dignos de ser tomados en cuenta tanto por el Gobierno como por la oposición, pero, sobre todo, por Yo El Supremo, bajado ahora del pedestal de la invencibilidad, cuando el sol le comienza a quemar donde la espalda pierde su digno nombre.

Chávez y su burocratizado PSU menospreciaron la inteligencia del pueblo al que tanto poder le prometían en la propaganda asfixiante de la RC, aunque en la verdad del texto les quitaban el poco poder que tenían. Olvidaron los burócratas bien pagados de la AN y del Psuv que la revolución se construye desde abajo y no imponiendo artículos surgidos de los tres capataces (Dieterich's dixit) o del sobre amarillo llegado a cada rato desde Miraflores, que ellos aprobaban servilmente.

Los chavistas de los barrios -hoy más desencantados por los regaños presidenciales y el aumento de la delincuencia y del desabastecimiento- no se comieron el cuento de que las propuestas venían del pueblo. Sabían que eran imposiciones de quien sólo aspiraba a permanecer eternamente en el poder. Un poder para él solo. Para extender la hegemonía política de una Revolución que en nueve años no ha logrado disminuir la pobreza, ni el crimen. Que miente cuando dice que le ha dado salud al pueblo, mientras los Barrio Adentro han ido desapareciendo y los hospitales están ruinosos. Chávez no quiere leer -y si los lee seguramente le llamará traidor- los artículos de Eduardo Semtei en El Mundo, donde le anunciaba a él y a los engreídos burócratas del Psuv, lo que les iba a ocurrir si no cambiaban su conducta. O los que tímidamente aparecían en Aporrea con seudónimo (por temor a represalias). Yo El Supremo sólo escuchaba a quienes le decían que era invencible. Que apelase a la lealtad de "su" pueblo: Así se hastió a los venezolanos de tanto repetir que votar "SÍ" era ser leal a Chávez y votar "NO" ser traidor a Chávez. Quien se cree la reencarnación del pueblo menospreció, una vez más, la inteligencia del soberano y su decisión de tener un rol protagónico distinto al triste papel de decorado en la ópera bufa en que convirtieron la RC.

Chávez no escucha al pueblo ni los reclamos a favor de la reconciliación. Persigue a Enrique Mendoza y a Mónica Fernández, como ha encarcelado antes a quienes han disentido de él. Si escuchase al pueblo, después de la derrota se habría puesto de inmediato a gobernar. Habría despedido a los ministros del Interior, de Finanzas, de Industrias Ligeras, de Agricultura, Salud y de Vivienda, para empezar. Los crímenes y la violencia carcelaria han subido meteóricamente. Del 11% de inflación prometido por Cabezas estamos en un 20%, que podría llegar al 22%. La papelorragia y los retrasos de Cadivi han exacerbado criminalmente el desabastecimiento. Los intentos de producción agrícola roja rojita han sido un fracaso. Las enfermedades endémicas han llegado a cifras alarmantes, sin que el ministro militar se inmute. De las ciento veinticinco mil viviendas prometidas este año apenas se han construido 36 mil. Para donde miremos no encontramos más que corrupción e incumplimiento: Pdvsa se estancó en los 2 millones 300 mil barriles y ha más que duplicado su nómina. En materia educativa las cifras son deplorables, al igual que la desnutrición infantil y el incumplimiento de Venezuela con las metas del milenio.

Chávez está obligando a los funcionarios -bajo amenaza de despido- a firmar la solicitud de nuevo referéndum para que le aprueben la reelección indefinida, el modelo cubano y el delirio de la geometría del poder, irrespetando así la voluntad popular que ya rechazó con sus votos la RC. Entre tanto los integrantes de su desarticulado aparato político se caen a dentelladas y gobernadores y alcaldes piensan más en su reelección, que en lo que Chávez quiere. Con las noticias sobre la detención en Miami de tres boliburgueses mensajeros del gobierno rojo rojito para ablandar a Antonini a fin de que no diga a la justicia lo que todos sospechábamos, llegan también los gritos de la recién estrenada Presidenta argentina llamando "basura" a lo que ahora se confirma: que los $ 800 mil salieron de la petrochequera venezolana para su campaña.

De nada sirve el "por ahora" regado por todo el país para consolarse de la derrota del 2D. Los indicadores apuntan hacia que el 2008 será para Chávez aún más horribilis que el 2007 porque estará signado por las protestas y la escasez. Y aunque desde el 3D escasea el dulce de lechosa ¡Feliz Navidad y hasta el próximo nuevo año!

mcolomina@unionradio.com.ve

Anónimo dijo...

Manuel Caballero // La mayor derrota

Entre los votantes del NO y del SÍ dieron una paliza a Chávez
La derrota sufrida por Chávez el 2 de diciembre es mucho mayor de lo que él quiere reconocer y de lo que la oposición ha sido capaz de advertir. Pero no tiene nada que ver con los números finales, sino con una actitud colectiva. Lo que fue derrotado de forma aplastante aquel día es la inútil pelea de Chávez desde 1992, por hacerle perder a los venezolanos su confianza en la eficacia del voto. Esa derrota le fue propinada tanto por los que votaron NO como por los que votaron SÍ: ambos confiaron en que el voto era un arma eficaz de pelea. Solo un grupo llegó a ser convencido por Chávez: los abstencionistas, tanto los del Gobierno como los de la oposición. Ellos son los verdaderos chavistas. Quienes votaron por el SÍ no son chavistas: son demócratas que se ignoran. Nuestra tarea es pues hacerles ver eso: si hay algo que hoy une a la aplastante mayoría de los venezolanos, es su confianza en la eficacia del voto como arma incluso victoriosa. Aislado queda Chávez con sus gorilas y con sus abstencionistas de ambos bandos.

Los pedantes semicultos
La mayor estupidez posible sería la de detestar a alguien porque sea inculto, mucho menos si eso es involuntario. En cambio, nada hay más detestable que la plaga de los semicultos, a saber esos que se leen la solapa de un libro y pretenden dar lecciones sobre la obra entera de su autor. Hasta ahora, el tipo más acabado de eso sería Hugo Chávez Frías, ejemplo de crítico literario "solapado" (de solapa). Eso sigue siendo así, pero el problema es que se contagia. Testigo el señor Willian Lara.
El cual creyó ¡por fin! haber logrado ennoblecer lo que desde 1992 trata de hacer el propio Hugo Chávez después de haberlo derramado copiosamente en la batalla del Museo Militar. Para él, esa palabra, pronunciada en un paso de luna por el atarantado de Sabaneta, es tan noble que la escribió nada menos que Gabriel García Márquez al final de El coronel no tiene quien le escriba. El problema es que el pobre Willian Lara sólo leyó esa línea del libro. Si se lo hubiese leído completo, habría sabido que el resto de la novela cuenta la pelea del coronel por no pronunciarla jamás, porque "en sus 75 años" jamás ha dicho una mala palabra, y mucho menos esa.

"No está maduro"
La explicación que está dando Chávez a su derrota del 2 de diciembre, aquello de que el pueblo venezolano "no está maduro para el socialismo" se parece demasiado a aquel dogma del gomecismo según el cual "el pueblo venezolano no estaba maduro para la democracia". La verdad es otra: el conocimiento que el pueblo venezolano tiene de qué cosa sea el socialismo es la misma de todo el mundo, según el grado de cultura de cada quien. Y me atrevería a decir que el más inculto elector tiene una idea del socialismo más clara que la que tiene Chávez, cosa por lo demás nada difícil.
El pueblo venezolano, como todos los otros, tiene cierta idea de qué cosa sea el socialismo, y según su experiencia o conocimiento, lo acepta o lo rechaza, pero la frontera no es la de los resultados del dos de diciembre. Porque lo que se le propuso entonces no fue escoger entre el socialismo y el capitalismo, sino entre la alternabilidad y la presidencia vitalicia. Plantearlo demostraba sólo una cosa: que quien no está maduro para la democracia es Chávez. Inmaturo: no ha superado la etapa narcisista de su evolución emocional e intelectual.

Un pueblo pacífico
En el cuarto capítulo de mi libro Las crisis de la Venezuela contemporánea, sostengo que el 14 de febrero de 1936 el pueblo venezolano se libró de dos miedos: el del despotismo y el de la guerra civil. Pareja cosa puede decirse del dos de diciembre del 2007: el pueblo venezolano perdió el miedo que algún segmento suyo pudiera haber tenido a la represión y a lo que podría llamarse "el listasconismo", o sea el miedo a una nueva y eventual "lista Tascón". El otro miedo que se derrumbó era el que había hecho correr ese hombre que, en materia de miedos, tiene un PhD aprobado en la batalla del Museo Militar: que si la oposición ganaba correría la sangre, pues para rellenar la vacía panza, los "escuálidos" comerían sancocho de chavista.
Por su parte, en cierta oposición se creía que las hordas chavistas pondrían en práctica la vieja amenaza de Chávez friendo en aceite a los opositores. Ni una cosa ni la otra sucedió: se derrumbaron dos mitos concomitantes. El venezolano "no está maduro " para el canibalismo. Como yo lo aseguraba en ese mismo libro, es un pueblo pacífico.

¿Quién mató a Bolívar?
En los últimos días, se me ha preguntado qué opino, en tanto historiador, de la tesis de Chávez según la cual Bolívar no murió de tuberculosis sino que fue envenenado por el oligarca ese de Santander. Me cuesta mucho hacerlo, pero debo decir que en este tema, estoy de acuerdo con Chávez. Eso que él dice "lo sospeché desde un principio". Pienso además que las Academias de la Historia y la de Medicina deberían iniciar en conjunto una investigación sobre el tema. Pero no quedarse allí: es necesario investigar si, por orden de la CIA, no se hizo lo mismo con Miranda en La Carraca, a donde había sido enviado por la traición de un agente de la misma CIA a quien se le ordenó decir que su nombre era "Simón Bolívar" para manchar así la futura memoria del Libertador.
Pienso, además, que se debe ir más allá. Con la anuencia de Chávez, propongo investigar si en la muerte de Jesús el Cristo no tuvieron su mano metida la Agencia Central de Inteligencia o el Pentágono.

PD: en uno de esos gazapos típicos de la prosa de prisa, atribuí a Diosdado Cabello lo de "impresionable", producto de la mente privilegiada del ministro de la Defensa. No fue, pues, Diosdado, pero el cariño es el mismo.

hemeze@cantv.net