"Si yo fuera Chávez"

POR: GERARDO BLYDE.

No menospreciaría la expresión ciudadana del 2D y trataría de modernizar mi pensamiento

Si yo fuera Chávez no me pondría a buscar culpables por las esquinas. La idea de reformar de manera "integral y profunda" la Constitución fue suya. Quien buscó radicalizar la campaña apelando a sus bases más duras fue él. Quien pretendió subvertir el orden constitucional de modificación de la Carta Magna no fue otro que él. Quien quiso avanzar más de lo permitido en un proyecto de estado socialista autoritario, centralista y omnipresente fue él. Quien pretendió echar por tierra la descentralización y dejar de adorno el voto popular, también fue él.

Si yo fuera Chávez pondría el oído (y no la rodilla) en tierra y escucharía los suspiros de alivio que aún se sienten luego del anuncio de los resultados que expresaron el rechazo del pueblo venezolano a su propuesta. Ese alivio también lo sintieron sus partidarios aún cuando delante de él disimulen y pretendan estar muy golpeados y tristes.

Si yo fuera Chávez estaría revisando los números que señalan con claridad que sólo uno de cada cuatro venezolanos se anotó en su propuesta, con el agravante de que muchos de esos que votaron por el SÍ no lo hicieron respaldando su contenido sino a él, tal como se los pidió durante toda la campaña.

Si yo fuera Chávez estaría escuchando también el clamor de la mayoría del pueblo venezolano que quiere paz, que quiere reconciliarse como pueblo y que, en virtud de ello, aplaudiría una amnistía nacional, elogiaría la liberación de los presos políticos o el cierre de procesos judiciales políticos que mantienen en el exilio a decenas de compatriotas.

Si yo fuera Chávez alejaría de mi entorno a las decenas de adulones que no se atreven a contradecirlo, a esos que sólo exclaman palabras de alabanzas a cada una de sus ocurrencias, a esos que le aplauden cualquier mala gracia como un destello de genialidad. Me sentaría a reflexionar sobre sus propuestas enquistadas en vetustas ideas ampliamente superadas según las cuales el ciudadano es un pobre ser sin instrucción al que no le llegó el mensaje socialista. No menospreciaría la expresión ciudadana del pasado domingo y trataría de modernizar mi pensamiento para gobernar para la prosperidad y sin exclusiones.

Si yo fuera Chávez me sentaría con la Iglesia, con los evangélicos y con los judíos y delimitaría un pacto de respeto y no agresiones basado en la garantía a los derechos individuales de cada ser humano como inviolables.

Si yo fuera Chávez le devolvería sus equipos y su señal a RCTV y cerraría el bodrio televisivo con el que se pretendió sustituirlo, consciente de que el día en el que con soberbia cerró esa señal, se quebró el alma de muchísimos venezolanos que en él creían. Me sentaría con los empresarios para acordar una gigantesca reactivación económica que derive en una alianza Estado-sector privado, millones de empleos, sembrando confianza en los inversionistas venezolanos y extranjeros. Impartiría instrucciones a la AN para que respetaran las credenciales de los concursantes a fiscal, contralor y defensor del pueblo y fueran nombrados los mejores no los más fieles.

Si yo fuera Chávez llamaría a los principales dirigentes opositores que comandaron la organización de esta derrota y los invitaría a dibujar un modelo de país incluyente, de justicia social y de igualdad de oportunidades para todos, acordándose todos en impulsarlo más allá de las lógicas y evidentes diferencias que se tengan.

Si yo fuera Chávez llamaría a la verdadera dirigencia estudiantil que gana elecciones libres en sus centros de estudio y que se han ganado un sitial de honor en la historia patria por la pureza de su lucha y lo indoblegable de sus convicciones. Les ofrecería disculpas por haberlos insultado y los invitaría a colaborar en la reconstrucción del tejido social despedazado por tanto odio y viejas facturas que ninguno de ellos debe pagar.

Si yo fuera Chávez dejaría la peleadera y la guerra de insultos con los líderes extranjeros que no compartan mis ideas, especialmente con el Gobierno colombiano que le espantó el voto de la inmensa colonia colombiana que se hizo venezolana con el tiempo y que sabe que una frontera integrada genera miles de empleos para ambos países.

Si yo fuera Chávez dejaría de lado la intención de crear unas milicias que le pretenden hacer contrapeso a la Fuerza Armada y, además, respetaría la profesionalización y los méritos dentro de la misma. Llamaría a los miles de ex trabajadores petroleros a que ingresen a la industria y recuperen la exploración y la explotación que se ha perdido en manos inexpertas. Consideraría que aún tengo cinco años por delante para no pasar a la historia como quien derrochó la mayor riqueza jamás recibida por la patria sin lograr su desarrollo. Pero claro, yo no soy Chávez.

Fuente:www.blogger.com gblyde@cantv.net