domingo, abril 13, 2008

Italia en elecciones


Se inició el proceso electoral en Italia

Los colegios electorales se abrieron el domingo a las 8:00 am y permanecerán abiertos hasta las 10:00 pm, mientras que el lunes se votará de 7:00 am a 3:00 pm

El candidato a premier, Silvio Berlusconi, ejerció su derecho al voto AP
Los italianos comenzaron a votar en elecciones legislativas anticipadas, en las que es considerado favorito el candidato a premier de la centroderecha, Silvio Berlusconi, líder de la coalición el Pueblo de la Libertad, frente al dirigente centroizquierdista Walter Veltroni, ex alcalde de Roma.

Berlusconi que, según los últimos sondeos de hace dos semanas, tiene una ventaja de entre 5 y 8 puntos, y obtendría por encima del cuarenta por ciento, mientras su rival, el ex alcalde de Roma, se quedaría ligeramente por debajo de esa cifra.

Este dualismo restará votos a los otros dos importantes candidatos, el líder de la coalición Izquierda-Arco Iris, Fausto Bertinoti, y el de la Unión de Demócratas Cristianos y de Centro, Pier Ferdinando Casini.

Los colegios electorales se abrieron el domingo a las 8:00 am y permanecerán abiertos hasta las 10:00 pm, mientras que el lunes se votará de 7:00 am a 3:00 pm.

Alrededor de 47 millones de italianos acudirán este domingo y lunes a las urnas para elegir el nuevo gobierno, sólo dos años después de las últimas elecciones legislativas, pero también se renovarán las administraciones de 8 provincias, 450 municipios y 2 regiones.

La caída del gobierno de Romano Prodi después de 22 meses obligó a convocar elecciones anticipadas y para recortar gastos se prefirió hacerlas coincidir con los comicios administrativos que tocaba celebrar en buena parte de Italia.

En estas elecciones generales tienen derecho al voto 47.295.978 ciudadanos mayores de 18 años (22.688.262 varones y 24.607.716 mujeres), para elegir a sus 618 representantes de la Cámara de los diputados.

Al mismo tiempo, 43.257.208 quienes elegirán a 309 senadores (20.620.021 varones y 22.637.187 mujeres), ya que sólo tienen derecho al voto en este caso los mayores de 25 años.

Los italianos en el extranjero, que tuvieron hasta el pasado jueves para votar, son cerca de tres millones y pueden elegir a 18 de sus propios representantes en el Parlamento (seis senadores y doce diputados).

Pero en estas dos jornadas también se vota en 8 provincias (Asti, Varese, Massa Carrara, Roma, Benevento, Foggia, Catanzaro, Vibo Valentia) y en 426 municipios, así como en la regiones de Sicilia y Friuli Venecia Julia.

De estos 426 municipios, nueve son capitales de provincia: Brescia, Sondrio, Treviso, Vicenza, Massa, Pisa, Roma, Viterbo, Pescara.

De esta forma, en algunos casos como en Roma, los ciudadanos se encontrarán en sus colegios electorales con cinco papeletas: dos para elegir Cámara y Senado; otra para la elegir a su representante de municipio; una tercera para la alcaldía, y la última para el presidente de la provincia.

El escrutinio de las elecciones generales comenzará el lunes, inmediatamente después del cierre de los colegios electorales.

Mientras que en el caso de los comicios administrativos, para evitar confusiones, se aplazará la operación al martes a partir de las 2:00 pm, a excepción de Sicilia, donde el recuento comenzará después de haber completado el de las legislativas.

En las elecciones generales se podrán elegir entre 32 listas, de las que quince presentan un candidato a la jefatura del Gobierno y de las que sólo ocho tienen representación en todas las circunscripciones.

Los 47 millones de italianos vuelven a las urnas con un criticado sistema electoral de carácter proporcional pero con un complejo sistema de premios de mayoría, que amenaza con repetir los resultados y la inestabilidad del Gobierno anterior.

Según los sondeos y ley en mano, gane quien gane será fuerte en la Cámara de los Diputados, pero débil en el Senado.

Este sistema electoral, aprobado por el Gobierno de Silvio Berlusconi meses antes de las elecciones de 2006, prevé listas cerradas y garantiza al ganador la mayoría absoluta en la Cámara de los Diputados al otorgarle un premio que le da un mínimo de 340 diputados.

Pero en la Cámara Alta, el premio se otorga según los resultados regionales por lo que, aunque se consigan menos votos en total, se puede contar con un mayor número de senadores.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

El fantasma de Anderson devela la trama totalitaria


El presidente Chávez se solidarizó con el ex fiscal general, Isaías Rodríguez, durante la promulgación de la Ley de Policía Nacional el pasado miércoles (ABN)

La compleja red del Estado bajo un solo poder queda al descubierto
ROBERTO GIUSTI

EL UNIVERSAL

Nunca se habría imaginado Danilo Anderson que su muerte terminaría convirtiéndose en la más acabada expresión del estruendoso fracaso por imponer un régimen totalitario. A poco menos de cuatro años del macabro episodio de Los Chaguaramos y todavía impune el crimen, el caso del joven fiscal termina explotándole en la cara a a títeres y titiriteros con sus secuelas de corrupción, arbitrariedad, abuso de poder y una sórdida cadena de crímenes que tienen un solo origen: la concentración casi ilimitada del poder en un solo puño.

Y decimos "casi ilimitada" porque el proceso de acumulación de los controles sobre los poderes públicos y también sobre los fácticos, si bien funcionó con eficacia en la generalidad de los casos, en otros, como los medios de comunicación, no logró cerrar el círculo y por esas grietas se le desfondó el tinglado de la dominación total.

Aquí no se trata sólo del sometimiento del sistema judicial o de la Fiscalía, sino de todo el aparato estatal que actúa como un todo, manejado desde un centro de poder que, en casos como el de Anderson, ejecuta todo tipo de arbitrariedades, garantiza impunidad, pervierte las investigaciones, condena inocentes, fabrica testimonios, compra testigos, adultera actas y utiliza a la justicia como arma política en una cadena que atraviesa a todas las instituciones: desde jueces y fiscales hasta funcionarios del gobierno, militares, policías, parlamentarios.

Soberbios y chambones
No fue sino la garantía de impunidad la que habría llevado a Anderson a negociar con quienes aparecían en la lista del 11 de abril, causa principal, como todo pareciera indicar, de su asesinato.

Esa misma impunidad le habría permitido al entonces fiscal Rodríguez y a sus subordinados desviar las investigaciones de su derrotero original, con lo cual no sólo dejaban a los verdaderos autores (tanto materiales como intelectuales) salirse de la suerte, sino inculpar y por tanto neutralizar a supuestos y peligrosos enemigos políticos del régimen.

Son dos los elementos clave para comprender cómo y por qué se derrumba el montaje: uno es la sensación de dominio absoluto. Todo está atado y bien atado, los mecanismos se han integrado armoniosamente, no hay fisuras, somos inalcanzables. Y el otro, como consecuencia del anterior, la chambonada, el descuido, la manera chapucera y descarada de atar los cabos, derivada no sólo de esa sensación de poder, sino de su incapacidad y carencia de elegancia a la hora de armar una trama medianamente potable.

Y aquí enlazamos por el principio. De no existir medios independientes y periodistas no sólo valientes sino acuciosos, incluso a pesar de las inconsistencias y contradicciones de la versión de la fiscalía, hoy en día el caso estaría cerrado, con un grupo de inocentes purgando condenas injustas y la opinión pública totalmente sometida a la versión manipulada de los medios oficiales.

La existencia de esa opinión pública consciente e informada permitió la derrota de la reforma constitucional, que no era otra cosa sino la institucionalización del modelo totalitario. Y son esos resultados electorales la causa , entre otras, de la deriva que ha tomado ahora el caso Anderson.

La sagrada palabra
La monolítica estructura de poder armada a lo largo de los primeros ocho años de gobierno se asentaba sobre una base legítima: el apoyo popular. Hugo Chávez estaba liquidando la democracia a través de uno de sus instrumentos básicos (el voto). El predominio de su discurso y la credibilidad que despertaba entre las mayorías lo hacían invulnerable a las denuncias de los medios. Su palabra era sagrada, incluso cuando quedaba en evidencia el divorcio entre la forma de imponer su hegemonía política y las normas éticas que deben caracterizar la actitud de un jefe de estado.

Por eso, aunque todas las taras y mitos del caso Anderson fueron denunciadas desde el principio por medios y periodistas, el control de los poderes, de la mayor parte de la opinión pública y el respaldo popular, actuaban como capa protectora de la tramoya. Chávez y lo suyos eran impermeables.

Lo que Luisa sabe
Ahora Anderson sale del olvido, las denuncias de antes siguen siendo las mismas, pero adquieren un peso inédito. Lo novedoso de esta resurrección es el cambio operado en la estructura de poder.

La brecha abierta el 2D se ensancha y la aparición del fiscal Contreras fue la señal de alarma. Ahora que ya perdió la confianza de las mayorías, Chávez se hace más vulnerable. Durante la promulgación de la Ley de Policía Nacional intentó transmitir la sensación de que sigue siendo el mismo de siempre rodeándose de los representantes de los poderes y solidarizándose con Isaías Rodríguez.

El mensaje es claro: todo sigue igual. Aquí mando yo e Isaías es inocente así los hechos lo condenen. Una forma de actuar comprensible si hubiera ganado el 2D. Pero ocurrió todo lo contrario, la tentativa totalitaria está cancelada y los intentos por relanzarla resultan ya patéticos. Bastaba sólo verle la cara a Luisa Ortega Díaz esa noche de la cadena para saber que ella también lo sabe.

Anónimo dijo...

Marta Colomina // Inmundicia "institucional"

La justicia no es para castigar a los delincuentes sino a quienes se oponen a las decisiones del poder
El fiscal Quincuagésimo Sexto, José Contreras Pérez, se habrá sentido aliviado al escuchar la encendida defensa que hizo el presidente Chávez del envilecido ex Fiscal General de la República, Isaías Rodríguez, durante la cadena realizada con motivo de la promulgación de la temible Ley de Policía Nacional, la cual sacralizará el ¡disparen a matar! sin orden judicial, ni presencia del Ministerio Público. El espaldarazo presidencial a Isaías Rodríguez constituye prueba irrefutable de la veracidad de las denuncias hechas por Contreras en torno a los responsables de las monstruosas irregularidades y crímenes cometidos en torno al caso Anderson, devenido en un perverso instrumento para liquidar vidas y reputaciones de venezolanos honorables.

Como el lector recordará, el fiscal Contreras dirigió una carta a la nueva Fiscal General, Luisa Ortega Díaz, en la cual denunciaba que las declaraciones de Giovanny Vázquez, "testigo estrella" del caso Anderson, habían sido manipuladas por Isaías Rodríguez y forjado el expediente en numerosas oportunidades. "La responsabilidad sobre el cambio del contenido de las actas de entrevistas rendidas por el testigo -reza textualmente la carta de Contreras- recaía directamente en la persona del entonces Fiscal General (... ) quien alegaba, luego de leerlas, que éstas debían ser consultadas con "el alto Gobierno ya que esta investigación era un problema de Estado; posteriormente nos reunía a los fiscales comisionados y nos decía que debíamos quitar a tal persona o colocar el nombre de esta otra, así como decir sus rasgos o características que pudieran individualizarla (... ) Nada se hacía si no era con instrucciones precisas".

Cada vez que se borraban nombres de posibles imputados y se incluían otros nuevos como consecuencia de las "consultas con el alto Gobierno", tal acta se desechaba y se hacía una nueva, para lo cual había que llamar una vez más al "testigo estrella" a fin de que "acusase" a los nuevos imputados y firmase el acta correspondiente. Así entraron y salieron los nombres del fallecido y respetadísimo Cardenal Castillo Lara, de María Corina Machado y otros. La práctica llegó a ser tan común -según relato de Giovanny Vázquez de Armas coincidente con lo dicho por Contreras a la Fiscal General- que los fiscales le presentaron a Vázquez de Armas numerosas hojas en blanco para que las firmase, cosa que, en efecto, hizo. Esa es la razón por la cual, aunque muchas de esas actas fueron destruidas, otras fueron rescatadas como prueba de la nauseabunda corrupción de este grupo gangsteril.

En el truculento relato hecho estos días por el prolífico mitómano Vázquez de Armas -plagado de contradicciones- hay varias partes que coinciden con las documentadas denuncias del fiscal Contreras, como, por ejemplo, "las declaraciones anticipadas" que no fueron tales y que, sin embargo, fueron usadas para pedir privativa de libertad contra personas que resultaron ser inocentes, y que, en su mayoría, habían expresado públicamente su disenso con el régimen.

El sórdido espectáculo del pasado miércoles con la excusa de la promulgación de la "Ley de Policía Nacional" tenía un objetivo muy distinto, no de otra manera se explica la presencia allí de todos los poderes públicos. Estaban la presidenta del TSJ, simulando creer en el manipulado Latinobarómetro mostrado por Chávez en el cual aparecía Venezuela en el primer lugar de "acceso a la Justicia", olvidando que el "acceso" nada tiene que ver con la "calidad" y la independencia de la "justicia". Pretendió Chávez, sin lograrlo, opacar el reciente y duro informe de la CIDH sobre Venezuela, en el que se muestran numerosas evidencias del "ambiente hostil" contra la disidencia y la abierta injerencia presidencial en las decisiones de los tribunales del país regidos por jueces que, como el envilecido ex fiscal, reciben órdenes del "alto gobierno", que servilmente cumplen.

Y esa era la finalidad de la cadena: reunir a la nueva Fiscal y a las obedientes presidentas de la AN y del TSJ para darles (subrepticia, aunque claramente) una orden tajante: "Pido apoyo para el ex fiscal Isaías Rodríguez, ahora incorporado como conjuez". Y añadió cínicamente Chávez: "fortalezcamos las instituciones; no podrán debilitar la moral de la nueva institucionalidad".

Ya sabemos entonces que "la moral de la nueva institucionalidad" es garantizar la impunidad de quienes cometen delitos, así sean horrendos, en cumplimiento de las órdenes del "alto gobierno". No hay duda de que la justicia no es para castigar a los delincuentes (que, como vemos, son quienes la "administran"), sino para privar de la libertad a quienes se oponen a las cada vez más aberrantes decisiones del poder. Vean, si no, como Isaías, por orden del "alto gobierno" ya está protegido por el TSJ ¿Quieren mayor inmundicia "institucional"?

mcolomina@gmail.com