martes, abril 22, 2008

¿Para qué sirve el dinero? (El Filántropo Warren Buffet dona $ 31 mil millones de dólares)




Warren Buffet un verdadero Filántropo.

Hubo una entrevista de una hora en CNBC con Warren Buffett, la segunda persona más rica del mundo, quien donó $31 mil millones de dólares para caridad. He aquí algunos aspectos muy interesantes de su vida:

1. Compró su primera acción a los 11 años y se lamenta de haber empezado demasiado tarde!
2. Compró una pequeña granja a los 14 años con sus ahorros provenientes de repartir periódicos.
3. Todavía vive en la misma pequeña casa de 3 cuartos en Omaha que compró luego de casarse hace 50 años. Él dice que tiene todo lo que necesita en esa casa. Su casa no tiene ningún muro o reja.
4. Él maneja su propio carro a todas partes y no anda con chofer o guardaespaldas.
5. Nunca viaja en jet privado, a pesar de ser el dueño de la compañía de jets privados más grande del mundo.
6. Su compañía, Berkshire Hathaway, es dueña de 63 compañías. Él le escribe sólo una carta cada año a los CEOs de estas compañías, dándole las metas para el año.
7. Nunca convoca a reuniones o los llama regularmente. Él le ha dado dos reglas a sus CEOs: Regla número 1: No perder nada del dinero de sus accionistas. Regla número 2: No olvidar la regla número 1.
8. Él no socializa con la gente de la alta sociedad. Su pasatiempo cuando llega a casa es prepararse palomitas de maíz y ver televisión.
9. Bill Gates, el hombre más rico del mundo, lo conoció apenas hace 5 años. Bill Gates pensó que no tenía nada en común con Warren Buffett. Por esto, programó la reunión para que durara únicamente media hora. Pero cuando Gates lo conoció, la reunión duró diez horas y Bill Gates se volvió un devoto de Warren Buffett.
10. Warren Buffet no anda con celular ni tiene una computadora en su escritorio.
11. Su consejo para la gente joven: Aléjese de las tarjetas de crédito e invierta en usted. Recuerde:
A. El dinero no crea al hombre, sino que fue el hombre el que creó el dinero
B. La vida es tan simple como usted la haga.
C. No haga lo que los otros digan. Escúchelos, pero haga lo que lo hace sentir mejor.
D. No se vaya por las marcas. Póngase aquellas cosas en las que se sienta cómodo.
E. No gaste su dinero en cosas innecesarias. Gaste en aquellos que de verdad lo necesitan.
F. Después de todo, es su vida. ¿Para qué darle la oportunidad a otros de manejársela?
G. Si el dinero no sirve para compartirlo con los demás, entonces ¿para que sirve?

El Genio de Wall Street
¿Quién es este hombre que acaba de donar más de 37.000 millones de dólares a instituciones de caridad?
Es como la Marilyn Monroe de Wall Street. O mejor, como el Elvis Presley de las finanzas. Lo cierto es que Warren Buffett, el segundo hombre más rico del mundo después de Bill Gates, se ha convertido en la vedette del mundo de los negocios. En un hecho sin precedentes, la semana pasada este genio financiero anunció que donará 37.400 millones de dólares a entidades de caridad. Esto representa 85 por ciento de su fortuna personal, valorada en 44.000 millones de dólares según la revista Forbes.
Se trata de la donación filantrópica más grande de toda la historia. Una millonada que hace ver enanas las contribuciones hechas por grandes magnates como David Rockefeller, Andrew Carnegie o Henry Ford. Incluso, supera lo donado por el propio Bill Gates a la fundación que tiene con su esposa. Y es que la magnitud de este arranque de generosidad es tal que, con esa plata, se podría pagar la deuda externa -pública y privada- de Colombia. El dinero que va a donar Buffett equivale a más del triple de las reservas internacionales que tiene el país.
En Colombia, curiosamente, poca gente sabe quién es Warren Buffett. Sin embargo, todos los colombianos que toman Coca-Cola, se afeitan con cuchillas de Gillette, llevan a sus hijos a ver una película de Walt Disney, tienen tarjetas de crédito American Express o leen el diario The Washington Post, contribuyen diariamente a engrosar la colosal fortuna de este genio de las finanzas. Su compañía inversionista, Berkshire Hathaway, es dueña de decenas de grandes empresas en Estados Unidos.

A pesar de haber permanecido en el anonimato durante muchos años, para millones de colombianos -gracias entre otras cosas a su bajo perfil y a su austero estilo de vida que contrasta con la ostentación que gobierna las vidas de otros multimillonarios-, Buffett no es ningún aparecido en los negocios.

Este jerarca de 75 años de edad es considerado por The Wall Street Journal como la persona más influyente en el mercado financiero de Estados Unidos. Cualquier artículo que contenga la palabra Buffett es lo más leído de la prensa económica.

Existen 7.050.000 entradas con su nombre en Google, dos millones más de lo que arroja la búsqueda por Alan Greenspan, el legendario ex presidente de la Reserva Federal estadounidense. A primera vista, Buffett parece un ciudadano más del país del norte. Vive en la provinciana población de Omaha, en el estado de Nebraska. Alí nació en 1930, tan solo un año después del 'martes negro' de Wall Street y en plena Gran Depresión.
Su padre fue congresista y también corredor bursátil, así que creció predestinado a dedicarse a la Bolsa y a los negocios. En sus épocas de colegial compraba gaseosas en la tienda de su abuelo y las revendía entre los vecinos, con una pequeña comisión. A los 11 años de edad compró acciones de una petrolera por 38 dólares y anunció que si no se hacía millonario, se tiraría del edificio más alto de Omaha.
Desde entonces, este precoz inversionista ha tenido un olfato excepcional para los negocios. Tras estudiar en la Universidad de Nebraska y en la Escuela de Negocios de Columbia, Buffett ha sido un experto en el mercado accionario.

Su primera gran apuesta la hizo en una compañía llamada Government Employees Insurance, dirigida por Benjamin Graham, su maestro en Columbia y su guía en materia de inversiones durante toda su vida. Pocos años después, y mientras trabajaba en Omaha en la firma de corredores de su padre, hizo una nueva compra en Western Insurance Securities, una compañía aseguradora.
Eso le dio la cuerda suficiente para adquirir, a mediados de los años 60, una empresa textil de New Bedford (Massachussets), que funcionaba con el nombre de Berkshire Hathaway. Lo que parecía una ruinosa adquisición se convirtió en un inmenso portafolio de empresas que por su rentabilidad y solidez, es hoy la envidia de todos los inversionistas.

Desde 1965, el rendimiento promedio anual de Berkshire ha prácticamente duplicado al de Standard & Poor's 500, que reúne las 500 acciones más cotizadas de la Bolsa de Nueva York. Por eso la acción de Berkshire Hathaway es actualmente la más costosa de la bolsa estadounidense.
Entre las joyas de la corona de Buffett se encuentran compañías con gran valor de mercado como American Express (8.500 millones de dólares), Coca-Cola (8.300 millones de dólares) y Gillette (4.300 millones de dólares).

Sus mayores porcentajes de participación están en The Washington Post (18,1 por ciento), Moody's (16,2 por ciento) y White Mountains Insurance (16 por ciento).

Según los datos del informe anual, el valor total de todas las empresas cotizadas del holding de Berkshire era, a finales de 2004, de unos 37.700 millones de dólares.
La filosofía de inversión de Buffett es sencilla: comprar acciones de empresas cuyos títulos están fundamentalmente subvalorados. No hay más varita mágica. Buffett espera siempre poder comprar barato y una vez lo hace, se queda con los papeles.

A diferencia de algunos famosos 'especuladores', como George Soros, Buffett cree que la ciencia del negocio está en comprar buenas acciones a buenos precios y quedarse con ellas mientras las empresas se mantengan en buena situación.

Eso no sólo exige mucha paciencia, sino un gran conocimiento de las empresas en las cuales se va a invertir y una gran prudencia en la toma de decisiones. Según Buffett, todos los estudiantes egresados de las escuelas de negocios deberían firmar una promesa inquebrantable de no tomar más de 20 decisiones importantes en el curso de su vida. La clave, dice, es asumir la inversión como negocio. Por eso les da una importancia enorme a factores empresariales como la calidad de los productos, el reconocimiento de marca y el equipo gerencial.
A todo esto hay que añadirle varios matices. El primero es que Buffett sólo invierte en empresas de sectores tradicionales. No tiene ninguna inversión en sectores 'de punta' como la tecnología y el software.

Esta filosofía le sirvió para estar apartado del boom de Internet, lo que en su día le convirtió en objeto de burlas de Jeff Bezos, entonces rey del ciberespacio, con su Amazon. En medio del frenesí sicótico de la nueva economía, Buffett, apodado el 'oráculo de Omaha' por la calidad de sus pronósticos, fue el único inversionista que se atrevió a decir que se trataba de una 'burbuja.com' .

El segundo es que ignora las tendencias macroeconómicas. Según dice, nadie puede saber dónde estarán en un año la Bolsa, las tasas de interés o la actividad empresarial. Por eso no se fía de lo que diga nadie.
Ahora, con la donación del 85 por ciento de su fortuna, todo el mundo se pregunta lo mismo: ¿se aproxima el final de Warren Buffett? ¿Podrá Berkshire seguir ofreciendo rendimientos extraordinarios a sus accionistas cuando desaparezca de la escena el responsable de la dirección de la empresa durante las últimas cuatro décadas?

La partida de Buffett podría suponer el final de una serie de brillantes adquisiciones y un golpe al corazón de Wall Street, que lo venera como un dios. Quizá porque encarna al hombre hecho a sí mismo; o porque es un mago de las finanzas; o porque es el segundo hombre más rico del mundo, o quizá por su espíritu filantrópico a gran escala, el caso es que la figura de Warren Buffett pasará a la historia de los negocios por haber encarnado un precepto básico de la humanidad: 'Uno se muere y nada se lleva'. Ojalá todos los multimillonarios locales lo tengan en cuenta.
Fuente: entrevista de una hora en CNBC con Warren Buffett.

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