sábado, enero 19, 2008

"Caracas entre las ciudades más peligrosas del mundo"


POR: ANA MARÍA VALERI.

Cada día que pasamos, viviendo en Venezuela, podríamos considerarlo como un día de supervivencia. Y es que cuando se vive en un país donde la delincuencia se despliega a sus anchas y los organismos de seguridad del Estado, por lo que se percibe, parecen ineficientes, un día más de vida, sin haber sufrido un atraco, un secuestro o una agresión a manos del hampa, es prácticamente un milagro. Caracas, una de las ciudades considerada entre las más peligrosas del mundo, no nos ofrece las condiciones necesarias para "vivir", sino para "sobrevivir".

Hace poco leía un estudio realizado por la consultora internacional Mercer Human Resource Consulting donde se muestra el enorme aumento de criminalidad urbana en varios ciudades del mundo, entre las que se encuentra Caracas. No por azar nuestra ciudad capital se encuentra en esta lista, y si nos adentramos más en nuestro país, habría que agregar las ciudades de Maracaibo, Valencia, Maracay, Barquisimeto, Puerto La Cruz, Puerto Ordaz y paremos de contar.

La prensa nacional cada vez cede mayor espacio a su parte de "sucesos" y los medios audiovisuales en su gran mayoría, utilizan mayor tiempo en ese segmento que en el de noticias nacionales o internacionales relacionadas con política u otro temas más "trascendentales". Es un indicativo verdaderamente aterrador de la realidad que se vive. El informe nos coloca en el mismo renglón que ciudades africanas consideradas las más peligrosas del planeta, donde se asesina en la calle, a plena luz del día. La cantidad de muertes violentas ocasionadas por la delincuencia es sorprendente. Según su estudio "cada día se producen en la capital venezolana más de 800 atracos a mano armada, 15 secuestros y más de 20 asesinatos. El clima de inseguridad es tan elevado que en diecisiete semanas, o tres veces al año, se registra en Venezuela un número de asesinatos ¡similar a las 2.801 víctimas de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York!" Y de todos los asesinatos que se producen en Caracas, la mayoría son debidos a la resistencia al robo y el ajuste de cuentas. Continúa la investigación diciendo que "las autoridades policiales consideran imposible la patrulla en determinados barrios, que no cuentan con asfaltado y la accesibilidad es prácticamente nula para los coches en una ciudad vertical repleta de cerros y calles tortuosas". (1)
Así, en nuestro país, antes de sacar un carro nuevo de la agencia, pedimos le coloquen una alarma antirrobo. Vivimos entre rejas y cercas eléctricas, pagamos vigilancia privada y tratamos de no utilizar prendas de joyería ni nada que pudiese llamar la atención del hampa. Cada vez frecuentamos menos a los amigos porque la noche es riesgosa, el ruido de los fuegos artificiales por alguna fiesta parroquial se confunde con el de los disparos, enfrentamos problemas con nuestros hijos por las salidas los fines de semana y los familiares que viven en el exterior, ante este panorama, ya no nos visitan. De esta forma transcurre nuestra vida sin "calidad de vida".

Pero hay más, es imposible pasar por alto lo que plantean los autores de la investigación en relación a la puntuación obtenida por nuestro país entre otros de Latinoamérica: "Las mejores puntuaciones en seguridad personal y estabilidad interna están ubicadas en ciudades pertenecientes a países con gobiernos políticamente bien establecidos, con buenas relaciones internacionales y crecimiento económico, y la mayoría de las ciudades con baja calificación se sitúan en países con gobiernos políticamente inestables y población civil inconforme, sistemas judiciales corruptos y altos índices de criminalidad".

(2)Habrá que plantearse en serio si los venezolanos queremos un cambio en nuestras condiciones de vida considerando que el primer paso sería el cambio de un gobierno que nos permite "sobrevivir" por uno que se tome en serio la tarea de gobernar y ofrezca esas condiciones de que carecemos para "vivir".


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Uribe pide beligerancia para el hampa venezolana
Publicado en: 'Editoriales TalCual' | Viernes, Enero 18, 2008 | Trackback

Bogotá. (SNE, que no CNE) El presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez informó hoy, a través de su secretario de prensa, que piensa enviar una misiva a su homólogo venezolano con la finalidad de solicitarle que se le dé al hampa venezolana status de beligerancia. Considera el presidente colombiano que, por producir el hampa del país vecino más muertos que el conflicto armado que desangra a Colombia, el asunto reviste mayor gravedad (por no decir suprema) y él se ha ofrecido, de manera unilateral, a mediar entre ambos grupos, quiéralo el presidente Chávez o no.




Lo primero que el presidente Uribe pide es que se reconozca a la delincuencia venezolana como un ejército en armas que produce más muertos en Caracas que los que el genocida de Bush produce en Irak cada semana, con lo cual tiene ya dimensiones de una guerra internacional.

Al regularizar el conflicto, el enfrentamiento malandros-ciudadanos podrá regirse por la convención de Ginebra, o en todo caso por la de Caballito Frenao. La idea es que los cuerpos policiales venezolanos se mantengan neutrales, como han hecho hasta el momento, y regularizar atracos y secuestros .

Según el presidente de Colombia, el acuerdo se regiría por los siguientes lineamientos:

Se creará una “zona de despeje” donde los malandros no atracarían a nadie y donde ellos tampoco podrían ser detenidos.

Se prohíbe el “secuestro “, el ruleteo y la captura de rehenes.

Se prohíbe la agresión a terceros no involucrados en el atraco y/o mirones desprevenidos ajenos al conflicto.

No podrán ser asesinados niños, mujeres, ni ancianos.

Los atracos se realizarán siguiendo la convención internacional y se iniciarán con la clásica expresión de advertencia: “¡Manos arriba, esto es un atraco!”.

Los trabajadores del transporte público quedan exonerados de ser atracados en los vehículos que ellos conducen, sin que esto implique la supresión del delito en contra de terceros.

Los sábados en la noche se suspenden las hostilidades, a objeto de que la gente pueda ir al cine, a cenar o a otras cositas a discreción, en vías solitarias y mal iluminadas.

Queda terminantemente prohibido el maltrato a las víctimas. Si ésta debe ser asesinada, se procederá, en lo posible, limpiamente, evitándole dolor, tortura o situaciones infamantes.

Por su parte, las víctimas se comprometen a prestar la mayor colaboración posible con los malandros en los siguientes términos:
No resistirse a la autoridad hamponil.

Tratar de cargar encima suficiente dinero en efectivo, a fin de evitar que el delincuente pierda la paciencia al no ver recompensado su esfuerzo.

No aferrarse a los vehículos como si fuesen el Santo Grial y recordar que se trata de un pedazo de hierro con 4 cauchos, que se puede comprar otro o que se puede vivir sin carro.

Advertencia: El siguiente escrito es del género ficción humorística absurda. Es decir, lo que se cuenta es mentira (NO HA SUCEDIDO Y SERÍA INADMISIBLE QUE SUCEDIERA) y además, pretende mover a quien lo lea a la hilaridad, broma o gracia. De modo que todo lo que seguido se dirá es un invento, eso que los latinos (de Roma) llaman animus jocandi. No obstante, esta advertencia, aunque forma parte del escrito, sí que es seria. ¿Sí se entiende? ¿No?

Una vez iniciado un atraco, está prohibida cualquier actitud hostil o agresiva que provoque la justificada ira del malandro.

Se pueden establecer normas preventivas, como las habituales rejas, alarmas en los vehículos, tranca palancas, etc.

En estos términos, según Uribe, podría regularizarse el tema de la violencia hamponil en Venezuela. Al ser reconocidos como ejército beligerante, podrá crearse un Comando Unificado Malandril que coordine las acciones delincuenciales y con quien pueda negociarse la devolución de secuestrados, pago de rescate por vehículos robados, etc.

Naturalmente, al reconocérsele representación política, los delincuentes –según el presidente colombiano– podrían constituir un partido con posibilidades de presentar candidatos a cargos de elección popular. Dicha organización debería llevar en sus siglas la palabra “choro” para diferenciarse de otras formas delincuenciales de cuello blanco ejercidas por otras organizaciones políticas.

Se recomienda a las autoridades electorales evitar situaciones fraudulentas que perjudiquen al partido “choro”, a objeto de evitar situaciones desagradables.

El presidente Uribe señaló que ya tiene en su poder las coordenadas de Jeferson de Jesús, Wilkerson, Robinson y Kevin Aleixi y que, apenas el gobierno venezolano autorice, mandará un par de helicópteros a recogerlos y así pagarle el favor al presidente venezolano.

Anónimo dijo...

Fauto MASÓ: Triste, solitario y final

¿Volverán los carcamales de siempre a aspirar a gobernadores y alcaldes? Sí, pero al chavismo lo aguarda un calvario peor cuando en cada estado los dirigentes reales se enfrenten a los favoritos de Miraflores, los gobernadores y alcaldes cuentan con recursos e instrumentos para imponer a sus favoritos. Antes de dar la señal de partida la oposición cuenta con mejores candidatos.

Ojalá que un Pinochet no le haga el favor a Chávez de sacarlo de Miraflores. Voto a voto, por ley de gravedad, saldrá del poder, carga una tonelada de plomo en el ala. En 2007 tenía un rumbo, hoy navega por mares de locura a la buena de Dios. Lo que el viento se llevó fue la magia chavista.

Hay que mascar chicle y caminar a la vez, ayudar al proceso de la salida de Chávez y evitar su vuelta o la aparición mañana de otro personaje similar; es decir, eliminar las causas que lo generaron. Algo habremos aprendido estos nueve años, por lo menos el chavismo debe habernos convencido de la necesidad de cambiar el país de arriba abajo, de que no continúe siendo verdad lo que decía Cecilio Acosta sobre la pasividad nacional ante la corrupción. Sacar a Chávez, pues, es volver a darle un contenido moral a la política, instaurar un Estado de Derecho para pobres y ricos, no volver a las cosas de costumbre.

Tan importante como votar es devolverle al país un contenido ético. Chávez no cayó del cielo, sino lo engendraron fracasos económicos, reducir la política a un botín que se distribuye con mayor o menor justicia, transformar los partidos en agencias de colocaciones, instrumentos de grandes financistas.

No basta con escoger candidatos por encuestas o primarias, el método de Alfaro, sino darle un contenido a esas candidaturas. Hay que hablar del futuro, quizá los estudiantes ayuden mucho a superar la inercia que a algunos los llevará a practicar una forma de hacer política fracasada.

Chávez habla al mundo, el mundo se divierte. En los países árabes el pueblo lo aclama, en África lo ovacionan. En Venezuela siguen sucias las calles.

En Estados Unidos no lo temen, en cambio ven con desconfianza el ascenso económico de India, Brasil, China y hasta aliados como Arabia Saudita. Los Fondos nacionales de esos países están comprando acciones en grandes empresas norteamericanas, invirtiendo en instituciones financieras de trascendencia internacional. Al Tercer Mundo lo aqueja la revaluación de la moneda, a Venezuela, por el contrario, la falta de dólares. Los precios petroleros de estos años sólo les dejarán al país cuentas por cobrar y deudas por pagar, refinerías transformadas en chatarra.

A Chávez lo amenaza el peor destino para un revolucionario, volverse folklórico. El Che prefería que lo mataran a sonreír frente a una cámara. Próximo a la muerte, Castro oculta pudorosamente su decadencia física. Al actual inquilino de Miraflores, una figura mundial, lo amenaza un ridículo final, lo aguarda el destino de los políticos que se jactan de vivos, un triste y solitario final.

Hay que sudar el chavismo voto a voto para que desaparezca, lo que implica muchísimo más que la salida de Chávez, acabar con el militarismo para siempre y con las razones que llevaron al teniente coronel al poder. Hoy la oposición cuenta con mejores candidatos que el gobierno en los grandes estados del país, con candidatos como Salas Feo. Esa transformación que prometió el chavismo habrá que llevarla a cabo. Volveremos a enero de 1999, ojalá que hayamos aprendido algo.