Palabras de Su Majestad el Rey en la cena en honor del Presidente de la República del Perú Dr.Alan García.
Palacio Real de Madrid, 21 de enero de 2008
Señor Presidente,
Como bien sabéis, es mucho lo que peruanos y españoles nos apreciamos, y profundo el afecto de España por el Perú, producto de tantos lazos históricos, humanos y culturales.
Unos sentimientos que deseo expresaros de corazón, al recibiros, junto a la Reina y los Príncipes de Asturias, en Vuestra Visita Oficial a España.
Os damos la más cordial bienvenida, que extendemos a Vuestra delegación, al tiempo que os deseamos una feliz estancia en nuestro país, convencidos de que contribuirá a estrechar aún más la honda amistad y la valiosa cooperación entre nuestros dos pueblos y Estados.Me consta personalmente Vuestra simpatía hacia España, hacia nuestras tierras y sus gentes, que ocupan un lugar importante en Vuestra propia biografía.
Es también grande nuestro afecto por el Perú.
Recordamos con particular alegría nuestras Visitas a Vuestro país en 1978 y 2001, en las que disfrutamos de la singular hospitalidad del pueblo peruano.
Una hospitalidad que también acompañó al Príncipe de Asturias cuando asistió, en 2006, a Vuestra toma de posesión.
Señor Presidente,
En nuestra memoria perviven también las bellas imágenes de vuestro gran país milenario, guiado por un común anhelo de libertad, paz y progreso.
El Perú ha sabido aportar a la literatura universal autores con grandes obras de múltiples acentos, marcadas por un extraordinario dominio de la lengua.
No puedo por menos de mencionar el orgullo que, para cuantos hablamos español, suscitan los nombres del Inca Garcilaso de la Vega, José María Arguedas, Ciro Alegría o César Vallejo y, más recientemente, los de Mario Vargas Llosa o Alfredo Bryce Echenique.
A través de ellos, y de otras muchas personalidades peruanas que han enriquecido nuestros saberes y nuestra sensibilidad, Vuestro país ha dado a conocer al mundo el profundo espíritu con el que criollos, andinos y amazónicos, todos ellos ciudadanos del Perú, expresan principios y valores permanentes que, como iberoamericanos, compartimos y defendemos.
Valores y principios que, desde diversos enfoques e ideologías, aseguran los derechos humanos, ensanchan las libertades individuales y sociales, y promueven, tanto el crecimiento económico y el bienestar social, como la protección del medio ambiente y el desarrollo sostenible.
Señor Presidente,
El Perú inicia este año 2008 con renovada vitalidad y fundado optimismo.
El ritmo sostenido del crecimiento económico y la estabilidad política, abren una nueva etapa de prosperidad en la historia de Vuestro país.
Vuestro empeño contribuye a canalizar la iniciativa empresarial y la reconocida laboriosidad del pueblo peruano, para lograr los ambiciosos objetivos que Vuestra Nación se ha planteado.
Unos objetivos que persiguen hacer realidad la aspiración de millones de peruanos a vivir en paz, libertad, justicia social y pleno desarrollo económico, liberándose para siempre de los males derivados de la pobreza y la marginación social.
España, su sociedad y sus instituciones, apoyan estas metas, y quieren contribuir a esa gran empresa desde un arraigado sentimiento de solidaridad.
Solidaridad que, el pasado mes de agosto, promovió la rápida y generosa respuesta de nuestros ciudadanos, ONG’s e instituciones, ante los terribles efectos del terremoto que asoló varias provincias peruanas del Sur.
Reitero, una vez más, el compromiso de España con las víctimas del seísmo y con sus familias, así como nuestra voluntad de seguir contribuyendo con Vuestras autoridades a la reconstrucción de las zonas afectadas.
Una solidaridad reflejada, asimismo, en el constante aumento de nuestra Cooperación, que ha hecho del Perú el primer receptor de la Cooperación Española en Iberoamérica.
También las empresas españolas han sabido confiar en Vuestro país y contribuir a su modernización, situándose a la cabeza de la inversión extranjera en el Perú.
Su presencia, ya consolidada en sectores estratégicos o en el desarrollo de nuevos proyectos, demuestra su apuesta por el futuro de la economía peruana.
Señor Presidente,
Señor Presidente,
El gran escritor peruano, Ciro Alegría, tituló su obra maestra “El mundo es ancho y ajeno”. Los peruanos de hoy saben, por un lado, que se reducen día a día las distancias geográficas, mediante el desarrollo de la tecnología y del comercio.
Por otro lado, aspiran, con razón, a hacer del mundo que les rodea un ámbito cada día más cercano y propio.
Un mundo con grandes desafíos que requieren una respuesta concertada en defensa de la paz y seguridad internacionales, en la lucha contra la barbarie terrorista, el hambre, las enfermedades o el deterioro medioambiental.
El año 2008 va a suponer una oportunidad única para materializar la vocación internacional del Perú.
Tal y como lo habéis definido, estos doce meses van a configurar realmente el “Año de las Cumbres Mundiales en el Perú”, con la celebración en Lima, tanto de la Quinta Cumbre entre la Unión Europea, América Latina y el Caribe, como de la Decimosexta Cumbre de Líderes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico.
Confiamos en que la Cumbre Unión Europea–América Latina y Caribe aporte un nuevo impulso a las diferentes iniciativas en marcha, en particular, a las negociaciones para un Acuerdo de Asociación entre la Unión y la Comunidad Andina.
Al mismo tiempo, el Perú y España están comprometidos en el proceso de consolidación y desarrollo de los mecanismos de cooperación iberoamericana.
Estoy convencido de que, con el esfuerzo de todos, las Cumbres Iberoamericanas seguirán acrecentando su peso específico en la escena internacional, y facilitarán respuestas comunes para afrontar los retos y aprovechar las oportunidades que plantea la globalización.
Señor Presidente,
Deseo reconocer también la gran labor que desempeñan los miles de peruanos que en los últimos años han encontrado en España su hogar.
Con su trabajo ilusionado, no sólo contribuyen a la prosperidad de nuestro país, sino que generan una firme trama de relaciones personales, familiares y profesionales que refuerzan la antigua y sólida amistad entre nuestras dos Naciones.
Unas relaciones que, como hemos podido constatar conjuntamente esta mañana, presentan un excelente balance y múltiples oportunidades, que debemos explorar y saber aprovechar en beneficio mutuo con motivo de Vuestra Visita.
Con ese espíritu, permítame, Señor Presidente, levantar mi copa para brindar por Vuestra ventura personal, por el bienestar y prosperidad de Vuestro pueblo y por el reforzamiento de la amistad entre el Perú y España.
Muchas gracias.
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