miércoles, enero 23, 2008

"Chávez en picada, apenas 21% de los venezolanos apoyaría su gobierno" (Según encuesta Datos)


Luis Vicente León lo anticipó el pasado fin de semana y hoy una encuesta de la empresa Datos lo confirma: la popularidad de Hugo Chávez está en su momento más bajo. Sólo 21% lo apoya a su Gobierno y la confianza de los ciudadanos en su figura se redujo a un 30%.

Según un trabajo que hoy publica Suhelis Tejero en El Universal, “la confianza en el presidente Hugo Chávez cayó nueve puntos en un año, según destaca una encuesta realizada por la empresa Datos, al pasar de 39% en 2006 hasta 30% de la población al cierre del año pasado“.

El director de la consultora, Joseph Saade, resaltó que “la estrategia del chivo expiatorio” ya no le da resultados al mandatario nacional, razón que explica la disminución del indicador en 2007.

Pero, si se trata de la confianza en la gestión del Gobierno, el resultado del examen fue todavía peor. El año pasado se percibió un menor nivel de confianza entre los venezolanos, al terminar con 21% de apoyo a la gestión del Gobierno, en contra de 35% que se registró en 2006.

Teodoro Petkoff afirmó, en su editorial del pasado lunes, que “Chávez iba en caída libre y en picada”.



Vivian Castillo - El Universal

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Adolfo Taylhardat // Él mismito se mató

Todos nos preguntamos qué persigue Chávez con su actitud hacia Colombia y hacia el presidente Uribe. Se han dado muchas interpretaciones, pero creo que a medida que pasa el tiempo los objetivos de Chávez, no solamente en lo que toca al presidente Uribe, sino hacia Colombia como país, se vuelven cada vez más claros.

Quedó demostrado que a Chávez le importa un comino la suerte de los rehenes en manos de la guerrilla colombiana. Desde un comienzo se hizo evidente que estaba utilizando la misión de mediador que le asignó Uribe para darse una proyección nacional e internacional y de esa manera influir en los resultados del referendo revocatorio.

Pero más allá de ese interés inmediato, Chávez persigue un objetivo de largo alcance que forma parte de su proyecto revolucionario bolivariano. Él ha proclamado reiteradamente que su aspiración, como reencarnación de Simón Bolívar, es recrear la fracasada Gran Colombia, pero esta vez bajo el manto del "socialismo del siglo XXI". Es decir, construir una "confederación de países andinos" controlados por gobiernos afectos a él, comprometidos con el "proyecto bolivariano". Esto, a su vez es un paso dentro de su ambición de crear una "Unión de Países Suramericanos" (UNASUR), proyecto de más alcance todavía en el cual ha logrado embarcar a países serios, como Brasil, que sí está comprometido genuinamente en la tarea de impulsar la integración regional. ALBA, PETROCARIBE, TELESUR, PETROSUR, son otras invenciones de Chávez para ir avanzando en su empeño de convertir en realidad el sueño frustrado de Fidel Castro de implantar en todo el continente regímenes copiados del modelo cubano. En el mismo esquema entra también su empeño en entrar en MERCOSUR para luego transformarlo en instrumento de su proyecto.

Evidentemente, después de haber logrado que en Bolivia y Ecuador se instauren gobiernos afines, Colombia es la siguiente pieza fundamental para avanzar en su empeño de crear la Gran Colombia bolivariano-socialista. Después vendría Perú, que sería presa fácil después que cayera Colombia.

Evidentemente, la narcoguerrilla es una pieza clavel dentro de este esquema. Está claro que la insurgencia terrorista colombiana persigue un objetivo que encaja perfectamente en el proyecto chavista. Ambos aspiran sustituir la democracia colombiana con un régimen "revolucionario bolivariano" de corte comunista. Chávez lo acaba de admitir públicamente cuando dijo ante la Asamblea Nacional que las FARC y el ELN "tienen un proyecto político-bolivariano que aquí respetamos". Él acostumbra emplear la primera persona del plural para hacer creer que habla en nombre de muchos, cuando en realidad se refiere a sí mismo. Cuando dice "aquí respetamos" en realidad lo que quiere decir es que se trata de un proyecto político que ambos (la guerrilla y él) comparten.

Al pretender otorgarle status de beligerantes a la guerrilla terrorista colombiana e invitar al resto del mundo a acompañarlo en ese dislate, Chávez explicitó sus verdaderas intenciones. Su propósito era fortalecer a las FARC (la referencia al ELN es de ñapa) y debilitar al presidente Uribe para de esa manera acelerar la marcha en el camino hacia la implantación en Colombia de un régimen identificado política e ideológicamente con su "proyecto revolucionario".

Afortunadamente ese plan se vino abajo, se derrumbó. La injerencia de Chávez en el conflicto interno colombiano, su abierta y descarada identificación con la narcoguerrilla terrorista colombiana develó sus verdaderas intenciones y lo que ha logrado es todo lo contrario a lo que perseguía. Las FARC han quedado debilitadas políticamente, interna e internacionalmente, y el presidente Uribe, su gobierno y la democracia colombiana han salido definitivamente fortalecidos. Es más, lejos de atraer adeptos hacia su proyecto político, Chávez ha producido el milagro de aglutinar a la sociedad colombiana alrededor de la figura de su Presidente. Lo que hizo fue hacer vibrar la fibra patriótica de los colombianos. Hasta los adversarios políticos más acérrimos de Uribe le han brindado total apoyo frente a los despropósitos de Chávez.

En Venezuela la gran mayoría de la población, incluidos muchos de sus seguidores, se solidarizan con Colombia y rechazan la conducta injerencista y subversiva de Chávez hacia la hermana república vecina. Internacionalmente hasta países que él consideraba incondicionales, o han guardado un silencio elocuente o se han desvinculado expresamente de su maquinación.

Como dice la canción, "él mismito se mató".

Como sucede cada vez que sufre una derrota, Chávez, en su mentalidad primitiva de soldado, reacciona contraatacando. Sus violentas agresiones verbales contra el presidente Uribe, que el domingo pasado alcanzaron niveles infamantes e ignominiosos, no son sino manifestaciones de soberbia que revelan su frustración frente al fracaso.

Indigno, triste peón del imperio, peón de Bush, peoncito imperial, triste peón del imperio norteamericano, un hombre así no merece ser Presidente, cobarde, mentiroso, cizañero, maniobrero, que mantiene fuertes conexiones con el paramilitarismo, podría ser jefe de una mafia, Vito Corleone se quedó corto. Estas son sólo algunos de los improperios que el domingo pasado le dirigió Chávez al presidente Uribe.

Como Uribe sabiamente evita caer en las provocaciones, Chávez, molesto lo reta a reaccionar. Dice que no se atreve a hablar y hace que otros lo hagan en su nombre. El pasado domingo lo increpó: ¿Uribe, por qué tú no hablas? Todos deberíamos imitar al rey Juan Carlos y decirle: ¡Chávez, por qué no te callas!

Su decisión de militarizar la frontera ¿es amenaza o advertencia? Definitivamente Chávez no logra separar su yo personal de su condición de jefe de Estado. Un verdadero estadista siempre tiene la capacidad de anteponer los intereses superiores del país que gobierna a sus sentimientos, acciones y reacciones personales. Su soberbia, su indolencia, su insensibilidad, su irreverencia, su agresividad rayan en la insania y nos arrastra hacia zonas peligrosas.

taylhardat@cantv.net

Anónimo dijo...

¿Qué idea de sí mismos tienen los próceres que nos gobiernan, que los lleva a pensar que todo cuanto hacen es moralmente superior, éticamente irreprochable y políticamente inobjetable, en tanto que todo cuanto provenga de otros no lo es?

Anónimo dijo...

VOX PóPULI. Un encuestador muy serio cuyo cliente principal es el Gobierno le confesó a un altísimo dirigente político, muy cercano al régimen, que en la última medición que hizo para ellos, sesenta por ciento (60%) de los encuestados responsabilizan a “Ego” Chávez de los problemas que agobian a los venezolanos. De la misma manera le comentó que en el trabajo se revela que si las elecciones presidenciales fueran mañana, el contendor de Chávez -sea quien fuere- ganaría fácilmente. Este tipo de resultado es primera vez que se produce en 9 años que tiene mandando el teniente coronel Chávez Frías. Las recientes encuestas de Datanálisis y Datos dan cuenta del mismo escenario y la desaparición por primera vez de la matriz que le echaba las culpas a los funcionarios y nunca al caudillo dominical.