
POR:ARCANGEL VULCANO.
Nos encontramos entre los abogados que en Venezuela sostenemos la opinión de que las 26 leyes recientemente decretadas por el Sr Chávez fueron promulgadas sin ser conocidas por el pueblo cuando se anunciaron. Sostenemos responsablemente que esos 26 decretos leyes son inconstitucionales, no sólo por incluir aspectos que ya fueron rechazados incontrovertiblemente, legalmente, por el soberano pueblo venezolano, mediante la expresión inequívoca de su voluntad, en el pasado referéndum popular del dos de diciembre mediante el cual rechazó categóricamente la propuesta de reforma constitucional realizada por Chávez a todos los venezolanos, sino que también por no cumplir plenamente con los requisitos legales previstos en la Constitución Nacional para su legal promulgación.
Los más prestigiosos gremios profesionales; la Academia nacional; los mejores acreditados abogados constitucionalistas así lo aseguran. Como abogados compartimos las observaciones que sostienen:”Las 26 leyes fueron enunciadas en el sumario de la Gaceta Oficial de la República de Venezuela número 38.984, de fecha jueves 31 de julio de 2008. La que encabeza esas publicaciones dice: "Decreto Nº 5.999 con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica de Turismo. (Véase Nº 5.889 Extraordinario de la GACETA OFICIAL DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA, de esta misma fecha). Y así, con idéntica coletilla, deja constancia de 25 decretos más, contentivos cada uno de un nuevo texto legal. Pero las Gacetas Oficiales Extraordinarias allí anunciadas no fueron promulgadas o al menos hechas del conocimiento de los ciudadanos, hasta el día lunes 04 de este mes de agosto, cuando salieron las Gacetas Extraordinarias, aunque retrotrayendo su fecha al 31 de julio de 2008”.
En tal virtud, como abogados asumimos como muchos otros que así lo han expresado, que de conformidad con la Constitución Nacional el criterio aplicable a estos hechos se encuentra contenido en el Título V: "De la organización del Poder Público Nacional", en su Capítulo I "Del Poder Legislativo Nacional", en su Sección cuarta "De la formación de las leyes", según el artículo 215, que reza: “La ley quedará promulgada al publicarse con el correspondiente "Cúmplase" en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela. La pregunta obligada entonces es ¿Qué significa "promulgar"? El Diccionario de la Real Academia Española, dice: “promulgar, (del lat. promulgare). Publicar una cosa solemnemente. Publicar formalmente una ley u otra disposición de la autoridad, a fin de que sea cumplida y hecha cumplir como obligatoria”.
Es incontrovertible entonces de conformidad con estos conceptos, aplicados al asunto en cuestión, que la Constitución Nacional establece que para que una ley sea promulgada y como consecuencia conocida y de obligatorio cumplimiento, debe ser "publicada", pero además exige que la publicación incluya la orden del Ejecutivo ordenando su ejecución, con el mandato "Cúmplase". Es verdad que el día 31 de julio de 2008 se anunciaron los 26 nuevos decretos leyes; sin embargo, el "cúmplase" no fue publicado, no fue promulgado como correspondía, sino que después de transcurridos cuatro días. Además con fecha atrasada. Los 26 decretos leyes fueron promulgados y ordenados cumplir, pero no fueron conocidas por el pueblo cuando se anunciaron (31 de julio de 2008) sino el lunes 4 de agosto de 2008. Quiere decir que el Presidente de la República no cumplió cabalmente, estrictamente como debía con los requisitos exigidos por la Constitución Nacional para la promulgación de las leyes, haciendo uso de los poderes delegados a través de una Ley Habilitante extemporáneamente, porque feneció justamente a las doce de la noche del día en el cual se anuncian las leyes pero no se promulgan.
¿Cuáles son las consecuencias legales de esta circunstancia? Compartimos la tesis que sostienen algunos juristas, que sugieren que los 26 decretos leyes del denominado "paquetazo" fueron promulgados después de haber llegado a su fin los poderes habilitantes del Presidente. Por lo que fueron dictados por una autoridad que no tenía facultades para hacerlo, de conformidad con la Constitución Nacional vigente.
Sin embargo, lo más preocupante es que el país se ha visto sumergido a raíz de esta confusa situación en una profunda incertidumbre muy peligrosa para todos los venezolanos.
Pensamos que parte de estas difíciles circunstancias que vivimos los venezolanos, se deben a la puesta en práctica de una audaz estrategia política implementada gradualmente por fases y etapas, mediante tácticas y trampas muy hábilmente articuladas y ejecutadas con frialdad por el taimado y calculador Chávez, colocando al país a distraerse, ocupándose de intentar en vano resolver varios falsos dilemas jurídicos y políticos, de distinta naturaleza y dificultad, imposibles de encarar adecuadamente al mismo tiempo y con los mismos métodos, mientras Chávez procura avanzar en la ejecución de su planes políticos en la consecución y consolidación de sus objetivos esenciales y la perpetuación de su proyecto político totalitario de control absoluto de la sociedad, que suponen el desmantelamiento progresivo y sin pausas, del sistema democrático, del estado de derecho, para sustituirlo por un nuevo orden socioeconómico y político mal llamado socialismo del siglo XXI, que en realidad es un modelo comunista de dominio militarista disfrazado como redentor social.
Desde el punto de vista político, la nación venezolana ha sido colocada deliberadamente y artificialmente, a ocuparse en resolver un falaz dilema jurídico, muy difícil de descifrar y resolver en medio de un importantísimo y crucial próximo proceso electoral regional. El Sr Chávez, amparándose y valiéndose de sus poderes especiales habilitantes otorgados por una Asamblea Nacional ilegítima e irrita, que le es sumisamente incondicional a todos sus designios, ha colocado al país muy hábilmente a ocuparse de atender unos dilemas irresolubles, haciendoles creer que tienen solución electoral cuando no las pueden tener. Lo ha hecho, obligando tanto a partidarios como a adversarios, que habían votado en contra de la reforma (incluidos gobernadores y alcaldes oficialistas) a defender o a contrariar unos decretos leyes inconstitucionales, que además contienen muchísimos elementos que estaban incluidos en la derrotada propuesta de reforma constitucional, desaprobada en el referéndum del dos de diciembre pasado, pero que ahora han sido muy convenientemente y hábilmente aprobados, aplicados bajo un artificioso y dudoso manto de legalidad y legitimidad.
Por otra parte, Chávez quien ha venido ejecutando y alcanzando sucesivamente por fases y etapas sus planes y objetivos políticos, consolidándose en el poder, luego de inhabilitar a varios de sus más importantes adversarios, ha entrampado al país, principalmente a la oposición democrática colocándola a entretenerse en una estéril e interminable discusión sobre otro complejo dilema, el de ocuparse preferentemente del tema electoral haciendo la campaña para las elecciones regionales, o dedicarse a oponerse ineficazmente a los decretos leyes inconstitucionales. Lo hace persiguiendo varios objetivos, con el fin de distraerla, dividirla, agotarla, cansarla, hacerla perder valioso tiempo, recursos y esfuerzos. Pero Chávez mantiene al país en una interminable controversia, distraído en un asunto en el que está blindado porque se ha asegurado una decisión favorable en ambos casos, en el terreno electoral, mediante la intermediación en su favor de un CNE sumiso e incondicional que le permite todas sus arbitrariedades, excesos y abusos; y en el escenario judicial, por la displicente y complaciente actuación de un Poder Judicial intervenido, influenciado y controlado.
Chávez pareciera haber medido fría y calculadoramente sus más recientes movimientos en la ejecución de sus planes planteando estos falsos dilemas. Por una parte, se asegura de mantener obligados y ocupados a sus partidarios fieles e “infieles” en la campaña electoral, a través del control político absoluto que mantiene como líder indiscutible de su partido PSUV, para el que no escatima ni escatimará en gastos; aprovechando así la coyuntura electoral regional para organizar y al mismo tiempo purgar a su propio partido, librándose de elementos que le son incómodos e inconvenientes, o a quienes ha identificado como traidores o desleales a su proyecto político hegemónico; paralelamente logra que sus candidatos a gobernadores y alcaldes de su partido que jugaron a la derrota de su propuesta de reforma constitucional el 2D, ahora si deban ocuparse eficazmente de buscar los votos para aprobar políticamente los artículos que impuso de contrabando por la vía habilitante de los 26 decretos leyes. Si obtuviera un resultado favorable en las próximas elecciones regionales, lograría políticamente consolidarse y legitimarse; pero lo más importante, estaría legalizando indirectamente sus propuestas de reforma constitucional incluidas ahora de contrabando; pero también mediante otro falso dilema, porque esos 26 decretos leyes son atacables por otras vías (referéndum). Sin embargo, si Chávez perdiera varias gobernaciones y alcaldías, también estaría logrando un relativo triunfo político,porque no está en juego la presidencia en las elecciones regionales del 23 de noviembre como quiere hacer creer, a pesar de su falso dilema del pregonado "vendrían por mi,sería la guerra" (no es verdad) estaría neutralizando a sectores radicales opositores, porque los debilitaría neutralizándolos, los obligaría a reconocer que ha jugado por el camino institucional cuando en realidad ha ejecutado un golpe de estado solapadamente, convalidando políticamente unos decretos leyes que son inconstitucionales y que le permitirán ganando o perdiendo aplicar recetas comunistas intervencionistas y confiscatorias que el pueblo no ha aprobado; pero nos mantendría aún entrampados a pesar de ser derrotado, lo cual de por si con todo el ventajismo no resultará nada fácil de lograr; de todas formas, Chávez con esta audaz estrategia persigue ganar aún si perdiera las elecciones regionales, se ha blindado; pero además, siempre podrá mantener algunas gobernaciones (con todo el poder y ventajismo es lógico) y así podría de nuevo atenuar cualquier derrota y desmerecer el probable y eventual triunfo de la oposición diciendo que su victoria es pírrica.
Chávez sabe que tiene al país entrampado, porque juega con sobre ventaja, premeditación y alevosía, se ufana de ello, y arrogantemente desafía públicamente a sus adversarios a quienes cataloga como pitiyanquis, los reta a que recurran por ante el parcializado Tribunal Supremo de Justicia a oponerse a sus 26 decretos leyes viciados de nulidad; pero garantizándose siempre y a todo evento, una decisión muy convenientemente amañada en su favor. Para nadie es un secreto que en el Tribunal Supremo de Justicia cuenta desgraciadamente para Venezuela con magistrados evidentemente desvergonzadamente parcializados, sometidos a sus designios y que le son cínicamente incondicionales a sus proyecto político.
Por eso Chávez puede darse el lujo, de desafiar a viva voz a todos sus oponentes, a demandarle en una instancia judicial en donde tiene asegurada siempre una decisión que le convalidará legalmente sus exabruptos y adefesios jurídicos.
Chávez ha ideado e implementado otro falso dilema, que aplica sin anestesia con la ingenua anuencia de algunos sectores opositores. Ha sabido vender muy bien la matriz de opinión, de que los 26 decretos leyes, pueden atacarse por la vía electoral concurriendo la población a votar en las próximas elecciones regionales del 23 de noviembre, y así anularlos haciendo cesar sus efectos jurídicos, lo cual es mentira, y nada podría ser más falso que eso, porque la decisión electoral para elegir gobernadores y alcaldes no es de ningún modo vinculante con la plena vigencia que mantendrían los decretos leyes. Los 26 decretos leyes simplemente no podrían derogarse, ni anularse, ni dejarse sin efecto mediante una decisión electoral en la que no estaría en consideración su validez o invalidez; así de simple.
Pero lo más grave no es que Chávez intente hacerle creer eso a la población manipulándola, lo cual ya no sorprendería a nadie, lo gravísimo es que algunos sectores de la oposición democrática le hagan el juego o se dejen engañar torpemente, o que acepten como cierto un reto tan falaz; más aún, que asuman que pueden desactivar los efectos jurídicos y la vigencia de los 26 decretos leyes mediante el mecanismo de las elecciones regionales. Es muy peligroso crearle esas falsas expectativas al pueblo, porque la oposición aunque ganara todas las gobernaciones y alcaldías en las próximas elecciones del 23 de noviembre, lo cual es muy poco probable por no decir imposible, no impediría en lo más mínimo que esos decretos leyes mantuvieran su plena vigencia, a pesar de haber sido aprobados como lo fueron, sin cumplir con los requisitos exigidos por la Constitución Nacional explicados anteriormente, porque no son inconstitucionales de pleno derecho, sino que esa pretendida inconstitucionalidad debe ser solicitada y declarada por el órgano judicial competente que es el TSJ, en este caso, lógicamente, por la inefable Sala Constitucional del TSJ, que como ya hemos dicho, es improbable que sentencie algo distinto a los solícitos requerimientos y exigencias del Jefe supremo de la seudo revolución. Manteniendo así entrampada a Venezuela en medio de los engañosos falsos dilemas que emplea para lograr sus inconfesables y grotescos fines políticos.
Parecería que estuviéramos entrampados por los falsos dilemas y los planes del régimen de Chávez. Por una parte, enfrentamos la gran incertidumbre que nos acecha de que se nos apliquen unos decretos leyes a todas luces ilegales e inconstitucionales, que progresivamente nos conculcan sistemática y progresivamente nuestros legítimos derechos. El país se debate entre interminables discusiones atrapado por falsos dilemas. De allí que surgen estas reflexiones: Si lo enfrentamos en la calle con la protesta masiva, nos exponemos a un desenlace parecido al del 11 de abril (nada deseable), o le servimos en bandeja de plata el pretexto perfecto para que suspenda las elecciones de noviembre; si nos mantenemos inmóviles y sin reaccionar igual el régimen sucesivamente aplica medidas conculcadoras y confiscatorias de los derechos humanos de la sociedad civil y de las personas en general como las que ha venido ejecutando como por ejemplo el cierre de RCTV y la ilegal confiscación de sus antenas y equipos, mediante el más vulgar despojo, con la anuencia del TSJ; si acudimos al poder judicial, ya sabemos lo que ocurre; si nos dedicamos por entero a hacer la campaña electoral descuidando el resto de los intereses del país, como el de los 26 decretos leyes, se corre el riesgo de que el país que no milita en los partidos opositores perciba al liderazgo como muy ambicioso e interesado únicamente en los cargos de gobernadores y alcaldes y en conquistar espacios burocráticos de poder para sus dirigentes y partidos; si la sociedad democrática acude unida y organizadamente bajo la acertada conducción de un liderazgo esclarecido que la inspire suficiente y adecuadamente a las urnas y derrota mayoritariamente a los candidatos oficialistas, se encontrará inmediatamente con la desagradable sorpresa de que no ha ganado nada porque, el régimen le impondrá mediante la aplicación de sus 26 decretos leyes al día siguiente para elegir funcionarios que estén por encima de los gobernadores y alcaldes electos, produciendo aún mayor desencanto de la gente ya resignada de luchar contra el régimen que la somete y doblega; si producto de todas las estrategias y tácticas habilidosas del régimen, además del contar con todo el ventajismo que le otorgan el manejo inescrupuloso y discrecional de los cuantiosos recursos financieros y logísticos del fisco en poder del estado, controlados y administrados por el gobierno, aparte del nada despreciable apoyo incondicional del CNE, groseramente parcializado, si el Sr Chávez logra ganar la mayoría de las gobernaciones y alcaldías pues habremos contribuido también a convalidarle además sus 26 decretos leyes inconstitucionales, y así tendría el camino libre y abierto para ir en búsqueda de su apetecible y ansiada reelección. Hemos sugerido en otra entrega que lo que debería hacerse es aplicar: "A Dios rogando y con el maso dando". No se puede ignorar el tema electoral pero tampoco el de los decretos leyes. Es importante que la oposición intente ganar las elecciones regionales, pero también lo es que pueda disponer de mecanismos efectivos que puedan permitir derogar los 26 decretos leyes (¿Referéndum?).¿Cómo hacerlo? esa es la tarea del indio.En ambos casos se requiere de muchísimo talento político, aparte de muchas cosas; pero jamás deben sub estimar al Sr Chávez quien es probadamente habilidoso, maniobrero y audaz.Esta pelea es de largo aliento y no terminará pronto, ni lo piensen, que esto no se acaba en noviembre.Chávez tiene en sus manos a la Asamblea Nacional, eso equivale a tener el machete en la mano, con el que puede cortar mucho monte.
Ante estos engañosos, tendenciosos falsos dilemas, es preciso, necesario, conveniente e indispensable que la sociedad democrática venezolana los conozca a fondo, los aborde, examine y evalué con gran dedicación, serenidad, atención y sabiduría, para que así pueda resolverlos apropiadamente, y los sepa enfrentar con decisiva determinación, para impedir la ejecución de los confesos planes conculcadores y totalitarios del régimen, y lograr la defensa efectiva de los derechos legítimos democráticos de toda la nación.
Pensamos que la gran carencia que tiene la sociedad democrática venezolana es la ausencia de un liderazgo fuerte, carismático, muy esclarecido,para oponérselo eficazmente al populista y demagógico de Chávez. Se necesitaría de un liderazgo moderno, emergente, muy capaz, con gran credibilidad, y que tenga plena consciencia y certeza de lo que es correcto, de lo que debe hacerse para enfrentar adecuadamente las estrategias y tácticas del régimen, que fuera capaz de entusiasmar y movilizar efectivamente al país nacional en favor de sus causas democráticas. Si en Venezuela en este instante existiera disponible en la oposición un líder que la condujera com probidad, que tuviera la estatura política, moral e intelectual, y el peso específico, al menos parecido al de un Don Rómulo Betancourt, de un Jóvito Villalba, un Rómulo Gallegos, un Leonardo Ruiz Pineda, o de un Gustavo Machado, otras serían las circunstancias; como diría nuestra abuela materna: “Otro gallo cantaría”. Es cierto que no hay soluciones mágicas, nadie las tiene, ni puede ofrecerlas; pero como dicen en nuestro pueblo: “Esto es lo que hay”, habrá que recurrir de los líderes que tengamos disponibles, que tampoco son poca cosa, pero deben mostrársenos y actuar con eficiencia ya; aparecer y actuar con gran acierto ahora que son indispensables para conducir con éxito a la sociedad, en esta difícil coyuntuta política que padecemos como colectivo; y asumir con gran gallardía y dignidad los infinitos desafíos, acechanzas y riesgos que enfrentamos todos los venezolanos, ahora que el país los necesita y se los exige, ellos tienen la opotunidad y la palabra…