miércoles, enero 23, 2008

"Apoyo a política del Presidente Uribe frente a las Farc, expresó Presidente del gobierno español"


Visita del Presidente Colombiano Álvaro Uribe a Europa

José Luis Rodríguez Zapatero aseguró que por respeto a la soberanía del país cualquier estrategia que se lleve a cabo frente a ese grupo guerrillero debe ser iniciativa del gobierno colombiano.

El mandatario manifestó que España siempre estará al lado del Presidente Uribe y del pueblo colombiano en la búsqueda de caminos para alcanzar la paz del país.
Destacó la importancia de que una misión médica pueda visitar a los secuestrados para examinar su estado de salud.
Previamente, el presidente Uribe tuvo un encuentro con el rey Juan Carlos, como parte de su gira en Europa, en donde busca apoyo internacional contra las Farc.
En su encuentro, los presidentes Uribe y Rodríguez Zapatero firmaron un Acuerdo de Asociación Estratégica entre ambos países, que situará las relaciones bilaterales al máximo nivel.
El acuerdo es el quinto que España suscribe con países latinoamericanos, después de otros similares firmados con Argentina, Chile, Brasil y México.
Uribe participará posteriormente en el IV Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo, que se celebra en Madrid, con una amplia representación colombiana.
Ayer, el canciller español, Miguel Angel Moratinos, manifestó que las Farc no pueden ser retiradas del listado de organizaciones terroristas del mundo.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

El presidente Uribe está demostrando que es un esgrimista político de grandes cualidades; le está dando una "paliza diplomática" al tipo aquel; ¡qué clase ha demostrado tener el presidente colombiano! frente al que aquí desafortunadamente sufrimos...el venezolano para nuestra desventura es un ignorante, grosero, arrogante y vulgar, el colombiano un hombre de gran estatura intelectula, moral y política, todo un estadista resultó ser Uribe; mientras el dictador, es un desperdicio...

Anónimo dijo...

CAMBALACHE

Locos, remedios y peleas ajenas

Daniel Samper Pizano. Columnista de EL TIEMPO.

Afortunadamente, la pelea entre Uribe y Chávez no ha hecho metástasis en los pueblos de Colombia y Venezuela

Quizás tienen razón los opositores de Hugo Chávez que pretenden desmontarlo del poder mediante un proceso institucional que lo declare mentalmente insano. Durante un tiempo pensé que se trataba de un recurso tramposo, de una zancadilla desesperada para arrebatarle lo que ganó legítimamente en las urnas. Pero sus más recientes actuaciones revelan una personalidad trastornada por la megalomanía, la ciclotimia y la coprolalia.

No es preciso ser psiquiatra para entender que este hombre no está en sus cabales. Preocupan su compulsión por exhibirse, su propensión a decir cuanto se le pasa por la cabeza, su afán protagónico, su agresividad y su tendencia a convertirse en predicador político urgido de la constante alabanza de un séquito de corifeos. Inquieta también la obsesión patológica por imitar a Bolívar. Hay antecedentes. En Colombia tuvimos el doloroso caso de un actor que, a fuerza de compenetrarse con el Libertador, acabó en una casa de reposo.

Es irreal esperar que un tribunal aparte a Chávez del poder, como Ecuador apartó a Abdalá Bucarán, y no me parece seria la oposición venezolana, donde hay desde líderes respetables hasta lagartos, explotadores y políticos corruptos. Pero considero necesario que el Gobierno colombiano disponga de un buen perfil psicológico del presidente venezolano: a la hora de dialogar, le será tan útil como aquellos.

Digo dialogar, porque hay que detener la peligrosa degradación de las relaciones con Venezuela. A menudo la Historia depara el enfrentamiento de dos pueblos vecinos cuyos gobernantes procuran impedir que las cosas pasen a mayores. Aquí es lo contrario: dos presidentes (sobre todo uno: Chávez) trenzados en una riña de comadres, mientras sus pueblos observan sorprendidos. La delirante pelea no ha producido metástasis populares y hay que evitar que así ocurra. Chávez pasó del insulto a militarizar la frontera, y aún podría escalar a la ruptura de relaciones y el acuartelamiento. Es un psicotipo impredecible. Uribe (a quien Chávez elegirá por tercera vez si se empeña en seguirlo atacando) hace bien en no responder insultos y dejarlo naufragar en su verborrea. Pero sería incauto imaginar que todo acabará allí.

El agotamiento retórico del ex coronel podría inducirlo a peores recursos y la obsesión de notoriedad podría inspirarle irreparables aventuras intrépidas.

Veo dos soluciones inmediatas. 1) Un estadista con amistoso ascendiente sobre ambos (¿Fidel Castro?), que los siente en una mesa, les eche un sermón y ponga orden. 2) Un gesto de origen unilateral, cada vez más difícil, que, pasando por encima de rencillas, marque un gesto histórico de reconciliación.

Conviene hacerlo pronto, entre otras cosas porque a la sombra del enfrentamiento bilateral y la campaña contra las Farc están medrando diversos oportunismos políticos. Pasma ver que Andrés Pastrana, cuya presidencia fue obra de un gesto electoral de 'Tirofijo' que tuvo como pago el Caguán, se ofrezca ahora como mediador entre dos gobernantes unidos por su común antipatía hacia él.

Algo parecido sucede con las víctimas del secuestro, merecedoras de todo mi respeto, solidaridad y admiración. La caravana que llevó a España a varios de los liberados fue organizada por entidades de derecha vinculadas al Partido Popular. En los actos solo participarán José María Aznar y figuras de esa agrupación conservadora. Leo en la prensa española que muchos denuncian el carácter partidista del evento y critican la utilización de las víctimas. Esto politiza la noble causa, despierta sospechas en sectores europeos de centro e izquierda, ofrece armas a los sectores reaccionarios que pretenden sugerir de manera infame que la izquierda democrática colombiana tolera la violencia y ahonda la brecha con Venezuela.

Es conocido el odio mutuo entre Chávez y Aznar: no compremos peleas ajenas, que con las nuestras ya tenemos suficiente.

cambalache@mail.ddnet.es


Daniel Samper Pizano

Anónimo dijo...

EEUU ante la OEA: cómo un país lucha contra el tráfico de drogas y a la vez pide legitimar a un grupo narcoterrorista

El representante interino de estados Unidos ante la OEA Robert Manzanares señaló que no puede entenderse, en alusión a Venezuela, cómo un país dice que lucha contra el tráfico de drogas y al mismo tiempo pide la legitimación de una organización narcoterrorista como las FARC.

"Es importante subrayar aquí el papel de las FARC, que además de ser una organización terrorista también es una significativa organización de tráfico de droga", explicó el embajador de Estados Unidos ante la OEA, Robert Manzanares, al responder a la acusación de "agresión" por parte de Venezuela por la cuestión de la lucha antidrogas.

"Resulta difícil de entender que un país tan dedicado a la lucha contra la droga puede simultáneamente apoyar a las FARC y al mismo tiempo llevar a cabo una campaña para legitimar a un grupo que ha sido rechazado por todo el mundo", agregó el representante de Estados Unidos.

Tras escuchar la intervención del embajador de Venezuela, Jorge Valero, dijo que Venezuela ha fracasado en los últimos dos años y no ha tomado medidas eficaces en la lucha contra las drogas.

Manzanares aseguró que el flujo de cocaína por el territorio venezolano ha aumentado y que en la actualidad asciende a 250 toneladas métricas anuales.

El representante de Estados Unidos ante las OEA exhortó a Venezuela a participar en alianza con sus vecinos y otros países para combatir el azote del narcotráfico