POR: ARTURO M. VALLSERRA
EFE/BOGOTA/AP .La distensión que suponía en la relación entre Colombia y Venezuela la entrega de dos rehenes en poder de las FARC al presidente Hugo Chávez, fue apenas una ilusión de unas horas en las que hubo agradecimientos de parte y parte, pero poco después volvieron las recriminaciones de cada lado.
La propuesta de Chávez de abolir el calificativo de terroristas y dar estatus de beligerancia a las guerrillas de las FARC y el ELN, volvió a crispar el ambiente que desde finales de noviembre pasado envuelve las relaciones entre Caracas, que retiró a su embajador, Pável Rondón, desde entonces, y Bogotá.
La propuesta de Chávez de abolir el calificativo de terroristas y dar estatus de beligerancia a las guerrillas de las FARC y el ELN, volvió a crispar el ambiente que desde finales de noviembre pasado envuelve las relaciones entre Caracas, que retiró a su embajador, Pável Rondón, desde entonces, y Bogotá.
Chávez hizo la declaración un día después de que las FARC liberaran a la ex candidata a la vicepresidencia de Colombia Clara Rojas, secuestrada desde el 2002, y a la ex congresista Consuelo González de Perdomo, cautiva desde el 2001.
El ex ministro colombiano de Relaciones Exteriores y miembro de la Comisión Nacional de Conciliación (CNC), Augusto Ramírez, dijo que ''es inaceptable que Colombia caiga bajo la extorsión o el chantaje'' de la fórmula de Chávez, que exige ''reconocer como no terroristas a quienes lo son, para mejorar la relación'' entre los dos países.
Esa propuesta, según Ramírez, está ''por fuera de las normas internacionales, de los procedimientos de Ginebra'', y significa una ''intervención indebida'' del mandatario venezolano en Colombia.
El ex funcionario recordó que la comunidad internacional, la Unión Europea (UE), ''que actúa unánimemente'', declaró terroristas a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), como lo hizo del también rebelde Ejército de Liberación Nacional (ELN) y de los grupos paramilitares de ultraderecha.
La UE lo hizo, dijo, porque ''evidentemente son organizaciones armadas que han hecho tropelías incalculables'', no respetan el Derecho Internacional Humanitario (DIH), usan armas indiscriminadas y mantienen en situación de oprobio espantoso a quienes secuestran, con unos ''métodos condenados internacionalmente'', entre otros.
Ramírez recordó que la legislación colombiana permite diálogos con organizaciones armadas ilegales sin necesidad de que tengan reconocimiento político.
El ex ministro, quien estuvo a finales del siglo pasado a nombre de la ONU como delegado en el proceso de paz de El Salvador, recordó que las FARC tiene actualmente unos 744 secuestrados, de ellos más de 700 civiles, que no están involucrados en el conflicto y son excluidos por el DIH expresamente del mismo.
Las declaraciones del mandatario venezolano causaron gran revuelo en Colombia, donde las FARC, con unos 17,000 integrantes, luchan contra el Estado, y son consideradas la mayor fuerza secuestradora, con al menos 700 rehenes en su poder, y una organización dedicada al narcotráfico, de acuerdo con fuentes oficiales.
Las declaraciones del mandatario venezolano causaron gran revuelo en Colombia, donde las FARC, con unos 17,000 integrantes, luchan contra el Estado, y son consideradas la mayor fuerza secuestradora, con al menos 700 rehenes en su poder, y una organización dedicada al narcotráfico, de acuerdo con fuentes oficiales.
El presidente colombiano, Alvaro Uribe, le había pedido en agosto pasado a Chávez y a la congresista opositora colombiana Piedad Córdoba que mediaran en busca de un acuerdo humanitario para la liberación de los secuestrados, pero en noviembre último el propio Uribe puso fin a esa gestión.
Sin embargo, el 21 de noviembre Uribe terminó las gestiones de Chávez y Córdoba por las llamadas de éstos al alto mando militar del país, lo que molestó al presidente venezolano y generó la peor crisis diplomática de los últimos años.
El ex presidente colombiano Andrés Pastrana (1998-2002), durante cuyo gobierno las FARC fueron incluidas en la lista de organizaciones terroristas por la comunidad internacional, afirmó que ''es un imposible moral'' aceptar la exigencia de Chávez, que consideró además como un ``chantaje e intervención en asuntos internos de otro país''.
El ex presidente colombiano Andrés Pastrana (1998-2002), durante cuyo gobierno las FARC fueron incluidas en la lista de organizaciones terroristas por la comunidad internacional, afirmó que ''es un imposible moral'' aceptar la exigencia de Chávez, que consideró además como un ``chantaje e intervención en asuntos internos de otro país''.
Según Pastrana, es por lo menos curioso que el presidente venezolano hubiera salido, luego de la liberación de Rojas y González de Perdomo, a pedir y respaldar el estatus político para esta organización armada ilegal.
Por su parte, el Defensor del Pueblo, Vólmar Pérez, dijo que el terrorismo hay que describirlo por sus acciones y ''mas allá de la voluntad de los gobiernos, de las consideraciones políticas que hagan los gobernantes'' no se puede pasar por encima del ordenamiento jurídico que define esas conductas.
Dijo que la ilegal fuerza militar sólo cuando se comprometa a respetar de manera ''irrestricta las normas protectoras de DHI'' dejará de ser terrorista.
''Las FARC aunque en sus proclamas tienen propósitos políticos, es evidente que hacen uso de métodos que lesionan gravemente la conciencia de la humanidad e incurren en conductas constitutivas de actos de terrorismo'', puntualizó Pérez.
Recordó que hay una resolución de la Asamblea General de la ONU de mediados de la década pasada, ''que describe al terrorismo por sus conductas y sus acciones y dice, por ejemplo, que se debe entender por terrorismo los actos criminales que tengan inclusive fines políticos, que estén concebidos y planificados para provocar un estado de terror en una población en general o en un grupo de personas determinadas'', concluyó el especialista.
Recordó que hay una resolución de la Asamblea General de la ONU de mediados de la década pasada, ''que describe al terrorismo por sus conductas y sus acciones y dice, por ejemplo, que se debe entender por terrorismo los actos criminales que tengan inclusive fines políticos, que estén concebidos y planificados para provocar un estado de terror en una población en general o en un grupo de personas determinadas'', concluyó el especialista.
5 comentarios:
“Uribe y Colombia han perdido ya que la guerrilla ve reforzado su papel”
Para Pilar Rahola, después de la liberación de Clara y Consuelo, “ha perdido Álvaro Uribe, uno de los presidentes de más categoría de toda la región, que ve reforzado el papel de una guerrilla“. Rahola califica a las FARC como “aprendices de diablo” y cuestiona duramente, en la línea que lo hiciera Carlos Fernández de la Fuente, el papel de la izquierda latinoamericana.
Esta es su columna que publica hoy el diario La Vanguardia:
En una conversación de hace poco con Julio María Sanguinetti, el ex presidente de Uruguay y lúcido analista me adelanta lo que será su nuevo artículo.
Cuando charlamos, coincidiendo ambos en la crítica a la moral tuerta de determinados intelectuales de izquierdas, capaces de justificar todas las atrocidades de las FARC, aún no se ha producido la liberación de Clara Rojas y Consuelo González. Tampoco conocemos las barbaridades de la madre de Mayo Hebe de Bonafini - mujer que usa su pañuelo blanco de madre de desaparecidos para mercadear en los bajos fondos de la apología del terrorismo-, ni el último alarido delirante de Hugo Chávez.
Pero todo es previsible y así, leyendo ayer su artículo en La Nación,de Argentina, reflexiono sobre esa falta de sorpresa que nos producen estos tipos y que, sin embargo, siempre sorprende. Ya conocemos el relato directo de las atrocidades que sufren los secuestrados por las FARC, y nada de lo que pueda añadir a este segundo artículo sobre el fenómeno sumará más barbaridad.
Las FARC han cometido, en nombre de no se sabe qué engendros de ideas - si en algún tiempo fueron ideas con sentido, se olvidaron en los agujeros negros donde encarcelan a sus víctimas-, todo aquello que tipifica la maldad del ser humano. Han secuestrado a niños y adultos, los mantienen encadenados en condiciones infrahumanas, durante años, sin ningún atisbo de piedad, masacran pueblos enteros para crear el terror, son los garantes de la buena salud del narcotráfico en la zona y, en la cúspide del horror, sólo falta conocer los detalles de la tragedia del hijo de Clara Rojas, cuyo maltrato por parte del campesino que lo cuidaba por orden de las FARC - arrancado de su madre desde los ocho meses- era tan brutal, que llegó a estar a punto de morir.
Como escribí en mi artículo anterior, las FARC son pura maldad, la maldad que André Glucksmann tipificó, en su momento, de “nueva forma de nihilismo”. Nada es respetable, nada es sagrado, nada es motivo de piedad, y así, bajo la aureola de una épica enfermiza y antediluviana, se esconden hombres y mujeres que perdieron el alma hace tiempo. Aprendices de diablos.
Pasado el momento, y con las dos mujeres liberadas intentando hilvanar su vida nuevamente, la contradicción es el sentimiento más hiriente. Sin ninguna duda, todo ser decente se alegra de la liberación de estas dos mujeres que han sufrido lo indecible, y cuyo dolor nos tendría que arañar la conciencia. Pero su liberación ¿es un triunfo de la libertad?
Veamos los hechos. Una democracia sólida e histórica - me decía el antiguo alcalde de Bogotá: “Colombia es el único país de la zona que nunca fue imperio, y que nunca ha vivido en una dictadura”-, con un presidente que mantiene alta la salud democrática de las instituciones, a pesar de sufrir el acoso terrorista más importante de toda Latinoamérica, tiene que aguantar la ingerencia del presidente de otro país y el chantaje internacional con el dolor de las víctimas.
Clara y Consuelo han sido liberadas, pero, más allá de ellas y sus familias, ¿quiénes han ganado esta partida?
No parece que haya sido la democracia colombiana, sino más bien todos sus enemigos.
Ha ganado Tirofijo y su corte de bandidos selváticos, que han conseguido el spot publicitario de las FARC más importante de las últimas décadas.
Ha ganado Hugo Chávez, cuya capacidad para defender todo lo indefendible es inimaginable.
Han ganado los mercaderes de la demagogia latinoamericana más reaccionaria, cuyo ruido ensordece las palabras de los líderes de izquierdas razonables que coexisten en el continente.
Han ganado los intelectuales del odio de izquierdas, sólo diferenciado del odio de derechas en que las banderas con que se envuelven parecen más amables.
Y ha perdido Álvaro Uribe, uno de los presidentes de más categoría de toda la región. Con él, sin duda, ha perdido Colombia, que ve reforzado el papel de una guerrilla que mantiene a más de 500 personas secuestradas, el 90% de las cuales anónimas, utilizadas como simple carnaza financiera. Cierro con Álvaro Mutis, aunque sólo sea como homenaje a la Colombia que vive, lucha y avanza, a pesar de los guerrilleros de la muerte: “Cada poema, un pájaro que huye del sitio señalado por la plaga“.
Chantaje a una democracia
Pilar Rahola
La Vanguardia (España) y Pilar Rahola. Com
www.pilarrahola.com
“Colombia: salida política o guerra indefinida”
Para Vladimir Villegas, en su columna de hoy en “El Nacional”, “calificar a las FARC de grupo terrorista puede satisfacer a sus adversarios pero en modo alguno permitirá avanzar en la búsqueda de la paz definitiva”.
Esta es su columna completa:
La liberación de Clara Rojas y Consuelo González por parte de las FARC ha dado un nuevo aliento a la búsqueda de solución no sólo al caso de los numerosos rehenes que aún están en manos de la mayor agrupación guerrillera colombiana, sino también de alternativas que conduzcan decididamente a la paz en la nación hermana.
Los hechos vienen demostrando desde hace décadas que la paz en Colombia no emergerá de una solución militar, porque ni el ejército está en capacidad de derrotar a la guerrilla ni ésta tiene posibilidades de tomar el poder o siquiera de extender su zona de influencia. Es demasiado complejo el conflicto colombiano como para resumirlo en la idea de que se trata de derrotar o aniquilar a como dé lugar a un grupo de terroristas.
La violencia en Colombia tiene orígenes muy remotos, cuando ni siquiera había nacido el actual presidente estadounidense George W. Bush, en cuya gestión se acuñó, luego del 11 de septiembre, como lucha contra el terrorismo prácticamente todas las andanzas militares de Estados Unidos en el mundo.
Las FARC, al igual que los paramilitares, han realizado acciones que son absolutamente condenables, como por ejemplo el secuestro. Esa práctica, lo mismo que cualquier otra que atente contra la vida o la dignidad humana, genera un amplio rechazo. Pero ello no niega que, pese a sus actos deleznables, la agrupación guerrillera dirigida por Manuel Marulanda Vélez, también conocido como Tirofijo, es un grupo que reúne características similares a otros movimientos armados que en otros países y en otros tiempos han recibido el reconocimiento internacional.
Para que esto ocurra, las FARC tendrían que comprometerse a liberar a todos los rehenes que están bajo su control y a no continuar practicando acciones como el secuestro o la extorsión.
La guerra en Centroamérica, y particularmente en El Salvador y Nicaragua, dejó más de 150.000 muertos. Fue, como toda guerra verdadera, a muerte. Corrieron ríos de sangre, miles y miles de personas, la mayoría jóvenes, cayeron abatidos o resultaron severamente mutiladas. Y después de tanta mortandad, de tantas vidas jóvenes perdidas irreparablemente, se abrió el camino de la paz.
Claro que quedaron heridas abiertas, pero más pudo la responsabilidad de los actores políticos, después de tantos años de enfrentamiento armado, que la tentación de seguir cobrando facturas de lado y lado. Pese a las especificidades de Colombia, la situación es la misma en cuanto a las alternativas que se tienen en la mano.
Ya ha dicho Consuelo González que el reconocimiento a las FARC pudiera ser un paso en la dirección de alcanzar no sólo la liberación de los secuestrados y un canje humanitario, sino también un espacio para salidas políticas al conflicto armado.
Y para que prospere la salida política las partes tienen que dialogar, y en lo posible hacerlo con el apoyo de la comunidad internacional.
Lo contrario es seguir apostando a la muerte, a la violencia, a la remota posibilidad de aniquilar al adversario, y a dejar sin esperanzas a quienes se encuentran privados de su libertad y sometidos a condiciones de cautiverio absolutamente reñidas con el respeto a la dignidad de la persona humana.
Calificar a las FARC de grupo terrorista puede satisfacer a sus adversarios dentro y fuera de Colombia, pero en modo alguno permitirá avanzar en la búsqueda de la paz definitiva en la nación hermana. Y no olvidemos que si las FARC han cometido acciones que pueden considerarse terroristas, el paramilitarismo, nacido y amamantado por sectores políticos y militares de colombianos, también tiene sus crueles historias, incluso en la periferia del gobierno de Álvaro Uribe.
Ahí no hay quien tire la primera piedra.
Apostar por la salida política no es apostar por las FARC, sino por el pueblo colombiano y su derecho a vivir en paz y con justicia.
Colombia : salida política o guerra indefinida
Vladimir Villegas
El Nacional
“Lo de Chávez no es una propuesta sino la notificación de una decisión tomada”
Las palabras de Hugo Chávez de que “las FARC no son terroristas, sino una fuerza beligerante con un proyecto político y bolivariano” han desatado una auténtica tormenta. Hoy diversos artículos analizan las consecuencias que puede tener la propuesta del presidente venezolano.
El Tiempo de Bogotá advierte, en su editorial, los riesgos de pasar de la retórica a los hechos:
Si bien es grave y serio que el presidente de una nación diga que las Farc no deben ser consideradas terroristas, sino beligerantes, lo que verdaderamente debe preocupar es si Hugo Chávez está dispuesto a pasar de la retórica a los hechos. Una cosa es que ’sugiera’ al gobierno colombiano darles uno u otro tratamiento. Otra, muy distinta, sería que, por considerarlas un ‘proyecto bolivariano’ afín al suyo, les diese apoyo y refugio. Esto tendría en el conflicto un impacto mucho peor que cualquier etiqueta.
Por hechos se entienden aspectos tales como algunos de los que han sido mencionados en los últimos días:
- Apoyo a los campamentos (ver columnas de Patricia Poleo)
- Apertura de una oficina de las FARC en Caracas (ver columna del 06-01 de Edgar C. Otálvora)
- Apoyo a crear una especie de Gobierno en el exilio (ver artículo de esta semana en La Razón)
El semanario La Razón publica también esta semana, en su sección “Quirófano”, un análisis de las consecuencias de reconocer a las FARC como beligerantes y no terroristas:
Publicado en La Razón (Venezuela)
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Mientras, hoy en El Tiempo de Bogotá, Pedro Medellín está seguro de que lo de Chávez no quedará en palabras:
>Las cartas están sobre la mesa. Hugo Chávez, al tiempo que decide restringir las importaciones de vehículos desde Colombia, le pide al Gobierno colombiano que retire la calificación de terroristas a las Farc. Está anticipando la que parece una decisión tomada: reconocer el estatus de beligerancia de los movimientos guerrilleros de Colombia.
Para Medellín la intención de Chávez está clara:
Además de crear las condiciones para la liberación de los secuestrados, busca abrir el espacio para una negociación política hacia la paz. Está convencido de que puede convertir a las Farc en una fuerza política que consolide el proyecto bolivariano. No de otra manera se explica por qué le dice a ‘Marulanda’: “Yo estuve con un fusil en la mano, pero es posible buscar el camino de la política”.
Duro reproche a Hugo Chávez desde la alta cúpula militar de EE.UU.
El almirante Mike Mullen, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de EE.UU. dijo este lunes que las declaraciones de Hugo Chávez sobre las FARC no eran inesperadas y las reprochó severamente.
“Honestamente no estoy sorprendido por este apoyo” dijo a periodistas al final de la visita al Comando Sur, de acuerdo a un reporte de Reuters.
El Comando Sur es la central con base en Miami para las operaciones militares de Estados Unidos en Latinoamérica.
“No creo que sea de mucha ayuda a largo plazo para construir la clase de estabilidad que necesitamos en esta parte del mundo,” apuntó.
Estados Unidos apoya firmemente la campaña del presidente de Colombia, Alvaro Uribe, contra la guerrilla, otorgando financiamiento y asesoramiento militar al país.
Está previsto que Mullen, un ex dirigente de la Marina que asumió el principal cargo de las fuerzas armadas de Estados Unidos en octubre, haga su primera visita a Colombia esta semana.
Francia: FARC será considerada terrorista mientras no libere a rehenes
Francia estimó el martes que retirar el nombre de la guerrilla colombiana de las FARC de la lista de las organizaciones terroristas no será un asunto pertinente hasta tanto ese grupo "no haya liberado a todos los rehenes".
"Eso parece algo que no viene a propósito mientras todos los rehenes en poder de las FARC no hayan sido liberados", declaró la portavoz de la cancillería francesa, Pascale Andréani.
"Dependerá del comportamiento de las FARC", añadió.
Entre 700 y 1.000 personas, entre las cuales la franco-colombiana Ingrid Betancourt, son actualmente rehenes de la guerrilla marxista de las FARC, la más importante de Colombia.
Para París, "reexaminar la inclusión de las FARC en la lista de las organizaciones terroristas sólo es algo que se puede hacer en el marco de la liberación de todos los rehenes y de un proceso de retorno a la paz civil en Colombia", precisó Andreani.
En un discurso pronunciado tras la liberación de las rehenes colombianas Clara Rojas y Consuelo González, el presidente venezolano Hugo Chávez pidió "a los gobiernos del continente (latinoamericano) y de Europa que retiren a las FARC y al ELN de la lista de los grupos terroristas del mundo, ya que esa lista sólo tiene una razón de ser, la presión de Estados Unidos".
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