POR:ARCANGEL VULCANO.
Almorzando hoy con la dueña de mi sueldo, la comandante suprema de mi hogar, la tirana de mi mujer, quien a parte de ser profesional -gracias a Dios- atiende con proverbial sapiencia y maestría, con una mano adelante y la otra amarrada a la espalda todas las difíciles labores cotidianas que suponen el complejo, trabajoso y agotador escenario familiar en el hogar, mi dulce tormento aparte de ser egresada universitaria, también es doctorada en la realidad en la más importante profesión, la de ama de casa, pero posee además “postgrados” en cuantas telenovelas y tele culebrones han transmitido las televisoras nacionales e internacionales, especialmente las venezolanas, colombianas y mexicanas; su ya larga carrera que comenzó casi por inercia a estudiar a fondo desde su infancia junto a su maestra mayor –mi inefable suegra- quien la instruyó adecuadamente en el complejísimo análisis e interpretación de aquellos ofidios televisivos, por lo que se graduó con honores en cuanto sortilegio o enredo amoroso se le ocurrieran a los denominados mecenas del género. Ella -como se comprenderá- posee amplísimas credenciales para justificar entonces, lo que aquí les voy a narrar con pasmoso asombro, pero no sin antes advertir sinceramente, que lo que les describiré en detalle, realmente me ocurrió, pero que los episodios que me sugirió mi capullito son sólo la consecuencia de la rabieta que la atormenta luego de tener que hacer una larga cola -no se donde- para que le vendieran una bolsa de leche en polvo completa de 900 gramos.
La pobre llegó a casa algo mal humorada, durante el almuerzo de repente dijo con voz de mando: -A Chávez deberíamos los venezolanos someterlo un solo día de su valioso tiempo a hacer exactamente lo mismo que tenemos que hacer nosotros, es decir, torturarlo, castigarlo, para que sepa por lo que tenemos que pasar y padecer por su ineptitud y sus ocurrencias, porque estoy segura –se estremeció en la silla- que ese señor jamás a hecho cola para nada desde que es presidente, las haría en Barinas.
Enseguida me interesé, me sobé las manos, había entendido al instante que mi “cuaima particular” expulsaría una de sus retorcidas ocurrencias, y le pregunté: -¿Como es eso? Explícanos, ¿cuales “torturas” le aplicarías? Se enroscó de inmediato, sin sonar el cascabel, pero mostró sus colmillos y la emprendió despiadadamente contra el inocente gendarme diciendo con firmeza y convicción absoluta: -Fíjate es muy sencillo, te voy a enumerar una lista de castigos y torturas posibles que imagino para ese Señor –con cierta arrogancia, como si tuviera tan desproporcionado poder- Fue cuando pensé, viéndola gesticular embravecida, desfigurada, agitando los ojos: -¡Dios! No quiero ni imaginarme ¿qué me haría si la emprende algún día con este humilde mortal, a quien dice amar? seguro que me despellejaría vivo.
Con gran solemnidad, la doña expresó: -Luego de que deje el poder y suspendidas todas sus responsabilidades gubernamentales y soslayados absolutamente todos sus privilegios, sin escolta, ni caravana presidencial, sin flux, ni parafernalias, sin agenda, yo le obligaría a tiempo completo a padecer lo que sufrimos los venezolanos, si vale, lo torturaría, lo castigaría así:
1-Amarrado a una silla inmovilizado con camisa de fuerza, la boca cubierta con un adhesivo, la cabeza rígida y bien sujeta, con unos ganchos en los ojos sin que pueda parpadear, dirigida la mirada hacia una pantalla de plasma gigante de 62 pulgadas, con sonido estereofónico del tipo teatro, para que vea y escuche durante 8 largas horas, un programa con el mismo formato de su “Alo presidente”, pero protagonizado y dirigido por un trío, conformado por los Presidentes Bush, Álvaro Uribe y el Rey Don Juan Carlos de España; eso si, sin que pueda ir al baño ni siquiera a orinar, sin poder beber agua ni ingerir alimentos; en dicho evento, ambos Presidentes hablarían de la lucha antiterrorista, los tratados de libre comercio, del pacto andino, de la CAN, de la producción de etanol y del tratado de libre comercio TLC, así como del libre mercado, la democratización, la libertad, y los principios políticos liberales, de lo maravilloso que es el capitalismo y lo malo del comunismo, de globalización, nuevas tecnologías, de la cooperación internacional, y finalmente, de todos los más importantes aspectos de política internacional y el plan Colombia. Así mismo, el Rey simplemente repetiría insistentemente durante largas horas su famosísimo “¿¡por qué no te callas!?” mirando a las cámaras con la misma cara y gestos que hizo en Chile. ¿Lo resistiría? –se preguntó- Le obligaría a escuchar a Bush repetir como loro: “Ser rico es bueno ser pobre es malo”.Igualmente, preguntando: ¿How are you Isabel de Inglaterra? “Viva el capitalismo, patria, democracia o vida, nosotros venceremos, no podrán con nosotros, si se atreven esos lacayos comunistas morderán el polvo de la derrota” y dirigiéndose a Chávez en particular, desorbitando sus azulísimos ojos e imprimiéndole volumen a su gringa voz expresaría iracundo:”Aquí te espero demagogo populista, con mis marines, mis fusiles, porta aviones y bombas atómicas, nosotros somos una nación pacífica pero armada, no se equivoquen, eres un dictador”; para luego pedirle al público una pita para Chávez y otra para Fidel, y dárselas él mismo. La salsa que es buna para el pavo…-enfatizo encolerizada.
2-Al levantarse de la silla, lo haría permanecer durante horas bajo el sol y la lluvia haciendo una larga e interminable humillante e infamante cola como la que debí hacer yo hoy –tocándose con ambos dedos índices el esternón- para comprar este paquetico de leche, no me jo…
3_Igualmente, cuando ya tenga su bolsita de leche, con un marcador de tinta azul indeleble le impondría una raya grandota en las muñecas para que no se pase de vivo y no intente colearse a comprar más leche, y lo pondría a hacer sucesivas colas durante horas, pasándolo invariablemente a la cola de la carne, la del pollo, seguidamente al resto de las colas, la de las caraotas, el papel higiénico, del azúcar, y de cuanto producto escaso existan, hasta que por fin logre la hazaña de poder hacer el mercado completo, moviéndose de extremo a extremo en Caracas, y que deberá cargar solito, sin la ayuda de sus aduladores.
5- Deberá posteriormente cargar todas las bolsas, a pie, sin tener carro, hacer la larga cola para esperar el autobús o la camioneta, abordar el transporte en medio del tráfico infernal y el tumulto, asediado por delincuentes armados que se monten en el mismo vehículo sin un policía que vigile en kilómetros a la redonda, que se le sienten a un lado, lo atraquen, lo cacheen, le apunten y amenacen con sus pistolotas, se las pongan en contacto con su humanidad, sin que pueda decir ni pio; lo bajen del transporte, le roben en plena acera el reloj, los zapatos, los pantalones, la cartera, la camisa con la imagen del icono del Che Guevara que contiene un escrito que dice “seamos como el Che”, y lo dejen descalzo en calcetines , en interiores, desnudo en plena vía sin dinero ni cartera, ni cédula, ni siquiera con un bolívar “fuerte” .
6-En ese escenario peligroso, lo colocaría a pedir limosna en plena calle y a reunir bolívares fuertes en monedas para pagar un taxi y comprarse una bata de baño a los buhoneros, pero como no podrá reunirlos, lo obligaría a hacer maromas en alguna avenida frente a un semáforo, tragando gasolina y escupiendo fuego, o tal vez, lanzando pelotas al aire, o limpiando para brisas de los carros. Estando en paños menores por el atraco, enseguida le enviaría un policía de punto para que lo auxiliara, pero como él suele ser muy polémico, seguramente discutiría reclamándole la falta de vigilancia en las busetas, probablemente increparía al efectivo desesperándole, a quien posiblemente acusaría de lacayo del imperio por no atender su emergencia oportuna y adecuadamente. Así las cosas, en vez de ayudarlo, el policía lo pondría contra la pared, registrándole frente al público expectante escandalizado por su parecido increíble con el ex presidente, allí irreconocible por mostrar sus intimidades, y tal vez, le darían alguna reprimenda con el rolo por intentar resistirse e impedirle su trabajo. Lo llevarían detenido por andar en paños menores alterando el orden público y cometer delitos flagrantemente contra las buenas costumbres, igualmente, por irrespetar a la autoridad, o tal vez lo remitirían a un sanatorio psiquiátrico por andar gritando desnudo a viva voz en plena calle que él es nada más y nada menos que el mismísimo ex presidente Hugo Chávez en persona, en cueros. Enfurecido gritaría: –“Tú no sabes quien soy yo, no me ves la verruga, ¡ay pajarito!, tú no sabes de lo que soy capaz”.
7-Una vez en la comisaría, desfigurado, transformado por la ira, desconocido por todos, que no lo pueden identificar porque llegó enrojecido por la rabieta que agarró al ser detenido y esposado frente a la gente, ya desproporcionado en sus insultos contra el distraído policía, y el resto de los funcionarios, lo pasarían directo al calabozo con el resto de los detenidos en donde hay toda clase de delincuentes, algunos de alta peligrosidad, criminales en general, pero injustamente mezclados inadvertidamente con gente de bien, que también suele caer en desgracia cuando infortunadamente entran en estos antros; pero como lo más seguro es que también allí habría cola de detenidos declarando y muy poco personal para atender el trabajo administrativo; una vez calzado y vestido, sin beber ni comer, esperaría su turno en el calabozo, al anochecer, cuando la celda oscura y húmeda se haga lúgubre y parezca una boca de lobo inhumana, vendrá algún compañero de infortunio allí detenido, quien cual caudillo cara cortada, siendo jefe único de aquel pandemonio infernal, lo conminará a entregarle los zapatos y la ropa prestada, y lo amenazará con malograrlo de algún modo indigno, por atreverse a desafiar su terrible mortal autoridad en aquella patética celda. La tortura sería entonces para él muy degradante, porque tendría que consentir en todas las exigencias o posiblemente pagar con la pérdida de la vida como cientos de venezolanos que han rendido las suyas lamentablemente en aquellos inhumanos antros de perdición. Sería toda una tortura china para él o para cualquiera, y tener que doblegarse naturalmente muy angustiado debiendo suplicarle al matón balbuceando un “por favor déjenme tranquilo”; pero la noche sería allí muy larga, tenebrosa, interminable y azarosa; la suerte de cualquiera que esté en esa peligrosa situación, en verdad no se la deseo a él ni a nadie, pero sería bueno que al menos se lo imaginara como tortura piadosa por un instante, no para que sufra siendo torturado o castigado, sino para que comprenda que debió cumplir alguna vez con su obligante deber de trabajar de verdad, por intentar humanizar el sistema carcelario venezolano. Que se recuerde de los años que vivió preso en Yare, de donde salió sobreseído por la clemencia de la amnistía política que le facilitó el magnánimo Presidente de entonces Dr. Rafael Caldera. Y también, que desde el poder que ostenta hoy, tome conciencia, se apiade y compadezca de sus antiguos compañeros de armas y de algunos venezolanos disidentes políticamente que aún mantiene innecesaria, caprichosa y rencorosamente tras las rejas pudiendo amnistiarlos , que haga con el resto de presos políticos lo mismo que hizo con Enrique mendoza, eso lo analtecerá.
8-Más tarde, luego de que por fin logre pasar el calvario y el tamiz burocrático para salir en libertad, lo obligaría a hacer toda clase de diligencias y gestiones en todos los Ministerios y despachos oficiales; Obtener un crédito, un empleo, siendo incluido y revisado en alguna lista de algún sapo del régimen gobernante de turno; por ejemplo, ir personalmente en horas habituales de oficina a buscar en alguna prefectura una copia certificada de la partida de nacimiento vigente, que es indispensable para cualquier acto importante de la vida civil ; renovar la cédula de identidad que le robaron; obtener el pasaporte para poder viajar al exterior; recuperar la tarjeta de circulación del vehículo que dejó en la casa, el denominado título RAP, registro automotor permanente; la licencia de conducir y la mal llamada carta médica. Igualmente, lo colocaría en la infamante actitud de pedigüeño o menesteroso pordiosero cual mendigo limosnero, a solicitar dólares preferenciales al gobierno, a pedir ayuda en cualquier organismo oficial para obligarlo a solicitarle al gobierno una prebenda económica condicionada al apoyo irrestricto al presidente, llámese beca, misión, en fin, una migaja del estado entregada convenientemente para hacerse propaganda a costillas del dolor ajeno del pueblo usado burdamente, groseramente como comodín electoral; ponerlo entonces a suplicar por una medicina, o un examen o tratamiento médico para él o para algún hijo, padre o familiar; rogar por un impostergable, necesario e indispensable tratamiento de diálisis, o por el pago de una paca de cemento, una lámina metálica para el techo de su casa, unos ladrillos, unos tubos, o cualquier material de construcción para armar el rancho. Después, hacer nuevamente alguna larga cola para cobrar en cualquiera banco del gobierno el cheque de la correspondiente misión o ayuda, -léase misiones- “vuelvan caras, Ribas”, o cualquiera de esas habilidosas maniobras ideadas para justificar convertir a los venezolanos más necesitados, en fichas de la lista del partido, para ser usados en las elecciones, restregándoles en el rostro los favores recibidos por el estado benefactor, populista y demagogo, y servidos por intermedio del generoso líder máximo, el insustituible e inigualable, nunca bien ponderado sol de américa, el providencial, omnipotente, omnipresente, acaudalado y dadivoso caudillo único de turno, quien siempre nos protegerá de los males comunistas.
9-Así pues, una vez que no pueda tomar un refrescante baño al regresar a casa porque no hay agua desde hace días, ni comerse alguna comida caliente porque se acabó el gas y no ha venido el camión con la bombona de recambio, únicamente le permitiría ingerir una bala fría, con mortadela –la panadería de la esquina subió el pan y no se consigue fácilmente harina de trigo- y las sardinas escasean; pero lo premiaría con una buena noche de televisión, le sintonizaría su canal preferido para que vea un juego de béisbol entre los equipos Caracas y Magallanes -su deporte favorito- lo dejaría ver hasta el noveno episodio con el juego empatado tres a tres, el Magallanes bateando con tres en base, dos out y el cuarto bate colocado en 3 y 2 ; cuando el tipo esté emocionadísimo y con los ojos pelados clavados en la pantalla, interrumpiría en ese preciso instante la transmisión deportiva, y le impondría una cadena nacional de radio y televisión del Ministerio de Información y comunicación, para transmitir un discurso de cinco horas de algún líder político de la oposición –cualquiera- quien sería en ese tiempo imaginario el presidente. Créanme, pagaría por verle la cara, tal vez se pondría iracundo como aquella noche del 2D, y mandaría al “miércoles” por la noche…quien sabe a quienes.
10-Finalmente, y para que no me vayan ustedes a catalogar como una sádica, al finalizar la cadena presidencial, concluido el partido de pelota, sin conocer su desenlace, en vez de anunciar el resultado, previa suspensión del servicio de cable en su zona residencial so pretexto de presuntas fallas por falta de mantenimiento, y de haberle sacado del aire por señal libre el único canal que transmitía el partido, le repetiría por el canal del estado, un resumen de la cadena anterior de dos horas; y al finalizar, le transmitiría, un programa que denominaría la afeitadora eléctrica, en donde colocaría como conductor al personaje más decadente, ignorante, e insultante de la inteligencoia ajena, el más recalcitrante y provocador, por grosero, en fin, el más patán que se encuentre en la oposición más radical, fungiendo de oráculo, sensor, como una especie de místico o gran Gurú ilustrado e iluminado que todo lo sabe, con respuestas para todo, que simbolice la consciencia y moral colectivas, que actúe como una suerte de mago Merlín moderno, ataviado con una vestimenta exquisitamente escogida traída de París que refleje el mayor y mejor glamour europeo, con la bandera de EEUU en el pecho, y los símbolos de los partidos que hoy están en la oposición y entoces serían gobierno, AD, Copei, Primero Justicia, un Nuevo tiempo, el Mas, la Causa R, Alianza Bravo Pueblo, etc, flanqueado con grandes tinglados a la espalda con enormes murales pintados con los rostros del Papa Juan Pablo Segundo, Kennedy, Wiston Churchil, De Gaulle, Roosevelt, esfinges de Bush, Álvaro Uribe, Alan García, Oscar Arias, Don Rómulo Betancourt, Rafael Caldera, Jóvito Villalba, Luis Herrera , Jaime Lusinchi y Carlos Andrés Pérez. y un retrato gigante del rey Don Juan Carlos, con una leyenda en letras doradas que diga .¿¡por qué no te callas!? No deben faltar en el escritorio figuras alusivas al ratón Miguel y todos los iconos de Disney; este presentador salomónico, engalanaría las noches del desventurado gendarme, y despotricaría de la revolución bolivariana, sus personeros, viejos adalides, pero principalmente de su fundador, líder y caudillo, máximo, ya caído en desgracia por el olvido del pueblo venezolano que un gran día le dijo NO, sería toda una tortura.
Luego de escuchar atentamente y asombrado estas raras recetas de castigos y torturas imaginarias e hipotéticas, dirigidas en la ficción para el desventurado gendarme quien gracias a una simple cola que hizo la tiranuela de mi consorte, calló en las fauces de mi creativa macaurel compañera; pero esas fantasías nacidas en la novelesca mente de mi querubín, me hicieron caer en cuenta de que en realidad este noble pueblo venezolano es demasiado tolerante, paciente y hasta ingenuo, porque sabe hasta sufrir sin merecerlo, somos un poco sadomasoquistas, pero también sabemos rectificar y hasta perdonar.
Saldré más tarde disparado a averiguar donde es que ella ha logrado adquirir la bolsa azul que contiene semejante brebaje inspirador, esa leche en polvo completa marca huesitos -publicidad gratis- enriquecida con calcio y vitaminas, y ver la inmensa cola para adquirirla, definitivamente nos dará mucho de que hablar, pensar y que hacer en lo adelante, ya nos estamos pareciendo demasiado a la tierra del Azúcar de Celia ¿no les parece? –¡Golda!, por favor, mi vasito de leche me lo das con chocolate.
Almorzando hoy con la dueña de mi sueldo, la comandante suprema de mi hogar, la tirana de mi mujer, quien a parte de ser profesional -gracias a Dios- atiende con proverbial sapiencia y maestría, con una mano adelante y la otra amarrada a la espalda todas las difíciles labores cotidianas que suponen el complejo, trabajoso y agotador escenario familiar en el hogar, mi dulce tormento aparte de ser egresada universitaria, también es doctorada en la realidad en la más importante profesión, la de ama de casa, pero posee además “postgrados” en cuantas telenovelas y tele culebrones han transmitido las televisoras nacionales e internacionales, especialmente las venezolanas, colombianas y mexicanas; su ya larga carrera que comenzó casi por inercia a estudiar a fondo desde su infancia junto a su maestra mayor –mi inefable suegra- quien la instruyó adecuadamente en el complejísimo análisis e interpretación de aquellos ofidios televisivos, por lo que se graduó con honores en cuanto sortilegio o enredo amoroso se le ocurrieran a los denominados mecenas del género. Ella -como se comprenderá- posee amplísimas credenciales para justificar entonces, lo que aquí les voy a narrar con pasmoso asombro, pero no sin antes advertir sinceramente, que lo que les describiré en detalle, realmente me ocurrió, pero que los episodios que me sugirió mi capullito son sólo la consecuencia de la rabieta que la atormenta luego de tener que hacer una larga cola -no se donde- para que le vendieran una bolsa de leche en polvo completa de 900 gramos.
La pobre llegó a casa algo mal humorada, durante el almuerzo de repente dijo con voz de mando: -A Chávez deberíamos los venezolanos someterlo un solo día de su valioso tiempo a hacer exactamente lo mismo que tenemos que hacer nosotros, es decir, torturarlo, castigarlo, para que sepa por lo que tenemos que pasar y padecer por su ineptitud y sus ocurrencias, porque estoy segura –se estremeció en la silla- que ese señor jamás a hecho cola para nada desde que es presidente, las haría en Barinas.
Enseguida me interesé, me sobé las manos, había entendido al instante que mi “cuaima particular” expulsaría una de sus retorcidas ocurrencias, y le pregunté: -¿Como es eso? Explícanos, ¿cuales “torturas” le aplicarías? Se enroscó de inmediato, sin sonar el cascabel, pero mostró sus colmillos y la emprendió despiadadamente contra el inocente gendarme diciendo con firmeza y convicción absoluta: -Fíjate es muy sencillo, te voy a enumerar una lista de castigos y torturas posibles que imagino para ese Señor –con cierta arrogancia, como si tuviera tan desproporcionado poder- Fue cuando pensé, viéndola gesticular embravecida, desfigurada, agitando los ojos: -¡Dios! No quiero ni imaginarme ¿qué me haría si la emprende algún día con este humilde mortal, a quien dice amar? seguro que me despellejaría vivo.
Con gran solemnidad, la doña expresó: -Luego de que deje el poder y suspendidas todas sus responsabilidades gubernamentales y soslayados absolutamente todos sus privilegios, sin escolta, ni caravana presidencial, sin flux, ni parafernalias, sin agenda, yo le obligaría a tiempo completo a padecer lo que sufrimos los venezolanos, si vale, lo torturaría, lo castigaría así:
1-Amarrado a una silla inmovilizado con camisa de fuerza, la boca cubierta con un adhesivo, la cabeza rígida y bien sujeta, con unos ganchos en los ojos sin que pueda parpadear, dirigida la mirada hacia una pantalla de plasma gigante de 62 pulgadas, con sonido estereofónico del tipo teatro, para que vea y escuche durante 8 largas horas, un programa con el mismo formato de su “Alo presidente”, pero protagonizado y dirigido por un trío, conformado por los Presidentes Bush, Álvaro Uribe y el Rey Don Juan Carlos de España; eso si, sin que pueda ir al baño ni siquiera a orinar, sin poder beber agua ni ingerir alimentos; en dicho evento, ambos Presidentes hablarían de la lucha antiterrorista, los tratados de libre comercio, del pacto andino, de la CAN, de la producción de etanol y del tratado de libre comercio TLC, así como del libre mercado, la democratización, la libertad, y los principios políticos liberales, de lo maravilloso que es el capitalismo y lo malo del comunismo, de globalización, nuevas tecnologías, de la cooperación internacional, y finalmente, de todos los más importantes aspectos de política internacional y el plan Colombia. Así mismo, el Rey simplemente repetiría insistentemente durante largas horas su famosísimo “¿¡por qué no te callas!?” mirando a las cámaras con la misma cara y gestos que hizo en Chile. ¿Lo resistiría? –se preguntó- Le obligaría a escuchar a Bush repetir como loro: “Ser rico es bueno ser pobre es malo”.Igualmente, preguntando: ¿How are you Isabel de Inglaterra? “Viva el capitalismo, patria, democracia o vida, nosotros venceremos, no podrán con nosotros, si se atreven esos lacayos comunistas morderán el polvo de la derrota” y dirigiéndose a Chávez en particular, desorbitando sus azulísimos ojos e imprimiéndole volumen a su gringa voz expresaría iracundo:”Aquí te espero demagogo populista, con mis marines, mis fusiles, porta aviones y bombas atómicas, nosotros somos una nación pacífica pero armada, no se equivoquen, eres un dictador”; para luego pedirle al público una pita para Chávez y otra para Fidel, y dárselas él mismo. La salsa que es buna para el pavo…-enfatizo encolerizada.
2-Al levantarse de la silla, lo haría permanecer durante horas bajo el sol y la lluvia haciendo una larga e interminable humillante e infamante cola como la que debí hacer yo hoy –tocándose con ambos dedos índices el esternón- para comprar este paquetico de leche, no me jo…
3_Igualmente, cuando ya tenga su bolsita de leche, con un marcador de tinta azul indeleble le impondría una raya grandota en las muñecas para que no se pase de vivo y no intente colearse a comprar más leche, y lo pondría a hacer sucesivas colas durante horas, pasándolo invariablemente a la cola de la carne, la del pollo, seguidamente al resto de las colas, la de las caraotas, el papel higiénico, del azúcar, y de cuanto producto escaso existan, hasta que por fin logre la hazaña de poder hacer el mercado completo, moviéndose de extremo a extremo en Caracas, y que deberá cargar solito, sin la ayuda de sus aduladores.
5- Deberá posteriormente cargar todas las bolsas, a pie, sin tener carro, hacer la larga cola para esperar el autobús o la camioneta, abordar el transporte en medio del tráfico infernal y el tumulto, asediado por delincuentes armados que se monten en el mismo vehículo sin un policía que vigile en kilómetros a la redonda, que se le sienten a un lado, lo atraquen, lo cacheen, le apunten y amenacen con sus pistolotas, se las pongan en contacto con su humanidad, sin que pueda decir ni pio; lo bajen del transporte, le roben en plena acera el reloj, los zapatos, los pantalones, la cartera, la camisa con la imagen del icono del Che Guevara que contiene un escrito que dice “seamos como el Che”, y lo dejen descalzo en calcetines , en interiores, desnudo en plena vía sin dinero ni cartera, ni cédula, ni siquiera con un bolívar “fuerte” .
6-En ese escenario peligroso, lo colocaría a pedir limosna en plena calle y a reunir bolívares fuertes en monedas para pagar un taxi y comprarse una bata de baño a los buhoneros, pero como no podrá reunirlos, lo obligaría a hacer maromas en alguna avenida frente a un semáforo, tragando gasolina y escupiendo fuego, o tal vez, lanzando pelotas al aire, o limpiando para brisas de los carros. Estando en paños menores por el atraco, enseguida le enviaría un policía de punto para que lo auxiliara, pero como él suele ser muy polémico, seguramente discutiría reclamándole la falta de vigilancia en las busetas, probablemente increparía al efectivo desesperándole, a quien posiblemente acusaría de lacayo del imperio por no atender su emergencia oportuna y adecuadamente. Así las cosas, en vez de ayudarlo, el policía lo pondría contra la pared, registrándole frente al público expectante escandalizado por su parecido increíble con el ex presidente, allí irreconocible por mostrar sus intimidades, y tal vez, le darían alguna reprimenda con el rolo por intentar resistirse e impedirle su trabajo. Lo llevarían detenido por andar en paños menores alterando el orden público y cometer delitos flagrantemente contra las buenas costumbres, igualmente, por irrespetar a la autoridad, o tal vez lo remitirían a un sanatorio psiquiátrico por andar gritando desnudo a viva voz en plena calle que él es nada más y nada menos que el mismísimo ex presidente Hugo Chávez en persona, en cueros. Enfurecido gritaría: –“Tú no sabes quien soy yo, no me ves la verruga, ¡ay pajarito!, tú no sabes de lo que soy capaz”.
7-Una vez en la comisaría, desfigurado, transformado por la ira, desconocido por todos, que no lo pueden identificar porque llegó enrojecido por la rabieta que agarró al ser detenido y esposado frente a la gente, ya desproporcionado en sus insultos contra el distraído policía, y el resto de los funcionarios, lo pasarían directo al calabozo con el resto de los detenidos en donde hay toda clase de delincuentes, algunos de alta peligrosidad, criminales en general, pero injustamente mezclados inadvertidamente con gente de bien, que también suele caer en desgracia cuando infortunadamente entran en estos antros; pero como lo más seguro es que también allí habría cola de detenidos declarando y muy poco personal para atender el trabajo administrativo; una vez calzado y vestido, sin beber ni comer, esperaría su turno en el calabozo, al anochecer, cuando la celda oscura y húmeda se haga lúgubre y parezca una boca de lobo inhumana, vendrá algún compañero de infortunio allí detenido, quien cual caudillo cara cortada, siendo jefe único de aquel pandemonio infernal, lo conminará a entregarle los zapatos y la ropa prestada, y lo amenazará con malograrlo de algún modo indigno, por atreverse a desafiar su terrible mortal autoridad en aquella patética celda. La tortura sería entonces para él muy degradante, porque tendría que consentir en todas las exigencias o posiblemente pagar con la pérdida de la vida como cientos de venezolanos que han rendido las suyas lamentablemente en aquellos inhumanos antros de perdición. Sería toda una tortura china para él o para cualquiera, y tener que doblegarse naturalmente muy angustiado debiendo suplicarle al matón balbuceando un “por favor déjenme tranquilo”; pero la noche sería allí muy larga, tenebrosa, interminable y azarosa; la suerte de cualquiera que esté en esa peligrosa situación, en verdad no se la deseo a él ni a nadie, pero sería bueno que al menos se lo imaginara como tortura piadosa por un instante, no para que sufra siendo torturado o castigado, sino para que comprenda que debió cumplir alguna vez con su obligante deber de trabajar de verdad, por intentar humanizar el sistema carcelario venezolano. Que se recuerde de los años que vivió preso en Yare, de donde salió sobreseído por la clemencia de la amnistía política que le facilitó el magnánimo Presidente de entonces Dr. Rafael Caldera. Y también, que desde el poder que ostenta hoy, tome conciencia, se apiade y compadezca de sus antiguos compañeros de armas y de algunos venezolanos disidentes políticamente que aún mantiene innecesaria, caprichosa y rencorosamente tras las rejas pudiendo amnistiarlos , que haga con el resto de presos políticos lo mismo que hizo con Enrique mendoza, eso lo analtecerá.
8-Más tarde, luego de que por fin logre pasar el calvario y el tamiz burocrático para salir en libertad, lo obligaría a hacer toda clase de diligencias y gestiones en todos los Ministerios y despachos oficiales; Obtener un crédito, un empleo, siendo incluido y revisado en alguna lista de algún sapo del régimen gobernante de turno; por ejemplo, ir personalmente en horas habituales de oficina a buscar en alguna prefectura una copia certificada de la partida de nacimiento vigente, que es indispensable para cualquier acto importante de la vida civil ; renovar la cédula de identidad que le robaron; obtener el pasaporte para poder viajar al exterior; recuperar la tarjeta de circulación del vehículo que dejó en la casa, el denominado título RAP, registro automotor permanente; la licencia de conducir y la mal llamada carta médica. Igualmente, lo colocaría en la infamante actitud de pedigüeño o menesteroso pordiosero cual mendigo limosnero, a solicitar dólares preferenciales al gobierno, a pedir ayuda en cualquier organismo oficial para obligarlo a solicitarle al gobierno una prebenda económica condicionada al apoyo irrestricto al presidente, llámese beca, misión, en fin, una migaja del estado entregada convenientemente para hacerse propaganda a costillas del dolor ajeno del pueblo usado burdamente, groseramente como comodín electoral; ponerlo entonces a suplicar por una medicina, o un examen o tratamiento médico para él o para algún hijo, padre o familiar; rogar por un impostergable, necesario e indispensable tratamiento de diálisis, o por el pago de una paca de cemento, una lámina metálica para el techo de su casa, unos ladrillos, unos tubos, o cualquier material de construcción para armar el rancho. Después, hacer nuevamente alguna larga cola para cobrar en cualquiera banco del gobierno el cheque de la correspondiente misión o ayuda, -léase misiones- “vuelvan caras, Ribas”, o cualquiera de esas habilidosas maniobras ideadas para justificar convertir a los venezolanos más necesitados, en fichas de la lista del partido, para ser usados en las elecciones, restregándoles en el rostro los favores recibidos por el estado benefactor, populista y demagogo, y servidos por intermedio del generoso líder máximo, el insustituible e inigualable, nunca bien ponderado sol de américa, el providencial, omnipotente, omnipresente, acaudalado y dadivoso caudillo único de turno, quien siempre nos protegerá de los males comunistas.
9-Así pues, una vez que no pueda tomar un refrescante baño al regresar a casa porque no hay agua desde hace días, ni comerse alguna comida caliente porque se acabó el gas y no ha venido el camión con la bombona de recambio, únicamente le permitiría ingerir una bala fría, con mortadela –la panadería de la esquina subió el pan y no se consigue fácilmente harina de trigo- y las sardinas escasean; pero lo premiaría con una buena noche de televisión, le sintonizaría su canal preferido para que vea un juego de béisbol entre los equipos Caracas y Magallanes -su deporte favorito- lo dejaría ver hasta el noveno episodio con el juego empatado tres a tres, el Magallanes bateando con tres en base, dos out y el cuarto bate colocado en 3 y 2 ; cuando el tipo esté emocionadísimo y con los ojos pelados clavados en la pantalla, interrumpiría en ese preciso instante la transmisión deportiva, y le impondría una cadena nacional de radio y televisión del Ministerio de Información y comunicación, para transmitir un discurso de cinco horas de algún líder político de la oposición –cualquiera- quien sería en ese tiempo imaginario el presidente. Créanme, pagaría por verle la cara, tal vez se pondría iracundo como aquella noche del 2D, y mandaría al “miércoles” por la noche…quien sabe a quienes.
10-Finalmente, y para que no me vayan ustedes a catalogar como una sádica, al finalizar la cadena presidencial, concluido el partido de pelota, sin conocer su desenlace, en vez de anunciar el resultado, previa suspensión del servicio de cable en su zona residencial so pretexto de presuntas fallas por falta de mantenimiento, y de haberle sacado del aire por señal libre el único canal que transmitía el partido, le repetiría por el canal del estado, un resumen de la cadena anterior de dos horas; y al finalizar, le transmitiría, un programa que denominaría la afeitadora eléctrica, en donde colocaría como conductor al personaje más decadente, ignorante, e insultante de la inteligencoia ajena, el más recalcitrante y provocador, por grosero, en fin, el más patán que se encuentre en la oposición más radical, fungiendo de oráculo, sensor, como una especie de místico o gran Gurú ilustrado e iluminado que todo lo sabe, con respuestas para todo, que simbolice la consciencia y moral colectivas, que actúe como una suerte de mago Merlín moderno, ataviado con una vestimenta exquisitamente escogida traída de París que refleje el mayor y mejor glamour europeo, con la bandera de EEUU en el pecho, y los símbolos de los partidos que hoy están en la oposición y entoces serían gobierno, AD, Copei, Primero Justicia, un Nuevo tiempo, el Mas, la Causa R, Alianza Bravo Pueblo, etc, flanqueado con grandes tinglados a la espalda con enormes murales pintados con los rostros del Papa Juan Pablo Segundo, Kennedy, Wiston Churchil, De Gaulle, Roosevelt, esfinges de Bush, Álvaro Uribe, Alan García, Oscar Arias, Don Rómulo Betancourt, Rafael Caldera, Jóvito Villalba, Luis Herrera , Jaime Lusinchi y Carlos Andrés Pérez. y un retrato gigante del rey Don Juan Carlos, con una leyenda en letras doradas que diga .¿¡por qué no te callas!? No deben faltar en el escritorio figuras alusivas al ratón Miguel y todos los iconos de Disney; este presentador salomónico, engalanaría las noches del desventurado gendarme, y despotricaría de la revolución bolivariana, sus personeros, viejos adalides, pero principalmente de su fundador, líder y caudillo, máximo, ya caído en desgracia por el olvido del pueblo venezolano que un gran día le dijo NO, sería toda una tortura.
Luego de escuchar atentamente y asombrado estas raras recetas de castigos y torturas imaginarias e hipotéticas, dirigidas en la ficción para el desventurado gendarme quien gracias a una simple cola que hizo la tiranuela de mi consorte, calló en las fauces de mi creativa macaurel compañera; pero esas fantasías nacidas en la novelesca mente de mi querubín, me hicieron caer en cuenta de que en realidad este noble pueblo venezolano es demasiado tolerante, paciente y hasta ingenuo, porque sabe hasta sufrir sin merecerlo, somos un poco sadomasoquistas, pero también sabemos rectificar y hasta perdonar.
Saldré más tarde disparado a averiguar donde es que ella ha logrado adquirir la bolsa azul que contiene semejante brebaje inspirador, esa leche en polvo completa marca huesitos -publicidad gratis- enriquecida con calcio y vitaminas, y ver la inmensa cola para adquirirla, definitivamente nos dará mucho de que hablar, pensar y que hacer en lo adelante, ya nos estamos pareciendo demasiado a la tierra del Azúcar de Celia ¿no les parece? –¡Golda!, por favor, mi vasito de leche me lo das con chocolate.
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Las amas de casa y su pesadilla para conseguir leche
Los valencianos sufren desde hace meses la escasez de productos de la canasta básica en los supermercados y abastos de la ciudad, situación que no ha cambiado con el inicio del 2008. La razón específica para la ausencia de la leche en los anaqueles de los abastos se desconoce, los encargados de los comercios sólo saben que “el distribuidor dijo que no hay”, mientras que los voceros gubernamentales aseguran que hay mayor consumo de alimentos y es esa la razón de la escasez. Hoy Wilmer Escalona lo cuenta en Notitarde.
Las amas de casa pasean por diversos establecimientos en busca de la leche, las más afortunadas han encontrado leche líquida. Las marcas no son las tradicionales, por lo que toca aventurarse y confiar en la buena fe del vendedor. Adicionalmente los compradores deben ajustarse al precio al que encuentren el producto el cual puede encontrarse alrededor de los BsF. 5 en la presentación de dos litros.
Antonio Oviedo, empleado de una panadería, indicó que la leche líquida se recibe en pocas cantidades, viene desde los Andes y hasta ahora no ha recibido ningún reclamo. Los comerciantes aseguran que además de la leche han dejado de recibir aceite y avena, comentan que los derivados de la leche están empezando a escasear, entre ellos las margarinas de las marcas más comerciales y los quesos frescos.
Largas colas por venta de leche en el Supermercado Popular
Al Supermercado Popular ubicado en la Avenida Aranzazu, llegó este miércoles leche en polvo, ante la alta demanda del producto se decidió racionar la venta a dos kilos por persona, al precio regulado por el gobierno nacional.
Al percatarse de la posibilidad de ubicar el producto, las filas para comprarlo no se hicieron esperar, desde las 2:00 p.m. decenas de personas se apostaron a las afueras del establecimiento con la esperanza de que al llegar, aun hubiese al menos una lata de leche para llevar a casa.
Lamentablemente también los especuladores estuvieron ahí, de acuerdo con denuncias de los consumidores, los buhoneros de la zona hicieron la fila para comprar la leche a BsF. 12 para luego obtener buena ganancia a costa de la necesidad de la gente al venderla en BsF. 35.
El llamado es a las autoridades para que tomen medidas para que mientras exista en el país una escasez de productos de la cesta básica, se evite el abuso por parte de los expendedores y se hagan respetar la necesidad y los derechos de los consumidores.
Hugo Chávez Un caso clínico.
Por: Antonio Sánchez García.
Complementadas con las informaciones que se tiene de quienes fueran sus ministros y colaboradores cercanos, nos entregan el perfil de un iluso contumaz, de una irresponsabilidad suicida y de una absoluta carencia del sentido de la realidad. Todo lo cual, sumado al patológico narcisismo que diagnostican los más serios estudios de su personalidad adelantados embrionariamente por reconocidos psicólogos, psiquiatras y psicoanalistas, da por resultado un perfil caracterológico absolutamente incompatible con la más alta gerencia pública. Provoca recordar el slogan publicitario de una campaña política estadounidense en que se le preguntaba al elector: ¿le entregaría el mando de una locomotora a un niño? Venezuela, según los más serios indicios, ha sido durante esta última década el juguete de un niño caprichoso, ególatra e irresponsable.
Los resultados están a la vista. Y como sucede en casos semejantes y luego de una retahíla de desastres que cierran el ciclo afortunado de su destino como gobernante, ha tenido que ser su madre - siempre de acuerdo a la revelación de Nelson Bocaranda – quien se ha visto obligada a regañarlo duramente y a culminar el regaño – dado el carácter de su señora madre seguramente implacable y sin concesiones – con viejos consentimientos maternales. El niño díscolo y monstruoso, culpable de innumerables y sangrientos desaguisados, llamado a terreno por su progenitora. Digno de una mala telenovela.
Lo grave del asunto es que la telenovela es un país y sus actores y extras veintiséis millones de seres humanos. El juguete, una nación de inmenso valor geoestratégico y primera reserva energética de Occidente. Y el destino, la vida de seres indefensos ante el omnímodo poder que en un gigantesco error le entregara atado de pies y manos una sociedad tan gravemente enferma como aquel a quien le ofrendara su destino. Porque esa es la otra parte de la ecuación: la sociedad venezolana. Y cabe decir, así nos duela en lo más profundo, que los pueblos tienen el gobierno que se merecen. ¿Nos hemos merecido al teniente coronel Hugo Rafael Chávez Frías?
Por quien fuera uno de sus más estrechos colaboradores me entero de que durante los dos años en que lo acompañó no asistió a un solo consejo de ministros. El país estuvo gobernado por sus inferiores. Así, hemos estado en manos de Isaías Rodríguez, José Vicente Rangel y Jorge Rodríguez. Y de allí hacia abajo: por seres como Diosdado Cabello, Juan Barreto, Freddy Bernal, Acosta Carlés, Tarek William Saaab y Johnny Yánez Rangel. Para terminar en Maiónica, Franklin Durán, Carlos Kaufmann, Antonini Wilson, los hermanos Del Nogal y los tiburones insaciables de la empresa, la banca y las finanzas. Quienes han tenido así el control real de la gerencia han podido meter los brazos hasta el hombro en los dineros públicos, se han enriquecido hasta extremos siderales y han hecho cuanto se les ha ocurrido. Dejándole al jefe los viajes, los sueños de grandeza, los delirios imperiales y sus impertinencias.
Cabe así la pregunta digna de un muy serio estudio clínico: ¿compensó verdaderamente la falta del padre que no pudo o no supo meterlo en cintura con la figura sustitutiva de Fidel Castro, que lo ha empujado al borde de esta catástrofe que evitamos el 2 de diciembre? ¿Qué hace Sánchez Otero, qué hace Rodríguez Chacín, que ha hecho Alí Rodríguez Araque tras del trono durante todos estos años?
Estamos ante un caso verdaderamente trágico: haber sufrido el influjo de una figura altamente conflictiva, que llevado por sus malsanos impulsos y sus graves desajustes emocionales sólo podría llevarnos al abismo. Salir de él y de todo lo que representa es una obligación de alta higiene nacional.
HUGO CHÁVEZ: UN CASO CLÍNICO
Antonio Sánchez García
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