sábado, agosto 16, 2008

"Jugar con la legalidad" ("...Quien viola la Constitución no tiene derecho a exigir cumplir la ley...")


POR:MONS.BALTAZAR PORRAS.

Lo que no representa el consenso de la mayoría se llama sencillamente dictadura

Los 26 decretos-leyes anunciados el 31 de julio dejan interrogantes graves. Todos ellos tienen una enorme similitud con las reformas reprobadas por el pueblo el 2D y son contradictorias con el texto vigente de la Constitución. La forma sorpresiva en asuntos que conciernen a todos; con el anuncio de los títulos sin el contenido de las mismas, es una especie de juego macabro para agarrar por sorpresa al otro y dejarlo fuera de combate. Llama la atención la premura del TSJ para dictaminar que los textos son constitucionales. Un tribunal que pasa meses "deliberando" todos los casos, en menos que canta un gallo, aprueba solemnemente su pertinencia y por tanto, entran en vigencia de inmediato.

Lo que tiene voto negativo en un referendo no puede ser considerado en el mismo período. En nombre de qué, estos decretos leyes se pueden imponer. Una constante de este gobierno es el menosprecio a las normas legales. La provisionalidad de todo el aparato legal se aduce cambiar la interpretación o actuar como le viene en gana. No se salva ni la Constitución del 99. ¿Hay obligación de respetar las leyes y cumplirlas, a sabiendas que el primero que viola la norma es el propio Gobierno? Convertir al Gobierno en el único dueño y señor de vidas, pensamientos y bienes de todos los venezolanos es una deformación grotesca de la democracia. Lo que no representa el consenso de la mayoría se llama sencillamente dictadura, totalitarismo, abuso de poder, ya que corta de raíz la participación ciudadana.

Cabe la pregunta sobre la moralidad de este proceder. Dónde queda el bien del pueblo, la libertad personal y grupal, el pluralismo como signos de democracia sana y vigorosa. Quien viola la Constitución no tiene derecho a exigir cumplir la ley. Una vez más, cuando la legalidad viola la constitucionalidad y la moralidad, no tiene valor así la bendiga el TSJ.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Octavio Montiel


El Titiritero

Un pacto con Lucifer,

dicen que tenía aquel bicho,

pues no dejaba capricho

ni antojo por complacer;

y aunque se pudiera ver

bien clara su fechoría,

frente al mundo aparecía

como la simple ocurrencia

de un cómico ante la audiencia

que ignorante lo aplaudía.


A ese paso llegó el día

en que puso a unos muñecos

a que repitieran ecos

de abusos y alevosía

que él mismo les transmitía

por ser autómatas seres.

En todos los menesteres

ellos daban la licencia

para que la delincuencia

actuara a sus pareceres.


Los hombres y las mujeres

de aquel país secuestrado

no habían contabilizado

todo el cúmulo de haberes,

pues habían 5 poderes

robados al soberano.

De allí que cualquier fulano

bien ingenuo y sin malicia

fuera a reclamar justicia

a cómplices del villano.


-Señores, y a este tirano,

¿quién de ustedes lo controla?

¿No ven cómo viola y viola

a la azul desde temprano?

Y mirándose la mano,

reía el Satán llanero.

– Hago todo lo que quiero

por medio de estos muñecos;

entro en sus cerebros huecos

como el gran titiritero.