El conflicto del campo colapsa Buenos Aires
Dos manifestaciones se enfrentan en la capital argentina para apoyar y rechazar el alza de las tasas del grano en vísperas de su votación en el Senado
AGENCIAS / ELPAÍS.com - Buenos Aires / Madrid - 16/07/2008. El conflicto del campo ha vuelto a inundar Buenos Aires. La capital argentina se ha colapsado este martes por dos multitudinarias manifestaciones para apoyar y rechazar el proyecto impulsado por el Gobierno de Cristina Fernández para aumentar los impuestos que se pagan por las exportaciones de granos, en vísperas de la crucial votación en el Senado para dar luz verde al decreto, que ya ha sido aprobado por el Congreso. Una medida, adoptada el 11 de marzo, que ha desatado un prolongado conflicto entre el Ejecutivo y los productores agropecuarios, con huelgas comerciales y cortes en las rutas que han supuesto pérdidas millonarias para el país.
Los partidarios del Gobierno abarrotaron la plaza del Congreso para escuchar al ex presidente Néstor Kirchner, líder del Partido Justicialista (peronista) y, según analistas locales, la persona que concentra el poder en Argentina. Ante más de 300.000 personas según los organizadores, cifra reducida a unas 95.000 por fuentes extraoficiales citadas por medios locales, Kirchner cargó de nuevo contra los productores agrarios, a los que acusó de apoyar a la dictadura militar y tratar de desestabilizar a su esposa, la presidenta Cristina Fernández.
Los partidarios del Gobierno abarrotaron la plaza del Congreso para escuchar al ex presidente Néstor Kirchner, líder del Partido Justicialista (peronista) y, según analistas locales, la persona que concentra el poder en Argentina. Ante más de 300.000 personas según los organizadores, cifra reducida a unas 95.000 por fuentes extraoficiales citadas por medios locales, Kirchner cargó de nuevo contra los productores agrarios, a los que acusó de apoyar a la dictadura militar y tratar de desestabilizar a su esposa, la presidenta Cristina Fernández.
"Acá quisieron destituir al Gobierno y desestabilizar a la patria", sostuvo el ex gobernante, que reiteró que el Gobierno acatará "sea cual fuere" la decisión del Parlamento sobre el polémico proyecto tributario que lo mantiene enfrentado con el sector rural desde hace 126 días.
Kirchner, no obstante, matizó que no considera enemigos a los productores, a los que ha pedido "solidaridad" y "convivencia". "A los productores los abrazamos, no son nuestros enemigos. Con los que tenemos que tener cuidado es con aquellos que quieren enriquecerse a costa del pueblo argentino. Nuestros productores crecieron como nunca lo hicieron, se desendeudaron, por eso pido que apliquen toda la solidaridad que se pueda", dijo.
Rechazo
Poco después, y apenas a unos kilómetros al norte del Congreso, unas 225.000 personas, según fuentes extraoficiales, se concentraron en el barrio de Palermo para expresar su rechazo a la política de los Kirchner y acompañar a los productores agropecuarios.
Uno por uno, los principales líderes de las organizaciones agrarias, acompañados de dirigentes de la oposición y de reconocidos peronistas críticos con el Gobierno, denunciaron la estrategia del Ejecutivo, rechazaron las acusaciones de Kirchner y pidieron a los senadores que voten en contra de la reforma tributaria.
"¿Es tan débil un presidente para que una resolución lo voltee?", se preguntó el titular de la Federación Agraria de la provincia de Entre Ríos, Alfredo de Angeli, convertido en un símbolo del llamado "sector duro" de la protesta rural. "No vinimos acá a presionar a nadie. No queremos condicionar la voluntad de ningún legislador. Simplemente solicitamos a los senadores que voten a conciencia. Un conflicto de esta magnitud no puede dirimirse en el estrecho marco de las fidelidades partidaras", dijo el presidente de la Sociedad Rural, Luciano Miguens.
El presidente de las Confederaciones Rurales Argentinas, Mario Llambías, apuntó que "hay senadores que se van a jugar por el país, otros que están dudando, y quienes por una mal llamada disciplina partidaria juegan en contra los intereses del pueblo, pero lo peor es que hay legisladores que están siendo presionados por el Gobierno para que cambien su voto".
Tanto los seguidores del Gobierno como los productores buscan con estos actos influir en los senadores que este miércoles deben votar el proyecto que ya fue aprobado por la Cámara de Diputados. Los últimos cómputos señalan que la votación será muy disputada, ya que al Gobierno aún le faltan un par de legisladores para lograr aprobar la norma.
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