lunes, julio 07, 2008

"La revolución en caída libre"


POR: OSWALDO ÁLVAREZ PAZ.

Desde esta tribuna y en distintos escenarios hemos aportado evidencias e indicios plurales de la estrecha vinculación de Hugo Chávez con las estructuras del crimen organizado que le sirven de soporte al terrorismo y al narcotráfico en el mundo entero. Una de esas estructuras, de las más importantes hasta hace un par de años, más o menos, es la de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC. Hoy nadie lo duda. Hemos repetido que Chávez es una pieza importante, por el dinero negro que maneja sin controles y el exceso de poder político en Venezuela con el que garantiza impunidad y operatividad a los socios, pero pieza al fin y al cabo, de un tablero internacional que controlan otros. En ese tablero el rol de los integrantes del Foro de Sao Pablo es trascendental, tanto como organización con fines subversivos precisos, como por la autonomía operativa de cada uno de sus integrantes.

Chávez no es un demócrata. Es un narciso megalómano de temperamento subversivo y por influencia parcial de sus desviaciones militaristas, de mentalidad totalitaria. A ello agregamos su ideologizada deformación socialista. Se trata de alguien de altísima peligrosidad para el país, el continente y el mundo. Protagonista de un proyecto de expansión que pasa por consolidar su liderazgo en Latinoamérica. Hemos dicho hasta el cansancio que el obstáculo más serio, el muro de contención más formidable frente a las pretensiones continentales, es la institucionalidad democrática de Colombia, a la cabeza de la cual están el Presidente Álvaro Uribe y las Fuerzas Militares, cubiertos de gloria y reconocimientos por el extraordinario servicio que le siguen prestando a la causa de la libertad y la democracia en el mundo. Uribe no solamente está liquidando lo que queda de las FARC, ni rescatando de manera impecable a algunos de los más emblemáticos secuestrados dejando sin cartas de negociación a los criminales, ni fortaleciendo al máximo la capacidad operativa de sus fuerzas militares, sino que además logra que la derrota de las FARC arrastre en su caída a los importantes aliados abiertos y encubiertos que tienen en Chávez una de las cabezas más importantes. El golpe ha sido definitivo e irreversible para la pandilla subversiva que ha tenido como objetivo derrocar al Presidente Uribe y erosionar al máximo esa institucionalidad colombiana hoy más fuerte que nunca. El triunfo de la política de Seguridad Democrática está mucho más próximo que antes. La derrota de la pandilla de Chávez, Evo Morales –de presencia y actuación cada día más lastimosa-, de Correa y Ortega, alentados hipócritamente por unos cuantos calificados chulos continentales es inversamente proporcional a ese triunfo. Es la hora de exigir que tanto el señor Chávez como nuestra Fuerza Armada Nacional, ajusten sus conductas a las obligaciones y deberes constitucionales absolutamente abandonados en este tiempo. Gracias Uribe. ¡Viva Colombia y sus Fuerzas Militares!


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué contraste
Juan Antonio MullerLunes

Lecciones de civismo pueden sacarse al contrastar los acontecimientos acaecidos en Colombia el 2/7 y en Venezuela el 24/6.
En la hermana república, unas fuerzas armadas unidas y comprometidas con la democracia, asestan un duro golpe al terrorismo rescatando quince rehenes en una operación incruenta. Los rescatados, no esconden sus emociones pero no muestran resentimiento ni odio. En esos largos años de cautiverio, no dejaron de ser libres porque no sometieron su espíritu a la voluntad de sus carcelarios. Ese es el ejemplo de dignidad que nos brindan los rescatados.
En contraste con Uribe nuestro presidente, que se vende como el adalid de la liberación de colombianos en manos de las FARC, no ha mostrado la menor preocupación por las docenas de compatriotas en idéntica situación de cautiverio. Prueba más que fehaciente, que su objetivo es publicitario y no humanitario.
La celebración de la batalla de Carabobo y el desfile militar mostraron un comandante en jefe, un alto mando y una parte de las fuerzas armadas altamente sesgadas al servicio de intereses partidistas. Al grito de Patria, Socialismo y Muerte miles de efectivos brindaron una penosa imagen de como la voluntad personalista se impone sobre la institucionalidad del cuerpo.
Los miembros de nuestras fuerzas armadas se encuentran divididos entre institucionalistas y actores políticos, situación en extremo grave dado que las fuerzas armadas de un país, para cumplir con sus objetivos, tienen que actuar institucionalmente. Las armas que la nación entrega a los uniformados son para que las utilicen en defensa de la soberanía y la integridad territorial, no para intimidar a la ciudadanía.
El ejército colombiano actúa contra las FARC que matan, extorsionan y secuestran en nombre del marxismo-guevarista. Qué contraste con el nuestro, que se ha prestado para hacer, de la batalla que nos dio la independencia, una comedia que los denigra.
juaamilq249@cantv.net

Anónimo dijo...

Martha Colmenares
La querida amiga, Rhona Ottolina, aguerrida mujer venezolana levanta su voz para dar las “gracias” al Presidente de Colombia Alvaro Uribe. “Permítame volcarle mi emoción y mi pensamiento… GRACIAS! GRACIAS! GRACIAS! GRACIAS A USTED!… Quisiéramos los Venezolanos y los Latino Americanos todos, tener un presidente que con determinación inquebrantable, antepone los intereses de su Patria y la felicidad y seguridad de sus ciudadanos, por encima del chantaje y la presión de ceder a las exigencias de los violentos asesinos, seudo ideológicos, que pretenden imponer su autocracia del terror y destruir la Democracia de todos. Valiente Uribe!…”. En otra de sus partes expresa: “Presidente Uribe, debe usted saber, que la humanidad entera hoy le debe a su “tozuda intensidad”, el abatimiento y el debilitamiento continuado y sostenido del grupo Narco-Guerrillero mas cruel y sanguinario que por prolongadas décadas a torturado, atormentado y ajusticiado a todo un pueblo indefenso e inofensivo!”. El texto completo a continuación, no tiene desperdicio. Martha Colmenares

Una vez mas Presidente Uribe,

Permítame volcarle mi emoción y mi pensamiento, que este mundo globalizado e interconectado nos permite hacer llegar!

MILAGRO! Gritan unos…. Gracias a Dios! …repiten y reiteran!….. Gracia a Dios!.. repiten y reiteran!…

Pero no escucho con la suficiente fuerza y convicción PRESIDENTE URIBE GRACIAS! GRACIAS! GRACIAS! SIN RESTRICCION! GRACIAS DE CORAZON! GRACIAS! GRACIAS! GRACIAS! GRACIAS A USTED! …No hay lugar para diferencias… solo para el reconocimiento. pues ha sido usted , como instrumento de la Providencia (si así se quiere), quien pudo, lo hizo y LOGRO nuestra liberación!

No he oído… no he escuchado…. el grito de GRACIAS!

Presidente Uribe, debe usted saber, que la humanidad entera hoy le debe a su “tozuda intensidad”, el abatimiento y el debilitamiento continuado y sostenido del grupo Narco-Guerrillero mas cruel y sanguinario que por prolongadas décadas a torturado, atormentado y ajusticiado a todo un pueblo indefenso e inofensivo! Escudados tras banderas ideológicas, las FARC no son mas que asesinos narco-traficantes y terroristas!

Y porque no decirlo, cualquier alusión de agradecimiento y de reconocimiento a la “importantísima” intervención de chávez y / o Correa para el proceso de liberación de algunos o cuales quiera de los secuestrados por las FARC, presentes, pasados o futuros, es un INCONCEBIBLE desatino.

DESCABELLADO es DESCONOCER deliberada o emocionalmente, la ACTIVA PARTICIPACION y COMPLICIDAD de chávez y Correa –demostrada por usted INEQUIVOCAMENTE, con pruebas fehacientes expuestas al mundo entero- donde estos respaldan los crímenes de las FARC con el encubrimiento, financiamiento y la cuidadosa protección servida a la narco-guerrilla para mantener a los secuestrados en las selvas Colombianas / Venezolanas y Ecuatorianas,

No hace falta, no debemos, congraciarnos, adular o condescender con los enemigos - las FARC / chávez / Correa. No merecen los depredadores reconocimiento ni agradecimiento. Merecen cárcel y justicia!

Quisiéramos los Venezolanos y los Latino Americanos todos, tener un presidente que con determinación inquebrantable, antepone los intereses de su Patria y la felicidad y seguridad de sus ciudadanos, por encima del chantaje y la presión de ceder a las exigencias de los violentos asesinos, seudo ideológicos, que pretenden imponer su autocracia del terror y destruir la Democracia de todos. Valiente Uribe!

NO! NADA DE “AGRADECIMIENTOS” NI RECONOCIMIENTOS A CORRESPONSABLES Y CAMARADAS DE ASESINOS! NO! NO! NO! NI POR UN INSTANTE SE CONFUNDAN O LOS CONFUNDAN!

Gracias a Uribe! …a su Ministro de Justicia! …a su Comandante General del Ejercito Nacional Colombiano! …. a los efectivos militares que han expuesto para siempre su vida a una muerte jurada en aras de liberar a sus compatriotas! ….

NO! NADA DE GRACIAS NI RECONOCIMIENTO A QUIENES SON CO/ CULPABLES!

No necesitamos adulaciones políticas ni diplomáticas. NECESITAMOS JUSTICIA Y VERDADES!

Quisiéramos los Venezolanos sentir el orgullo que sienten hoy los Colombianos por su GLORIOSO EJERCITO NACIONAL! …..sin embargo, …debemos sentir la IGNOMIA de saber y de tener unas Fuerzas Armadas Nacionales quebradas… acorraladas… acobardadas… sumisas…sometidas… castradas… y lo que es peor PRESTADAS al mantenimiento y protección de las mismas FARC alojadas, custodiadas, mantenidas y protegidas en territorio Venezolano por ordenes - obedecidas – impartidas por el comandante en jefe chávez a través de sus generales y alto mando militar..

VERGUENZA NACIONAL PARA NOSOTROS LOS VENEZOLANOS!

Presidente Uribe, siga, continúe usted su obra, esta que ha comenzado en pro de los derechos humanos, La Paz regional, la protección de la vida y la felicidad de su Nación para que esta viva en sana Democracia y vibrante libertad.

Ha sido claro, perseverante, lúcido y valiente.

Mantenga por favor su humildad, sencillez y decencia que de eso están hechos los hombres grandes que escriben con Gloria la Historia.

GRACIAS!

MUCHAS GRACIAS!

Su Compatriota de convicción y de Región

Rhona Ottolina

Anónimo dijo...

Tulio HERNÁNDEZ:

Hugo loves FARC

Entre todos los capítulos oscuros que Hugo Chávez ha escrito en esta ya larga novela que ha sido su gobierno, hay uno, la solicitud de un minuto de silencio como homenaje póstumo al terrorista faraco Raúl Reyes, que no debemos olvidar jamás porque constituye la más grosera prueba de su errática y vergonzosa decisión unilateral de colocar al Gobierno y a la nación venezolana al servicio de la lucha violenta y terrorista de las FARC.

Hugo Chávez, no debemos olvidarlo ahora que, sabiendo con exactitud lo que venía, huyó hacia adelante proponiéndoles que liberaran a los rehenes y sentenciando que la lucha guerrillera ya no tenía cabida en Venezuela, no solamente trató como un héroe de la lucha libertaria de los pueblos latinoamericanos al hombre que un bombazo del Ejército colombiano lanzado en suelo ecuatoriano había sacado de este mundo, sino que inició como ningún otro gobernante latinoamericano una campaña internacional para que el Gobierno colombiano reconociera a las FARC como un ejército beligerante, incluso, como un Estado dentro de otro Estado.

Chávez y, por sus órdenes, VTV, y a través de ella decenas de seguidores oficialistas que repiten como autómatas cuanto argumento insostenible por un demócrata se le ocurre al "padrecito", se dedicaron por un largo tiempo a desarrollar una estratégica campaña de proselitismo hacia la población venezolana dedicándose a demostrar la justicia de la lucha de las FARC y su heroicidad y a condenar al presidente Uribe, al empresariado y al Gobierno colombiano.

Al punto de que en uno de sus largos ejercicios dominicales de incontinencia verbal, ordenó, sin consultarle a nadie, ni siquiera a la Asamblea Nacional, la movilización de 11 batallones para que tocaran tambores de guerra en la frontera con Colombia en la ocasión en que se produjo la persecución en caliente del Ejército colombiano en territorio ecuatoriano.

No hubo entonces ningún intento de comprensión hacia el gobierno de Uribe. Llamada a ambos gobiernos para que dialogaran y resolvieran el conflicto en la mesa de negociación. Hubo sólo bravuconada. "Si me llegas a hacer lo mismo –le dijo a Uribe, agigantado, porque así habla cuando se refiere al país, que él supone de su propiedad–, ten la seguridad de que te respondo a cañonazos".

Se quedó con los batallones y los crespos hechos. Porque la única respuesta que recibió de Colombia en la frontera, para ser más exactos en el puente internacional que une San Antonio con Cúcuta, fue un concierto inolvidable por la paz entre los pueblos, convocado por Juanes, el cantante colombiano, que logró movilizar a miles de jóvenes de ambos lados, ocupar la primera plana de todos los diarios importantes de América Latina y reunir la condena al silencio de todos los canales oficiales del Gobierno venezolano.

En cualquier país en el que existiera una verdadera democracia, y por tanto la autonomía de poderes se ejerciera como principio fundamental, Chávez sería sometido a una rigurosa investigación y seguramente condenado por su persistente ingerencia en los asuntos políticos internos de naciones amigas, por la malversación del dinero de los venezolanos que esas acciones traen consigo y, sobre todo, por el apoyo explícito al que sin lugar a dudas era, y aún es, un movimiento guerrillero que ha hecho del secuestro –ese crimen tan vil contra la dignidad personal– un método industrial de supervivencia.

La historia algunas veces, parafraseando a Serrat, nos besa en la boca. Y esta vez ha ocurrido así. La tarde del pasado miércoles, después de que nos enteramos de la liberación de 15 de los 700 rehenes de las FARC, fue de alivio, de fiesta y de celebración, no sólo para el pueblo colombiano sino para todos aquellos que en diferentes lugares del mundo apuestan por la paz y por la solución de las diferencias políticas a través de vías democráticas.

Sólo Correa, el presidente de Ecuador, Ortega, el de Nicaragua, y Hugo Chávez, el de Venezuela, y por supuesto sus seguidores aún atrapados por el mito hippie-guevarista, hacían un esfuerzo por sonreír ante las cámaras y ocultar el rictus de amargura que la derrota de las FARC y la consolidación del triunfo de Uribe y 98% de los colombianos que le apoyan en la lucha antiguerrillera les genera.