POR:ARCANGEL VULCANO.
La oposición debe tener muy clara la idea de que para Chávez este proceso electoral será una cuestión de vida o muerte, no se trata de una competencia más, sino de la supervivencia del mal llamado proceso seudo revolucionario, que según todas las encuestas de prestigio, se encuentra en serio riesgo de ser derrotado y enviado al estercolero de la historia por la mayoría del pueblo venezolano.
El liderazgo auténtico de los distintos factores de la oposición venezolana, frente a esta abrumadora realidad, no debería distraerse un segundo en disputas estériles y subalternas, ni perder tiempo valioso en ventilar situaciones insignificantes comparadas con el grave riesgo y las terribles amenazas a que se enfrenta toda la nación.
Debe privilegiarse lo esencial y darle prioridad absoluta al interés vital del país.Deben tener plena conciencia de que está en juego el destino de nuestro sistema democrático, el orden democrático, que están en riesgo el estado de derecho, las libertades y derechos consagrados en nuestra Constitución, en virtud de las confesas intenciones totalitarias del régimen. No puede haber otra prioridad que la defensa de esos principios y la urgente atención de todos unidos para enfrentar exitosamente esas amenazas; por lo que se requiere que los principales dirigentes opositores con reales condiciones de liderazgo colectivo, entiendan de una vez y sin pretextos, que Venezuela necesita que asuman con grandeza de espíritu, la infinita responsabilidad de unir a la nación en torno a un proyecto político alternativo al decadente totalitarismo, que constituya una esperanza de cambio posible.
Es vital para alcanzar tales objetivos, conducirse con gran amplitud y deponer actitudes egoístas, diferir mezquindades y estúpidas apetencias, para que prevalezca la unidad de propósitos, más que la unidad en torno a candidaturas con real opción ganadora.Es importante desde luego, poder lograr la unidad a la hora de presentar las candidaturas, pero más aún lo es, que los candidatos sean excelentes y auténticamente representativos de esos supremos ideales, quienes las regiones y comunidades consideren con mejores credenciales personales para presentarse ante los electores con dignidad y con reales posibilidades de ganar las elecciones.
Es preciso, que la oposición asimile la pesada realidad, que indica que una cosa fue el proceso electoral del referéndum revocatorio del pasado 2 D, y otro asunto muy distinto es el proceso electoral para elegir gobernadores y alcaldes. Que no se confundan jamás ambos eventos, porque no son asimilables, ni pueden fusionarse, son enteramente de naturaleza y propósitos diferentes.Se requiere comprender, que el 2 D, aunque sirvió para derrotar la propuesta de reforma constitucional de Chávez y su proyecto socialista, esa derrota no se puede endosar automáticamente a los gobernadores y alcaldes oficialistas. No hay que olvidar que muchos de ellos, tuvieron una actitud muy discreta en las elecciones que desaprobaron la propuesta de reforma constitucional. Algunos gobernadores tuvieron una actitud de brazos caídos, no participaron de la campaña; otros se hicieron los desentendidos, incluso varios llegaron a trabajar tras bastidores para derrotar las pretensiones de reelección. Ahora la situación es diferente y estarán en juego sus liderazgos locales, por eso no hay que dudar en que defenderán sus feudos. Es por lo que sería un gravísimo error de cálculo político de la oposición, considerar que se puede calcar íntegramente el mismo escenario producido el 2D.
Por otro lado la oposición desventajosamente, adolece de grandes carencias, y debe sin pretexto corregirlas todas oportunamente. Varios de sus partidos están prácticamente desmantelados,debilitados, muchos de sus militantes desempleados; estar en la oposición tanto tiempo se asemeja a atravesar un desierto sin cantimplora; mientras que, los militantes del oficialismo están bien dotados de recursos y adecuada logística y disponen de dinero sin límites, por eso se ven aparentemente eufóricos, festivos, sonrientes, pero visiblemente preocupados porque sienten el rechazo silente del pueblo; pero se consuelan porque andan ufanados por pasadas victorias paseando en sus lujosas camionetas, con sus poderosos equipos de sonido perifoneando a todo volumen, pregonando las supuestas bondades de la revolución por todas partes frente a la miseria y necesidades del pueblo agobiado por el hambre, las calamidades y sus problemas jamás resueltos por el ostentoso y mentiroso régimen; pero eso surte un efecto muy nocivo, que se suele devolver como un bumerang; pero no evita el también desmoralizante fenómeno que sufren algunos de los cuadros de la oposición, que se encuentran desmotivados, en situación económica precaria, padeciendo carencias y distintas necesidades a quien nadie pareciera importarle resolver, están olvidados, y peor aún, andan realengos, sin la debida protección de los partidos opositores, sin la indispensable orientación y conducción política de un liderazgo carismático eficaz que los logre sacar de su menguado estado de natural apatía, sin entusiasmarse ni movilizarse por nada ni por nadie.La oposición sin pretextos, deberá al menos hacer pronto, vital contrapeso efectivo a esos fenómenos, si en verdad quiere ganar las elecciones.
El liderazgo no se mendiga el liderazgo se conquista, llegó la hora de hacerlo; líderes emergentes y conocidos hay suficientes esparcidos por todo el país, están a la vista, así que es su momento de conquistar la voluntad del pueblo, pero deben ir por él, no sentarse a esperarlo. Se dice fácil, pero es muy difícil, para lograr motivar al pueblo, hay que hacer política de la buena, por todas partes, en la calle, con la gente, no queda otra; hay que ir casa por casa, a conquistar corazón por corazón, persona a persona, cara a cara, lo demás es paja.
Es preciso realizar una campaña electoral con gran contenido, con mensajes claros, precisos, sin ambigüedades, debe ser una campaña envolvente,aglutinante, que sume voluntades no que reste,muy festiva, que acreciente el ánimo y devuelva la emoción y la esperanza de los venezolanos en general, de los partidarios de la oposición, pero también de los independientes, que incluya a los sectores disidentes desencantados del oficialismo, y que presente propuestas alternas que el electorado nacional encuentre creíbles, viables, posibles, esperanzadoras, que entusiasmen y motiven a apoyar los candidatos opositores; que los induzca a participar activamente saliendo de sus cómodas posiciones de ostracismo y abandonen la apatía, para que se integren efectiva y activamente a la campaña electoral, que los mueva a votar y a defender su voluntad.
Para logar alcanzar tales fines, es indispensable salirse ya del esquema de polarización; hay que dejar de centralizar los mensajes únicamente en el ataque a Chávez, e iniciar una efectiva campaña contra el asfixiante centralismo, dirigida hacia la defensa de la descentralización, la autonomía, la regionalización. Centrarse a su vez, en plantear y discutir como temas de campaña los principales problemas comunales, locales, específicos que padecen las comunidades. De tal manera que, deberían privilegiarse como temas de campaña los denominados problemas cotidianos de las distintas comunidades regionales y municipales.
Es preciso centrar la campaña en temas como la inseguridad personal; el gravísimo incremento de los asesinatos por el hampa desatada; la ausencia de políticas suficientes de prevención y control delictivo; la falta de dotación en los distintos centros de salud; igualmente, temas como el de las carencias en los centros de educación pública; la falta de vivienda; el deterioro de los servicios públicos; la inflación; el desempleo; el alto costo de la vida; la escasez; el desabastecimiento;la crisis económica en general (ejemplos como, los apagones eléctricos, interrupción o carencia del servicio de agua potable, la acumulación de basura por el pésimo servicio de aseo urbano, la carencia de vigilancia policial, la proliferación de enfermedades endémicas, la contaminación ambiental,etc); plantear las promesas incumplidas de los gobernadores y alcaldes, etc, pero presentando respuestas, propuestas y soluciones reales, no basta la denuncia pueril y vacía, porque la gente se cansó de diagnósticos. Se requieren ofertas concretas y creíbles, no promesas infundadas electoreras, no hay que ofrecer nada que no sea posible cumplirle al pueblo.
La oposición no debe cometer el error de centrar únicamente su campaña electoral en la figura de Chávez (también hay que cuestionarlo y culparlo de la crisis), no debe dejar encasillarse en la difusión constante de la imagen del Sr Chávez, porque las elecciones no son para elegir presidente de la república, sino para escoger gobernadores y alcaldes, pero hay que asociar al jefe del gobierno central con sus candidatos endosándoles sus fracasos.
Hay que hacer críticas fundadas con pruebas, precisamente cuestionando la negativa gestión de los gobernadores que aspiran su reelección, e identificar a los candidatos del PSUV como los del fracasado continuismo exponiéndole al electorado lo que se necesita hacer para cambiar eficazmente las desventajas.
La oposición, debe organizarse eficazmente políticamente, prepararse suficientemente para encarar vigorosamente el proceso electoral, atenuando sus falencias, el proceso electoral propiamente, antes, durante, y después de las votaciones. Debe asumir, que la campaña publicitaria en los medios es importante, pero más lo es la calidad y la contundencia del mensaje, aunque nunca es suficiente; por tal motivo, debe organizar, entrenar y adiestrar apropiadamente a sus distintos activistas, militantes, simpatizantes y testigos de mesa, de forma políticamente profesional, para hacer la campaña, vigilar, controlar el proceso y así lograr cuidar eficazmente los votos en las mesas y asegurarse un diáfano resultado, minimizar e impedir cualquier posibilidad de fraude, y de producirse estar preparada y dispuesta a revertirlo.
Para lograr tales fines, la oposición puede y debe también saber recaudar, reunir, aglutinar, y distribuir óptimamente caudalosos recursos económicos y logísticos para apertrechar, dotar suficientemente, adecuadamente y oportunamente a sus dirigentes, activistas, militantes y simpatizantes durante toda la campaña electoral, y especialmente, el día de las elecciones en que se requerirán, sin escatimar en gastos, porque el adversario los tiene a manos llenas, por lo que no puede darse el lujo de ir en desventaja a la hora de necesitar disponer de la logística para ejecutar y facilitar su masiva movilización y transporte de sus potenciales electores. No deberían haber entonces pretextos, ni excusas, ni justificaciones, ni lamentaciones, a la hora de encarar con óptimas posibilidades el día de las elecciones regionales. Y que después no se digan frases tan impotentes como estas: “Así cualquiera gana, perdimos porque ellos tenían más recursos, compraron conciencias”-los mismos pretextos de siempre- Que el gobierno tiene dinero de sobra para gastar y botar, es verdad, pero eso deberá siempre estar dentro de los cálculos, eso es válido, es una realidad, el gobierno los tiene y punto, hay que saber y poder contrarrestarlo teniéndolos también y punto. De tal manera que, o se reúnen los suficientes recursos de toda índole, se prevén los gastos necesarios con antelación suficiente, o la oposición irá a la contienda electoral en minusvalía frente al poderosísimo taimado e inescrupuloso adversario.
De por si, lograr todo lo anteriormente ya sería muy importante para que la oposición se presentara a la contienda electoral con real opción y posibilidades ciertas de obtener éxito frente a un inescrupuloso rival que juega con ventajas y las cartas marcadas; sin embargo, con todo y eso, existen como en cualquier actividad humana otros elementos como el azar y el subjetivo, como en cualquier competencia; además esto es una disputa febril por logar poder por lo que es muy aspera, y el otro equipo también juega, trabaja, realiza sus lógicas actividades; no debe esperarse ganar por errores del contrario sino por méritos propios.
Jamás deberá esperarse que los electores salgan espontáneamente a votar, hay que identificarlos, ubicarlos, visitarlos, convencerlos a participar y a votar, motivarlos, empujarlos, casi que llevarlos de la mano, buscarlos, esperarlos, transportarlos, como dicen popularmente hablando, a la gente hay que “carretearla” al centro electoral para que vote, hacer lo que solían denominar, operaciones arrastre, galope, mosca etc.
Hace falta tener listo y disponible el transporte masivo, hay que tenerlo a tiempo, porque al régimen le sobra) .Hay también que saber plantear y hacer los contrastes ante el pueblo, con apoyo de la campaña bien diseñada y ejecutada. Está demostrado que la mayoría de la gente no vota porque alguien sea de izquierda o de derecha, sino porque el candidato le gusta, porque lo visitó en su casa, lo escuchó hablando en un discurso que le agradó, porque lo ayudó a resolver algún problema, o tal vez le facilitó los medios para superarse, porque lo encuentra dinámico, porque su imagen es el de alguien que le ayuda, por lo general los electores normalmente votan por el candidato con quien se identifican íntimamente, por sus acciones directas, porque ellas surten un efecto directo en su vida, en la de su entorno, en el de los demás. Los candidatos deben gustar (ese es el trabajo político que hay que hacer), y esa es la tarea del indio; allí está contenido el elemento subjetivo humano. Cualquiera puede desear ser un político exitoso, tener dinero suficiente para encarar los gastos de su campaña, disponer de logística adecuada,preparación intelectual, capacidad gerencial, en fin, tener y disponer de todo en lo que se refiere a lo físico, espiritual e intelectual ("vamos con todo"), pero si el aspirante no le llega en el alma a su electorado, ni lo convence para que vote, ni le facilita los medios para que lo haga con seguridad, si no logra conmover, persuadir, llegar a gustarle a la gente, y encima ayudarlos desinteresadamente -sin esperar nada a cambio, sólo por ser útil- si no sabe ni puede resolver los problemas de sus electores, no tendrá real opción de ganar jamás unas elecciones, y que conste que no es únicamente un problema de marketing político, ni se trata solamente de lucir muy agraciado, simpático o risueño en afiches, ¡no!, no se trata de mostrarse fingidamente muy atractivo, sino de llegarle auténticamente muy hondo en el sentir de los integrantes de las comunidades, trabajando sinceramente por ellas y solucionando eficazmente sus problemas; si no lo comprenden y lo hacen así, mejor dedíquense a otra cosa, porque llegarán detrás de la ambulancia cuando postulen sus nombres para un cargo de elección popular, sin importar que sean de izquierda, de centro o de derecha, oficialista u opositor.
Para que la plural oposición venezolana pueda ganar las próximas elecciones, son necesarias lograr coherentemente todas estas circunstancias juntas, pero en esencia se resumen en lograr la unidad de sus principales partidos y factores de la sociedad civil, en torno a un proyecto político común alternativo democrático, conducido por un liderazgo colectivo, amplio, incluyente, moderno y muy eficaz, que pueda esperanzar, motivar y movilizar suficientemente al país para logar no sólo el triunfo electoral, sino la concreta realización de un auténtico y provechoso cambio democrático en beneficio colectivo de la mayoría de los venezolanos.
1 comentario:
¡Unidad!, ¡Unidad!, ¡Unidad!
Julio 15, 2008 by judioerrant
No se puede dejar de mirar con suspicacia los acontecimientos recientes, protagonizados por diversos factores de lo que se ha dado llamar como “la oposición”. El motivo de semejante afirmación se basa en el hecho de que en el momento histórico que vive el país se hace evidente que una oposición unida mostraría una fortaleza casi invencible en los próximos comicios para elegir gobernadores y alcaldes en todo el territorio nacional.
El análisis debe entonces basarse sobre el siguiente enunciado: si la afirmación anterior es clara y meridiana, si la oposición ya dio un paso trascendental hacia el logro, al firmar un pacto de unidad ¿por qué entonces los líderes de estas organizaciones se toman tanto tiempo para ponerse de acuerdo y al mismo tiempo, cuando se vence el plazo para postular los candidatos unitarios, se genera una pelea de dimensiones kafkaianas?
Ya retomaré esta discusión en breve, pero antes permítanme continuar con el siguiente paso; el cual consiste en identificar al beneficiario o los beneficiarios en caso de que no pueda lograrse la tan necesaria unidad opositora. Huelgan los comentarios.
A estas alturas deseo llamar la atención sobre la discusión casi perenne de unos cuantos individuos que por un “quítame estas pajas” de inmediato saltan a declarar que si la oposición sigue comportándose así, ellos prefieren votar por los chavistas o no ir a votar.
Desde mi punto de vista, esta posición es inaceptable. La misma se basa en una serie de supuestos, en mi opinión errados y si se puede redundar, peligrosamente errados. Número uno: quienes así se expresan, piensan que nos encontramos frente a un evento democrático más. Sirva recordar que la república democrática venezolana no existe, es hoy un recuerdo lejano. La republica fue sustituida por un mamotreto con un traje para hacerla parecer una democracia. Número dos: basándose en el supuesto número uno, se asume que Chávez (en este caso es inútil hablar de sus acompañantes y partido, pues todos sabemos que son uno solo y lo mismo) respeta el libre juego democrático y sus normas. ¿Alguien tiene todavía alguna duda de todas las violaciones al juego democrático y sus normas en las que ha incurrido el hoy presidente Chávez?
Continuando con la discusión planteada en los párrafos anteriores, y que se refiere a la diatriba originada dentro de las organizaciones de oposición, queremos decir que no hay porque ver esto como un mal síntoma. Para empezar, todo este galimatías es solo una demostración de que, al menos, no existen liderazgos hegemónicos y que el entendimiento solo se logrará usando los mecanismos que la democracia ofrece, a saber, negociación, ceder posiciones invocadas a ultranza y reconocimiento de la conveniencia de apoyar al candidato que signifique una opción de triunfo. Que existen cismas, intereses que se tocan, pues si, siempre han existido y existirán. No podemos quienes invocamos una sociedad plural, tratar de hacernos dictadores hacia adentro, es lógico y deseable que existan estos problemas para la escogencia de quienes van a representarnos en los comicios venideros.
Ahora, que sospechosamente, algún “líder” opositor trate de, mediante su comportamiento, bombardear ese proceso natural, para de alguna forma impedir que desemboque en la tan ansiada unidad, debe ser mirado de reojo y tratado con mucho cuidado. El señor de la esquina de enfrente, posee mucho dinero y recursos y nunca falta quien ceda al interés mediocre y egoísta.
La esencia humana es compleja y sus miserias son casi infinitas. Tenemos como providencia fundamental, la existencia en el ánimo de los líderes opositores de un deber superior hacia la republica democrática. Sin ese deber moral superior y compromiso sagrado con la republica, estamos perdidos antes de ir a la contienda
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