lunes, junio 04, 2007

CHÁVEZ DESNUDO,SIN BINOCULARES Y EL LOBO MIRÁNDOLO




El descalabro que sufrió Hugo Chávez el sábado 2 de junio en el acto que convocara en la Avenida Bolívar, no es cosa sencilla sino muy grave para un líder, que en medio de la más espantosa crisis política generada por él mismo, por la torpe decisión que tomará sobre RCTV, llamara en cadena nacional a sus fanatizados seguidores a que vinieran todos en su auxilio.

Días antes, un Chávez en cadena nacional de radio y televisión, había denunciado un plan desestabilizador para derrocarlo, incluso también, personalmente ordenó una investigación al Ministerio Público a dos canales de televisión –CNN y Globovisión- al primero por presuntamente mentir difundiendo imagenes que no correspondían a Venezuela sino a México, y al segundo por el presunto delito de instigación a delinquir, al parecer por “presuntamente” difundir imágenes que sugieren su asesinato.

En esa oportunidad Chávez visiblemente molesto, ofuscado, en tono muy amenazante, pidió a todo el país estar alerta ante los intentos desestabilizadores de la oligarquía, y dirigió un contundente mensaje a sus pretendidos partidarios alertándolos a estar prestos a “implementar un 13 de abril que él mismo comandaría”, pero esos pobladores a quienes cree son incondicionales, porque viven mayoritariamente en las barriadas más populosas de la ciudad de Caracas, fue evidente que no acudieron al acto convocado en la emblemática Avenida Bolívar de este sábado dos de junio ¿Por qué?.

Chávez, quien según analistas, encuestadoras serias y prestigiosas, ha caído bruscamente en las encuestas en su popularidad, y hoy posee apenas un precario 36% de apoyo en el pueblo venezolano, esto es, en apenas seis meses después de haber ganado las elecciones del tres de diciembre, de repente se ha tropezado con la más cruda y patética realidad, y es que en la política no existen incondicionales, y mucho menos en el aguerrido y libertario pueblo venezolano.

Pero hablemos del acto del sábado dos de junio en la Avenida Bolívar. ¿Qué fue lo que ocurrió realmente, qué le falló al Sr. Chávez y a sus ya experimentados e incondicionales eficientes organizadores, acostumbrados al olor de multitudes? ¿Fue que la cita a la convocatoria no era importante, esencial, vital, no es acaso real la amenaza denunciada por el jefe, o al menos no fue percibida así por sus fanatizados seguidores? ¿Fallaron los recursos económicos y logísticos? ¿Tal vez no disponían de suficientes medios propagandísticos y publicitarios para difundir la convocatoria oportunamente? ¿Acaso carecían del apoyo de los Gobernadores, Alcaldes, Ministros del tren ejecutivo, Diputados nacionales y regionales, Concejales, altos funcionarios del poder público, autoridades militares, de seguridad del estado, policiales, empleados públicos? ¿Sería que ya no tienen el incondicional apoyo de PDVSA, CANTV, de las empresas de electricidad, o de la totalidad de las empresas del estado? ¿Acaso no tienen disponibles televisoras y emisoras de radio comerciales, y comunitarias, esparcidas por todo el territorio nacional a la orden, y afectas a su proyecto político? ¿No disponían como siempre, de una poderosa red de militantes disciplinados organizados en batallones que son incondicionales, dispuestos a corear en grito de patria, socialismo o muerte? ¿Qué les pasó, se quedaron dormidos los organizadores, o amanecieron toditos enfermos? ¿Posiblemente les falló el extraordinario contingente de eficiente transporte, de autobuses y fieles transportistas? ¿Fue que no se incorporó a los cadetes de la Academia Militar, o a los preciados reservistas? ¿Por qué el acto del sábado en la avenida Bolívar fue tan patéticamente poco concurrido; por qué el Sr. Chávez con todo su poder mediático y de recursos logísticos de que dispone grosera y ventajosamente, quedó en cadena nacional desnudo y sin binoculares en medio de una Avenida Bolívar visiblemente escuálida?

La respuesta no la tenemos disponible, que cada quien saqué sus propias conclusiones sinceramente. Nosotros solo estamos seguros de algo: Los invitados a la fiesta no acudieron en masa al llamado como siempre.

En ese evento, se disponía de grandes ventajas para que fuera exitoso. En primer lugar la estrella, quien no ha cambiado su espectáculo, se viste igual, habla igual, ofrece en el mismo escenario su show; dotado y auxiliado por un equipo extraordinario de gente muy capaz y competente, integrado por profesionales expertos, especialistas, técnicos, camarógrafos, artistas, músicos, etc –hay que reconocerlo- incluso ha ampliado sus recursos efectistas, y ahora emplea en la animación de sus eventos y presentaciones públicas, costosísimas y sofisticadas pantallas gigantes de plasma, incorporando también el magnifico sonido digital, luces, humo, tarimas, equipos de telecomunicaciones, antenas, microondas, dispone de una televisora internacional como TeleSur; el canal del estado VTV totalmente renovado y modernizado; el nuevo canal Teves transmitiendo por la señal del sacado del aire RCTV, con parte de sus equipos prácticamente confiscados para transmitir en todo el territorio nacional, inclusive, donde no llegaba la señal del canal del estado; y han estructurado una poderosa red de televisoras que sería muy largo de mencionar.

Pero lo cierto es, que todo ese poderío de recursos humanos, mediáticos y técnicos estaban como siempre y habitualmente disponibles para que el Sr. Chávez hiciera lo que él piensa es su mejor virtud: “Comunicarse con el pueblo”. Chávez quería como es obvio transmitir la imagen al mundo y al país entero, de que continúa manteniendo el favor del respaldo popular de las mayorías, el inconmensurable apoyo popular del que siempre ha hecho arrogante alarde. Pero su principal argumento le falló, no vino el más importante protagonista invitado, la gente, el pueblo, se quedó en sus barriadas, no bajaron de los cerros, ni tampoco vinieron en masa del interior, lo dejaron desnudo y sin binoculares, frente al lobo a quin denuncia, en plena Avenida Bolívar, el escenario de sus otrora gloriosas manifestaciones y mítines multitudinarios, en donde acostumbraba hacer jactanciosos juegos con las masas embravecidas simulando olas con las manos de todos los emocionados concurrentes, a las que tenía que mirar con binoculares en virtud de su extensión kilométrica.

Pero para el Sr. Chávez, el sábado dos de junio debió ser muy tétrico, porque pudimos todos ver a un sombrío escenario repleto de ausencias. Chávez nos lució patético e impotente en medio de un escenario colmado de lagunas y vacíos, y la gran marea roja se convirtió inexplicablemente en un laguito, en un tenue charco, una quebradita, un murmullo. Ese día el pueblo le envió un denso y profundo mensaje subliminal: “Estás desnudo sin nosotros y hoy no puedes usar los binoculares, guárdatelos para poder escudriñar y ver a fondo el alcance de tus medidas antidemocráticas y arbitrarias, decididas sin consultarnos.”

Aunque lo más grave no es que el pueblo lo dejara desnudo y sin poder usar los binoculares, sino que tiene años anunciándole a gritos que “viene el lobo” pidiéndole auxilio, y el pueblo acudía a socorrerlo con su apoyo manifiesto e incondicional; pero la semana anterior volvió a gritar que el lobo viene, insistió en solicitar presuroso Socorro porque viene el lobo (yo comandaré), y el pueblo está vez no vino; me preguntó: ¿Si es cierto que el lobo venía, no estará en camino? Si el lobo existe y es verdad que lo amenaza –él vive nombrándolo, ni en pintura lo queremos ver- está allá afuera mirándolo ahora, desnudo y sin binoculares. Basta para constatar el auténtico descalabro del sábado sufrido por el caudillo omnipotente, con hacer clit en la "fotografía verídica" y ampliarla, para ver la verdad, y dejarlo desnudo, porque esta gráfica fue tomada con una cámara profesional desde una parte muy alta con visión panorámica total, en pleno momento culminante del discurso del líder ahora venido a menos -no es una toma cerrada como las que hicieron los del canal trasmisor del gobierno- Por eso, "la mentira tiene patas muy cortas" y "no se puede tapar el sol con un dedo". Ahora ocurre que Chávez está como si estuviera desnudo, sin binoculares y con el lobo que denuncia mirándolo.

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