POR:ARCANGEL VULCANO.
Entre risas el exótico Sr Chávez junto a su par Rodríguez Zapatero ha dicho entre otras cosas frente al mundo: “Mi amigo el Rey me ha regalado una camiseta, prometí no decir quien se la regaló. Le dije a mi amigo el Rey Don Juan Carlos de Borbón: usted me debe un dinerito, por los derechos de autor, ¡claro! él no ha cobrado, pero ambos causamos furor con esa frase” (¿por qué no te callas?); en el futuro nos reiremos todos de eso, quedará para la historia.
¿Cinismo; desvergüenza; conveniencia; hipocresía; adulancia; tal vez, la necesidad de limpiar su manchada y desprestigiada imagen internacional; posiblemente la urgencia por intentar reacomodar las deterioradas relaciones diplomáticas y comerciales con España y Europa; Cómo se explican los insólitos e inverosímiles giros en el cambio de actitud del Sr Chávez para con el Rey de España y su Homólogo Rodríguez Zapatero, cuando hace apenas unos meses profería toda clase de insultantes calificativos contra ellos; qué es lo que lo ha hecho cambiar tan dramáticamente ahora de opinión que lo han obligado a acudir presuroso personalmente a Mallorca a la mismísima casa de veraneo del altivo monarca ibérico, quien nunca se disculpó por su excesiva frase “¿Por qué no te callas?” proferida con ira en Santiago de Chile hace unos meses contra el denominado autoproclamado líder del proceso revolucionario bolivariano en Latinoamérica, el mismo quien ayer desdeñaba como a un absolutista coronado por Franco, al que calificaba arteramente e irrespetuosamente como el elegido del tristemente célebre dictador fascista español?
Mucho habrá de decirse y especularse al respecto; por lo pronto, la sola estampa del reencuentro ocurrida ayer en Mallorca resulta pintoresca, curiosa, digna de ser considerada para ser incluida en algún libro de record, o de anécdotas extraordinarias, siendo debidamente archivadas, con el objetivo de ser contadas a las generaciones futuras. Nuestros descendientes, deberán conocer ambas anécdotas; por una parte la emblemática, inolvidable e inmortal frase del Rey Don Juan Carlos de Borbón del ¿por qué no te callas? pronunciada durante un ataque de incontenible ira monárquica en respuesta al discurso ofensivo del caudillo llanero contra el ex presidente Aznar, y por las recurrentes interrupciones del descomedido Sr Chávez al presidente Zapatero, en la Cumbre de Santiago de Chile; y por otro lado, la infeliz frase, recientemente articulada por el Sr Chávez del ¿por qué no vamos a la playa? pronunciada de forma distendida y serena, por un individuo que concurre a casa del Rey precedido de una fama y reputación, nada halagadora, porque Chávez dista años luz de ser un sujeto realmente respetuoso y conciliador, aunque es el histriónico de las mascaras y los disfraces.
Pero no menos insólita, ocurrente e increíble ha sido la frase pronunciada por el adulante Sr Chávez en Madrid junto al presidente Zapatero, durante la típica rueda de prensa que habitualmente se ofrece durante las visitas de estado. El irreconocible iracundo ha dicho con proverbial envidiable destreza, refiriéndose al episodio lamentable de Santiago de Chile:”…causamos furor”; o lo que es lo mismo, a dado a entender,que luego de todas las mutuas ofensas proferidas desde entonces, ellas son dignas de risa, como quien dice, porque luego de todo este desastre que provocamos como niños peleones, el rey y yo, debemos estar felices, sonrientes, eufóricos, pletóricos de alegría, rodeados de camaradería, porque a fin de cuentas lo que en realidad hicimos fue causar muchísimo "furor"; tanto así que deberían pagarnos un dinerito; ¡insólito!, porque encima cínicamente se atribuye derechos de autor sobre la paternidad de la frase de la cual fue objeto en el patético, penoso y bochonoso episodio protagonizado; pero ignorando deliberadamente, muy convenientemente las indeseables ulteriores consecuencias catastróficas, las cuales pretende en vano ahora banalizar escurriendo el polvo bajo la alfombra, como si no hubiera roto un plato, habiendo quebrado la vajilla completa, en detrimento de muchísimos inocentes que con toda seguridad no le celebrarán la gracia, sino le cuestionarán y cobrarán de algún modo sus ridículas morisquetas.
Calificando absurdamente lo ocurrido como motivo para ocasionar "furor", no parecen importarle ahora para nada la cantidad y el alcance de los terribles e incuantificables daños y perjuicios que una conducta impropia e irresponsable –por decir lo menos- le ha ocasionado injustamente a españoles y venezolanos; a empresarios y ciudadanos españoles quienes se han visto notablemente perjudicados en sus legítimos derechos e intereses; amen de la innumerable cantidad injustificable de descomedidos insultos y hostigamientos de los cuales han sido víctimas; porque en Venezuela luego de ese trágico episodio o impasse diplomático entre los “amigos que causaron furor” por su detestable, injustificable e imperdonable pleito callejero, ambos países hermanos, por su culpa, por su desproporcionadas actitudes, los españoles y sus descendientes inocentes, residentes en Venezuela les ha tocado vivir en virtud del furor que hoy les causa tantas risas, una crítica y difícil situación, porque según reseñan algunos importantes medios de comunicación han debido padecer y sufrir en territorio venezolano: "Invasiones, asaltos, extorsiones, asesinatos, exclusión, discriminación y secuestros, son las pesadillas que vive la comunidad española en Venezuela. Así lo destaca en su edición de este viernes el semanario Versión Final http://www.versionfinal.com.ve/, cuando afirma que, desde que el Rey de España mandó a callar al presidente Hugo Chávez durante la Cumbre Iberoaméricana en noviembre pasado, la situación empeoró, pues el mandatario venezolano mandó a ponerle la lupa a las empresas españolas en el país y el Seniat, Cadivi y demás instituciones del Estado se ensañaron aún más con los empresarios ibéricos."
"Versión Final destaca que entre 2007 y 2008, los españoles han sido víctimas de 200 ocupaciones ilegales de sus tierras y de más de 40 secuestros. Asimismo, señala que el Senado español pidió en septiembre pasado que su gobierno protestara formalmente ante el Ejecutivo venezolano por las "invasiones de propiedades, amenazas y agresiones personales" sufridas por algunos ciudadanos españoles, una petición que fue congelada y no contó con el apoyo del partido del Jefe de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien ha sido acusado por el opositor Partido Popular de no actuar con firmeza, para no perder el apoyo económico del Gobierno del presidente Chávez".
Así las cosas, más allá de las verdaderas e inconfesables motivaciones del Sr Chávez para haber dado un giro de 180 grados en su conducta agresiva hacia las autoridades y ciudadanos españoles. Desprendidos de convencionalismos sociales, ataduras ideológicas, conveniencias diplomáticas y sin condicionamientos de ningún tipo, debemos hacer un paréntesis para realizar un balance objetivo de lo ocurrido; principalmente evaluar ahora el impacto, la dimensión, el nivel, el alcance y la verdadera magnitud de los auténticos daños y perjuicios ocurridos, así como, las nocivas consecuencias causadas a los inocentes en esta triste aventura protagonizada por este peculiar par de “amigos encumbrados”, que al final terminaron sonrientes –luego de quebrar la vajilla- yéndose olímpicamente, ignorando dignidades malogradas, a asolearse a las playas de Mallorca celebrando entre tragos como buenos camaradas el “¿por qué no te callas?” estampado en su regalada franela playera” negociándose petróleo más barato, mientras los españoles en Venezuela sufren las de Caín.
Lo que aquí ha quedado en evidencia, es que se causó “furor” pero a costillas del dolor ajeno y sin medir ni importar las negativas consecuencias; pero al final de cuentas, quieren es banalizar el complejo problema que se les escapó de las manos y se les fue encima por la presión de los ciudadanos y empresarios afectados, para justificarse, y así intentar minimizar el gravísimo trasfondo de la catastrófica situación innecesariamente provocada por las mutuas torpezas, y convertir la aguda crisis provocada irresponsablemente en una simplísima anécdota graciosa; pero no amigos, eso no puede ser así de sencillo, las cosas no funcionan de esa manera tan elemental; porque como decía algún comediante famoso, ¡¿eso son juegos? eso no son juegos!, aunque ahora pretendan escurrir el bulto dizque causando furor, tomando el sol en la playa y estampando franelitas con la célebre frasecita ¿Por qué no te callas? Como decía mi abuelita: “Después del ojo afuera no vale santa Lucía” los daños están hechos y a la vista, sus efectos cobraron víctimas, ellas existen respiran, reclaman, no se saciarán sus demandas con risitas, fotos a la prensa y apretones de manos, precedidas de hipócritas, convenientes y fingidas poses, adornadas con frases edulcoradas para el público de galería.
Causen furor, sigan causándolo, que los pueblos están observándolos atentamente, pero como gallina que mira sal; ¿causamos furor? –dijo el caudillo en Madrid- yo te aviso chirulí; causaron muchos daños y perjuicios a seres inocentes que esperaban de ustedes (Rey y Chávez) que cumplieran dignamente con sus deberes; ¡pero no!, prefirieron comportarse incivilizadamente como patanes enfrentados peleándose por no sabemos ahora ¿cual dignidad?, para venir luego a decirnos aquí no ha pasado nada, ¿y los vidrios rotos quien los paga ahora? ¿Por qué no comienzan por resarcirle los daños a los afectados? Tal vez así causarían verdadero furor y no este tan artificial que únicamente transmite un amplio sabor amargo por todas partes.
Entre risas el exótico Sr Chávez junto a su par Rodríguez Zapatero ha dicho entre otras cosas frente al mundo: “Mi amigo el Rey me ha regalado una camiseta, prometí no decir quien se la regaló. Le dije a mi amigo el Rey Don Juan Carlos de Borbón: usted me debe un dinerito, por los derechos de autor, ¡claro! él no ha cobrado, pero ambos causamos furor con esa frase” (¿por qué no te callas?); en el futuro nos reiremos todos de eso, quedará para la historia.
¿Cinismo; desvergüenza; conveniencia; hipocresía; adulancia; tal vez, la necesidad de limpiar su manchada y desprestigiada imagen internacional; posiblemente la urgencia por intentar reacomodar las deterioradas relaciones diplomáticas y comerciales con España y Europa; Cómo se explican los insólitos e inverosímiles giros en el cambio de actitud del Sr Chávez para con el Rey de España y su Homólogo Rodríguez Zapatero, cuando hace apenas unos meses profería toda clase de insultantes calificativos contra ellos; qué es lo que lo ha hecho cambiar tan dramáticamente ahora de opinión que lo han obligado a acudir presuroso personalmente a Mallorca a la mismísima casa de veraneo del altivo monarca ibérico, quien nunca se disculpó por su excesiva frase “¿Por qué no te callas?” proferida con ira en Santiago de Chile hace unos meses contra el denominado autoproclamado líder del proceso revolucionario bolivariano en Latinoamérica, el mismo quien ayer desdeñaba como a un absolutista coronado por Franco, al que calificaba arteramente e irrespetuosamente como el elegido del tristemente célebre dictador fascista español?
Mucho habrá de decirse y especularse al respecto; por lo pronto, la sola estampa del reencuentro ocurrida ayer en Mallorca resulta pintoresca, curiosa, digna de ser considerada para ser incluida en algún libro de record, o de anécdotas extraordinarias, siendo debidamente archivadas, con el objetivo de ser contadas a las generaciones futuras. Nuestros descendientes, deberán conocer ambas anécdotas; por una parte la emblemática, inolvidable e inmortal frase del Rey Don Juan Carlos de Borbón del ¿por qué no te callas? pronunciada durante un ataque de incontenible ira monárquica en respuesta al discurso ofensivo del caudillo llanero contra el ex presidente Aznar, y por las recurrentes interrupciones del descomedido Sr Chávez al presidente Zapatero, en la Cumbre de Santiago de Chile; y por otro lado, la infeliz frase, recientemente articulada por el Sr Chávez del ¿por qué no vamos a la playa? pronunciada de forma distendida y serena, por un individuo que concurre a casa del Rey precedido de una fama y reputación, nada halagadora, porque Chávez dista años luz de ser un sujeto realmente respetuoso y conciliador, aunque es el histriónico de las mascaras y los disfraces.
Pero no menos insólita, ocurrente e increíble ha sido la frase pronunciada por el adulante Sr Chávez en Madrid junto al presidente Zapatero, durante la típica rueda de prensa que habitualmente se ofrece durante las visitas de estado. El irreconocible iracundo ha dicho con proverbial envidiable destreza, refiriéndose al episodio lamentable de Santiago de Chile:”…causamos furor”; o lo que es lo mismo, a dado a entender,que luego de todas las mutuas ofensas proferidas desde entonces, ellas son dignas de risa, como quien dice, porque luego de todo este desastre que provocamos como niños peleones, el rey y yo, debemos estar felices, sonrientes, eufóricos, pletóricos de alegría, rodeados de camaradería, porque a fin de cuentas lo que en realidad hicimos fue causar muchísimo "furor"; tanto así que deberían pagarnos un dinerito; ¡insólito!, porque encima cínicamente se atribuye derechos de autor sobre la paternidad de la frase de la cual fue objeto en el patético, penoso y bochonoso episodio protagonizado; pero ignorando deliberadamente, muy convenientemente las indeseables ulteriores consecuencias catastróficas, las cuales pretende en vano ahora banalizar escurriendo el polvo bajo la alfombra, como si no hubiera roto un plato, habiendo quebrado la vajilla completa, en detrimento de muchísimos inocentes que con toda seguridad no le celebrarán la gracia, sino le cuestionarán y cobrarán de algún modo sus ridículas morisquetas.
Calificando absurdamente lo ocurrido como motivo para ocasionar "furor", no parecen importarle ahora para nada la cantidad y el alcance de los terribles e incuantificables daños y perjuicios que una conducta impropia e irresponsable –por decir lo menos- le ha ocasionado injustamente a españoles y venezolanos; a empresarios y ciudadanos españoles quienes se han visto notablemente perjudicados en sus legítimos derechos e intereses; amen de la innumerable cantidad injustificable de descomedidos insultos y hostigamientos de los cuales han sido víctimas; porque en Venezuela luego de ese trágico episodio o impasse diplomático entre los “amigos que causaron furor” por su detestable, injustificable e imperdonable pleito callejero, ambos países hermanos, por su culpa, por su desproporcionadas actitudes, los españoles y sus descendientes inocentes, residentes en Venezuela les ha tocado vivir en virtud del furor que hoy les causa tantas risas, una crítica y difícil situación, porque según reseñan algunos importantes medios de comunicación han debido padecer y sufrir en territorio venezolano: "Invasiones, asaltos, extorsiones, asesinatos, exclusión, discriminación y secuestros, son las pesadillas que vive la comunidad española en Venezuela. Así lo destaca en su edición de este viernes el semanario Versión Final http://www.versionfinal.com.ve/, cuando afirma que, desde que el Rey de España mandó a callar al presidente Hugo Chávez durante la Cumbre Iberoaméricana en noviembre pasado, la situación empeoró, pues el mandatario venezolano mandó a ponerle la lupa a las empresas españolas en el país y el Seniat, Cadivi y demás instituciones del Estado se ensañaron aún más con los empresarios ibéricos."
"Versión Final destaca que entre 2007 y 2008, los españoles han sido víctimas de 200 ocupaciones ilegales de sus tierras y de más de 40 secuestros. Asimismo, señala que el Senado español pidió en septiembre pasado que su gobierno protestara formalmente ante el Ejecutivo venezolano por las "invasiones de propiedades, amenazas y agresiones personales" sufridas por algunos ciudadanos españoles, una petición que fue congelada y no contó con el apoyo del partido del Jefe de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien ha sido acusado por el opositor Partido Popular de no actuar con firmeza, para no perder el apoyo económico del Gobierno del presidente Chávez".
Así las cosas, más allá de las verdaderas e inconfesables motivaciones del Sr Chávez para haber dado un giro de 180 grados en su conducta agresiva hacia las autoridades y ciudadanos españoles. Desprendidos de convencionalismos sociales, ataduras ideológicas, conveniencias diplomáticas y sin condicionamientos de ningún tipo, debemos hacer un paréntesis para realizar un balance objetivo de lo ocurrido; principalmente evaluar ahora el impacto, la dimensión, el nivel, el alcance y la verdadera magnitud de los auténticos daños y perjuicios ocurridos, así como, las nocivas consecuencias causadas a los inocentes en esta triste aventura protagonizada por este peculiar par de “amigos encumbrados”, que al final terminaron sonrientes –luego de quebrar la vajilla- yéndose olímpicamente, ignorando dignidades malogradas, a asolearse a las playas de Mallorca celebrando entre tragos como buenos camaradas el “¿por qué no te callas?” estampado en su regalada franela playera” negociándose petróleo más barato, mientras los españoles en Venezuela sufren las de Caín.
Lo que aquí ha quedado en evidencia, es que se causó “furor” pero a costillas del dolor ajeno y sin medir ni importar las negativas consecuencias; pero al final de cuentas, quieren es banalizar el complejo problema que se les escapó de las manos y se les fue encima por la presión de los ciudadanos y empresarios afectados, para justificarse, y así intentar minimizar el gravísimo trasfondo de la catastrófica situación innecesariamente provocada por las mutuas torpezas, y convertir la aguda crisis provocada irresponsablemente en una simplísima anécdota graciosa; pero no amigos, eso no puede ser así de sencillo, las cosas no funcionan de esa manera tan elemental; porque como decía algún comediante famoso, ¡¿eso son juegos? eso no son juegos!, aunque ahora pretendan escurrir el bulto dizque causando furor, tomando el sol en la playa y estampando franelitas con la célebre frasecita ¿Por qué no te callas? Como decía mi abuelita: “Después del ojo afuera no vale santa Lucía” los daños están hechos y a la vista, sus efectos cobraron víctimas, ellas existen respiran, reclaman, no se saciarán sus demandas con risitas, fotos a la prensa y apretones de manos, precedidas de hipócritas, convenientes y fingidas poses, adornadas con frases edulcoradas para el público de galería.
Causen furor, sigan causándolo, que los pueblos están observándolos atentamente, pero como gallina que mira sal; ¿causamos furor? –dijo el caudillo en Madrid- yo te aviso chirulí; causaron muchos daños y perjuicios a seres inocentes que esperaban de ustedes (Rey y Chávez) que cumplieran dignamente con sus deberes; ¡pero no!, prefirieron comportarse incivilizadamente como patanes enfrentados peleándose por no sabemos ahora ¿cual dignidad?, para venir luego a decirnos aquí no ha pasado nada, ¿y los vidrios rotos quien los paga ahora? ¿Por qué no comienzan por resarcirle los daños a los afectados? Tal vez así causarían verdadero furor y no este tan artificial que únicamente transmite un amplio sabor amargo por todas partes.
2 comentarios:
Hugo Chávez es esperpéntico, por usar una palabra elegante.
Martín Bolívar lamentablemente tienes razón; para nuestra desgracia el Sr es nuestro presidente, al menos es el que el pueblo eligió en mala hora...ahora que lo más triste de esta historia, es que a quien calificas con semejante epiteto,encuentra insólitamente eco en otras latitudes,y abundan quienes parecieran bailar al son que les toca el neo magnate petrolero del mundo; "algunos" nmo todos- le rien sus chistes malos y parecen celebrarle sus gracias y morisquetas; habría también que estudiar algún calificativo adecuado y apropiado para ellos ¿no crees?, porque a la hora de las payasadas hacen falta quienes las cuestionen, porque buena parte del público de galería las aplauden como focas.
Un fraternal saludo.
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