En la hora presente en que Venezuela padece y sufre estoicamente ante el intento fallido del gobierno del Sr. Chávez de conculcar los derechos ciudadanos, e instaurar un régimen totalitario, resurge de nuevo con inusitada energía emperanzadora la juventud venezolana que asume el protagonismo, al irrumpir como un río crecido e indomable para mostrar de nuevo la voluntad de su siempre inconmensurable e indoblegable espíritu de lucha, quien se ha rebelado cívicamente, pacíficamente ante las arbitrariedades y abusos del régimen oprobioso, dejándolo desnudo ante el país y el mundo, como lo que es, un gobierno conducido con saña por un individuo déspota que intenta en vano liquidar la democracia en Venezuela.
El gobierno no es el estado, ni los funcionarios públicos, ellos son empleados de toda la nación y representan temporalmente al estado; pero ellos pueden equivocarse y lo han hecho, por eso las manifestaciones y protestas colectivas entonces deberían ser escuchadas, atendidas para producir soluciones que satisfagan al colectivo nacional.
No hay pretextos que valgan, las autoridades que hoy ejercen el poder, no deben ni pueden colocarse al margen de las responsabilidades por las decisiones arbitrarias y abusivas que han tomado en detrimento de los derechos ciudadanos. Así que, deben rectificar oportunamente cuando sea indispensable para evitar la violación de los derechos constitucionales, o de lo contrario las protestas populares no cesarán.
No basta que los Ministros y funcionarios del gobierno permitan las manifestaciones y protestas, sino que deben también comprender que se protesta no sólo para desahogarse, o hacer catarsis colectiva, sino para exigir y lograr los correctivos necesarios que restablezcan la garantía de los derechos conculcados.
El gobierno, sordo y ciego, no puede pretender que el pueblo venezolano asuma inerte e inmóvil la conculcación de sus derechos ciudadanos. Los Ministros, gobernadores, Alcaldes, autoridades militares, policiales y los demás organismos de seguridad del estado, que declaran a los medios de comunicación a cada instante pidiendo “calma y cordura”, quejándose de las manifestaciones que degeneran en hechos de violencia, con el consecuente parte de heridos y bajas, no pueden conformarse únicamente con garantizar las manifestaciones de protestas, mientras buscan mecanismos artificiales tendenciosos e interesados para sabotearlas infiltrándolas, y después justificarse para poder disolverlas impunemente; sino que deben reaccionar y corregir adecuadamente sus entuertos, si es que desean mantenerse en sus cargos y ser acatados y obedecidos por la ciudadanía.
Por otra parte el que eligiéramos electoralmente a un presidente no le otorga para siempre patente de corzo para hacer y deshacer, ni manejar el poder como caprichosamente le venga en gana o se le ocurra, sino que debe ajustarse a la Constitución y las leyes, cumplirla y hacerla cumplir, dar el ejemplo de equilibrio y ponderación a toda la nación, obedecer los límites y restricciones que también tiene el poder, no actuar permanentemente insultando a todo a quien le provoque.
Pero además, el Sr. Chávez, y algunos de sus irresponsables acólitos incondicionales deben entrar en razón, y comprender que su lenguaje descomedido, alentando a sus partidarios a salir a la calle a defender su revolución, invitándolos indirectamente a sabotear y confrontar a quienes ejercen el legítimo derecho a manifestar, no traerán como consecuencia nada positivo, sino por el contrario, el espíritu rebelde de los jóvenes universitarios y los manifestantes del pueblo en general podría crecer convirtiéndose en un gigante indomable e invencible que no podrán contener con arengas, demagogia, maniobras, artificios y manipulaciones, sino con acciones sensatas, prudentes, tendentes a satisfacer sabiamente sus justas y legítimas aspiraciones que reclaman en representación de toda la sociedad democrática, que se ha visto seriamente amenazada por la conculcación arbitraria de sus derechos.
¿Por qué no detenerse un instante desde el torpe, miope y sordo gobierno que ha decidido violar deliberadamente por estrategia política la Constitución y las leyes, conculcando nuestros derechos ciudadanos, a analizar, qué es lo que exigen y, solicitan los manifestantes que protestan en todo el país? ¿Por qué no escuchar con atención sus clamores? ¿Cuáles son realmente sus consignas? ¿Se trata todo esto que ha emergido de pronto, de un plan desestabilizador u obedece a otras razones?¿ Por qué los Ministros y diputados en vez de denunciar planes conspirativos y desestabilizadores no influyen en el ánimo del Sr. Chávez para que rectifique su actitud dictatorial y despótica, ahora que está a tiempo de hacerlo antes que la situación se les escape de las manos?
Por favor, revisen desde el gobierno seria y serenamente, las consignas y solicitudes de los manifestantes antes de desvirtuar en vano las protestas llamándolos “carne de cañón”, porque el plan más conspirativo para la estabilidad nacional ha resultado ser el atropello que ha cometido el Sr. Chávez con el canal independiente de televisión RCTV, al prácticamente sacarlo obligado del aire, despojarlo de sus equipos y transmisores mediante una decisión judicial injustificable e intragable, que ha recibido la más contundente repulsa colectiva de los sectores y organismos internacionales democráticos universales de mayor importancia y prestigio.
Aquí quien ha sembrado principalmente la angustia, la zozobra y el desasosiego colectivo es el gobierno, a través de la conducta impropia de un jefe sectario e irrespetuoso de sus conciudadanos a quien tiene el deber de gobernar con equidad y justicia, porque ni siquiera la gran mayoría de sus partidarios respaldan tanto abuso, tal y como ha quedado demostrado en las encuestas más serias y reconocidas, que reflejan que más del 80% del país rechaza esta decisión arbitraria e injusta, dándole el pretexto que necesitaban a algunos sectores opositores radicales que aspiran derrocar al gobierno, pero que también han sido sorprendidos y desbordados por la magnitud de la capacidad política latente y en potencia del nuevo liderazgo emergente, de sectores universitarios y estudiantiles, que no se dejarán utilizar como “carne de cañón”, por políticos inescrupulosos que intentarán pescar en río revuelto .
Ese nuevo liderazgo juvenil que emergerá como consecuencia de la premura nacional provocada por los errores del gobierno autocrático y la clase política, es más capaz de lo que muchos creen y esperaban, y desbordará la capacidad de maniobra y manipulación tanto de la dirigencia sectaria e inmoral de la pésima camarilla enquistada en el gobierno, y también –afortunadamente- de los dirigentes derrotados, desprestigiados y sin credibilidad de la oposición radical, que aún sueñan con recuperar espacios de poder y su otrora convocatoria perdida de que disfrutaron, sus pasados días de gloria, que no les serán devueltos gratuitamente.
Ese nuevo liderazgo juvenil, no contaminado, aún incipiente, apenas se ha insinuado, pero necesita madurar, porque ha nacido por cesárea, en un parto prematuro, muy forzado, y la criatura deberá estar un tiempo en la incubadora, pero ya ha mostrado su potencial, su formidable fuerza, su caudaloso poderío, habrán algunos aún muy sorprendidos, –siempre lo intuimos- otros en cambio dispuestos a endosárselo, y pretendiendo en vano cobrar sus méritos, pero no podrán, nadie podrá. Ni quienes lo cuestionan y aconsejan porfiadamente y convenientemente desde el gobierno para que no aflore, ni se exteriorice y cristalice, ni quienes intentan en vano maniatarlo para usarlo en su provecho personal; será como un tsunami, nadie podrá detenerlo, y arrastrará todo a su paso en el futuro, a gobierno y a oposición, para hacer posible el cambio necesario, y hacer surgir algo distinto, que llene las expectativas legítimas de la gran mayoría de los venezolanos que rechazan a ambos bandos tercos, empeñados en una absurda confrontación, culpables de hacernos creer que unos son mejores que otros, pero sólo nos han convencido de su nocividad.
Este nuevo liderazgo que surgirá de esta crisis, deberá comprender y asimilar la nueva urgente aspiración colectiva, que será la de dirigir a la nación hacia la paz, la convivencia y la coexistencia pacífica. Hoy en día, cada vez más personas estamos conscientes de que ni el viejo liderazgo, ni el actual, nos garantizan el equilibrio, para alcanzar juntos estas preciadas aspiraciones esenciales y así lograr la felicidad colectiva mutuamente, sino que nos conducen torpe y porfiadamente a la guerra fraticida sin comprender la necesidad del dialogo, y se han declarado la guerra a muerte por sus odios ancestrales inconfesables pretendiendo arrastrarnos a todos sus conciudadanos inocentes con ellos, pero no lo conseguirán. La juventud venezolana lo impedirá con su nuevo liderazgo naciente, porque tiene en su seno las reservas morales, intelectuales, mentales y espirituales indispensables para alcanzar estas nobles aspiraciones colectivas que anhela toda la nación.
El gobierno no es el estado, ni los funcionarios públicos, ellos son empleados de toda la nación y representan temporalmente al estado; pero ellos pueden equivocarse y lo han hecho, por eso las manifestaciones y protestas colectivas entonces deberían ser escuchadas, atendidas para producir soluciones que satisfagan al colectivo nacional.
No hay pretextos que valgan, las autoridades que hoy ejercen el poder, no deben ni pueden colocarse al margen de las responsabilidades por las decisiones arbitrarias y abusivas que han tomado en detrimento de los derechos ciudadanos. Así que, deben rectificar oportunamente cuando sea indispensable para evitar la violación de los derechos constitucionales, o de lo contrario las protestas populares no cesarán.
No basta que los Ministros y funcionarios del gobierno permitan las manifestaciones y protestas, sino que deben también comprender que se protesta no sólo para desahogarse, o hacer catarsis colectiva, sino para exigir y lograr los correctivos necesarios que restablezcan la garantía de los derechos conculcados.
El gobierno, sordo y ciego, no puede pretender que el pueblo venezolano asuma inerte e inmóvil la conculcación de sus derechos ciudadanos. Los Ministros, gobernadores, Alcaldes, autoridades militares, policiales y los demás organismos de seguridad del estado, que declaran a los medios de comunicación a cada instante pidiendo “calma y cordura”, quejándose de las manifestaciones que degeneran en hechos de violencia, con el consecuente parte de heridos y bajas, no pueden conformarse únicamente con garantizar las manifestaciones de protestas, mientras buscan mecanismos artificiales tendenciosos e interesados para sabotearlas infiltrándolas, y después justificarse para poder disolverlas impunemente; sino que deben reaccionar y corregir adecuadamente sus entuertos, si es que desean mantenerse en sus cargos y ser acatados y obedecidos por la ciudadanía.
Por otra parte el que eligiéramos electoralmente a un presidente no le otorga para siempre patente de corzo para hacer y deshacer, ni manejar el poder como caprichosamente le venga en gana o se le ocurra, sino que debe ajustarse a la Constitución y las leyes, cumplirla y hacerla cumplir, dar el ejemplo de equilibrio y ponderación a toda la nación, obedecer los límites y restricciones que también tiene el poder, no actuar permanentemente insultando a todo a quien le provoque.
Pero además, el Sr. Chávez, y algunos de sus irresponsables acólitos incondicionales deben entrar en razón, y comprender que su lenguaje descomedido, alentando a sus partidarios a salir a la calle a defender su revolución, invitándolos indirectamente a sabotear y confrontar a quienes ejercen el legítimo derecho a manifestar, no traerán como consecuencia nada positivo, sino por el contrario, el espíritu rebelde de los jóvenes universitarios y los manifestantes del pueblo en general podría crecer convirtiéndose en un gigante indomable e invencible que no podrán contener con arengas, demagogia, maniobras, artificios y manipulaciones, sino con acciones sensatas, prudentes, tendentes a satisfacer sabiamente sus justas y legítimas aspiraciones que reclaman en representación de toda la sociedad democrática, que se ha visto seriamente amenazada por la conculcación arbitraria de sus derechos.
¿Por qué no detenerse un instante desde el torpe, miope y sordo gobierno que ha decidido violar deliberadamente por estrategia política la Constitución y las leyes, conculcando nuestros derechos ciudadanos, a analizar, qué es lo que exigen y, solicitan los manifestantes que protestan en todo el país? ¿Por qué no escuchar con atención sus clamores? ¿Cuáles son realmente sus consignas? ¿Se trata todo esto que ha emergido de pronto, de un plan desestabilizador u obedece a otras razones?¿ Por qué los Ministros y diputados en vez de denunciar planes conspirativos y desestabilizadores no influyen en el ánimo del Sr. Chávez para que rectifique su actitud dictatorial y despótica, ahora que está a tiempo de hacerlo antes que la situación se les escape de las manos?
Por favor, revisen desde el gobierno seria y serenamente, las consignas y solicitudes de los manifestantes antes de desvirtuar en vano las protestas llamándolos “carne de cañón”, porque el plan más conspirativo para la estabilidad nacional ha resultado ser el atropello que ha cometido el Sr. Chávez con el canal independiente de televisión RCTV, al prácticamente sacarlo obligado del aire, despojarlo de sus equipos y transmisores mediante una decisión judicial injustificable e intragable, que ha recibido la más contundente repulsa colectiva de los sectores y organismos internacionales democráticos universales de mayor importancia y prestigio.
Aquí quien ha sembrado principalmente la angustia, la zozobra y el desasosiego colectivo es el gobierno, a través de la conducta impropia de un jefe sectario e irrespetuoso de sus conciudadanos a quien tiene el deber de gobernar con equidad y justicia, porque ni siquiera la gran mayoría de sus partidarios respaldan tanto abuso, tal y como ha quedado demostrado en las encuestas más serias y reconocidas, que reflejan que más del 80% del país rechaza esta decisión arbitraria e injusta, dándole el pretexto que necesitaban a algunos sectores opositores radicales que aspiran derrocar al gobierno, pero que también han sido sorprendidos y desbordados por la magnitud de la capacidad política latente y en potencia del nuevo liderazgo emergente, de sectores universitarios y estudiantiles, que no se dejarán utilizar como “carne de cañón”, por políticos inescrupulosos que intentarán pescar en río revuelto .
Ese nuevo liderazgo juvenil que emergerá como consecuencia de la premura nacional provocada por los errores del gobierno autocrático y la clase política, es más capaz de lo que muchos creen y esperaban, y desbordará la capacidad de maniobra y manipulación tanto de la dirigencia sectaria e inmoral de la pésima camarilla enquistada en el gobierno, y también –afortunadamente- de los dirigentes derrotados, desprestigiados y sin credibilidad de la oposición radical, que aún sueñan con recuperar espacios de poder y su otrora convocatoria perdida de que disfrutaron, sus pasados días de gloria, que no les serán devueltos gratuitamente.
Ese nuevo liderazgo juvenil, no contaminado, aún incipiente, apenas se ha insinuado, pero necesita madurar, porque ha nacido por cesárea, en un parto prematuro, muy forzado, y la criatura deberá estar un tiempo en la incubadora, pero ya ha mostrado su potencial, su formidable fuerza, su caudaloso poderío, habrán algunos aún muy sorprendidos, –siempre lo intuimos- otros en cambio dispuestos a endosárselo, y pretendiendo en vano cobrar sus méritos, pero no podrán, nadie podrá. Ni quienes lo cuestionan y aconsejan porfiadamente y convenientemente desde el gobierno para que no aflore, ni se exteriorice y cristalice, ni quienes intentan en vano maniatarlo para usarlo en su provecho personal; será como un tsunami, nadie podrá detenerlo, y arrastrará todo a su paso en el futuro, a gobierno y a oposición, para hacer posible el cambio necesario, y hacer surgir algo distinto, que llene las expectativas legítimas de la gran mayoría de los venezolanos que rechazan a ambos bandos tercos, empeñados en una absurda confrontación, culpables de hacernos creer que unos son mejores que otros, pero sólo nos han convencido de su nocividad.
Este nuevo liderazgo que surgirá de esta crisis, deberá comprender y asimilar la nueva urgente aspiración colectiva, que será la de dirigir a la nación hacia la paz, la convivencia y la coexistencia pacífica. Hoy en día, cada vez más personas estamos conscientes de que ni el viejo liderazgo, ni el actual, nos garantizan el equilibrio, para alcanzar juntos estas preciadas aspiraciones esenciales y así lograr la felicidad colectiva mutuamente, sino que nos conducen torpe y porfiadamente a la guerra fraticida sin comprender la necesidad del dialogo, y se han declarado la guerra a muerte por sus odios ancestrales inconfesables pretendiendo arrastrarnos a todos sus conciudadanos inocentes con ellos, pero no lo conseguirán. La juventud venezolana lo impedirá con su nuevo liderazgo naciente, porque tiene en su seno las reservas morales, intelectuales, mentales y espirituales indispensables para alcanzar estas nobles aspiraciones colectivas que anhela toda la nación.
2 comentarios:
quizá ahorita luce exagerado comparar, esta lucha con la del 28 o con el mayo frances del 68, pero por ahi van los tiros, por lo menos en cuanto a civilismo e irreverencia.
Steppenwolf; cada circunstancia histórica es distinta como es lógico, sabemos que "las comparaciones casi siempre son odiosas". Pienso que este es un proceso político inédito en la historia política del país, y que no se parece en nada a los demás.
Los protagonistas de los cambios que deberán producirse en el futuro seremos todos, y no serán una cuestión de generación, sino de contenidos,conocimiento, información, de derechos, propósitos, y no importará ni la edad, ni la condición social, ni ningún otro elemento distinto al fondo del asunto que es sin duda la lucha por conquistar la democracia auténtica, los derechos, y en esa tarea cualquiera podría ser incluido, jóvenes,no tan jóvenes, adultos, y viejos; pero sin duda la juventud siempre será factor de fermento de los cambios necesarios. Debe nacer un liderazgo colectivo no mesiánico, ya nos cansamos de salvadores y redentores.
Saludos.
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