PINOCHO JUGANDO AJEDRÉZ DE CRISTAL

Hace unos días un buen amigo me hizo un lapidario comentario: “Esto es un callejón sin salida” aseveró. Le he respondido que no lo veo así, que Venezuela prefiero verla como un gran tablero de ajedrez, pero de cristal. Añadiría, que en la ciencia política las cosas no siempre funcionan de manera sincronizada y uniforme, sino imprevisible e impredecible. Pero la política suele ser considerada por muchos como un difícil arte, mi abuela diría: “eso no es soplar y hacer botellas”, o como repetía el experimentado político merideño Edecio La Riva Araujo: “El poder es muy sabroso”. La política es para mi, como el arte de jugar ajedréz, pero sobre un tablero y piezas de cristal, es decir, que es muy delicado, muy frágil, pero al mismo tiempo muy sofisticado, en el que para jugar hay que medir con rigor, cautela y extremado cuidado cada movimiento de las piezas para no cometer el error de quebrarlo.

El hecho más noticioso del momento, sin duda alguna es la reaparición del Sr. Chávez luego de dos días tensos de ausencia; alrededor de esto se han tejido toda clase de comentarios, rumores y conjeturas; "que si estaba en Cuba reunido con Fidel y Raúl Castro evaluando la situación, recibiendo asesoría e instrucciones; que aterrizó en Maiquetía porque teme llegar a Caracas y prefiere estar cerca de la costa, para no ser emboscado y poder huir con facilidad hacia el Caribe; que está preocupado por la posibilidad de un magnicidio", en fin, rumores van y vienen, pero nada está muy claro ahora, y los acontecimientos políticos se producen a cada instante.

Particularmente pienso que Chávez se conduce y comporta como si estuviera en una sala situacional comandando una guerra. Da la impresión de que viera al país como a un campo de batalla, y se dirige a sus conciudadanos como un jefe de facción que comanda a un ejército contra otro; tal circunstancia es en realidad muy preocupante.

Es insólito, casi inaudito que un jefe de estado, luego de atreverse a desafiar a toda la sociedad democrática, al prácticamente silenciar a un canal de televisión emblemático como lo es RCTV y despojarlos de sus equipos mediante una increíble e injustificable maniobra política jurídica que nadie traga, en vez de llamar a la calma y a la sensatez, después de dos días de silencio, irrumpa en el escenario nacional a través de una cadena nacional para amenazar a quien considera sus “enemigos a muerte” y no adversarios, a atizar el fuego de las disputas entre sectores lógicamente enfrentados en el país; para decirnos la genialidad de que “está dispuesto a morir y a comandar un 13 de abril”, ¡por favor!, esto es el colmo de la insensatez ¿Será que el Sr. Chávez olvida que es un mandatario puesto en el gobierno para conducirse con moderación, tolerancia, equidad, equilibrio y que debe escuchar, atender también las manifestaciones y pedidos de sectores de la población que no piensan como él?

Reaparece luego de dos días de silencio injustificable, ante el negativo impacto que le han causado al país sus decisiones arbitrarias, y por aumento de las manifestaciones cívicas de sectores universitarios en gran parte del país, para descalificarlos y desvirtuarlos. Protestas que amenazan con extenderse, pero Chávez reaparece para alentar a sus partidarios y fanatizados seguidores políticos incitándolos a delinquir, hostigando a la confrontación, cuando la actitud correcta que ha debido adoptar como líder de toda la nación es llamar al dialogo, promover la paz y la concordia entre todos los venezolanos.

Prefiere dedicar su tiempo a contarnos un cuento de “Pinocho” que vio transmitido ayer en su nueva televisora en comiquitas, mientras miles de estudiantes universitarios, profesores, periodistas, artistas, trabajadores y ciudadanos venezolanos en general manifestaban en las distintas calles del país; en vez de escuchar y atender sus reclamos, decide sentarse a ver comiquitas de Pinocho en televisión .

Es curioso, pero el ejemplo que nos ha mostrado le viene como anillo al dedo, porque al emblemático muñequito de madera “Pinocho” le crecía la nariz cada vez que mentía, y llegó a tenerla muy larga, de allí que universalmente se le califica de “Pinocho” al mentiroso para emblematizarlo por acostumbrar engañar mintiendo.

Nos pareció muy desafortunada e inapropiada la anécdota, por inconveniente e inoportuna por la seriedad de los acontecimientos tan delicados que estamos viviendo los venezolanos.

Imaginé de pronto a Pinocho jugando ajedréz de cristal –el del cuento- Imagínense por un instante a un muñeco de madera de nariz muy larga, sentado frente a la mesa ante un lustroso tablero de ajedréz con piezas de cristal hermosamente tallado, de esos que regalan las madres e hijos piadosos el día del padre, para tenerlos de adorno.

Así vimos a Chávez hoy, como a un pinocho jugando ajedréz de cristal, haciendo jugadas, intentando mover las piezas a su favor, sin considerar lo frágiles de la piezas y la sensibilidad del público. Haciendo convenientes enroques; ejecutando jaques; sacrificando peones; amagando moviendo a la reina; defendiendo al rey con sus caballos; colocando señuelos a sus oponentes; haciendo fintas; escondiendo al rey tras bastidores; apareciendo con un alfil en su derecha y una torre al frente, todo para intentar preparar su defensa; pero desea es hacer rápido el jaque mate. El problema es que del otro lado del tablero algunos también mueven sus piezas y están jugando duro la partida, y han puesto en jaque al rey, según parece confesar el principal jugador estrella de la partida; "me quieren matar" ha denunciado.

No es de obviar tan grave denuncia, ni considerarla como una ligereza aunque se comporte como un "Pinocho", porque el jefe del estado debe saber cosas que no conocemos el común denominador de los mortales que nos la pasamos tirándole vientos a la luna; además, la buena fe se presume, y no tenemos razones para dudar de su palabra al expresar seriamente en cadena nacional ante el mundo que "lo quieren matar". A fin de cuentas el objetivo del juego de ajedrez, sin importar de que esté hecho (madera, marfil, plástico, cristal o metal etc) es hacerle jaque mate al rey, pero en la guerra no necesariamente el objetivo sea liquidar a un rey, sino vencer al enemigo para neutralizar su amenaza y garantizar la paz.

Hemos de admitir que parece muy hábil, pero no se siente a sus anchas como acostumbra, nos lució nervioso, irascible, visiblemente molesto, trasluce en su rostro quebranto, como si se sintiera amenazado realmente ¿Por qué? Será que realmente le inquietan los planes desestabilizadores que denuncia, o será que de tanto gritar anunciando que viene el lobo, el lobo que nunca vino, ahora si vendrá, o serán cuentos de pinocho jugando ajedrez?

Cualquiera sea la situación, esta partida debe quedar tablas, sin vencedores y vencidos.¡Que gane la sensatez, la paz, la concordia, que se imponga el dialogo constructivo, ¡basta de batallas a muerte!, sentémosnos frente a frente como hermanos serenamente y juguemos ajedréz del bueno. Esa es la política de altura, y se hace auspiciando la convivencia. No se puede jugar ajedréz solo, hace falta un adversario legítimo al frente a quien respetar, para poder jugar e intentar vencerlo, a veces ganar y en ocasiones también perder, esa es la política del ajedréz de cristal, es la que proponemos para dirimir las diferencias; pero no se puede jugar entre "Pinochos" sino entre adversarios políticos democráticos de gran nivel y dignidad, un "Pinocho" posiblemente terminará siempre quebrándolo todo con su larga nariz, imaginen a dos "Pinochos" jugando uno contra otro, sería un desastre, tal vez habría muchos cristales rotos.