Carlos el Chacal será juzgado por atentados cometidos en los 80 en Francia
El terrorista venezolano Ilich Ramírez Sánchez, alias "Carlos" o "El Chacal", será de nuevo juzgado por el tribunal de lo criminal de París, que ya lo condenó en 1997 a cadena perpetua, pero esta vez por su participación en una serie de atentados cometidos en Francia en 1982 y 1983 que causaron 11 muertos y más de 100 heridos.
La decisión, anunciada el viernes por la justicia francesa, pone fin a 25 años de instrucción. En principio, Carlos, de 57 años, no deberá sentarse en el banquillo de los acusados antes de 2008.
Concretamente, el terrorista venezolano deberá responder por los delitos de "complicidad en asesinatos y destrucción de bienes con sustancias explosivas", con el agravante de que produjeron 11 muertes.
Concretamente, el terrorista venezolano deberá responder por los delitos de "complicidad en asesinatos y destrucción de bienes con sustancias explosivas", con el agravante de que produjeron 11 muertes.
Carlos es sospechoso de haber orquestado cuatro atentados que se saldaron con un balance de 11 muertos y decenas de heridos: contra el tren Toulouse-París el 'Capitolio" el 29 de marzo de 1982 (cinco muertos), contra la sede de la revista Al Watan Al Arabi en París el 22 de abril de 1982 (un muerto), contra la estación San Carlos de Marsella y contra un TGV en Tain-L'Hermitage (sudeste) el 31 de diciembre de 1983 (cinco muertos).
El atentado del tren 'Capitolio' tenía como blanco a Jacques Chirac, actualmente presidente de Francia y entonces alcalde de París.
Carlos ha negado su implicación en estos atentados. Tres de sus colaboradores, actualmente prófugos, serán también juzgados en rebeldía. Se trata de Christa Margot Frohlich y Ali Al Issawi, por complicidad en destrucción de bienes que produjeron muertes y Johannes Weinrich, que habría colocado la bomba en el 'Capitolio', también acusado de destrucción de bienes con los mismos agravantes.
Para la acusación, estas tres personas eran miembros de un grupo terrorista cofundado por Carlos en 1976: "la organización de los revolucionarios internacionalistas", que pretendía movilizar a "militantes en todo el mundo para luchar contra el imperialismo, los sionistas y sus aliados", según explicó el propio Carlos en el pasado.
El juez antiterrorista francés Jean-Louis Bruguière había cerrado la instrucción del caso en abril y desde entonces se esperaba la decisión de la justicia.
La abogada y actual esposa de Carlos, Isabelle Coutant-Peyre, recordó que "tres de los cuatro casos" por los que su cliente será juzgado "habían sido sobreseídos antes de la captura" del acusado en 1994.
"Vamos a apelar esta decisión e iremos hasta el Tribunal Supremo o la Corte Europea de derechos humanos", declaró la letrada el viernes.
Pero la instrucción del fiscal insistió en que los atentados por los que será juzgado se produjeron en un momento en que Francia había detenido a su novia de entonces, la alemana Magdalena Kopp.
Carlos había lanzado un ultimátum para su liberación y el primer atentado, contra el 'Capitolio', tuvo lugar después de que expirara el plazo concedido por el terrorista. El ataque de la rue Marbeuf se produjo exactamente el mismo día en que comenzó el juicio contra Kopp.
Es la segunda vez que Carlos comparecerá ante este tribunal especial de lo criminal de París, que lo condenó en 1997 a cadena perpetua por el asesinato de dos policías y un confidente en la capital francesa en 1975. Carlos, capturado en 1994 en Jartum, está preso en la cárcel de Clairvaux, en el noreste del país.
Leyenda del terrorismo internacional de los años 70 y 80, este venezolano, nacido en Caracas en 1949, estuvo vinculado al Frente Popular para la Liberación de Palestina y sin duda su aura mediática internacional se trazó cuando secuestró en 1975 a 11 ministros de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en Viena.
Antes de ser encarcelado, Carlos se convirtió al Islam y en prisión llegó a defender la causa de Osama Bin Laden. El Chacal se presenta a sí mismo como un "revolucionario profesional", pero nunca se sintió culpable de los actos que se le imputan. Su abogada, con la que contrajo matrimonio en prisión, critica "la violación organizada de los derechos de la defensa" y "las causas contradictorias" que se le imputan, alimentadas sobre todo por "testigos fantasmas".
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