martes, julio 17, 2007

EL PUEBLO EN CONTINUA CRISIS,ANTE LA CONTINUA AMENAZA DE CONTINUISMO



En mi pueblo dicen la continua “pelasón de bolas”, (léase sin dinero) para aludir a quien no tiene medios económicos con los cuales asumir los costos mínimos para cubrir las necesidades básicas, aquellas que cualquier ser humano lógicamente debe saciar para intentar llevar una vida digna. Nos referimos como es lógico a las necesidades más elementales, ni siquiera a las más sofisticadas, no hablamos de exquisiteces. Se trata de cubrir los gastos para la alimentación, y la elemental cobertura de los servicios primarios que todo ser humano requiere para sobrevivir, tales como el pago de un alojamiento o vivienda, del servicio de agua potable, del suministro de la energía eléctrica, y de salud individual (medicamentos indispensables); ante la actual crisis económica, para la gran mayoría de la población estos servicios básicos son cada día más precarios y difíciles de costear, por decir lo menos.

En Venezuela tenemos el privilegio de contar con la reserva petrolera más grande del mundo, tal y como suele repetir ufanándose de ello ante el mundo el Sr. Chávez, en sus interminables alocuciones públicas. Pero a pesar de esa abundante riqueza providencial, luego de más de casi 9 años de gobierno, el país se encuentra frente a la más espantosa crisis jamás vivida en nuestra historia republicana, producto de las ineficaces políticas gubernamentales seudo revolucionarias.

Hoy en día en Venezuela, una casta política seudo revolucionaria autoproclamada como redentora de los desposeídos, los necesitados, los oprimidos, los pobres, actúa privilegiadamente y está aferrada, enquistada en el poder, goza de todos los privilegios inimaginables, se lucra a costillas del resto de los venezolanos empobrecidos. Así vemos como mientras el Sr Chávez nos habla de los miles de millones de dólares que maneja a discreción, la gran mayoría de los venezolanos trabajadores, debemos hacer maromas para sobrevivir con dignidad, intentando rendir nuestros ingresos devaluados, en virtud del alto costo de la vida y la inflación que carcome nuestros mermados ingresos, mientras observamos como el Sr Chávez regala insensatamente, sin previsiones a otros países a manos llenas y sin controles institucionales de sus cómplices, nuestros recursos provenientes de la multimillonaria riqueza petrolera, que sólo en teoría nos pertenecen a todos los venezolanos.

El Sr Chávez literalmente se acostumbró a lucirse ante el mundo regalando nuestros recursos a otros países, pero sin atender oportuna y diligentemente nuestras esenciales necesidades, trastocando así toda la vida económica de la nación, poniendo gravemente en riesgo nuestro porvenir y el de las futuras generaciones, convirtiéndose en un individuo pernicioso, en una “amenaza continua” para las causas republicanas, y para colmo de males nos ha expresado sin inmutarse su desvergonzada voluntad de permanecer en el poder continuamente, o lo que es igual, indefinidamente, para decirlo aún más sencillo, simplemente desea el poder para siempre. Sería entonces un presidente vitalicio; y con su peculiar manera de ver el mundo y dizque resolver los problemas, nos tendría posiblemente en crisis continua.

No es necesario ser un economista experto, para comprender que al encontrarse actualmente el dólar paralelo por encima de los 4 mil bolívares por dólar, todos los bienes y servicios incrementan sus costos, pese a los intentos torpes del gobierno por controlar los precios sin reactivar el aparato productivo nacional y asfixiando la empresa privada, con sus políticas económicas colectivistas, lo cual nos condena a los venezolanos a la crisis económica continua.

Inevitablemente se filtran informaciones de importantes contratistas, científicos y expertos profesionales de alto nivel que trabajan en PDVSA, que alertan sobre la brusca caída de la producción petrolera nacional, que revelan que la producción no llega a los dos millones de barriles diarios. Si consideramos que hace 9 años Venezuela producía casi tres millones y medio de barriles diarios, debemos deducir, que la falta de inversión en la industria, así como el despido masivo de casi 20 mil trabajadores, han influido en esta drástica caída, que auguran una continua crisis que habrá de producir perniciosos efectos que impactarán negativamente, y directamente en la ya golpeada economía nacional, es fácil predecir las perniciosas consecuencias futuras.

En Venezuela lo que más nos parece continuo es la creciente crisis económica, no solo las cínicas intenciones de reelegirse del actual mandatario, secundado por la camarilla política continuista enquistada en el poder, aunque al parecer, ya no quieren hablar de la “inconveniente reelección indefinida”, sino de la continua, ¿será por cuestiones semánticas?. Los lingüistas más acuciosos han explicado con sapiencia que es lo mismo indefinida y continua, a los efectos de lo que pretenden realmente, que es perpetuarse en el poder, violando sin recato el principio de la alternabilidad democrática.
Con este gobierno lo continuo es y será la crisis general en el país, lo continuo es el desempleo, el alto costo de la vida, la inflación, el grave deterioro de los servicios en general, el pésimo estado de la infraestructura vial, la inseguridad, la violencia, la represión policial contra la ciudadanía indefensa, los abusos de autoridad, la ausencia de justicia oportuna, el hacinamiento carcelario, la violación de los derechos humanos, las arbitrariedades del régimen, los niños abandonados, los indigentes, el recrudecimiento de las enfermedades endémicas e infectocontagiosas como el dengue, el paludismo, la malaria, la meningitis, la tuberculosis, el sida, la diarrea, las víctimas asesinadas por el hampa, los robos, los atracos a mano armada, la miseria, la marginalidad, la pobreza, el hambre, la corrupción, la impunidad, los hospitales sin dotación adecuada, los periodistas perseguidos, hostigados y criminalizados, el creciente y “continuo descontento” contra el gobierno que tales calamidades producen lógicamente en la sufrida población, cansada de discursos seudo revolucionarios vacíos, de tantas promesas incumplidas, de la demagogia, el populismo, la mentira y el incumplimiento de los deberes para con el pueblo que vive en crisis continua, indefinida y vitalicia.

Por todo lo expuesto podríamos expresar que el pueblo venezolano lamentablemente se encuentra en continua crisis, ante la continua amenaza de continuismo. Afortunadamente, la experiencia nos enseña que en el género humano, nada es infinito, ni indefinido, ni eterno, ni continuo, todo cesa, todo concluye, todo termina, todo lo mortal es finito. Solo Dios es permanente y eterno.

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