martes, julio 31, 2007

EMERGENCIA EN PDVSA


Por: Eddie A. Ramirez S.

Tanto el ministro-presidente, como el vicepresidente de Exploración y Producción de Pdvsa han admitido que la empresa está en emergencia. La pregunta obvia es ¿por qué? La crisis en la empresa se inició en febrero del 2002, cuando con muy pocas excepciones la alta gerencia, secundada por la mayoría de los trabajadores, nos opusimos a la designación de cinco directores internos "revolucionarios" que no tenían el potencial, ni los méritos para ocupar esos cargos en la directiva de la casa matriz. El paro cívico convocado por la CTV y Fedecámaras en diciembre de ese mismo año fue continuación de la crisis no resuelta del 11 de abril. Recordemos que el mismo teniente coronel reconoció el 15 de enero de 2004, ante la Asamblea Nacional, que él había provocado la crisis. A principios de 2003 se inicia el despido de casi 23.000 trabajadores y el asalto a la empresa por personal no calificado que ocupaba cargos de menor responsabilidad o provenientes del mundo político. Estos despidos ilegales marcan el inicio del declinamiento de la empresa que perdió lo mejor de su capital humano. Parte de este recurso tuvo que exiliarse ante la prohibición de trabajar en Venezuela y se encuentra actualmente contribuyendo a explorar, producir y refinar petróleo en 21 países. Ahora, tanto Pdvsa como sus empresas mixtas, caso Sincor, sólo contratan jóvenes "rojos". A este vital factor hay que añadir que a Pdvsa no le asignan los recursos necesarios ni siquiera para mantener la producción y las instalaciones. Como consecuencia, la producción está un millón de barriles diarios por debajo de la cuota OPEP y casi tres millones diarios por debajo de lo establecido para este año en el plan de negocios, y las refinerías están operando a pérdida.
La "emergencia" por falta de taladros es sencillamente el resultado de la ausencia de planificación, ya que es de sobra conocido que no se consiguen en la ferretería de la esquina, sino que hay que encargarlos con mucha anticipación. Por ello el acudir al expediente de adjudicación directa, para evitar los retrasos de una licitación, no es una excusa válida. En caso de que la adjudicación se haya otorgado a empresas insolventes técnica y económicamente, la responsabilidad es de la gerencia contratante, es decir, del señor Luis Vierma. Más grave que este hecho es la decisión de construir refinerías por doquier. La refinación es una operación imprescindible para consumir el crudo, pero es un negocio de margen muy estrecho, por lo que es necesario realizar estudios serios de factibilidad, poniendo especial atención en la economía de escala y en la ubicación. La ocurrencia de construir refinerías en Barinas, Caripito y Cabruta no está sustentada. Ofrecer una refinería a Nicaragua con capacidad para 150.000 barriles diarios y que el teniente coronel tenga el descaro de decirle a Daniel Ortega que "como tus necesidades son de sólo 50.000 barriles por día, te quedará un excedente de 100.000 barriles diarios para que exportes y te ganes un dinero", constituye una desfachatez nunca vista que lesiona los intereses de Venezuela. La oferta de financiar con 5.000 millones de dólares una refinería en Ecuador caerá en el vacío después que el ministro de Energía de ese país declaró que la baja producción ecuatoriana no justifica la construcción de una refinería. Si a lo anterior sumamos la corrupción, el mal manejo del gas y que parte de nuestro petróleo se vende a 20 años, al 2% de interés y pagadero en especies, no es difícil explicarse por qué Pdvsa está en emergencia. Para terminarla de matar ahora crearán ocho filiales que no tienen nada que ver con la energía y pronto tendremos a Pdvsa Hogar, Pdvsa Naval, Pdvsa Industrial, Pdvsa Desarrollo Urbano, Pdvsa Agrícola, etc. Todo esto para competir y acabar con el sector privado, lo cual de paso arrastrará a la que otrora fue la segunda empresa mundial de petróleo y que hoy ni siquiera figura en las publicaciones especializadas. El país está en emergencia y les cobrará a sus malos ciudadanos que no supieron protegerlo de un gobierno militarista destructor. Sin embargo, somos optimistas ya que hay soluciones, tanto para recuperar a la empresa como al país. Volveremos sobre el tema.


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