miércoles, julio 25, 2007

OPOSICIÓN ANTE EL DILEMA DE VOTAR O ABSTENERSE


Con motivo de la propuesta de reforma constitucional que presentará el Sr Chávez a la Asamblea Nacional, para su aprobación y posterior sometimiento a la consulta popular en referéndum, para ser aprobada o rechazada, ya comienzan a aparecer en distintos foros, respetables y legítimas opiniones que hacen énfasis en las exigencias de transparencia e imparcialidad al Consejo Nacional Electoral, quien vuelve a ser motivo de evidente cuestionamiento, convirtiéndose tal circunstancia en un interminable círculo vicioso, que amenaza con sumergir a la oposición democrática venezolana en un debate estéril e inconveniente, que plantea un dilema interminable muy pernicioso para sus legítimas e indispensables aspiraciones de participación y recuperación política.

Posiciones muy difundidas como la que a continuación presentamos textualmente, son ya muy recurrentes.

Cito: “Ir a votar en las condiciones actuales es de estúpidos. Si no vamos, ganan los chavistas, cierto, pero si vamos a votar, ganan igual, con el agravante de que fabrican 7 millones y déles de votos virtuales que después usan para restregarnos una 'mayoría' que no existe”-dilema mortal- Prosigue: “¿Votaciones? Sí, pero con 1.- REP auditado y limpiado, o uno nuevo si hace falta 2.- Elección abierta de miembros de mesa, sin suplentes y con credenciales. 3.- Maquinitas y sistemas de conteo auditados, revisados y certificados. 4.- Software de maquinitas y sistemas de conteo auditado, revisado y certificado. 5.- Conteo manual de papeletas. 6.- Tinta indeleble, indeleble. 7.- Revisión de cuadernos electorales 8.- Tibisay que se vaya a comer “lupines”, junto con los demás… del CNE”. Fin de la cita.

Podríamos citar cientos de interesantísimas opiniones expresadas más o menos en la misma tónica. La mayoría de estas respetables opiniones sostienen una lógica queja sobre el comportamiento “presuntamente” parcializado hacia el gobierno que hasta ahora habría mantenido el actual CNE; así como, expresan claramente unas obvias exigencias al organismo electoral para que cumpla verdaderamente con su deber, ofreciendo y materializando todas las garantías de transparencia e imparcialidad, que por lo demás, están previstas en la ley; pero es claro que existe la percepción en muchísimas personas de que hasta ahora el CNE no ha cumplido cabalmente con sus obligaciones, por decir lo menos.

Lo que consideramos más relevante es destacar que hoy día casi nadie –salvo honrosas excepciones- habla de aspectos que también consideramos esenciales por su importancia. Se trata de hacer el trabajo político que pareciera que nadie desea hacer como antes; el difícil y no siempre grato trabajo de activismo político militante, el de reorganizar a los partidos políticos junto a la sociedad civil, el de escoger un liderazgo colectivo, para construir unidos un proyecto político democrático alternativo al del Sr. Chávez. Tales omisiones son de alguna manera un tácito abandono de los deberes ciudadanos, pero cediéndoselos a los oficialistas, y desde nuestra humilde perspectiva son gravísimas, porque los sectores opositores que son también densos y muy nutridos –obtuvieron más de 4 millones de votos- se encuentran dispersos, disgregados, sin organización, ni conducción coherente unificada –hay muchos aspirantes a caciques- desperdiciando injustificablemente su poderoso potencial y caudal político, pero pecando por omisión e incapacidad política, por la ausencia de organización, disciplina y de un liderazgo carismático que sea realmente efectivo, por la carencia de un proyecto político alternativo, capaz de motivarlos y encausarlos adecuadamente.

Consideramos que la oposición venezolana no debería incurrir de nuevo en el error de caer en la estrategia del régimen, que es obvio que pretende una vez más dividirlos y desmovilizarlos para reinar. El habilidoso jefe supremo, volverá a jugar a la abstención, a la división de sus adversarios, alentará toda clase de rumores y practicará maniobras engañosas para hacer caer nuevamente a la oposición en su perversa y dañina estratagema. Intentará precipitar una vez más a la oposición en una larga, interminable, estéril e inútil discusión que le impedirá organizarse, desplegarse oportunamente y eficazmente, así lograría inmovilizarla, logrando su fin último, desmantelarla, dividirla, quebrarle la moral para terminar de desmembrarla y así derrotarla definitivamente anulándola, la habrá vencido, no porque sea menos o débil, sino por su ingenuidad en incurrir en los constantes errores que en política se pagan carísimo.

Hasta ahora Chávez lo ha logrado con evidentes positivos resultados para sus pretensiones hegemónicas de instalar un régimen totalitario, dictatorial, autocrático, personalista, excluyente, arbitrario, abusador, conculcador, militarista, intervencionista, centralista, así es como ha logrado apoderarse de todos los espacios institucionales cedidos o perdidos por la oposición, bastaría citar el ejemplo de la Asamblea Nacional para comprenderlo. Se dice fácil, pero es allí en ese importante y vital escenario en donde ha logrado bajo sus requerimientos, implementar y aprobar todas las leyes que ha necesitado para legalizar su oprobioso accionar político, consolidando su poder político, sin que hasta ahora haya habido la más mínima resistencia opositora, ni contrapesos, gracias al inconveniente y torpe abandono.

De allí que debemos insistir porfiadamente en una propuesta para la oposición venezolana, si quiere construir una real alternativa de poder, y convertirse en una opción viable para los venezolanos, en una esperanzadora posibilidad de cambio frente al adversario ventajista, sin escrúpulos y avezado que tiene al frente.

Es preciso expresar de nuevo entonces, lo que sugerimos hacer a la oposición democrática venezolana en lo adelante, para afrontar electoralmente, democráticamente, pacíficamente y con reales posibilidades de éxito el poder desmedido del régimen poderoso del Sr Chávez, y así intentar vencerlo, e impedirle cristalizar sus pretensiones continuistas y totalitaristas. Lo cual no es tampoco garantía de éxito por su sola enunciación, incluso después de su adecuada implementación; nada garantiza el éxito en la competencia política desigual y ventajista que se aproxima.
Sugerimos a la oposición venezolana tres acciones esenciales:
1º-Reorganizarse y lograr la unidad sincera de todas las organizaciones políticas y de la sociedad civil, soslayando y difiriendo cualquier diferencia que no sea primordial. Integrando a toda la sociedad a la lucha por la democracia, en defensa de nuestros sagrados derechos constitucionales, para ponerle freno a la pretendida reforma constitucional.

2º- Escoger a un liderazgo colectivo, integrador, conformado por los ciudadanos más competentes, mejor dotados, los más capaces, poseedores de elevada estatura moral e intelectual, quienes con gran espíritu de unidad colectiva estén dispuestos a asumir la tarea de coordinar y dirigir en los próximos años a una oposición alternativa institucional, que fomente el dialogo con el gobierno, para competir en la lucha política democráticamente.

3º-Diseñar, planificar y ejecutar acciones tendentes a articular y presentarle al país un proyecto político democrático alternativo, que pueda tener la posibilidad de conquistar legítimamente la voluntad popular.

Cualquiera podría respondernos que “somos unos románticos, que con este gobierno no se puede luchar ya por la vía democrática, que todos los poderes públicos y los espacios institucionales están controlados”, respondería que es posible que tengan razón, pero que el único camino que conocemos para competir y vencer en buena lid a cualquier adversario político es la vía de la lucha política, activista y militante, a través de la participación ciudadana, para así lograr el fortalecimiento de los partidos políticos y las organizaciones de la sociedad civil, únicos organismos capaces de conquistar el poder democráticamente mediante elecciones libres y transparentes, lo demás sería escoger la rebelión popular o la lucha armada, esa alternativa es extrema, sería la guerra fraticida, esa idea no la compartimos, ni la recomendamos.

Nos dirán posiblemente “que nos harían trampa, que las máquinas están controladas por el CNE parcializado…”,en fin expongan todos los pretextos que quieran, les respondemos que no hay fraude que valga cuando un pueblo está persuadido de conquistar su destino, pero eso no se obtiene de gratis, hay que trabajar sin descanso, ni pausas, sin vacaciones, hay que entrenar, instruir, preparar a los ciudadanos por todos los medios posibles para conquistar el favor popular y hacer valer un triunfo electoral, esa es una pelea que hay que dar sin tregua, asumiendo derrotas y triunfos con idéntica dignidad.

Pero eso no se logra en un día, ni en dos, ni en una semana, ni en tres, ni en seis meses, tal vez ni en un año, ni en cuatro, a veces ni en décadas, quizás ni siquiera los pueblos pueden liberarse de un régimen opresor sino cuando Dios disponga llevarse al mandatario, pero jamás no existe en política; sólo sabemos que hay que hacer el duro trabajo político para lograr el éxito anhelado, que en definitiva no es conquistar un triunfo electoral eventual que podría durar muy poco, sino diseñar, planificar, ejecutar, realizar un proyecto político útil, viable, eficaz, de inspiración humanista y democrático, alternativo al que cuestionamos y combatimos, que sea mejor que aquel, y que rinda frutos útiles para toda la nación.

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