Papa canonizó a Fray Galvao, primer santo brasileño, en masiva misa campal
Fray Galvão, nacido en Guaratinguetá en 1739, ingresó a la Orden Franciscana en 1760. Dos años después fue ordenado sacerdote en Rio de Janeiro y en seguida trasladado al Convento de San Francisco en São Paulo. Ahí trabajó intensamente como confesor y predicador, ganándose con rapidez la admiración de muchos sacerdotes, religiosos y religiosas que lo buscaban en el confesionario. Gran parte de su labor apostólica la desarrolló al interior de la orden franciscana: fue comisario de la Orden Terciaria, visitador en el convento de San Luis de Tolosa, presidente y maestro de novicios, y superior del convento de San Francisco en São Paulo. Asimismo desarrolló un fructífero apostolado con la pluma, produciendo varios escritos e integrando la primera academia de letras de São Paulo.
El papa Benedicto XVI canonizó este viernes a Fray Galvao, que se convirtió así en el primer santo brasileño, en una misa popular que congregó a cientos de miles de fieles en una fría pero soleada Sao Paulo.
"Declaramos y definimos como santo al beato Antonio de Sant'Anna Galvao, y lo inscribimos en la Lista de los Santos, y establecemos que, en toda la Iglesia, sea devotamente honrado entre los santos", dijo el pontífice, en medio de los aplausos de la multitud.
Abrigados con mantas y bufandas, cientos de miles de personas invadieron desde la madrugada -algunos desde la noche anterior- el aeródromo de Campo de Marte, donde el papa Juan Pablo II había celebrado también una misa en 1980, en su primera visita a Brasil.
Miles de banderas verdes y amarillas, los colores de Brasil, pero también de otros países latinoamericanos, se agitaron con la llegada del pontífice, que recorrió en papamóvil el inmenso aeródromo, ovacionado por la multitud.
Parte de quienes se congregaron desde temprano para ver al pontífice eran jóvenes que participaron el jueves de noche en el Encuentro con la juventud, en el estadio de Pecaembú, donde el Papa los llamó a convertirse en "apóstoles" del mensaje cristiano y a respetar la castidad y el matrimonio, al tiempo que reiteró su mensaje contra el aborto y la eutanasia.
Las decenas de miles de muchachos que colmaron las tribunas del estadio cantaron, bailaron y rezaron emocionados, en la primera celebración masiva del pontífice, que llegó el miércoles a Brasil para una visita de cinco días.
El nuevo santo brasileño, Fray Galvao, quien será conocido de ahora en adelante como San Antonio de Sant'Anna Galvao, nació en 1739 y falleció en 1822. Es venerado por sus supuestas curas de enfermos desahuciados, gracias a sus famosas "píldoras milagrosas", minúsculos papelitos enrollados con una invocación a la Virgen María.
Los "milagros" validados por la Iglesia, a través de la ingestión de sus "píldoras", fueron la cura de una niña con hepatitis de cuatro años en 1990, que le valió la beatificación, y posteriormente, en 1999, el que confirmó su calidad de santo: el embarazo de una mujer con malformación de útero.
Tras la misa, Benedicto XVI será recibido por los obispos brasileños en la catedral de la capital económica del país. Allí prevé pronunciar una homilía y se espera que esboce las orientaciones para la Iglesia católica de Brasil, que reúne la mayor cantidad de fieles del mundo pero se ve confrontada al fuerte avance de grupos evangélicos.
En los últimos 10 años, el número de católicos se ha reducido de 74% a 64%, desde la visita del anterior Papa, Juan Pablo II, mientras que los evangélicos aumentaron de 11% a 17% de la población, reveló una encuesta divulgada el domingo.
Finalizada la ceremonia, el Papa tiene previsto viajar en helicóptero hasta Aparecida (160 km de Sao Paulo), santuario dedicado a la Virgen patrona de Brasil, para inaugurar el domingo la apertura de la V Conferencia Episcopal de América Latina y el Caribe (Celam), que buscará reflexionar sobre los desafíos de la Iglesia en la región.
Esta visita es considerada el primer acercamiento del papa Benedicto XVI a América Latina, que acoge a la mitad de los fieles del mundo, unos 600 millones de personas.
Fuente:www.globovision.com.
2 comentarios:
Debería echarse una pasadita por estos lares.
Aquí hay muchos martires, y si seguimos con las prohibiciones, pronto nos convertiremos en beatos...
Epale amigo Lemur, ¡qué alegría! timpo sin venir, espero que estés muy bien...
Estás agudísimo en tus argumentos como siempre, veo que no pierdes tu instinto, ese olfato lo tienes adiestrado.
Un gran saludo.
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