SANTA CRUZ VIVIÓ LA PROTESTA CALLEJERA MÁS FUERTE DESDE 1.990.
Unas 8000 personas marcharon por Río Gallegos e instalaron una carpa blanca
RIO GALLEGOS.- En la mayor movilización de Santa Cruz desde 1990, maestros y empleados estatales se convocaron ayer para reclamar al gobierno la apertura del diálogo en un conflicto gremial que ya se extendió demasiado tiempo. La marcha, que reunió a alrededor de 8000 personas, culminó con la instalación de una "carpa blanca" frente a la Casa de Gobierno.
Unas 8000 personas marcharon por Río Gallegos e instalaron una carpa blanca
RIO GALLEGOS.- En la mayor movilización de Santa Cruz desde 1990, maestros y empleados estatales se convocaron ayer para reclamar al gobierno la apertura del diálogo en un conflicto gremial que ya se extendió demasiado tiempo. La marcha, que reunió a alrededor de 8000 personas, culminó con la instalación de una "carpa blanca" frente a la Casa de Gobierno.
La crisis de 1990 provocó el juicio político que destituyó al gobernador Ricardo del Val. En la actual, nadie reclama al gobierno provincial; los pedidos están dirigidos directamente al presidente Néstor Kirchner. "Estamos reclamando pacíficamente y lo vamos a seguir haciendo.
¡Instalaremos una carpa blanca aquí hasta que nos atiendan!", gritó Pedro Muñoz, secretario general del gremio docente desde la combi en la que se improvisó el equipo de audio. "Hoy me amenazaron de muerte, pero sé que todos los docentes estamos juntos en ésta", aseguró el dirigente.
Antes del discurso de Muñoz, durante más de una hora y media, miles de personas saltaron, gritaron y cantaron frente a la gobernación santacruceña. "Es para el «Lupo» que lo mira por TV", cantó la gente, en referencia a un viejo apodo local de Kirchner, al descubrir que los filmaban desde el interior de la gobernación.
Los momentos de mayor tensión se vivieron durante los forcejeos entre manifestantes y policías que sólo provocaron el desmayo de una agente. No hubo heridos, pero durante minutos se temió que el desenlace fuera otro.
Frío y amenazas Nunca, desde el regreso de la democracia, se había visto tan pertrechada la gobernación. Unos 300 policías formaban el primer cordón; en los jardines se ubicaron unos 200 gendarmes con equipos antimotines. Pese a que el gobierno había advertido ayer la presencia de "grupos extremistas" en la ciudad, lo verdaderamente extremo fue la baja temperatura: cero grados.
Muñoz también habló de otras actitudes extremas. "Tengo una bala para vos", fue la amenaza recibida por él en su celular, según relató a LA NACION. "No dijo de parte de quién venía. Me cortaron", añadió. Eran las 2 de la tarde, y la caravana de 500 autos se encontraba a las puertas de Río Gallegos. Hasta allí, luego de viajar cientos de kilómetros, llegaron docentes de todas las localidades de la provincia para la marcha de la tarde.
Varios autos mostraban una foto con la cara de Carlos Fuentealba, el docente asesinado en Neuquén. Durante varias horas corrió la versión de que las autoridades impedirían a los maestros el ingreso en la ciudad. Para evitarlo, Javier Pérez Gallart, abogado del gremio, presentó un recurso preventivo en el juzgado federal. En pocos minutos, el juez Gerardo Caamaño, el comandante mayor Enrique Ayala y el jefe de policía Wilfredo Roque se reunieron y aseguraron que no tenían "instrucciones de reprimir".
El ingreso en la ciudad fue lento. La caravana de autos decidió ir parando y provocó una suerte de piquete sobre la ruta nacional Nº 3. Sin embargo, la protesta no pasó de un embotellamiento de autos y bocinas que contrastaban con la soledad patagónica.
La concentración de docentes y los gremios en protesta tuvo como orador a Pablo Micelli, titular de ATE nacional -desconocido para la mayoría de los manifestantes-. "El presidente está equivocado por no escuchar al pueblo", señaló. "Una cosa es que me lo cuenten; otra cosa es ver una ciudad militarizada; es un retroceso de 30 años", arengó el gremialista. E insistió con un lugar común: "No se puede creer que pase en la provincia del Presidente".
El discurso de Eduardo James, secretario adjunto del gremio docente, fue sin duda el que despertó el fervor. "Les exigimos que se dejen de pensar en octubre y se pongan a trabajar". James explicó a LA NACION que el discurso estaba dirigido al presidente y al gobierno de Santa Cruz: "Queremos que den la cara, y por más que digan que van a traer maestros del norte del país, no logran garantizar el servicio educativo". Hoy, los docentes enviarán una carta al ministro de Educación Daniel Filmus, a quien ya habían convocado para que mediara en el conflicto, pero no obtuvieron respuestas.
Quizá la mejor síntesis de la tarde la dio una maestra que portaba el letrero: "Casa desocupada en Alcorta al 200. Tratar en Balcarce 50". Cuando la marcha llegó ayer, a las 5 de la tarde, ninguna autoridad salió a recibirlos en Alcorta al 200. La única señal oficial fue un comunicado nocturno del Consejo de Educación, en el que se afirmó que a pesar de las medidas de fuerza "en los establecimientos educativos de toda la provincia se están dictando clases". Y agrega un pedido a los padres para "que envíen a sus hijos a las escuelas, dado que hay muchos docentes dictando clases".
Por Mariela Arias Para La Nación.
Fuente: La Nación (Argentina).
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