miércoles, abril 25, 2007

OPOSICIÓN VENEZOLANA EN BLANCO Y NEGRO


La oposición venezolana está exactamente como los dirigentes de la gráfica, “en blanco y negro” y tambaleantes; es decir, descolorida, muy tenue, opacada, sin brillo, luce sin rumbo, carente de conducción eficaz, ausente de liderazgo carismático y popular, dispersa, incoherente, atomizada, dividida, desmovilizada. Venezuela vive la tragedia de no contar con una oposición democrática poderosa y bien organizada, que realice el papel histórico de hacerle contrapeso institucional eficaz al gobierno militarista y conculcador de nuestros derechos democráticos, del presidente Hugo Chávez.

No se trata de hacer leña del árbol caído, y de ningún modo pretendemos tampoco criticar injustamente a sectores de la oposición democrática nacional, que tanto han luchado para mantener la luz de la esperanza encendida de millones de venezolanos, que se oponen legítimamente a las intenciones hegemónicas del gobierno de Chávez, no somos ni oráculos, ni pretendemos poseer la verdad en un puño, ni mucho menos darle consejos a nadie; se trata es de dar nuestra sincera y modesta opinión sobre algunas iniciativas y actividades que creemos deben hacerse de inmediato y con urgencia desde la oposición democrática, para intentar equilibrar el escenario político nacional, a fin de mejorar la convivencia, el diálogo, y facilitar las posibilidades de éxito electorales futuras, de los densos sectores opositores auténticamente democráticos venezolanos, quienes necesitan representación política digna y efectiva.

En primer término sugerimos, que los “auténticos dirigentes” integrantes de las direcciones políticas de los principales partidos políticos, y las más prestigiosas organizaciones de la sociedad civil, deben auspiciar y promover de inmediato “un gran reencuentro nacional”, a los fines de reiniciar un dialogo formal y constructivo entre todos los factores democráticos de la oposición. Es esencial que tal iniciativa se concrete y ejecute lo más pronto posible, a los fines de encontrar coincidencias y de unificar criterios coherentes que permitan auspiciar un clima apropiado de dialogo entre los principales factores de la oposición, que permitan ofrecer a la ciudadanía en general, unas propuestas concretas en defensa de la democracia y el estado de derecho actualmente amenazados por el ritmo sectario, antidemocrático, ausente de diálogo y excluyente impuesto por el gobierno.

En ese reencuentro deben diferirse los temas álgidos, controversiales y polémicos, para privilegiar principalmente aspectos vitales que son esenciales para lograr al menos tres objetivos básicos a saber: - La selección y escogencia de una dirección política colectiva, integrada por líderes de gran talla moral, intelectual y política, conformada preferiblemente por representantes de todas las tendencias políticas de la oposición democrática. 2º- La articulación mínima de una estructura organizativa de funcionamiento operacional de la oposición, determinando un mecanismo político de coordinación de todas las demás organizaciones que integrarían un “Frente Nacional Opositor”. 3º- La implementación urgente de un programa de acción política, en defensa de la democracia, la Constitución Nacional, las instituciones y los derechos ciudadanos en general, que permitan próximamente presentarle al país nacional un proyecto político democrático alternativo al que impulsa actualmente el régimen de Hugo Chávez.

Estas iniciativas básicas serían el comienzo de la posibilidad de una recuperación electoral de la oposición democrática venezolana. Es fundamental entonces, definir un liderazgo colectivo, promover la reorganización y articulación de la oposición de tal manera que auspicien la adopción de una actitud unitaria frente al adversario, quien ha logrado desmantelarla y despedazarla a su conveniencia; así como luchar por alcanzar la implementación eficaz de sus programas, planes, proyectos y estrategias electorales futuras.

De lo contrario, la oposición democrática, estaría arando en el mar, porque sin liderazgo colectivo, sin organización y articulación efectiva, ni propuesta política coherente de proyecto alternativo, la oposición estaría definitivamente perdida frente al poderoso, desvergonzado e impudoroso, despliegue de recursos propagandísticos, publicitarios, ventajistas y descomunales del régimen.

Mucho se ha dicho que la tragedia de la oposición venezolana es que carece de liderazgo y no lo creemos; líderes ha habido y muy buenos, lo que ha ocurrido es que ellos han sido vencidos en condiciones desventajosas, en peleas arregladas, y con árbitros parcializados, por otro líder tal vez más habilidoso, audaz, más eficaz, más astuto, a lo mejor por haber sido un mejor estratega, y porque ha contado con eventuales circunstancias históricas y políticas que le han favorecido “por ahora”, pero eso no tiene por qué ser para siempre así, esas circunstancias pudieran cambiar bruscamente, pero no por casualidad, sino porque existan líderes del otro lado de la acera dispuestos a hacer lo propio, es decir, a luchar para vencerlo democráticamente en la dura lucha política cotidiana, sin darse jamás por vencidos.

En la política uno más uno no es dos, y la popularidad no es eterna, ni endosable, el liderazgo no se mendiga, el liderazgo se conquista. La política se mide por los resultados –me decía siempre- un experimentado dirigente político.

La oposición y sus viejos partidos fueron derrotados por Chávez es verdad, él con su estrategia logró muy hábilmente desmantelarlos progresivamente, entre otras cosas que les hizo, les quitó hasta el financiamiento lícito del estado, mientras él recibía dinero del exterior y financia sin ningún pudor los suyos presuntamente con dinero del estado, cometiendo peculado de uso sin restricciones de los órganos del estado obligados por la ley a hacerlas, y sin controles, por lo que ha logrado organizar y estructurar una maraña de medios de comunicación, así como un numeroso y fuerte aparato político de activistas, que le son afectos e incondicionales a su proyecto político conculcador de las libertades y derechos ciudadanos sin pestañar, y sin mostrar un solo rastro de vergüenza, no sin antes desprestigiar a los partidos y responsabilizarlos - aveces con razón o sin ella- sistemáticamente de todos los males sociales, convirtiéndolos en los chivos expiatorios de la sociedad capitalista decadente, los culpables que todos necesitabamos para purgar nuestros pecados sin sentirnos coparticipes de sus errores.

Hoy creemos que su habilidad es tal , que pretende construirse, fabricarse una oposición a su medida, desea tal vez extraerla de su propia raíz revolucionaria, ya lo hizo en el pasado con Arias a quien pareció haber promovido como adversario y utilizarlo como candidato presidencial ficticio, para así facilitar su victoria sin mayor esfuerzo y sin asumir riesgos innecesarios.

Buena parte de la dirigencia política de la oposición democrática venezolana luce descolorida –en blanco y negro- está catalogada por “algunos” como díscola, y se le acusa injustamente “de haber negociado con el régimen para sostenerse de sus dadivas”, porque nos parecen temerarias y malsanas tales imputaciones, por in sustentables e imposibles; pero si creemos, que su actitud conformista actual, deja mucho que desear por decir lo menos.

Es por lo que pensamos como ciudadanos que aspiramos seguir viviendo en democracia, que ha llegado la hora de que promovamos el surgimiento de un nuevo liderazgo de la oposición democrática venezolana, escogido por todos, y que asuma un papel protagónico, retome las banderas de la lucha política ciudadana en las calles, y reaccione eficazmente frente al intento totalitario del gobierno de suprimir nuestros legítimos derechos democráticos, pero que lo haga como lo hemos sugerido, democráticamente y sin buscar atajos aventureros, trabajando arduamente para recuperar sus espacios, y logrando con méritos colectivos, mediante el respaldo popular, un nuevo rumbo político al país.

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