Ante la actual situación de riesgo por la pérdida progresiva de los derechos ciudadanos democráticos y constitucionales, en virtud del control hegemónico que ejerce el gobierno de Hugo Chávez, sobre todas las instituciones del estado venezolano, prácticamente convertido en un dictador constitucional enfermizamente endiosado, que actúa por decreto, sin controles, ni restricciones, ni contrapesos institucionales, ni legales que le pongan freno a sus desmanes, todos los venezolanos –partidarios , opositores y neutrales- estamos seriamente amenazados y en grave riesgo de perder todos nuestros legítimos derechos constitucionales, conquistados luego de largos años de lucha; estamos aparentemente a merced de un régimen oprobioso y conculcador, ejercido torpemente por un solo individuo que se cree providencial, aparentemente poseído por una extraña obsesión que lo induce a cometer toda clase de excesos, errores y desatinos, contra su propio pueblo, que le confió engañado en mala hora el poder, para que destruyera nuestros sistema democrático.
No es necesario hacer más diagnósticos de la situación política nacional, está claro que Hugo Chávez nos conduce rumbo al totalitarismo militarista, y desarrolla, despliega y ejecuta sus planes viento en popa sin reservas, ni miramientos, sin ningún pudor, y no habrá aparentemente instituciones capaces de detenerlo o hacerlo entrar en razón para moderarse en su acalorada carrera que nos lleva hacia un desastre.
Debemos estar ya conscientes de que Chávez no recapacitará, está en un punto de no retorno, ni le importa nada, ni la democracia, ni la Constitución Nacional, ni las leyes de la república, no escucha ni acepta recomendaciones de nadie en la tierra, parece obrar como si fuera un Dios vivo, ni atenderá jamás las recomendaciones y sugerencias provenientes de personas experimentadas de todas partes, no escucha ni a la Iglesia católica ni a ninguna otra, ni a los partidos políticos democráticos y a sus auténticos líderes, ni a la sociedad civil, ni a los medios independientes, ni a los presidentes amigos que lo aconsejan de buena fe, ni a los entes internacionales como la CIDH, la OEA, ni a la ONU, ni a Dios mismo escucharía este individuo supremamente terco, que se cree poseedor de la verdad absoluta y merecedor de la fe infinita e inconmensurable del “pueblo”, que repite ser él; simplemente aplica sus recetas antidemocráticas como si estuviera dirigiendo un cuartel, y imponiéndonos un plan militar, olvidándose deliberadamente que fue electo para que gobernara sujetándose al estado de derecho y se condujera como un jefe de estado democrático, y no como un dictador militarista retrógrado que en realidad es.
Los mejores analistas políticos de este país e internacionales, nos han descrito ya con lujo de detalles lo que aquí viene y está ocurriendo. La conclusión de ellos es que “estamos en manos de un individuo ególatra, megalómano, enfermizamente narcisista, impudoroso, con ilimitadas ansias y apetencias de poder desmedidas, que no respeta a nada ni a nadie, sólo a Fidel Castro, su mentor y tutor político quien parece ser su ventrílocuo y de quien es su confeso discípulo”; semejante diagnóstico definitivamente, no presagia nada bueno y alentador para nuestro país, América Latina, sus instituciones democráticas y sus numerosos pobladores, Chávez ejerce su nociva influencia y emplea el poder del petróleo para lograr sus fines.
Chávez ha emprendido sin ningún rubor su carrera hacia el totalitarismo, ha desmantelado progresivamente a la democracia representativa de partidos, quiere instaurar un partido único a espaldas de la propia dirigencia cívica que existe en su natural entorno político de partidarios y seguidores, desdeñando a sus propios gobernadores y dirigentes democráticos, descabezándolos públicamente y exponiéndolos al escarnio público como traidores y lacayos contra revolucionarios, pretende hacerlo sostenido con un ejercito armado hasta los dientes que le grite obediente en coro quejumbroso y confeso: “Patria, socialismo o muerte” , ¿que más nos hace falta a los venezolanos para constatar que nos conduce hacia la instauración de un régimen de corte totalitarista y comunista?
No existe ya estado de derecho en Venezuela, los jueces están amedrentados y amenazados, cualquiera que dicta una sentencia en contra de los designios del régimen es inmediatamente destituido y perseguido, sometido a investigación, esto es absolutamente inaceptable en una sociedad democrática, no existe entonces la indispensable y necesaria autonomía e independencia de los poderes públicos, esenciales para que reine el equilibrio en la administración de la justicia, y para que esta sea auténticamente transparente e imparcial. Esta situación nos podría indefectiblemente conducir hacia un conflicto interno de dimensiones incalculables e impredecibles. El señor Chávez –prefiero no continuar llamándole inmerecidamente presidente- nos lleva de la mano hacia una trágica confrontación, lo vemos venir, lamentablemente, sin remedio.
O Chávez deja de actuar como si se creyera un Dios vivo, y respeta la Constitución y las leyes de la república, los tratados y convenios internacionales firmados por Venezuela, a las instituciones democráticas internas e internacionales, el estado de derecho y las normas de derecho que imponen las reglas, sistemas y procedimientos que la humanidad se ha dado para desarrollar la vida civilizada, o su futuro político lo vemos muy lamentable, terminará siendo un dictadorcillo más, muy vulnerable y más frágil de lo que muchos piensan, un Dios vivo con pies de barro, que podría desmoronarse como un castillo de arena. Quienes somos sus conciudadanos y compatriotas, solo deseamos que gobierne democráticamente ¿lo hará?
No es necesario hacer más diagnósticos de la situación política nacional, está claro que Hugo Chávez nos conduce rumbo al totalitarismo militarista, y desarrolla, despliega y ejecuta sus planes viento en popa sin reservas, ni miramientos, sin ningún pudor, y no habrá aparentemente instituciones capaces de detenerlo o hacerlo entrar en razón para moderarse en su acalorada carrera que nos lleva hacia un desastre.
Debemos estar ya conscientes de que Chávez no recapacitará, está en un punto de no retorno, ni le importa nada, ni la democracia, ni la Constitución Nacional, ni las leyes de la república, no escucha ni acepta recomendaciones de nadie en la tierra, parece obrar como si fuera un Dios vivo, ni atenderá jamás las recomendaciones y sugerencias provenientes de personas experimentadas de todas partes, no escucha ni a la Iglesia católica ni a ninguna otra, ni a los partidos políticos democráticos y a sus auténticos líderes, ni a la sociedad civil, ni a los medios independientes, ni a los presidentes amigos que lo aconsejan de buena fe, ni a los entes internacionales como la CIDH, la OEA, ni a la ONU, ni a Dios mismo escucharía este individuo supremamente terco, que se cree poseedor de la verdad absoluta y merecedor de la fe infinita e inconmensurable del “pueblo”, que repite ser él; simplemente aplica sus recetas antidemocráticas como si estuviera dirigiendo un cuartel, y imponiéndonos un plan militar, olvidándose deliberadamente que fue electo para que gobernara sujetándose al estado de derecho y se condujera como un jefe de estado democrático, y no como un dictador militarista retrógrado que en realidad es.
Los mejores analistas políticos de este país e internacionales, nos han descrito ya con lujo de detalles lo que aquí viene y está ocurriendo. La conclusión de ellos es que “estamos en manos de un individuo ególatra, megalómano, enfermizamente narcisista, impudoroso, con ilimitadas ansias y apetencias de poder desmedidas, que no respeta a nada ni a nadie, sólo a Fidel Castro, su mentor y tutor político quien parece ser su ventrílocuo y de quien es su confeso discípulo”; semejante diagnóstico definitivamente, no presagia nada bueno y alentador para nuestro país, América Latina, sus instituciones democráticas y sus numerosos pobladores, Chávez ejerce su nociva influencia y emplea el poder del petróleo para lograr sus fines.
Chávez ha emprendido sin ningún rubor su carrera hacia el totalitarismo, ha desmantelado progresivamente a la democracia representativa de partidos, quiere instaurar un partido único a espaldas de la propia dirigencia cívica que existe en su natural entorno político de partidarios y seguidores, desdeñando a sus propios gobernadores y dirigentes democráticos, descabezándolos públicamente y exponiéndolos al escarnio público como traidores y lacayos contra revolucionarios, pretende hacerlo sostenido con un ejercito armado hasta los dientes que le grite obediente en coro quejumbroso y confeso: “Patria, socialismo o muerte” , ¿que más nos hace falta a los venezolanos para constatar que nos conduce hacia la instauración de un régimen de corte totalitarista y comunista?
No existe ya estado de derecho en Venezuela, los jueces están amedrentados y amenazados, cualquiera que dicta una sentencia en contra de los designios del régimen es inmediatamente destituido y perseguido, sometido a investigación, esto es absolutamente inaceptable en una sociedad democrática, no existe entonces la indispensable y necesaria autonomía e independencia de los poderes públicos, esenciales para que reine el equilibrio en la administración de la justicia, y para que esta sea auténticamente transparente e imparcial. Esta situación nos podría indefectiblemente conducir hacia un conflicto interno de dimensiones incalculables e impredecibles. El señor Chávez –prefiero no continuar llamándole inmerecidamente presidente- nos lleva de la mano hacia una trágica confrontación, lo vemos venir, lamentablemente, sin remedio.
O Chávez deja de actuar como si se creyera un Dios vivo, y respeta la Constitución y las leyes de la república, los tratados y convenios internacionales firmados por Venezuela, a las instituciones democráticas internas e internacionales, el estado de derecho y las normas de derecho que imponen las reglas, sistemas y procedimientos que la humanidad se ha dado para desarrollar la vida civilizada, o su futuro político lo vemos muy lamentable, terminará siendo un dictadorcillo más, muy vulnerable y más frágil de lo que muchos piensan, un Dios vivo con pies de barro, que podría desmoronarse como un castillo de arena. Quienes somos sus conciudadanos y compatriotas, solo deseamos que gobierne democráticamente ¿lo hará?
2 comentarios:
No, no lo hará... es un dictador, no le importa lo que digan de él. Ya dijo que se saldría de la OEA si lo ladillan mucho con lo de RCTV. "Cuba se salió y sigue viva" dijo el "reelecto". En Venezuela ya vivimos en una dictadura, el carajo se quiere quedar de por vida en el poder ¿acaso es un rey? nojoda, y los venezolanos parecemos pendejos con toda esta situación... Esta de pinga tu blog. Saludos
Jesús A. González
Jesús Gonzáles, gracias por la visita y tu sincero comentario.Los venezolanos estamos aparentemente anesteciados, inmovilizados, afectadísimos por todo lo que hasta ahora nos ha ocurrido, y está ocurriendonos ¿será que nos lo merecemos?. Pero pienso que no somos "pendejos" solo lo parecemos tal y como acertadamente lo expresas, pero definitivamente no lo somos, y más tarde o más temprano, algún día saldremos de esto que hoy sufrimos por nuestros propios errores del pasado, y aprenderemos las lecciones que la historia nos de, deseamos sinceramente que salgamos de esta situación de riesgo y amenaza contra nuestros legítimos derechos ciudadanos tal y como entramos, por la vía de los votos, y la situación política de nuestro país no degenere en un desastre mayor que nos cueste más divisiones y confrontaciones fraticidas.Lamentablemente las cosas están tomando un rumbo muy hostil y negativo, y eso es lo que deseamos alertar para eviatarlo a todo evento.¡Que Dios nos ayude!.
Gracias de verdad, por tu estimulante y alentador concepto sobre el blog.
Un gran saludo.
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