Volviendo a los temas “del día” quisiera compartir hoy con mis lectores algunas inquietudes que me preocupan, y que tienen que ver con el apretón de manos “Uribe-Chávez-Correa” que, si bien es cierto contribuye a generar un escenario de “paz” (entre comillas) continental absolutamente deseable, deja sin embargo un mal sabor en la boca: los políticos una vez más hacen de las suyas, y sepultan la verdad bajo las conveniencias políticas.
Y expreso esto pues no puedo ver de otra forma el que un Presidente de una Nación (Uribe) haya amenazado con abrir un proceso judicial internacional penal contra otro (Chávez) por la comisión de delitos de trascendencia internacional (como lo son el financiamiento y favorecimiento de actividades terroristas) sobre la base de pruebas que llegaron a su poder y que, según nos dijo Uribe en su momento, eran tan contundentes que podían ser sometidas incluso al escrutinio internacional. Todo ello para que luego, por conveniencias políticas, todo eso quedara en el más absoluto olvido.
Eso es inaceptable. La Paz que se logra sobre la mentira no es paz. Es una farsa. Y es además una falta de respeto a todos los venezolanos, los colombianos, y hasta a los ecuatorianos que, sin distinciones políticas de ninguna naturaleza, y sin importar si somos opositores u oficialistas o si nos parece adecuado o no que se otorgue beligerancia a las FARC, merecemos saber la verdad. Los venezolanos, tanto los que creen en el presidente Chávez como los que no creemos en él debemos saber si es cierto que Chávez mantiene con las FARC mucho más que una relación de simpatía.
Los que nos oponemos a Chávez tenemos derecho a saber si Chávez financia actividades terroristas. Merecemos saber si nuestro dinero y los bienes públicos se utilizan para asesinar civiles y para promover y encubrir actos tan deleznables como el secuestro de inocentes a cargo de organizaciones terroristas, pues las de las FARC lo son, y no porque lo diga yo, sino porque lo dicen todos los tratados internacionales que Venezuela ha suscrito sobre el particular, y también la legislación interna.
Los que son oficialistas también merecen saber si las acusaciones de Uribe eran falsas, pues ellos es también indispensable para lavarle la cara a Hugo Chávez y para el logro de la paz en Venezuela.
Dejemos claro lo siguiente, más allá de si la Corte Penal Internacional de La Haya es competente o no para conocer sobre lo relacionado con las FARC como organización (pues tenemos que tener claro que las actividades de las FARC sólo pueden ser tenidas como Crímenes de Lesa Humanidad si se cumplen los parámetros previstos en el Art. 7 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional); lo cierto es que en Venezuela están vigentes el “Convenio Internacional para la Represión de Atentados Terroristas Cometidos con Bombas”; el “Convenio Internacional para la Represión de la Financiación del Terrorismo” (ambos en GO N°: 37.727 de fecha 08/07/03); y la “Convención Interamericana Contra el Terrorismo” (GO N°: 37.841 de fecha 17/12/03).
De estos tratados internacionales deriva para los Estados parte (entre ellos Venezuela y Colombia) la obligación indiscutible de investigar o de promover la investigación sobre todos los hechos relativos al favorecimiento o financiamiento de actividades terroristas; e incluso en ellos se estipula que el hecho de que a las FARC se las considere como un movimiento político o ideológico (como pareciera ser del criterio de Chávez) no excusa para nada de la obligación de investigar, perseguir y reprimir los hechos constitutivos de delitos internacionales de acuerdo a esos y a otros tratados internacionales sobre la materia. No son, los delitos de terrorismo, en este sentido (ver por ejemplo el Art. 11 de la Convención Interamericana Contra el Terrorismo), delitos “políticos”, y por ello deben ser tratados como una de las más graves formas de criminalidad que conoce la humanidad.
También, en nuestro país, a nivel de la legislación interna, el Art. 7 de la Ley Contra la Delincuencia Organizada castiga con pena de hasta quince (15) años de prisión la actividad de financiar o colaborar con organizaciones terroristas, con el agravante (Art. 8 de esa misma Ley, según el cual se puede llegar hasta a veinte (20) años de prisión) si ello se hace utilizando el disfraz militar, contra niños niñas o adolescentes, con el uso de armas nucleares (y Uribe hasta habló de la facilitación de uranio venezolano a las FARC); o contra hospitales, centros asistenciales o la sede de cualquier servicio público o empresa del Estado.
Y el Código Penal, por su parte, en el segundo párrafo de su Art. 296, castiga con pena de hasta seis (06) años de prisión a “Quienes con el sólo objeto de producir terror en el público, de suscitar un tumulto, o de causar desórdenes públicos, disparen armas de fuego o lancen sustancias explosivas o incendiarias contra gentes o propiedades…”. Todos estos delitos a nivel nacional son perseguibles “de oficio” lo que implica que el Ministerio Público debe indagar sobre los hechos con apego a la verdad, que no de manera sesgada o parcializada. Si este Ministerio Público no se atreve o no quiere hacerlo, acudiremos a las instancias internacionales. Es nuestro derecho, es nuestra obligación.
Al final, más allá de los tecnicismos jurídicos, los venezolanos debemos demostrar al mundo que, en este tema tan escabroso de las FARC, el presidente Hugo Chávez va por un camino mientras que los venezolanos, todos, vamos por otro. El del presidente es el de la violencia, el reconocimiento de ésta como mecanismo de imposición de las ideas políticas, el de la guerra.
El de los ciudadanos y ciudadanas es distinto. Es el de la paz, el de la verdad, el del humanismo. Ya lo demostramos con la contundente expresión contra las FARC el 04 de Febrero de este año. Pero también se demostró con la campaña 100% PAZ promovida por Alfredo Romero y que contó con un significativo apoyo ciudadano.
Demostrémoslo ahora con una nueva campaña, la campaña 100% VERDAD.
Alfredo Romero, Mónica Fernández y quien suscribe vamos a exigirle al Gobierno de Colombia que muestre al mundo las evidencias que dijo que tenía y que las someta al escrutinio de los ciudadanos y del mundo entero. El país lo merece. El mundo en verdadera paz lo merece.
Y lo haremos aunque los políticos no nos apoyen, pintando nuestros parabrisas con la consigna, utilizando nuestros limitados recursos para hacer valer la verdad por encima de todo, en franelas, escritos, documentos; y ello lo haremos como parte de nuestra estrategia de llevar los DDHH a la política, al día a día, a la gente, aunque “Cueste toda la vida” como reza la canción de Alfredo.
La paz no se consigue a costa de la verdad, y no habrá acuerdo cogollero, de cúpulas internacionales o abrazo o sonrisita diplomática que nos contenga. Vamos a hacer historia, y a darle a los políticos del mundo esa lección.
Nos merecemos la verdad. Les invito a sumarse a 100% VERDAD.
1 comentario:
Charito ROJAS: El show de los Presidentes
Cita:
"Payaso, soy un triste payaso, que en medio de la noche oculta sus fracasos con risas y alegrías que me llenan de espanto". Javier Solís, cantante mexicano.
Y la guerra de Venezuela contra Colombia, ordenada por el Comandante disfrazado con uniforme de campaña desde su despacho de Miradores, terminó como debía: en un espantoso ridículo adobado con hirientes carcajadas de los observadores internacionales que sabían que las trompetas de guerra eran pura cuchufleta desafinada.
Después de movilizar herrumbosos tanques que sólo pasean en Los Próceres; después de volar los hermosos Sukois a cuyos pilotos sólo entrenaron para hacer exhibiciones de 5 de julio; después de amargarle la vida a la familia de los soldados que llevaron a la frontera; después de perjudicar el vigoroso intercambio comercial en la frontera colombo-venezolana, después de poner a los Generales 18 años a hacer el ridículo con sus batallones de comiquita; después de sobresaltar al país con la posibilidad de un enfrentamiento armado, sólo quedó un injustificable gran gasto que quiebra el presupuesto militar y por supuesto, el cansancio de medio país ante semejante pantomima belicista.
Tal como lo anunciamos la semana pasada, sólo se trató de un arranque de pasión de un hombre al que le matan un amigo y quiere vengarse. Dicen que las palabras se las lleva el viento, pero las de un Presidente quedan allí, en la memoria de los pueblos ofendidos.
Los Presidentes de Venezuela, de Ecuador y de Nicaragua ofendieron gravemente la persona del Presidente de Colombia pero peor aún, han ofendido los sentimientos del pueblo colombiano, declarando que las FARC, ese grupo que les secuestra, asesina, mutila, extorsiona y aterroriza desde hace más de cuatro décadas, no es terrorista sino político.
La línea de estos Presidentes, marcada por Hugo Chávez con el consejo de Fidel, es establecer relaciones con la organización subversiva, pasando por encima del Gobierno de Colombia y de los sentimientos de los colombianos que en un 94% rechazan de plano a las FARC.
La excusa para tener conversaciones, cooperación, intimidad, protección y/o cualquier otro adjetivo aplicable sólo a buenas relaciones, con las FARC, es la buenísima intención de estos gobernantes, todos radicales de izquierda, de liberar a unas personas que están secuestradas en las selvas colombianas pero que ellos consideran que sólo están "retenidas".
Así que todos esos esfuerzos de justificación de las FARC, toda esta autodefensa, toda esta furia vengativa, toda la insultadera contra Uribe, todo este realero malgastado por Venezuela para movilizar 10 batallones, es sólo porque el maluco de Uribe mató al beato Raúl Reyes sin avisarles, sin permiso para entrar en la frontera ecuatoriana que acogía el campamento de ese noble ciudadano.
El show de los Presidentes involucrados en esta alharaca defensiva de las FARC es el signo más notorio que se ha dado de la decadencia de América Latina en el concierto de las naciones democráticas. El mundo presencia las pataletas de estos "dignatarios" que se comportan como niños groseros, malcriados y desubicados, antes que como Jefes de Estado.
El lenguaje cuartelero, la falta de educación, de modales, la carencia de nivel para representar a sus avergonzados países, la ignorancia total de las vías diplomáticas, que es justamente la que otorga modales a las relaciones entre las naciones, se suma a la indiferencia total ante el dolor que han causado incluso en sus propios países, esas fuerzas terroristas que ellos ardorosamente defienden a tan alto costo.
La reunión de los Presidentes latinoamericanos en Santo Domingo mostró quiénes tienen bien ganada su banda presidencial y quiénes sólo juegan irresponsablemente con ellas. Haciendo un análisis de forma y fondo de cada uno de los discursos, el Presidente de Ecuador semejaba un muchacho furioso porque perdió un partido y se niega a reconocer su derrota.
Insistió sólo en la violación de su territorio pero no tocó el verdadero quid del asunto: øQué hacía un campamento estable de las FARC, denunciado meses atrás por el gobierno colombiano, en territorio ecuatoriano? Pocos días antes, el gobierno de Ecuador patrocinó en Quito un "Encuentro Bolivariano" al cual asistieron por cierto unos estudiantes de la Universidad Autónoma de México que luego perecieron en el campamento de Reyes.
A ese encuentro acudieron miembros de esos grupos que aglutina el Foro de Sao Paulo, del cual también son miembros las FARC. O sea, lo de Ecuador es un turismo terrorista: "vengan al congreso y luego vamos a visitar a Reyes a su resort".
Si es Daniel Ortega, sólo le faltaba el trago para parecer asiduo de un bar: impropiamente vestido, recostado de la mesa como si de una barra se tratara. El fue a apoyar la línea de Chávez y por eso arrancó insultando a Uribe, gratuitamente, como lo hacen los borrachos al que le tocan el palo. Este cree que le tocaron las islas de San Andrés y Providencia y así se lo reclamó en la única aviesa forma que conoce.
Los Presidentes de Mexico, de Guatemala, de Chile, clamaban por paz. Se les notaba la pena por esta insólita situación de Presidentes insultando a otro Presidente. El anfitrión Leonel Fernández se mesaba los chicharrones viendo como su Cumbre se iba por el albañal de los vecinos.
Cristina Kichner no dijo ni fu ni fa sino todo lo contrario, "vamos a seguir los canales legales, ché". Lo que parecía una cayapa contra Uribe, de pronto fue detenida por quien todos juraban que iba a ser el apocalipsis de la descalificación.
Pues no, salió el muchacho llanero de Sabaneta, con sus cuentos de cadete y sus chistes fáciles de patio de bolas, a aliviar la tensión y a proclamar su inocencia de cuanta calumnia anda diciéndose por allí de él, un demócrata intachable, un santo varón que sólo quiere ayudar a su vecino y éste no lo ha entendido, vea pues.
Uribe, que tenía en su maletín todo el dossier de sus insultadores, actuó como un Jefe de Estado: se caló los insultos estoicamente, dijo que las FARC eran terroristas y las seguiría combatiendo y se comprometió a no volver a incursionar en otro país. Ante la invitación de Fernández, feliz de haber salvado su Cumbre, Uribe salió corriendo a darle la mano a todos. Y en cada apretón de manos su cara era de "Tú sabes que yo sé".
Porque allí está el punto: el cachaco Uribe (de quien una amiga mía dice que le ponen un par de tetas, le dan una cartera y es toda una dama) es también un gobernante implacable, que tiene una popularidad por encima de 80% por su lucha a brazo partido contra el terrorismo y el narcotráfico, que nunca actúa a la ligera y mide al milímetro las consecuencias de sus actos.
El tiene la espada de Damocles en su mano y se la mostró a la comparsa de Presidentes alzados. Chávez entendió el mensaje. Vamos a ver hasta cuando le dura el abrazo de Santo Domingo. A esta historia ahora es que le falta cuento.
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