A salvo los 153 ocupantes de un avión que cayó en el rio Hudson de Nueva York
El aparato, un Airbus 320, quedó flotando sobre las gélidas aguas del río.- Había despegado del aeropuerto de La Guardia y se dirigía hacia Charlotte, Carolina del Norte
AGENCIAS / ELPAÍS.com - Nueva York / Madrid - 15/01/2009
Un avión de la compañía aérea US Airways, con 148 pasajeros y cuatro o cinco tripulantes a bordo, que había despegado del aeropuerto de La Guardia con destino a la localidad de Charlotte, en Carolina del Norte, ha caído este jueves poco antes de las 22.00 (hora española) al río Hudson en Nueva York, según han avanzado en un primer momento los medios estadounidenses.
Pese a la espectularidad de las imágenes ofrecidas por las televisiones, el siniestro no ha dejado ninguna víctima mortal, según han confirmado fuentes de la Administración de Aviación Federal (FAA, en sus siglas en inglés), que han explicado que todos los ocupantes han podido ser evacuados sin problemas por los servicios de rescate que se han desplegado sobre la zona.
El aparato, un Airbus 320, pudo aterrizar sobre las gélidas aguas del río Hudson, a temperaturas inferiores a los 5 grados bajo cero, gracias a la pericia del piloto, que también salió ileso del accidente.
El piloto se vio obligado a realizar una maniobra de emergencia para intentar posarse sobre el agua. Según Ben Von Klemperer, un testigo citado por la cadena CNN, "no iba demasiado rápido y el contacto con el agua se produjo de manera suave", por lo que todo indica que el amerizaje se hizo de manera controlada.
Las imágenes emitidas en directo por canales de EE UU han mostrado a varias personas con chalecos salvavidas sobre las alas del avión, esperando a ser rescatadas por barcos que han rodeado enseguida el aparato.
Un pájaro en el motor
Al parecer, el avión, que operaba el vuelo 1549, estaba tratando de regresar al aeropuerto, después de haber sido golpeado supuestamente por un pájaro que se coló en uno de los motores.Según Alberto Panero, uno de los pasajeros, "el avión se agitó y podías oler el humo y el fuego e inmediatamente el aparato empezó a regresar" explica Alberto Panero, uno de los pasajeros. "De repente, el capitán vino y dijo 'preparados para aterrizar' y fue cuando supimos que bajábamos", continúa, asombrado de que "todo el mundo esté vivo.
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