sábado, enero 17, 2009

"Venezuela en peligro"

POR:FERNANDO OCHOA ANTINCH.

Los venezolanos siempre hemos rechazado, a través de nuestra historia, los intentos reeleccionistas de algunos presidentes de la República. La causa ha sido una sola: el abuso de poder. Un buen ejemplo de lo que eso significa lo acaba de dar Hugo Chávez durante su discurso ante la Asamblea Nacional. Encadenar los medios de comunicación, por más de siete horas, para tratar de convencer a nuestro pueblo de que su destino está asegurado con esta revolución de pacotilla es un ventajismo electoral inaceptable. La pregunta también lo es. Esa es la razón de fondo de la frase de Bolívar en el Congreso de Angostura: "Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo ciudadano en el poder, el pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo de donde se origina la usurpación y la tiranía". La reelección indefinida conduce a la presidencia vitalicia. De allí sólo hay un paso a la dictadura y al totalitarismo. El régimen presidencialista concede tanto poder a quien ejerce la jefatura del Estado y del gobierno que se hace muy difícil derrotarlo electoralmente. Esa es la verdad. También lo es que los regímenes políticos que toman ese camino terminan en medio de la violencia.

No tengo dudas en afirmar que Venezuela se encuentra en gran peligro si se aprueba la reelección indefinida. No sólo permitiría que Hugo Chávez continúe imponiendo sus equivocadas políticas, sino que además permitirá impulsar la aprobación de un conjunto de reformas que el régimen ha tratado de establecer desde el principio del gobierno. Analicemos algunas de esas políticas para darnos cuenta de esos riesgos. El primer gran problema del continuismo gubernamental es la ratificación de su política de exclusión social. Hugo Chávez ha dividido a los venezolanos en dos grupos absolutamente irreconciliables, cuyo odio impide el normal juego democrático y el necesario entendimiento nacional. Esto surge de su propia prédica. No es la forma de ser de nuestro pueblo, siempre dado al gesto amable y dicharachero; pero esta siembra de resentimiento social ha venido, poco a poco, dominando el sentimiento nacional. Los chavistas y los escuálidos, con un porcentaje de población casi igual, han roto toda posibilidad de diálogo. No existe manera de lograr crear la necesaria unidad nacional. De esta manera es imposible concebir y realizar un proyecto nacional que conduzca a Venezuela al siglo XXI.

Nuestra economía es fundamentalmente petrolera. Esa fue la razón fundamental del esfuerzo que se hizo para evitar la politización de Pdvsa. Su prestigio internacional era una muestra de la manera idónea como se conducía esa empresa. Su eficiencia le permitió garantizarle al país un ingreso suficiente de divisas para impulsar su desarrollo. Los errores que se cometieron no fueron en la dirección de Pdvsa sino en la conducción económica. El exagerado proteccionismo y la prédica populista comprometieron nuestro desarrollo. Esos errores se han multiplicado al infinito en el actual gobierno. No sólo se mantiene el proteccionismo y el populismo, sino que los avances políticos y económicos logrados en la década de los noventa, como por ejemplo la descentralización y el impulso al desarrollo productivo, se han desechado totalmente. PDVSA está prácticamente quebrada, la deuda nacional se ha quintuplicado y Venezuela naufraga en medio de una prédica socialista que lo único que puede producir es hambre y pobreza. Todavía la crisis económica no ha golpeado al país. Se requieren medidas urgentes para evitar un colapso financiero. El continuismo mantendrá esa misma política. No habrá rectificación.

Uno de los pecados más graves del actual régimen ha sido la destrucción de las instituciones fundamentales del Estado. Esas instituciones se construyeron durante el siglo XX con un inmenso esfuerzo. En dictadura o en democracia, se busco fortalecerlas para lograr de esta manera superar la tendencia anárquica de nuestro siglo XIX. Sin importarle las consecuencias, Hugo Chávez ha buscado doblegar todo intento de independencia de esas instituciones. Su único interés ha sido conseguir que ellas estén a su servicio. Los venezolanos vivimos sin instituciones. Nuestro destino como pueblo depende exclusivamente de la voluntad del presidente de la República. Su poder no tiene límite.

Lo único que ha impedido la imposición definitiva de un régimen totalitario ha sido la capacidad de resistencia de los venezolanos. La reelección indefinida lo que busca es quebrar esa voluntad de lucha. Si la logra, se incrementará tanto su poder que podrá dar rienda suelta a sus ambiciones: repetir la historia de Fidel Castro. Gobernar eternamente, respaldado por una oligarquía política que impedirá el surgimiento de las nuevas generaciones.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Federico Alves


Después del referéndum le toca al Alto Mando
Enero 17, 2009

A mí no me cabe la menor duda de que el NO triunfará por abrumadora mayoría, tan grande que los mismos miembros del Alto Mando, los que mandan a lo último, le dirán: “las reglas son las reglas”, y le exigirán que acate la voluntad popular. Como pasó con Pinochet. Pero hay un problema, estimados compatriotas: Chávez no es tan “pendejo” como Pinochet. Una vez que se le pase la depresión que siempre le da cuando pierde, comenzará lentamente a buscar una alternativa, quizá una constituyente, pero como no habrá abogado ni graduado en Cuba que le consiga una salida legal, sacará a relucir la verdadera cara de la revolución.

Ahí que hay que buscar las alpargatas porque lo que viene es joropo. A los tres días de la derrota mandará cerrar a Globovisión porque “es una televisora al servicio de los gringos” y le echará la culpa a Yon Goicechea, a los estudiantes con “el cerebro lavado por los yanquis”, etc. Es decir, le atribuirá la derrota a cualquier menos a sus propias burradas: la botada de los profesionales de PDVSA, la Lista de Tascón, el Cierre de radio Caracas TV., la amistad con Cuba que es una afrenta para la democracia venezolana y es como escupir en la tumba de los muertos que cayeron combatiendo al comunismo en los años 60, la masacre de Puente LLaguno, el asesinato de la Sra. Ron a quemarropa en una manifestación pacífica, etc. La lista de todas las atrocidades cometidas por Chávez o de las cuales es responsable no es necesario hacerla una vez más — el país la conoce.

Así que hay que asumir que dará el golpe y no irá a unas elecciones donde cualquiera de la oposición que consiga unir al país le quitará el poder, para siempre, a los bolivarianos. Los candidatos ya están cantados y son los que ganaron en Táchira, Miranda y Caracas, pero hace falta tiempo para ver cómo se desarrollan en sus tareas. Me temo que el escenario más seguro es una dictadura a lo Mugabe, que será combatida tanto por las FFAA como por los civiles. De hecho, al perder Chávez el referéndum, esa noche comienzan los preparativos de una guerra civil, en la cual participarán varios países, ya que unos quieren apuntalarlo porque están comiendo de su mano y otros quieren sacarlo por haber metido la mano en sus respectivos países.

Nadie se llame a engaño, Chávez no se va ni con votos ni sin ellos, solo saldrá por la fuerza. Si pierde, es culpa del capitalismo internacional, de la CIA, del servicio secreto Israelí, pero su mente afiebrada no puede aceptar que el país, lo vio, lo escuchó, y lo descartó por tirano y por inepto, como dicen los ingleses “unfit to rule”. En mi opinión, desde el cierre de Radio Caracas Chávez comenzó su larga declinación como líder, porque la gente que votó por el y creyó en la mentiras de la campaña electora se dio cuenta de que si era verdad que es un dictador y que está loco.

La prueba definitiva de su débil salud mental son esos largos soliloquios de 7 o más horas donde acapara al país completo para recordarle las obras y adelantos de su gobierno que nadie ve por ningún lado, ya que lo más importante, la seguridad, está como si viviéramos en la Franja de Gaza. Es más, yo me siento más seguro en Palestina en medio del asalto de los soldados israelíes que a medianoche en el barrio La Bombilla de Petare. No se rían, lean las estadísticas. El país tiene diez años sin gobierno, como si fuéramos a través un túnel oscuro y solo queda esperar a ver si Dios interviene.

Lo malo es que Dios nos ignora. Pero el objetivo de este artículo es analizar que vamos a hacer cuando el tipo se quiera alzar con la soberanía del pueblo, quiera imponernos 10 años mas a juro de una dictadura simulada, con presos políticos y periodistas exiladas como la heroica Patricia Poleo, acusada vilmente de un crimen horrendo solo para meterla presa por razones políticas. Mi conclusión es que viene el enfrentamiento civil que tanto tememos, porque al igual que la dictadura Cubana, los chavistas nunca van a reconocer que el pueblo quiere mandarlos a jugar banco, pa’ fuera. Fíjense en la actitud retrechera de la Fosforito en Táchira y de cómo le quitaron todas las atribuciones a la Alcaldía Mayor antes de que ganara la oposición. Lean lo que escribe Lina Ron, ella es la verdadera vocera de Chávez.

Lamento avisar que en vez de ser la salvación que todos añoramos, el referéndum será el comienzo de la verdadera prueba de la nación venezolana. Ahí se verá quien es fiel a la constitución o quien es un esclavo de Chávez, un adicto del poder. Entonces se nos caerán las caretas y sabremos quién es venezolano antes que comunista y quien está del lado de la luz, de la verdad y de la vida. El socialismo chavista es todo lo contrario, es la noche, es la mentira y usa la muerte en su lema. No crean que la victoria la tenemos segura. Los cubanos tienen 50 años pensando que está a punto de regresar la libertad, y aun no lo han logrado. Así que preparar el corazón para salvar la patria.

Anónimo dijo...

Francisco Alarcón


Diez años de cubanización
Enero 17, 2009

Quién iba a pensar que toda aquella gente que marchó, protestó y tocaron cacerolas hasta la saciedad, permitirían la cubanización de Venezuela. El comentario en la calle era, eso nunca ocurrirá aquí, el caso de Cuba fue distinto, el pueblo no se lo calará, las Fuerzas Armadas jamás aceptarán convertirse en milicianos, tenemos una tradición democrática egregia en Latinoamérica. Sin embargo, a lo largo de diez años, el ciudadano Hugo Chávez va logrando la cubanización de Venezuela poco a poco, “leve y dulcemente”.

Todo comenzó con aquellas famosas expropiaciones en el campo que acabaron con la agroindustria. La simbología del color rojo como la Europa socialista, y los militares risiblemente colocándose hasta en las pantorrillas, las trenzas de las botas color rojo en gesto de sumisión y jalabolismo.

Venezuela fue otra, la delincuencia se desató como nunca antes, viendo el libertinaje que infundió “el nuevo socialismo”. Socialismo es malandraje, es tirar cohetes, es prostituir las instituciones, rayar paredes, y acabar con la decencia. Los adecos y copeyanos fueron unos “ladrones” y ahora nosotros seremos peores que ellos. Nos cogeremos todo, así asumieron en muchos casos los supuestos derechos y valores del pueblo quienes se arrogaron el “socialismo”. Estaban sustituyendo lo que ya venía en desmedro por la peor polución social.

Estaremos en el ápice de esa cubanización en el supuesto que, Hugo Chávez logre imponernos su enmienda, pasando por encima de todos las normas constitucionales y formales. La sumisión es total, lo que él ordene, inmediatamente será aprobado por la Asamblea Nacional y legalizado por el “TSJ”, y quien se oponga va preso o termina imputado y confinado al silencio.

“Venezuela no es Cuba”, pues parece que sí puede ser su emulo si lo consentimos, las privatizaciones nos arrancaron las industrias fundamentales, la creación del sistema de cooperativas no ha demostrado ninguna eficiencia que sustituya la industria privada.

Contrariamente todo decrece en calidad de servicio y los costos se elevan, las comisiones en marcha, acaban con cualquier dignidad decente que pudiera haber entre nuestros “camaradas”.

El servicio eléctrico de Caracas, otrora bastión de eficiencia cuando estaba en manos privadas, actualmente dejó de serlo. Hablar de Pdvsa es un pleonasmo y pronto parece estarle llegando la hora de la verdad. Sabremos por fin sus datos de producción, sus ingresos, su “eficiencia”. Qué pasó realmente con ella, es en este tiempo de crisis cuando las economías se sinceran y la nuestra contrariamente tiende al ocultamiento, viendo a Chávez asegurar que estamos blindados, a pesar de las contingencias mundiales.

Ya advertiremos con los avatares planetarios y seremos todos, testigos y víctimas. Cuando toque el momento, conoceremos hasta dónde alcanza la cubanización en nuestra tierra, y si le permitimos aprobar su enmienda, seremos igual de esclavos como los cubanos, y las posibilidades de recuperar al país decente y próspero serán remotas. Es la hora, el instante de echar el resto en contra de esa falsaria enmienda que piensan meternos a trocha y moche.

En caso de llevarse la consulta en la fecha “prevista” será la primera vez que el “honorable” CNE hará unas elecciones sin abrir el registro electoral, negándoles el voto a 800.000 personas. Ante ésta y tantas irregularidades no hay ninguna protesta significada, que deje escuchar las voces disidentes y opuestas a una autocracia. El silencio parece una expresión de dolor, resignación o de indiferencia. No sabemos para cuándo se reservan los venezolanos la defensa de sus derechos constitucionales, o si ciertamente muchos están dispuestos a perpetuar al Comandante en su trono de Miraflores. No es insólita está conclusión tan visible, cuando miramos ondeando en la Asamblea Nacional una bandera de Palestina, y tantas cosas extrañas a nuestra idiosincrasia de venezolanos. Es como si la patria se nos fuera de las manos y no hiciéramos nada para detenerlo. Es como si la Venezuela que conocimos con cierta dignidad y pundonor nunca hubiera existido.