miércoles, enero 07, 2009

"Recule bolivariano" ("Chávez se pregunta: ¿...ahora cómo me salgo de este lío...?


POR:OMAR ESTACIO.


Recule. Modalidad adverbial del verbo intransitivo aceptado por el venerable Drae. A saber: “Recular. cejar o retroceder/ 2. Ceder uno de su dictamen u opinión”.

Aclaratoria para los celadores de la urbanidad y buenas costumbres, no sea cosa que confundan el título de la presente crónica, con la repugnante esteatopigia, desarrollada a causa de tantos exceso, por el agente de la citada acción, vale decir, el reculador.

Días atrás, en este mismo espacio, anotábamos la repulsa generalizada a la pretendida entronización en la jefatura de estado del señor Chávez. Una aspiración que, de antemano, se encuentra condenada al fracaso, a menos que sea producto del fraude o del autogolpe. La ecuación es sencilla.

Quienes hemos adversado, adversamos y adversaremos, por siempre, a quien carece de las más elementales cualidades para jefaturar el estado votaremos de manera mayoritaria, contra tal aberración. Pero harán lo mismo, los supuestos partidarios, que cada día son menos, de quien con su propuesta pretende castrar las ansias de superación de gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y hasta de presidentes de las juntas de condominios como se demuestra en la presente crónica. Todo venezolano, mayor de 30 años es un candidato in péctore, a la presidencia de la república, eso lo sabe el venezolanólogo peor informado, de allí que estos mesianismos y pretendidas unciones vitalicias caen en el terreno poco abonado de las expectativas individuales.

-¿Voy a salir a buscarle los votos a una enmienda constitucional que me cercena, para siempre, mis pretensiones de ascenso? Esa fue la primera pregunta que se hicieron con motivo del proyecto de reforma constitucional y se hacen hoy día, a raíz de la pretendida enmienda, los supuestos partidarios del aspirante a la mandonería perpetua.

-No podrás ser presidente, nené, pero tienes tu “caramelito”: gobernador o alcalde hasta que la muerte los separe.

Pero los destinatarios del pretendido premio de consolación saben que este último es de vida precaria. A la primera puntada, allí, donde la espalda del nerón de Sabaneta, pierde su decente nombre o hasta que unja como mandatarios regionales, también vitalicios a sus hijos, nietos, hermanos y demás deudos, como por Barinas también se empieza.

Además y he aquí lo más mortal para la nueva propuesta de Chávez: la pretendida entronización de los mandatarios regionales podrá satisfacer a los que se encuentran en ejercicio, pero no al militante de de base, quien se verá alejar toda posibilidad de optar a una gobernación o una alcaldía.
La segunda pregunta, quien se la hace, ahora, es el cuasifrustrado presidente perpetuo. Ocurre cuando lee las encuestas que le entregan los agentes del G-2 cubano, que dirigen las salas situacionales que operan en Miraflores: ¿Y ahora, cómo me salgo de este lío?

La estrategia es ramplona. El estudiante de derecho menos aprovechado, concluirá que la pretendida reelección indefinida de presidente, gobernadores y alcaldes sobrepasa los estrechos límites de una enmienda para convertirse en reforma constitucional. De allí que la nueva propuesta se encuentra herida de muerte, a menos desde el punto de vista conceptual y aquí llegamos a donde no queríamos llegar: a la poca o nula independencia de nuestro sistema judicial.

Si el retoque a la enmienda constitucional, logra levantar los alicaídos ánimos que se reflejan en los sondeos de opinión, todos los recursos que se intenten para anular la pretendida enmienda serán declarados improcedentes por la autoridad judicial.

Pero si los tercos números persisten, allí estará nuestra obsecuente justicia bolivariana, presta a anular la solicitud de enmienda.

Sería el gran recule, sin que el reculador quede en evidencia. Además, ya saldrá a proclamar que la obligada sentencia que anule la enmienda, constituye una demostración que en la Venezuela bolivariana, las instituciones funcionan.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

RETROCESO PRESIDENCIAL, CHIVO DEVUELTO, EDITORIAL DE EL NACIONAL, 06/01/09
D e nuevo el presidente Chávez ha dejado colgados de la brocha a los principales dirigentes de su partido, el PSUV, a sus aliados del PPT y el PCV, a sus ministros Cabello y Jesse Chacón, a los gobernadores regionales del oficialismo, a José Vicente y toda su gente, al anunciar que está dispuesto a "modificar" su iniciativa de convocar a un referendo nacional para establecer la reelección presidencial vitalicia. De nuevo, nuestro mandatario "se está haciendo el muerto para cazar zamuros", o quizás la mayoría de las encuestas le son tan desfavorables que decidió dar un golpe de timón a su alicaído proyecto para evitar hundirse en el basurero de la historia.

Sea lo que fuere, lo cierto es que sin consultar a nadie, ni siquiera a su confesor privado, el general Müller Rojas, ni mucho menos a la recién reelecta en la presidencia de la Asamblea Nacional, Cilia Flores, el jefe de la revolución metió el freno de mano y cambió los términos irrestrictos de la pregunta única del referéndum enunciado en diciembre del año 2008.

En suma, ya no se trata de unir inevitable e históricamente el nombre del Presidente de la República con la marcha victoriosa del proceso bolivariano, de envolver la supervivencia del régimen en un empaque militar y populista representado por el pensamiento y el verbo incesante del caudillo, sino el triste reconocimiento de una realidad que le es adversa y que, por más que le conecten oxígeno, ya no agarra fuerza ni suma voluntades.

Es hora aciaga para quienes, desde el PSUV, colocaron sus ilusiones en un relanzamiento de la figura presidencial para recuperar fuerzas y reagrupar los votos del oficialismo, estancados en unos 5 millones y pico, la mitad de los "10 millones de votos por el buche" que, con fuerza y derroche de franelas, lanzó el propio Presidente de la República.

Hoy la realidad política se impone y el todopoderoso mandatario nacional termina cediendo, sin honor ni vergüenza, ante el requerimiento de José Albornoz, líder del minúsculo PPT, quien con el resto de sus compañeros de dirección impuso su tesis de la reelección para todos. Pronto veremos si el Presidente respeta su palabra y llama por teléfono a Cilia Flores y le dicta la nueva pregunta que debe formularse en el referéndum de febrero, si es que llega a realizarse en esa fecha.

En una reunión pública con sus partidarios, el Presidente justificó ese sorpresivo viraje diciendo que su nueva posición estaba basada en "la extensión del derecho de un pueblo a elegir sin restricciones y postular a quien quiera". Se le olvidó decir que él, como mandatario indispensable, le cierra las puertas al pueblo bolivariano para escoger a otro líder que no sea militar o más joven, mejor preparado y menos payaso, más venezolano y menos cubano.

Para justificar su retirada táctica, el Presidente afirmó: Esta rectificación "va a marcar un punto de ruptura con la vieja democracia". ¿Es que acaso la reelección no estaba consagrada en la anterior Constitución? Menuda ignorancia.

Anónimo dijo...

SE RAJÓ CHACUMBELE.

El editorial de hoy de Tal Cual, da cuenta de la nueva iniciativa del Presidente, al proponer la reelección indefinida para gobernadores y alcaldes. “Descubrió que para su plan de presidencia perpetua necesita de otros, de esos mismos que no quería verlos convertirse en ‘caudillitos regionales‘”.

Este es el editorial completo:


¡Tronco de reculada! Su Alteza Chacumbele se cayó de rabo. A esto no hay que darle mucha vueltas. La única explicación posible para esta espectacular rajada es el pánico que le produjo la lectura de encuestas. Descubrió que está perdiendo, que el país, incluyendo parte del que lo sigue, no quiere verlo más allá de enero del 2013 y que su enmienda no tiene vida. El Papá de los Helados se rindió ante la evidencia de que ya no es el de antes, que su magia se va desvaneciendo y, bajando la cerviz, apeló a la manada de borregos a la cual negada el derecho que se atribuía sólo a sí mismo. Su Alteza Real descubrió que para su plan de presidencia perpetua necesita de los otros, de esos mismos de los cuales decía que no quería verlos convertirse en “caudillitos regionales”. “Aquí no hay más caudillo que yo”, rugía Su Alteza cada vez que le venía con el cuento de la reelección para todos. Bueno, se rajó. Ahora que lo ayuden.

Desde luego, ni una palabra sobre los argumentos con los cuales rechazaba la reelección indefinida de gobernadores y alcaldes. Ni una palabra sobre su reacción ante un periodista extranjero al cual se iba comiendo vivo cuando le hizo una pregunta al respecto. Quien lo oía el lunes, dando lecciones de Derecho Constitucional, no reconocería al mismo sujeto que hasta nomás un día antes agotaba razones para rechazar otra reelección indefinida que no fuera la suya. La punta de arrastrados encargada de convalidar jurídicamente los caprichos de Su Alteza, una vez más quedó colgada la brocha. Los escarrás, los calixto ortegas, que se desmoñaban explicando por qué no se podía reelegir nadie más, ahora, con la desvergüenza que les es propia, hacen la exégesis del nuevo eructo constitucional de su amo, sosteniendo exactamente lo contrario de lo que decían cuarenta y ocho horas atrás.

Gobernadores y alcaldes del oficialismo que en jaladas homéricas declaraban la infinita grandeza de Chacumbele y consideraban un atrevimiento inaceptable la posibilidad de que ellos, humildes correpoelsuelo, pudieran tener el mismo privilegio que el dueño y señor de sus almas, ahora alabarán al Supremo Sabio de Sabaneta por abrirles los ojos. Estaban equivocados. Chacumbele les otorga la gracia de reelegirse por siempre. Pero el Gran Rajado no dejó de advertirles que sólo podrán optar a la perpetuidad “aquellos que lo hagan bien”. ¿Y quién decidirá si lo “hacen bien”? ¡Chacumbele, desde luego! De manera que podrán reelegirse indefinidamente…pero si Chacumbele quiere. Su propia reelección, nadie, por supuesto, podrá hacerle depender de si “lo hacen bien”. El que hace la ley hace la trampa, diría Carlos Escarrá.

Pero perderá. Está escrito. haga lo que haga, perderá. Si Su Alteza Chacumbele cree que el país no se da cuenta de este truco inmoral, se equivoca. A nadie puede escapar que todas estas marramucias no persiguen sino satisfacer el afán personalista de Hugo Chávez. Pocos dudan ya de que aquí no hay más proyecto que el poder personal de Hugo Chávez. Perderá. El país le dirá No Inapelablemente.

Se rajó Chacumbele
Editorial Tal Cual

Anónimo dijo...

SOBRE LA MARCHA
Por Elides J. Rojas L.


La reforma de la enmienda que no es reforma


Qué enredo tan tremendo tiene armado Chávez en su empeño de convertir en un asunto legítimo y legal, lo que todo el mundo sabe es una trapisonda para quedarse en el poder hasta que el rigor mortis lo permita.

El fin último de este clan de militares es conocido desde que soltaron ese par de golpes de Estado en 1992, después de pasar más de 10 años conspiranmdo dentro de las mismas Fuerzas Armadas que les daban de comer y que utilizaban como mampara para ocultar la traición. Es lo mismo. Utilizaron la vía electoral para montarse, utilizan las instituciones para asegurar la legalidad de todos los abusos que cometen, usan el dinero del Estado para fortalecer su posición política sin pensar en el beneficio del pueblo, permiten gigantescas redes de corrupción para utilizar el chantaje como fórmula para obtener respaldos incondicionales.

A estas alturas resulta evidente que Chávez y sus apóstatas (algunos abandonaron sus creencias y principios hace tiempo) no tienen en mente entregar el poder así por así y preparan el camino para, otra vez, disfrazar lo insconstitucional de constitucional. Así lo han hecho con todo. Desde el retroceso de la descentralización hasta la toma del BCV, desde los juicios ilegales contra opositores hasta el manejo discriminatorio de Cadivi.

Y, lo peor es que el chavismo no tiene a más nadie. Ya Chávez es bastante malo, pero los que lo siguen en términos de liderazgo y gestión son realmente mediocres. Esa situación incrementa el desespero.

El líder intercontinental inventa ahora la reelección general. Hasta la última Miss Venezuela podrá reelegirse eternamente hasta que las arrugas se desparramen por el escenario, sin ningún chance para las Miss Barinas o Mis Zulia que ahora andan por unos 10 años.

Claro está que esta nueva trapisonda ya tiene el visto bueno de los apóstatas: Asamblea Nacional, CNE y Tribunal Supremo de Justicia no verán nada irregular en esta reforma que ya no es enmienda, aunque nunca lo fue, pues siempre fue reforma, la misma que ya fue negada en diciembre de 2007, pero que el señor se empeña en desconocer para seguir escudado e inmune en el poder.

Eso está muy claro.

Anónimo dijo...

Simón Boccanegra: Por qué no es aceptable la reelección indefinida

Hay que estar claros. Rechazar la enmienda no es sólo para impedir una nueva presidencia de Chacumbele, que es lo más inmediato, sino para impedir la reelección indefinida de quien sea, incluyendo ahora a gobernadores, alcaldes y diputados. No le conviene al país, no le conviene a la democracia venezolana, que puedan perpetuarse en el gobierno los mandatarios de cualquier nivel y de cualquier signo político.



Ni ahora ni nunca. El argumento de que en definitiva es el electorado quien decide si un mismo gobernante puede continuar indefinidamente en el poder es una falacia. No sólo porque el ejercicio del mando, sobre todo en países de democracias frágiles y tradición caudillista, concede ventajas electorales obvias que podrían conducir, como dijera Bolívar, a la usurpación y a la tiranía, sino porque la limitación constitucional del mando mantiene abiertas las opciones que una sociedad debe darse a sí misma desde el punto de vista político. Saber que un mal gobierno no puede prolongarse en el tiempo, más allá de sus límites constitucionales, es el seguro contra toda tentación de solución extraconstitucional. Pero, igualmente,saber que un buen gobierno también tiene límites temporales, permite a la sociedad plantearse nuevas y mejores posibilidades. Además, por muy bueno que sea un gobierno, su perpetuación inevitablemente lo desgasta y lo transforma en un mal gobierno. La alternabilidad es una garantía de democracia y su ejercicio tiene que estar establecido constitucionalmente, limitando los periodos de mando, precisamente para impedir que la ausencia de una norma expresa en ese sentido favorezca la propensión del mandatario a quedarse con el coroto para siempre. Una sociedad que se aviene a calarse el mando de una sola persona por tiempo indefinido es una sociedad anestesiada y castrada.