POR: ARCANGEL VULCANO.
Luego de presenciar sin ningún asombro el predecible rosario de lamentaciones, justificaciones, excusas y la patética llorantina matemática que escenificó su majestad para intentar en vano de convencernos a los venezolanos, que el culpable del desastre económico, político y social al que nos enfrentamos no es él ni su fracasado régimen oprobioso, sino el capitalismo salvaje, consumista y devorador; que jamás ha sido culpable su incapaz, incompetente, derrochador, dadivoso, botarate, abusador, malversador y delictivo gobierno, quien realmente es quien nos ha sumergido en la más espantosa situación de crisis general que padecemos todos, por causa de sus políticas colectivistas probadamente fracasadas, sino que la verdadera causa de esta amenazante situación a la que nos enfrentamos, es por culpa del voraz capitalismo que ha provocado una crisis global, y que nos afectará a todos por igual, -aunque nos pongan el precio del petróleo a cero claro está-.
Pero gracias a la revolución –menos mal- el nuevo adalid del socialismo mundial, nos tiene bien configurada, su solución siempre lista, y por eso ha anunciado sin aspavientos como si fuera una panacea para contrarrestar los impactantes y nocivos efectos de esa llamada crisis global, su esperado paquetico keynesiano, para ser implementado por entregas graduales y sin anestesia.
El salvador de la patria, quien se ha cansado de justificar su incompetencia desde el gobierno evadiendo su responsabilidad y culpando como siempre a los demás, nos tiene empaquetadas y listas para ser implementadas a todos los venezolanos, las respuestas acertadas para encarar la “inesperada crisis” la cual por fin ha admitido que lamentablemente si nos afectará, pero que gracias a que tenemos su diestrísima conducción, disponemos de su revolución bolivariana para enfrentar y superar exitosamente la apremiante situación económica que ahora si nos alcanzó pero por causas extrañas, ajenas al providencial socialismo, que es el que tiene implícitas las soluciones de las graves calamidades que sufre nuestra depauperada humanidad, pero “gracias a Dios” tenemos aquí la revolución bolivariana.
El gendarme necesario, quien no ha parado cínicamente y a la vista de todo el mundo, de malbaratar y derrochar sin ningún pudor, regalando a otros países los multimillonarios recursos petroleros, que en mala hora los ingenuos venezolanos, engañados le confiamos para que los administrara con pulcritud, y que ahora nos hacen falta con urgencia, viene ahora a decirnos que hay que hacer sacrificios y ahorrar cada “bolivita”, pero no por causa de su descomunal e insultante derroche del cual somos hoy víctimas fáciles de la crisis global, sino que por culpa del capitalismo diabólico que todo lo pervierte, a causa del desmesurado consumismo y el gasto injustificado que promueve el imperialismo esclavizante de los pueblos pobres y oprimidos, consumismo que se nos ha inoculado por parte de la oligarquía conservadora que sólo piensa egoístamente en obtener sus ganancias exorbitantes -para qué tanto dinero se pregunta el ingenuo petulante- y que por eso los venezolanos somos en realidad los auténticos culpables por dejarnos engatuzar, evolver, arropar por esas alienantes propagandas de los medios, porque seríamos –desde su primitiva óptica- una suerte de rebaño de borregos irresponsables con la mente enferma a causa de los mensajes subliminales que nos aplica el imperio capitalista, para mantenernos idiotizados y esclavizados a sus designios de dominación. Pero el jefe supremo providencial que ahora es, ufanándose de ser el neo líder continental, el gran unificador integracionista, se ha permitido en virtud de su gloriosa misión universal, donar a otros países públicamente sin autorización de nadie, miles de millones de dólares, que representan nuestras divisas para el futuro del país, que hoy nos ha alcanzado a todos.
El altruista gran Jefe, se permitió regalarle nuestras divisas entre otros países, por intermediación de sus socios políticos ideológicos, a los presidentes Evo Morales, Daniel Ortega, Rafael Correa, Cristina Fernández, Fidel Castro etc; pero el no es culpable de nada, sino que somos los venezolanos los culpables del derroche, por atrevernos a gastar innecesariamente nuestro dinero haciendo fiestas, bebiendo licores importados, comiendo exquisiteces, bailando, festejando, escuchando música. Para tratar de evidenciarlo, el ahora pobrecito purista quien en el desempeño místico y sublime de su altísima misión salvadora de la humanidad toda, tal vez jamás habrá disfrutado de esos mundanos y despreciables apetitos, no debe haberse bebido un traguito de buen vino, champaña, güisqui, brandy, coñac, ron, cerveza, ni de vaina un palito de canelita, anís, miche zanjonero, cocuy, o de aguardiente, ni debió nunca fumarse un cigarrito, y menos un habano de los que disfrutaba Fidel (ha confesado que mastica hojas de coca, regaladas por su amigo Evo), tampoco habrá bailado en alguna fiesta un merenguito, ni guaracha, salsa, pasodoble o vals, porque nos refirió en cadena nacional de radio y televisión aparentando ser un consumado, rígido, imperturbable e inconmovible purista, como si fuera una especie de José Gregorio Hernández del siglo XXI, una de sus patéticas anecdóticas vivencias de monje asténico, de purista gran Gurú, de quien suponemos, que según sus ejemplarizantes relatos e insoportables santurronas insinuaciones, jamás habrá mojado sus labios en aquellos deliciosos, apetecibles pecaminosos elixires espirituosos que si solemos beber el común de los mortales y no su excelentísima y excelsa figura digna de las gloriosas apologías que suele recibir de sus adulantes acólitos preferidos, relatándonos con fingida expresión en su rostro de angelito, la ocasión en la que en el mismísimo centro del poder político, el emblemático Palacio de Miraflores, debió reprender duramente a algunos integrantes de su casa militar, quienes un 24 de diciembre se encontraban festejando –como todo el mundo- una bulliciosa fiesta que llegó a su fino oído, pero allí mismito, cerca del despacho del comedido, prudente, moderado y gran ahorrador que ahora nos revela ser en realidad. No contento con escenificar ridículamente semejante fingido y falso papel, adoptando cara de no haber quebrado jamás un plato, ni malgastado un “bolivita” en su existencia, mirando profundamente a la cámara, colocándose histriónicamente ambas manos sobre el pecho, pareciera repetirnos a todos los venezolanos, la misma reprimenda que les hiciera entonces a sus colaboradores emparrandados: “No me hagan esto, ¿pero, cómo me hacen esto a mi?, que soy el líder ahorrador de la revolución, y aquí mismo a pata e` mingo, y en mis narices, ¡No!”… ¡Por Dios! es demasiado falaz el disimulo que esgrime sin rubor, ofendiendo la inteligencia de los venezolanos, no se puede ser tan cínico en la vida.
“Tanto nadar para morir en la orilla” repiten los más viejos en nuestro pueblo. El rimbombante propulsor mundial del socialismo del siglo XXI ha reconocido, que su comunismo de a real y medio, no podrá sobrevivir sin el petróleo caro que necesariamente debería comprarle el imperialista capitalismo salvaje. ¿Y cómo es esto, no era que el socialismo se bastaba a si mismo como modelo para sustituirlo? Tácitamente el usurpador empuñador de la espada de Bolívar que camina por América Latina, por fin ha admitido públicamente el más grotesco de los fracasos, confesando en cadena nacional, que estamos quebrados, que Venezuela no puede autoabastecerse porque su aparato productivo está destruido, como consecuencia catastrófica de haber sido criminalmente sometido por un régimen intervencionista, estatista, totalitario, militarista, autocrático, que aplica políticas económicas de corte colectivista que lo constriñe, persigue, hostiga, controla, en vez de estimularlo para que se desarrolle, pero persiguiendo claros objetivos que los desnudan como un régimen expropiatorio y confiscador de los bienes de sus conciudadanos, violador flagrante de los derechos humanos y conculcador de las libertades económicas, que pretende instaurar un vulgar capitalismo de estado.
Ha confesado el providencial gendarme necesario salvador de la humanidad, que estamos siendo seriamente afectados económicamente, porque simplemente el petróleo, nuestro principal producto de exportación, ha bajado de precio; lo cual indica que nuestra economía nacional no se ha diversificado en 10 largos años de gobierno seudo revolucionario ¿Y entonces, no se suponía que estábamos blindados y que nuestro modelo socialista sería como sustituto sustentable, aunque nos pusieran el precio en cero?
Ante el estrepitoso derrumbe por implosión de su modelo fracasado de socialismo dizque salvador de la humanidad, la receta exótica que nos presenta ahora sacada bajo la manga el iluminado de Sabanetas, es entonces darnos más y más muela, contarnos cuentos chinos, intentar en vano –por supuesto- de volvernos a engañar anestesiándonos en masa con su envolvente propaganda, nos quiere hipnotizar con sus artilugios, manipulaciones y truculentas peroratas, tratando de convencernos, de que con el aumento del 3% del Impuesto al valor agregado (IVA), recurriendo al endeudamiento y apelando a la cientos de veces ofrecida reducción del gasto suntuario de su gobierno derrochador, podremos garantizarnos superar la apremiante situación económica, la temible recesión que nos amenaza con explotarnos en la cara a todos, como consecuencia de la incontrolable y creciente inflación, el mal disimulado desempleo, el hambre, la escasez, la miseria y por causa de la suicida política gubernamental de destruir a la otrora pujante y prometedora empresa e industria privada nacional, para sustituirla por el arroz con mango que ha resultado ser su edulcorado socialismo dizque bolivariano.
Su majestad, el develado purista ahorrador que ahora resultó ser, con su habitual cinismo, ahora nos exige y solicita sacrificios a todos los venezolanos, pero anunciándonos con bombos y platillos que muy pronto se va de viaje en su avionzote a Japón e Irán, pero, les exige a todos los altos funcionarios bajarse sus sueldos y que no se hagan viajes innecesarios, sólo los suyos son importantes, ahora no sabe cuanto gana ni un juez ni un rector del CNE, provocando su presunto desconocimiento una sonora carcajada nacional. Él que no tiene ninguna moral para exigirle sacrificios a nadie, por ser un confeso y convicto abusador y malversador de fondos públicos, un descomedido, que no tomó previsiones para afrontar sabiamente el arribo de la temida y anunciada crisis global, quien se ha atrevido a votar por la cañería miles de millones de dólares que eran de todos nosotros, pero de los cuales él dispuso arbitrariamente, irresponsablemente, que debía regalárselos a quienes a él le diera la real gana, es el mismo que ahora nos asegura que puede garantizarnos la superación exitosa de esa crisis que inmoralmente ha producido únicamente él y más nadie, pero nos repite que saldremos de esta gravísima situación siempre que él esté al mando. No podemos creerle, pero tampoco dejarlo que continúe destruyendo al país. Debemos evitarlo, porque la verdadera culpa del desastre que nos amenaza, la tiene es el derrochador que finge ser un santo purista ahorrador.
2 comentarios:
Caro amigo, tem um prêmio para você lá no Clausewitz. Caso tenha interesse em recebê-lo fique a vontade e passe lá que será um prazer receber sua visita... grande abraço
Muchísmas gracias respetado amigo Clausewitz por trnsferirnos este significativo galardón, es muy grato el honor e inmenso el compromiso que adquirimos por causa de tu generosidad.
Un fraternal abrazo.
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