POR:ADOLFO P. SALGUEIRO.
Ponerse cómico se castiga con la expropiación que en la práctica de hoy equivale a la confiscación.
La frase que ilustra el título de estas líneas es la de la amenaza con la que el gobierno, en las últimas semanas, pretende -y muchas veces logra- meter miedo a los factores productivos de la sociedad.
a) Mendoza (Polar): "Si te pones cómico te quito la empresa y te pago con papeles"; b) Mosquera (Fedenaga): "Si te pones cómico te quito la finca"; c) Coca-Cola FEMSA: "Me desocupan ese terreno plano en Gramovén" (pese a que es propiedad de la empresa); d) etc., etc.
Vale decir pues que el mayor delito del momento actual es "ponerse cómico" lo que en buen romance equivale a disentir total o parcialmente de los deseos o caprichos del Comandante y sus sigüices.
Ponerse cómico teóricamente se castiga con la expropiación que en la práctica de hoy equivale a la confiscación porque ya no hay real para pagar tales expropiaciones (cementeras, Sidor, fincas, etc.), ni tampoco voluntad política y cuando los "papeles" de la República, otrora instrumentos de inversión segura, han perdido su credibilidad y valor.
El delito de "ponerse cómico" se castiga con la ocupación inmediata de fincas, instalaciones industriales, comercios, depósitos, etc. Se ignora por "burguesa" a la institución del debido proceso que en el mundo civilizado es un derecho humano fundamental (Arts. 8 y 10 de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre) pero que ha fenecido en la República Bolivariana.
La declaración de interés público de un bien o servicio como requisito previo para ocupar o expropiar ha sido sustituida por el enunciado general de alguna ley "ad hoc" que se administra a la medida del enemigo a combatir y es interpretada por el "comisario político" Eduardo Samán (ministro de Comercio y jefe del Indepabis), el mismísimo personaje que quiso regular la arepa rellena en BsF 1,90 u otros burócratas igualmente "razonables".
Ponerse cómico representa situarse automáticamente del lado perdedor en cualquier disputa judicial y peor aún administrativa. Ser declarado "cómico" lleva a la muerte civil y hasta pudiera conducir a la física.
Nixon Moreno se puso cómico porque temía ser secuestrado de la sede de la Nunciatura por los patriotas de "La Piedrita" u otro colectivo de similar catadura. Por cómico es que aún sigue vivo.
La atribución del carácter de cómico a alguien equivale al "sanbenito" que en el siglo XVI obligaban utilizar a los condenados por la Santa Inquisición en su camino a la hoguera.
Este columnista pregunta y se pregunta si todo ese poco de tarifados locales e internacionales que hacen el lobby del régimen no ven nada de lo que sucede en Venezuela a fin de denunciarlo en los conciliábulos de la izquierda trasnochada. ¿Será que Magglio Ordóñez, Sean Penn, Danny Glover, Ramonet y demás "famosos" son ciegos y sordos? ¿O será que desde el atalaya de sueldos millonarios en dólares no se perciben las miserias de nuestra patria en proceso de liquidación?
¡Ay Venezuela mi patria querida! Yo no puedo darme el lujo de ponerme cómico porque todo este cuadro lo que me da es ganas de llorar. ¡Qué diría el Libertador si viera todo esto que se lleva a cabo en su nombre!
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