martes, marzo 17, 2009

"Se puso cómico" ("...nos gobierna...esa ezquierda malandra, de cafetines...")


POR: ELIZABETH FUENTES.

Esta gente que nos gobierna, pertenece, en su gran mayoría, a esa izquierda malandra, de cafetines, que lo único que hizo toda su vida fue acomodar el mundo a punta de hablar pistoladas cayéndose a cervezas o en las aulas de las universidades en el mejor de los casos.

Igualito a cuando ordenó al Ministro de la Defensa que enviara tropas a la frontera colombiana ese que se desmayó en los actos evangélicos de pura emoción, el Cómico vuelve a hacer de las suyas. Ahora le dio por “tomar” militarmente los puertos y aeropuertos de los estados donde, casualmente, la oposición ganó las elecciones.
Armado de su tradicional tonito dictatorial post electoral que si los mando a meter presos, que si lo expulso del país, que si les expropio rapidito la empresa, el Cómico anda haciendo tiempo con sus gestos caricaturescos, la salida a la que siempre acude cuando tiene el agua al cuello.
Disimula, el Cómico disimula: Si el petróleo llegó a 30 dólares y se acaba la caja chica de PDVSA para enviarle sus milloncitos a Evo y a Correa, el Cómico invade hatos y fincas. Que el samplegorio en Finanzas nadie lo entiende y llegará el día en que no habrá dinero ni para cancelar sus lujosos trajes antibalas, el Cómico amenaza a la Polar. Que la corrupción tiñe todo su imperio, familia incluida, el Cómico insulta a Obama y le manda a lavar el palto. Que el BCV está quebrado y los sindicatos chavistas se unen a los de la oposición para exigir sus derechos, el Cómico manda los tanques al Zulia y Carabobo.
Una revolución de gestos, superficial, anecdótica, es la que comanda el Cómico. Cree que salir en los titulares, acaparar pantalla, ordenarles pendejadas a los ministros en cadena nacional, es trabajo. Y mientras la orden sea más altisonante, pues más gobernante se siente.
Más importante y acaparador en todas las escalas del poder.Por eso deja sin cabeza al Ministerio de la Defensa y, como si se tratara de un instituto autónomo de tercera, le pone un “encargado” de la talla de Carrizález, toda una trompetilla a las FAN, porque quien manda soy yo.
Como Lusinchi, que ponía a los Secretarios Regionales de AD como Gobernadores, el Cómico también quiere mearse en la voluntad popular y ponerle un capataz a los gobernadores y alcaldes que no le hacen caso cuando los manda a dar cien saltos de rana y en lugar de eso, le preguntan que pasó con el puente “mollejuo” que prometió para el Zulia, en que paró su oferta de viviendas para Carabobo o cómo y cuándo va a enfrentar a la delincuencia que se traga a Caracas.
Pero llega un momento en que una, como cualquier señora en el supermercado, se obstina y se pregunta: ¿hasta cuándo nos vamos a calar ésta, si yo fui e hice mi colota para votar por Ledezma y Capriles, porque quiero que sean ellos quienes me gobiernen?
¿Por qué nos vamos a dejar pisotear? ¿Es que no hay manera de meterle un parao a este sujeto? Porque okey que llenemos el carro de CDs para cuando haya cadenas o paguemos religiosamente el cable para ver Animal Planet en lugar del eterno Alo Presidente en que se ha convertido la TV nacional.
O que en las reuniones entre amigos hagamos un pacto de no agresión, reduciendo el tiempo para hablar de política a solo cinco horas.Pero ya está bueno ya. Porque no puede ser que esa asambleita, electa con el 8% de la población, haga y deshaga el país tal cual y como el Cómico se los ordene.
No puede ser que a través del botox de Cilia Flores, nos enteremos que se gastó una millonada para elegir a quien consideramos la mejor opción como gobernador o alcalde y ahora resulta que eso no vale. Que ese dinero y ese tiempo que invertimos para no elegir a Aristóbulo Istúriz, por ejemplo, se fue por la cloaca de la AN y, allí mismito, andan promoviendo a Istúriz como el nuevo gobernador del gobernador.
Que si el talento que han desarrollado para enredarnos la paciencia y amargarnos la vida lo emplearan en asuntos más útiles, algún resultado habríamos visto en estos diez larguísimos años de nada de nada. Pero eso nos llevaría al primer párrafo del artículo, porque a esta gente no les gusta trabajar. Que en su vida han producido un bolívar ni saben lo que es pagar una nómina o repartir utilidades.
Esta gente que nos gobierna, pertenece, en su gran mayoría, a esa izquierda malandra, de cafetines, que lo único que hizo toda su vida fue acomodar el mundo a punta de hablar pistoladas cayéndose a cervezas o en las aulas de las universidades, en el mejor de los casos. Pero fajarse como uno, pagar la luz a tiempo y alegrarse 15 y último, nunca fue lo suyo.


Y tan contenta que andábamos porque, una vez que compró su reelección, creímos que el Cómico se iba a callar por un ratico, que ya no tendría excusas para empezar a gobernar y que necesitaba hacerlo para que lo reeligieran por quinta vez. Pero qué va. Ese es otro que nunca ha trabajado. Y ahora se le va la mañana en dormir, las madrugadas en pensar cómo joder y las tardes en decirnos cómo.
¿Será que hablemos con Lula para que le diga a Obama que acepte reunirse con Chávez siempre y cuando ese señor regrese al planeta Tierra?

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