viernes, abril 06, 2007

VÍA CRUCIS EN EL COLISEO ROMANO

EL PAPA BENEDICTO XVI PRESIDE EL VÍA CRUCIS EN EL COLISEO ROMANO

El papa Benedicto XVI presidió el viernes por la noche en el Coliseo de Roma el tradicional Vía Crucis que conmemora dos días antes de Pascua la "Pasión de Cristo" y que este año reservó un papel especial a la mujer.
El Pontífice concluyó el camino de la cruz hacia las 23H00 locales (21H00 GMT) con un llamamiento a rezar por "todos aquéllos que sufren en el mundo" al subrayar como "el mayor pecado" de los hombres "la insensibilidad y la dureza del corazón".
Bajo el decorado de ruinas y olivos iluminado por una inmensa cruz en llamas y rodeado por miles de fieles que sostenían un cirio entre las manos, Benedicto XVI llevó la ligera cruz de madera en la primera y la última de las 14 "estaciones" que reconstruyen el recorrido de Cristo antes de ser crucificado, según los Evangelios, enriquecido por la tradición.
El biblista italiano Gianfranco Ravasi fue elegido este año por el Papa para escribir las meditaciones del camino de la cruz y, en la novena estación, se refirió al "universo de madres, hijas y hermanas" que acompañaron a Jesús en el momento de su muerte.
"Imaginamos ahora a todas las mujeres humilladas y violadas, las mujeres marginadas y sometidas a prácticas tribales indignas, las mujeres en crisis y solas frente a su maternidad, las madres judías y palestinas y todas las que se encuentran en tierras de guerra, las viudas y las ancianas olvidadas por sus hijos", agregó monseñor Ravasi.
Esta "larga lista de mujeres que demuestran un don para la ternura y la emoción ante un mundo duro y sin piedad (...) nos enseña la belleza de los sentimientos", comentó.
La versión de este Vía Crucis correspondió a la introducida por Juan Pablo II en 1991 y difiere sensiblemente de la establecida en el siglo XVIII.
En marzo de 2005, el cardenal Ratzinger y entonces futuro Papa ya empleó esta versión cuando se encargó de comentar el camino de la cruz.
La versión de Juan Pablo II, más fiel a la Biblia, no se refiere a Verónica, la mujer que, según la tradición, secó la cara de Cristo, y, en cambio, hace hincapié en los personajes de Judas y Poncio Pilatos.
El gobernador romano que condenó a muerte a Jesús "bajo la presión de la opinión pública", encarna "una actitud que parece dominar nuestros días, la de la indiferencia", subrayó el comentador.
Antes del Vía Crucis, Benedicto XVI presidió la misa del Viernes Santo en la basílica de San Pedro del Vaticano.
Como marca la tradición, el Papa no pronunció la homilía, sino que lo hizo el predicador de la casa pontifical, el padre Raniero Cantalamessa.
El religioso también se refirió a la mujer: "Ninguna mujer estuvo implicada, ni siquiera indirectamente, en la condena" de Jesús y las mujeres "le siguieron por gratitud, por el bien que habían recibido, y no con la esperanza de hacer carrera", argumentó.

Fuente:www.globovisión.com.

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