domingo, agosto 19, 2007

"AQUÍ SE VA A PRODUCIR UNA INSURGENCIA"


Entrevista a Asdrúbal Aguiar, profesor visitante de la Universidad de Buenos Aires"Aquí se va a producir una insurgencia"

El proyecto constitucional presentado por Chávez, según Aguiar, es una "variante musical" de la Constitución cubana de 1976, reformulada en 1992

"Creo que estamos ante un proyecto sin destino que sólo puede cuajar con el uso real y cierto de la Fuerza Armada"

Por: ROBERTO GIUSTI

Con la ventaja que, dice, da la distancia (es profesor visitante en la Universidad de Buenos Aires, Asdrúbal Aguiar se pronuncia contra la participación en un eventual referendo aprobatorio de la reforma constitucional. Y fundamenta su posición afirmando que la democracia no es negociable y por tanto un medio legítimo, el acto electoral, no se compadece con un fin ilegítimo, la consolidación de una dictadura. "En la Corte Interamericana aprendí que no se puede torturar a un hombre para que confiese sus crímenes. La ética marxista de Chávez (el fin justifica los medios) se contradice con la democrática y por eso no podemos escoger a un autócrata por la vía democrática".
-Lo otro es la lucha armada

-Hay muchas formas de resistir a los autócratas, incluso legitimados por la Constitución y no me refiero exclusivamente al método gandhiano. Sólo que se debe apelar a la imaginación, elaborar una agenda propia y no actuar reactivamente porque ahí Chávez nos lleva gran ventaja. El proyecto de reforma constitucional no es producto de la improvisación. Los venezolanos lo hemos subestimado acusándolo de iletrado y de improvisado. Pero es difícil pensar que un hombre con 25 años de práctica política no haya aprendido las reglas básicas del ejercicio del poder. Ya han pasado más de 25 años desde el inicio de su lucha conspirativa en 1982.

-¿Cómo puede haberse elaborado con tanto refinamiento y premeditación un proyecto que nos retrotrae a formas primitivas de dominación?

-En el fondo, Chávez vuelve por los fueros del sueño marxista que no logró cristalizarse en Venezuela y cuyo primer espacio se logró durante el gobierno de Medina Angarita, frustrado por el golpe del 18 de octubre de 1945. Luego la izquierda opta por la vía de la insurgencia armada de los años 60 para encontrarse con una nueva frustración. Y por eso Chávez abre fuegos en el discurso de su propuesta de reforma constitucional rindiendo homenaje al capitán de navío Víctor Hugo Morales, actor fundamental del Porteñazo.

-Pero hablas de un intento fracasado que los venezolanos rechazaron por considerarlo totalitario frente a la propuesta democrática del Pacto de Puntofijo. ¿Por qué habrían de apoyarlo ahora?

-Sobre esto no tengo ninguna duda. Se trata de imponer un proyecto a contrapelo del sentimiento mayoritario y en línea contraria a la historia republicana, iniciada en 1811, cuando se inicia un modelo equilibrado entre la experiencia liberal y las exigencias de justicia social. Ya en la Constitución de 1999 aparecen los primeros elementos, revelados hasta la saciedad en 2004, al presentar Chávez el nuevo mapa estratégico de la revolución. La reforma constitucional resulta una variante musical de la Constitución cubana de 1976, reformada en 1992.

-¿No resulta simplista despachar el proyecto chavista como una copia del modelo cubano?

-Hay un hecho central confesado por el propio Chávez ante la Asamblea Nacional y es que él consultó con Fidel Castro, el dictador de Belarús y Daniel Ortega los aspectos centrales de la reforma, pidiéndole identificar los errores cometidos por ellos para no repetirlos. En todo caso, se trata de un proyecto marxista leninista, orientado a la configuración de una sociedad y de un Estado socialistas.

-¿Qué sentido tiene darle revestimiento jurídico y legal a una realidad política que, de hecho, se nos está imponiendo día a día?

-No hay un dictador en América Latina que no haya pretendido revestir su mando con el óleo de la constitucionalidad. Pérez Jiménez se hacía llamar presidente constitucional. Chávez usa las formas para alcanzar una finalidad, aunque su planteamiento implica un golpe a la Constitución vigente y un crimen constitucional.

-¿Dónde están el golpe y el crimen?

-La Constitución señala que únicamente a través de una Asamblea Constituyente es posible modificar los principios sobre los cuales se sustenta. También establece que sólo se puede acudir a la vía de la enmienda o de la reforma cuando se pretende modificar uno que otro artículo sin incidir sobre la totalidad del plexo constitucional. Cuando Chávez presenta el proyecto admite que los 33 artículos a ser modificados inciden sobre la totalidad del texto constitucional, es decir, que hay un cambio sustantivo. Por tanto la reforma se concreta por la vía extraconstitucional.

-De cualquier manera está imponiendo su diktat.

-El dilema central se nos presentará cuando llegue la hora de preguntarnos si vamos a cohonestar el crimen constitucional.

-Él habría podido convocar la Constituyente para cumplir los extremos legales y conseguir lo que anda buscando. ¿Por qué no lo hizo?

-Porque si hubiese abierto la posibilidad de una constituyente se habría topado con el problema de 1999, cuando abrió el juego a factores opuestos al modelo marxista leninista y se creó una serie de obstáculos. Por eso, a pesar de tener la Asamblea a su favor, no pudo cristalizar la totalidad de su proyecto en la Constitución. Además, a Chávez se le agotó el tiempo histórico y está a punto de cerrar un ciclo generacional de 30 años que marca el fin de su era.

-Las apariencias no parecen confirmar esa opinión.

-No digo que Chávez vaya a caer hoy o mañana, pero el tiempo real de despliegue de su fuerza política se agotó. Por eso hay una gran ruptura entre el país que emerge del estudiantado y el chavismo, atado a la concepción materialista de la Historia. Entre esa idea anticuada y la nueva generación, que nace dentro del mundo global y de la inteligencia artificial, no hay conciliación posible. Él no puede conducir al país sino por la vía de la aceleración del tiempo propio o de la imposición, por la fuerza, de su proyecto político. Ese es su gran dilema.

-En otras palabras, aquí está planteado un conflicto.

-Inevitablemente. Tengo la convicción absoluta de que estamos ante un proyecto sin destino, que sólo podrá cuajar ante el uso real y cierto de la Fuerza Armada. Por eso Chávez insiste en la idea de la revolución pacífica pero armada.

-Una revolución armada frente una oposición desarmada.

-La preocupación de Chávez, expresada en su propuesta, se reduce a cuatro grandes elementos centrales con los cuales pretende consolidar su modelo de dominación. Uno incide sobre las libertades y el régimen económico. Se crea un régimen de propiedades alternativas a la propiedad privada (social, comunal, colectiva, pública) sujetas al control pleno del Estado, mientras que la privada pierde su condición de derecho. El modelo dentro del cual operan las libertades económicas es socialista y por tanto el hombre que tiene la propiedad privada sólo puede hacer uso de ella en el marco de producción determinado por el Estado. Está sujeto a expropiación. La misma concepción que priva en la Constitución cubana. Un modelo de economía central planificada donde los medios de producción estratégicos (fundamentales dicen los cubanos) corresponden al Estado.

-En Venezuela los medios de producción estratégicos siempre han estado en manos del Estado.

-Sí, pero dentro de una concepción de capitalismo de Estado. Se operaba dentro de un sistema de libertades y de oportunidades donde había regulación, pero no una regimentación, por parte del Estado, de las condiciones del mercado. Vivíamos un régimen de equilibrio entre las libertades individuales y colectivas. Al final privaba aquella que estuviera de acuerdo con las justas exigencias de la democracia. En esta Constitución priman las colectivas. Estamos, así, ante una propiedad menguada donde muere el concepto de propiedad privada liberal, que implica uso, goce y disposición de los bienes.

-¿Cuáles son los otros elementos centrales que mencionabas?

-Chávez elimina la estructura orgánica de intermediación del poder con el uso de dos fuerzas: una que viene de arriba hacia abajo y otra en dirección contraria. Con la primera crea regiones militares, provincias, municipios y ciudades federales que rasgan el espacio de los estados y municipios existentes desde la fundación de la República y que pueden ser integrados a una autoridad designada por él. Desde abajo se ejerce una presión ascendente con el denominado poder popular comunal (asambleas) que, como en Cuba, no son autogeneradas sino organizadas, registradas, legitimadas y financiadas por el Presidente. Sólo que Chávez trasciende el modelo cubano, pues mientras allí cumplen la exigencia de la elección en la base popular, aquí el poder popular no deriva del voto.

-Al estilo de los soviets.

-Las comunas y asambleas populares tienen lugar por la vía de la agregación espontánea y no a través del ejercicio del voto. De manera que el poder popular le sirve al Estado nacional y éste es sirviente del autócrata. Al final todo queda en el puño de Hugo Chávez.

-Dices que, necesariamente, acudirá a la fuerza para imponer su proyecto. ¿Cómo valoras la concepción que priva sobre la Fuerza Armada en la reforma?

-Otra vez se toca la experiencia cubana, con aproximaciones al modelo del fundamentalismo islámico, al crearse la milicia popular. Los fines de Chávez son contradictorios con una Fuerza Armada profesional y por eso pretende acabar con los comandos de fuerzas separados. La primera decisión tomada a la caída de Pérez Jiménez fue la eliminación del Estado Mayor General de las FAN porque era un núcleo de concentración de poder que unificaba la estructura militar, arriesgando el funcionamiento de la libertad y de la democracia. Si Chávez reunifica a las distintas fuerzas por una parte, por la otra las transforma en meras reparticiones administrativas, las devalúa, las desinfla, las reduce a una actividad meramente profesional. Y ahí crea el gran componente: la milicia popular bolivariana como columna vertebral de la nueva organización militar. En la Constitución del 99 la Fuerza Armada sólo puede cooperar en el mantenimiento del orden interno y la seguridad ciudadana es tarea exclusiva del mundo civil. En la reforma, Chávez le entrega a la milicia el ejercicio y cuidado de la seguridad ciudadana. De manera que el país entra en la fase de militarización. De allí que transforme a la Fuerza Armada en guardia territorial y de paso dice que con ella se constituirá la Policía Nacional.

-Hablas de conflicto. ¿De dónde saldrá y de qué forma?

-El país está desestructurado como cuando la dictadura de Pérez Jiménez. Los partidos funcionaban en la clandestinidad, pero sin fuerza para insurgir contra el régimen. Sin embargo, Pérez Jiménez cayó. Ahora, ¿por qué los venezolanos no han reaccionado hasta ahora frente a este proyecto? Quizás porque cada quien mide la desgracia según toque o no a su puerta. Sólo que ahora la afectación será total y nadie escapará a su influjo. Aquí tiene que producirse y se va a producir un fenómeno de insurgencia cuyo curso ya veremos. Veo dos países. Uno que insurge, el de los estudiantes y otro, el de Chávez, que es el de la explotación del hombre por el hombre. La conciliación entre los dos es imposible. Aquí va a ocurrir algo. ¿Cómo va a ocurrir? No lo sé.


1 comentario:

Anónimo dijo...

El ve lo que yo veo, pero cuando dice que no sabe como se va a dar, es porque tacitamente reconoce, que al no tener poder de fuego, eso es mas un pensamiento deseoso, que una realidad palpable