Por: ENRIQUE VILORIA VERA.
¡No escarbe el pabellón mijito, cómaselo todo, de una sola zampá, no aparte las tajadas pintonas ni las caraotas caldúas ni la carne mechá ni el arroz mazacotudo! Empújeselo todo por ese gargüero: ¡tucúm, tucúm, tucúm! Mire que es el plato nacional.
Entubados y sin mirar para los lados, votaremos una vez más los maduros demócratas bolivarianos: ¡No a la escogencia, Sí a la imposición¡
De la plancha de la IV al bloque de la V, es como casarse la misma noche con todas las hermanas de una familia a la vez, sin poder discernir quién es la que verdaderamente convoca la pasión que no se bebe en otros labios del mismo apellido familiar.
¡Todo es lo mismo, lo mismo es todo! No se trata de andar con preciosidades elitescas y doctas, de entender lo que se propone, ni mucho menos de aclarar el punto ni de barajar el tiro, lo escrito escrito está.
SI o No sin medias tintas, la vacilación es cobarde, el pero acomodaticio, la duda traidora, la pregunta es siempre golpista e imperialista en su pronunciación.
¡No vacile camarada¡ la Patria es cada vez más uniforme, monocorde, prevista y dibujada por una sola mano exclusiva que traza un camino recto y sin sinuosidades, virtuoso como la terquedad y probo como la unanimidad impuesta.
En bloque iremos, dóciles carneros, mansos borregos del pelotón, a expresar una voluntad sin voluntad, un acuerdo acordado, una libertad que impide la deliberación.
¡Meta la mano! Todo tiene que ver con Él y sus ganas, con sus ardores, con sus noches sin ti, cuando suda y se imagina que todo es idea atormentada, trasnoche paridor.
¡Qué pocos democráticos son los plebiscitos del insomnio, los desvelos de la autoridad, los excesos de la imaginación¡
Fuente: Noticiero digital.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario