El huracán Dean avanzaba este lunes hacia la Península mexicana de Yucatán, tras azotar la isla de Jamaica con vientos y lluvias que destrozaron casas, arrancaron árboles y causaron inundaciones, llevando al Gobierno a decretar estado de emergencia por treinta días.
La primera ministra de Jamaica, Portia Simpson Miller, anunció que las fuerzas de seguridad tendrán más atribuciones después de que la policía reportara varios incidentes de saqueo en distintas zonas de la isla, donde se calcula que unas 350.000 personas podrían haber resultado afectadas por el ciclón.
El huracán de categoría cuatro en la escala de Saffir-Simpson, sobre un máximo de cinco, avanzaba con vientos de 240 kilómetros por hora causando hasta el momento la muerte de cinco personas en la cuenca del Caribe, y seguía su furiosa trayectoria al sur de las Islas Caimán con destino a Belice y Yucatán.
A las 9:00 GMT, el centro de Dean estaba a 185 km al sur-sudeste de la Isla Gran Caimán, avanzando hacia el oeste a unos 33 km/h, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, con sede en Miami.
Dean sigue siendo un "huracán extremadamente peligroso de categoría cuatro", señaló el NHC, y agregó que cuenta con el potencial de convertirse en un letal huracán de categoría cinco en el noroeste del Caribe este mismo lunes.
También en México la petrolera estatal Pemex inició el desalojo de las más de 140 plataformas marinas en la Sonda de Campeche, en el sureste del Golfo de México. Además ordenó a sus diversas embarcaciones y plataformas semisumergibles y autoelevables que se trasladen a un puerto seguro.
La Península de Yucatán se prepara para lo peor y el Estado de Quintana Roo declaró la alerta naranja, que implica "peligro inminente".
En Jamaica, el Gobierno informó de que un grupo de al menos 17 personas, que podrían ser buzos españoles, quedaron aisladas en una minúscula isla al negarse a ser evacuados.
En sus casas o en refugios antihuracanes los jamaicanos soportaron el paso de Dean aprovisionados de alimentos, agua, linternas y velas. La electricidad estaba interrumpida y los aeropuertos cerrados. Las calles de la capital quedaron cortadas con árboles caídos y muchas viviendas perdieron sus techos.
Los centros de turismo en gran parte del Caribe debieron cancelar sus reservas y evacuar a los visitantes en prevención por la llegada del ciclón.
Más de 90.000 turistas que veraneaban en Cancún y la Rivera Maya fueron evacuados durante el fin de semana hacia zonas más seguras.
Fuente:www.elnacional.com.
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