jueves, agosto 30, 2007

"FRENTE A LA REFORMA"


Por: DIEGO BAUTISTA URBANEJA.


Hay diferencias de opinión en cuanto a qué hacer ante el referéndum.

Hay que lograr que le reforma constitucional que Chávez quiere imponerle al país sea sentida por la colectividad como eso, como la imposición de la voluntad de un hombre sobre el parecer mayoritario de los venezolanos.

Para ello es necesario llevar a cabo una gigantesca labor de difusión de la gran trampa, de la gran mentira que la tal reforma, cuyo resultado neto será que el país quedará a merced de la voluntad de un señor llamado Hugo Chávez y que este habrá aparentemente logrado el medio de permanecer en el poder, a cálculos de hoy, unos 26 años más. Hasta el año 2035, fecha en la que tendrá 81 años, si es que no decide seguir. ( Digo "aparentemente", y añado "a cálculos de hoy" porque la realidad tiene sus propias reglas y los problemas del país seguirán agravándose, y más de lograr Chávez su reforma).


TODOS. En esa labor de difusión tiene que participar todo el mundo, a su propio nivel y escala. Los formadores de opinión, las individualidades de mayor peso, los partidos y dirigentes políticos de oposición y disidentes, las organizaciones sociales de todo tipo, las universidades, los gremios, los comunicadores sociales, los estudiantes, el ciudadano individual... Un gran frente real, independientemente de la formalidad que se le pueda dar, con el mensaje más coincidente posible en cuanto a lo que significa la reforma, que monte un gran vendaval de información, explicación, difusión, de las mentiras, de los "caramelitos", de los disfraces, de las oscuridades, que ocultan los propósitos de poder total y permanente que anima a Chávez. Un frente que produzca una movilización, por lo pronto mental y ya veremos si física, de la mayoría de los venezolanos en rechazo a la reforma. La barrera

Esa tarea tiene que romper la barrera que aísla a gruesos sectores populares de todo mensaje adverso a Chávez. En tal sentido lo fundamental del esfuerzo tiene que dirigirse, no a los ya convencidos de lo perverso de la reforma, sino a quienes están más expuestos al mensaje oficialista. Esto es más fácil decirlo que hacerlo, pero hay que tener fuerte conciencia de que el mensaje debe dirigirse hacia allá y producirlo en consecuencia. Muchas veces se tiene la sensación de que el mensaje contra la reforma se queda en los circuitos opositores, donde es aplaudido sin reservas, y se da por satisfecho con ello.

En el mundo que adversa activamente la reforma hay diferencias de opinión en cuanto a qué hacer ante el referéndum en el que debe culminar el trámite para aprobarla o no. Eso genera diatribas muy ácidas que distraen energías de la tarea fundamental, crea desconcierto en el publico y prepara el terreno para la consabida situación que tanto favorece al Gobierno: una oposición dividida el día mismo en que se lleve a cabo el referéndum. Hay partidos y grupos que han anunciado una posición irreductiblemente abstencionista y otros han anunciado una irreductiblemente participacionista. Están en su derecho de adoptar las posiciones que corresponden a sus convicciones. Pero sí puede llegarse a un acuerdo en torno a unos pocos puntos. Primero, un acuerdo de no descalificar o agredir a quienes tengan posiciones diferentes a las propias. Segundo, aceptar que los grupos a priori abstencionistas y que los a priori participacionistas mantendrán sus posturas hasta el final, dejando entonces al grueso restante la flexibilidad necesaria para adoptar una estrategia común frente el referéndum, según como vaya evolucionando el clima de opinión y la marcha general del proceso político, en el contexto del avance en la labor de lograr que el país tome conciencia del peligro ante el que se encuentra. A partir de estos acuerdos, actuar tan concertadamente como se puede en la búsqueda del objetivo que sí debe ser común, la creación de esa conciencia de rechazo mayoritario a la reforma.


CRUCIAL. Vale la pena subrayar el papel crucial que cabe en este proceso y en ese frente a otro tipo de actores y sus voceros, distinto a los partidos y los dirigentes políticos, que desde luego siempre tienen un importante papel que jugar. Pensamos en difusores de gran prestigio y alcance ante todo tipo de ciudadano, el estudiantado, los más notorios periodistas, actores y actrices, educadores, dirigentes cívicos.

Estas líneas parten de un supuesto. El supuesto de la gran capacidad de aceleración de los tiempos a medida que se acercan los momentos de decisión, siempre y cuando se haya logrado crear una convicción mayoritaria negativa frente a la reforma.

Fuente:www.eluniversal.com dbu@etheron.net

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy importante la propuesta de Diego Bautista Urbaneja. Creo que la gran mayoría de la oposición coincide con la idea de una oposicón cerrada ante el contenido y la forma de la falsa reforma. Es muy importante insistir en:

1) La ilegal manera de cambiar la Constitución. No se puede admitir que por medio de una falsa reforma se cambie el sentido de la Constitución, tan grande es el cambio que más de la mitad de la población quedará fuera y no tendrá otro remedio que aceptar "morir en vida" o hacer como en cuba: irse al exterior, cosa que sabemos que no es nada fácil para la gran mayoría. Mostrar la aberración de una Constitución roja rojita, parecida al libro rojo de Mao (recordado por las hambrunas y los millones de chinos muertos).

2) Los contenidos absolutamente aberrados del texto: la reelección eterna y el continuismo, la inaceptable dependencia política de una sola persona, la insana modificación de la geografía política al imponer regiones que permiten el dominio político pero que pueden ocasionar enfrentamientos y tragedias más tarde. Los cambios militares que anuncian aires de violencia en el país. En una sociedad bien dirigida, ese tipo de cambios implica muchos estudios y consultas nacionales e internacionales; empezando por los propios interesados que son los ciudadanos. ¿Dónde están esos estudios? ¿A quién se le consultó? ¿Se trata más bien de banalidades para engañar a los "bobos"?

3) La inconsistencia y banalidad de expresiones que resultan vacías sin un sustento sistemático, como ciudad comunal, comunidad, ciudadanía (conceptos que al parecer define un sátrapa), expresiones de la historia política que se mencionan sin el soporte intelectual necesario. Aquí se aplica también la necesidad de conocer quiénes fueron los estudiosos de los temas, cuáles fueron los estudios y los resultados, el por qué profundo de usar tan fatuamente temas de la sociología, la ciencia política, de la geografía y de otras áreas, de una manera tal que parecen para el consumo de eunucos políticos. Por ejemplo, a quién se le ocurre que se puede decretar lo que es una ciudad y lo que es un ciudadano, sin profundizar en las nociones de urbanismo, espacio, territorio, cultura política, deberes y derechos, etc.

4) Los famosos "caramelos envenenados", que son engaños muy descarados. Primero, porque la reducción de la jornada de trabajo sin aumentar la productividad lleva a una reducción de los salarios por la vía de la inflación (la gente necesitará varios trabajos para ganar lo mismo); tamibién porque si el régimen quisiera ya tiene la base constitucional para aplicarla de inmediato. Segundo, porque si el régimen estuviera interesado en mejorar las condiciones sociales de los trabajadores (no sólo los no dependientes) ya hubiera desarrollado el sistema de protección social que no termina de definir, ademas ya hubiera tomado una parte de los miles de millones que manda al exterior para decretar por la habilitante la asistencia social para los trabajadores que hoy están desamparados.

5) También es importante visualizar temas relacionados como: el impulso que puede tomar la corrupción ya de por si desatada cuando se tiene todo el poder; el peligro de una represión nunca antes vista en Venezuela, pues un régimen que no permite alternabilidad sabe que tiene que perseguir a muerte a sus opositores para que no aparezcan tendencias radicales como sucede en Cuba y como ha sucedido en todos los regímenes comunistas; el aumento de la ineptitud en el gobierno pues ya los funcionarios consideran que tienen estabilidad debido al continuismo establecido. El aumento sin frenos del envío de los recursos del país para el extranjero, para financiar todo tipo de proyectos y caprichos políticos y personales. ETC.

Anónimo dijo...

RECETA INFALIBRE PARA CONDUCIR UN PAIS AL COMUNISMO.-POR ALBERTO MANSUETI



Hemos visto como en Ecuador el pueblo ha elegido Presidente a un émulo del venezolano Chávez, a su vez discípulo de Fidel Castro. Y Bolivia parece seguir el mismo camino, a juzgar por las revueltas y disturbios recientes. Vimos en las pantallas de nuestros televisores las manifestaciones y protestas violentas.



¿Cómo se puede arrojar a una nación entera por el despeñadero del comunismo? ¿Cómo es posible conducir un país hasta el final del “camino a la servidumbre” de que hablaba el economista vienés Friedrich Hayek, Premio Nobel 1974 en su especialidad?



Fácil, muy fácil, y lo estamos viendo en nuestro propio continente, país por país ... Vea Ud. lo que pasa en Venezuela, Ecuador y Bolivia. La receta comprende acciones y medidas como las siguientes, simultáneamente:



1. Permitir que se aliente la demagogia política con precios y tarifas, al estilo de la reciente campaña de agitación contra la empresa Telefónica en nuestro país.



2. Descuidar el frente intelectual y del pensamiento, y dejar crearse un clima de opinión general hostil a las empresas y al libre mercado, y favorable a la “justicia social”, y a la redistribución política de la riqueza mediante impuestos, inflación y otras confiscaciones ...



3. Y en consecuencia, dejar que los políticos sólo puedan ganar votos predicando contra el capitalismo y la globalización.



4. Decretar descentralización política sin liberalización económica. Así se abren las espitas de la participación política sin destrancar la economía, sobrecargando el sistema político con demandas insatisfechas, y formando inmejorable caldo de cultivo para el odio, la envidia y la lucha de clases.



5. Dejar que las Fundaciones privadas de los bancos, grandes empresas y grupos económicos promuevan cultura y valores populistas, seudonacionalistas y colectivistas. Ellos mismos tejen las cuerdas con las cuales serán colgados.



6. Exaltar las televisoras el juego, la bebida, la promiscuidad y el baile, en lugar del trabajo, el ahorro, la familia y los negocios ...



7. ... y promocionar un falso nacionalismo mediante el fútbol y las manifestaciones del folklore popular. Esto sirve a fines diversos, como por ej. trancar la economía con barreras “proteccionistas”, y acostumbrar a la gente a pensar de manera populachera y colectivista.



8. Aunque mejor aún es que la gente no piense de manera alguna; y a este fin, mucho sirve enseñar que “el razonamiento es frío” mientras “el sentimiento es cálido”. Y que “con la lógica no se va al mercado.” Debe lograrse que las personas confíen en los instintos y las emociones, no en las facultades cognitivas y el discurso racional.



9. ... Y por cierto, hablando de enseñar, conviene dejar que la educación siga regimentada con programas y textos marxistas o “ecofemindigenistas”, y en manos de docentes de estas tendencias. La mala educación será así el complemento indispensable de la aversión al razonamiento.



10. Es bueno que los pocos liberales que haya en el país se intimiden, hasta el punto de no atreverse siquiera a llamarse liberales o identificarse como tales, mucho menos a fundar y desarrollar un partido consistentemente liberal. Así la discusión política se da sólo entre distintas expresiones estatistas, y se queda vacía de contenido ideológico no estatista.



11. ... Y que los verdaderos liberales -si los hay- no tengan tribuna pública, cosa que no puedan denunciar las nuevas fisonomías y estrategias del neocomunismo y las izquierdas del tercer milenio. Por ejemplo, ahora las izquierdas apelan a la moralidad y a la religión, no ya a la economía.



12. Y es bueno que los liberales se confundan con tesis ridículas como las de Fukuyama, esa de que “el liberalismo ya ganó.”



13. Y mejor aún es que los poquitos defensores del libremercadismo, en lugar de apelar a razones y fundamentos morales, se enfrasquen en argumentaciones económicas que nadie entiende. Eso los vuelve absolutamente ineficaces, y deja el campo franco sólo a los populistas, socialistas y comunistas.



14. Regar bien la especie “Jesucristo fue el primer socialista”; así se terminan de romper los puentes entre cristianismo y liberalismo, y los cristianos se hacen definitivamente socialistas, una vez ganados para la mentira de que la fe y la razón son irreconciliables.



15. A último momento –y ya con la soga al cuello-, improvisar una salida comunista y presentarla como “única alternativa.”



Esta receta, en todas sus acciones se está aplicando fielmente en Hispanoamérica. ¡Con éxito garantizado en mi país, Venezuela! ¿Permitiremos que pase aquí en el Perú?

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http://www.ileperu.org/contenido/Articulos/comunismo_amansueti.htm