jueves, agosto 02, 2007

GOLPE DE ESTADO GRADUAL DEL MAESTRO DEL DISIMULO CHÁVEZ




El Sr Chávez viene aplicándonos en Venezuela desde hace tiempo un golpe de estado gradual, es decir, que ha venido sistemáticamente, fríamente, calculadoramente, aplicando sus estrategias y tácticas políticas gradualmente, por etapas.

Chávez nos engañó a todos, a partidarios y opositores. Disimuló hábilmente ser un demócrata, nos hizo creer que no era socialista, ni marxista, ni estalinista, ni maoísta, ni comunista, hoy es todo eso y más; nos aseguró que conduciría al país por la vía del dialogo, del entendimiento, del pluralismo, que dirimiríamos nuestras diferencias en paz, sin recurrir a la fuerza ni a las armas, en libertad, sin violencia, sin persecuciones, ni revanchismos, sin venganzas sociales, pero hoy nos intimida a todos los venezolanos ufanándose de su poder de fuego con las armas modernísimas que ha comprado y con la reserva militar que ha conformado, obligándonos a gritar “patria, socialismo o muerte”.

Chávez nos convenció de que la agudísima situación de crisis nacional que padecíamos en virtud de los grandes males sociales, económicos, culturales y políticos, los resolvería eficazmente mediante la aplicación de un plan de gobierno incluyente y no excluyente, ahora estamos sometidos a su yugo militarista, discriminatorio y segregacionista, imponiéndonos su proyecto político socialista, su partido único, y su modelo autocrático y totalitario. Chávez nos ofreció dar respuesta a todos nuestros males como sociedad que vivía en crisis, pero todo era mentira, porque ahora estamos peor que antes.

Hoy los venezolanos pareciera que estuviéramos atrapados en un callejón sin salida. Nos gobierna un dictador legalizado con un barniz sutil de legalidad que le otorga una precaria legitimidad. Conocido es el poder ilimitado que ejerce sobre todas las instituciones públicas, y la decisiva influencia que ejerce mediante su liderazgo tiránico, que impone sin ninguna restricción, disponiendo de todos los multimillonarios recursos económicos que le provee diariamente la descomunal renta petrolera, que maneja libremente y a discreción sin controles institucionales de ningún tipo, y sin ser obligado por nadie a rendirle cuentas a la nación, tal vez por el miedo que pareciera inspirarles a algunos, esa podría ser su mejor arma para haber logrado lo que hasta ahora.

Pero nada es para siempre, y el aspirante a caudillo eterno no las tiene ni tendrá siempre todas consigo. Sus estrategias y tácticas han sido todas descubiertas, y ya sabemos hacia donde y como nos empuja. Ha logrado por ahora todos sus objetivos, como afirmáramos, gradualmente. Así ha logrado desmantelar el estado de derecho democrático, para establecer un régimen seudo legal dizque revolucionario, que le ha permitido cometer toda suerte de arbitrariedades y abusos.

Así es como cínicamente pretende también reformar la Constitución Nacional, con el auxilio servil de sus incondicionales amancebados, mercenarios, cómplices de sus atropellos contra la sociedad democrática, quien luce aparentemente en estado de indefensión, desmovilizada e impotente, pero no se engañen, ese es un gigante aletargado habilidosamente seducido y engañado por el simulador, que no permanece ni siquiera dormido, y que en cualquier momento podría reaccionar adecuadamente para cobrarse tantas afrentas, abusos y falsedades. Ese día el aspirante a caudillo podría conocer en verdad la furia de un pueblo engañado.

Nos ha dicho sin sonrojarse que no es él sino el pueblo, quien decidirá sobre su reelección indefinida o continua en la presidencia. Quiere que nos traguemos el cuento del juego limpio electoral de nuevo. También ha asegurado que está dispuesto a defender su propuesta de reforma ante el país, que comenzará a explicárnosla a todos. Pero ya sabemos que juega con las cartas marcadas, que es tramposo, truquero, y que le encanta hacer fraude continuado.

Chávez quiere que creamos que no controla el poder electoral, quiere que soportemos sin chistar su idea de someter su proyecto de reforma constitucional a la consideración de una Asamblea Nacional irrita, ilegítima, conformada por una mayoría de diputados partidarios del gobierno, que fue electa con una precaria votación, y rechazada por la más descomunal abstención que se haya visto jamás en la historia democrática del país.

Chávez sabe que podrá seguir impunemente y sin que ningún organismo público lo sancione o se lo impida, manejando todos los recursos y logística del estado para hacer una ventajista y brutal campaña propagandística publicitaria en favor de su proyecto de reforma constitucional, para tal fin, dispondrá sin límites de tiempo de toda la red de radio emisoras nacionales, regionales y comunitarias creadas a expensas de los recursos del estado, así como de la red de televisoras públicas y privadas nacionales y regionales, porque las obligará a trasmitir en cadena, para difundir de forma desproporcionada, de manera ventajista su campaña.

Pero además, Chávez tiene la certeza de que con su decisiva influencia sobre los funcionarios públicos integrantes de su partido que controlan todo el aparato electoral del Consejo Nacional Electoral, podrá garantizarse a todo evento un resultado favorable que podría defender con la fuerza de las armas si le fuera necesario, es decir, que está dispuesto a dar un golpe de estado gradual y disimulado, así cualquiera gana.

Los caminos democráticos en Venezuela parecieran haber sido deliberadamente cerrados progresivamente, por un régimen político fascista conculcador de las libertades democráticas, comandado por Sr Chávez. Para tal fin ha roto desde hace tiempo el dialogo con todos los sectores de la oposición democrática, tildándolos y emblematizándolos como golpistas, conspiradores y lacayos del imperialismo estadounidense, tal circunstancia no pareciera casual, da la impresión de que obedece a un plan preconcebido, y se trataría de criminalizar a la disidencia y así cerrarle definitivamente el paso a una posible alternabilidad democrática en el poder, con el objetivo de instaurar y consolidar un sistema totalitario al estilo castro comunista mediante la práctica de un golpe de estado gradual, haciéndonos creer que se compite democráticamente por el poder.

¿El objetivo último? Controlar por siempre la inmensa y multimillonaria botija petrolera y las reservas de crudo más grandes del mundo, para usarlas en el financiamiento del proyecto político delirante, faraónico, ególatra, megalómano, antidemocrático, y tiránico del llamado comandante revolucionario Chávez, que terminó siendo un maestro en el arte del disimulo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Analisis acertado. Solo habria que an~adirle que ese libreto no es de Chavez, mas el que la Internacional del Odio le ha suministrado con el fin ultimo de convertirlo uno de los gobernadores de esta parte del planeta. Somos victimas del oso ruso, que no duerme, ni descansa desde hace muchos an~os, mientras espera paciente su momento...

El Judio Errante